Aún con la mano alrededor de la manilla dorada, cerré los ojos con
fuerza y con un suspiro en el que pretendía liberar toda la presión que sentía
en ese instante, me recosté a la puerta anteriormente cerrada.
Estaba frustrada hasta los niveles máximos permitidos en mi organismo.
La fina línea que dividía mi vida aparentemente normal con la que tenía una
parte mística, se había desvanecido y las dos vidas habían colisionado
sorpresivamente, tomándome con la guardia baja y sin armas suficientes para
acaparar el golpe.
La situación era difícil, tal como lo había imaginado, pero eso no era
lo peor, el problema estaba en que yo no sabía de qué otra forma manejarlo,
quería que todo encajara y siguiera un curso natural, pero no lo lograba, era
completamente exasperante.
A pesar de que estaba concentrada en mi exasperación, me sentí observada
y por puro reflejo abrí los ojos. Me encontré con Nahuel, recostado en la pared,
frente a mí, con las manos metidas en sus bolsillos y sus ojos fijos en mí. En
su mirada encontré esa calidez que lo caracterizaba y sin pensarlo demasiado
camine hacia él y lo abrace, rodeé su cintura con mis brazos y me aferre con
fuerza a él. Sentí como correspondió el gesto de manera inmediata y beso mi
coronilla, cerré los ojos respirando profundo. Aguardo en silencio unos
minutos, sabía que había escuchado la conversación que había tenido con las
chicas y agradecí que me diera un momento para relajarme.
– Creo que lo difícil ya paso – comentó, rompiendo el silencio.
– Supongo – murmuré – ahora solo queda esperar… es tan exasperante.
– Tienes que relajarte, hermosa ¿Recuerdas esa noche en la que Alice te
dijo que eran familia? - Asentí recordando lo que él decía – ¿Recuerdas qué colapsaste ante tanta
información? – volvió a interrogar.
– Si – susurré entendiendo a lo que quería llegar – Eran demasiadas
cosas…
– Exactamente, tú la recibiste por partes. Karen y Camila la han
recibido toda de golpe y con una mala experiencia incluida, para serte sincero
creo que lo han tomado de la mejor manera posible ante todo lo que paso.
Lo escuche atentamente. El tenía toda la razón, tal vez yo estaba
pidiendo demasiado de parte de mis hermanas, solo quería que lo aceptaran, pero
no había pensando con detenimiento todo lo que habían vivido, toda la
información que habían recibido en una sola noche.
Suspiré – Soy tan estúpida – me regañe – tengo que disculparme, le he
gritado a Camila… – intente separarme de
él, pero sus brazos hicieron presión a mi alrededor, impidiéndomelo.
– Fue la presión, ellas lo entienden. Estarán bien, solo hay que darles
tiempo… – me recordó con tono aterciopelado – ahora solo deja que las cosas se asientan un
poco, las tres están alteradas, lo mejor es que hablen cuando estén más
calmadas.
– Tienes razón – coincidí, tranquilizándome y dejando descansar mi
mejilla en su pecho, cerrando los ojos de nuevo, completamente envuelta en esa
aura que el irradiaba, esa en la que yo me sentía un poquito más fuerte y
protegida.
– ¿Qué quieres hacer ahora?
– Nada. Estoy muy cómoda – murmuré sintiendo como el ajetreo del día
empezaba a pasarme factura con un gran cansancio.
– Yo también – apretó un poco más su agarre – Se que esto va a sonar
mal, pero me alivia infinitamente haberte tenido fuera de Forks durante el
tiempo en que todo paso… no puedo conciliar la idea de que te hubieran atacado
a ti… lamento mucho lo que paso con Karen y estoy muy aliviado de que allá
salido bien de esto, pero desde ahora me volveré obsesivo con respecto a ti. No
pensé que alguno fuera ir a tu casa, imaginar que algo como eso hubiera pasado
uno de esos días donde te quedaba sola…
– Shhh… no paso, ni pasará. No creo que tengamos tan mala suerte – dije
tratando de parar su paranoia.
Suspiró – Estuve pensando que atrasaría mi viaje, por una semana para
irme completamente seguro…
Me separe de él para poder mirarlo a la cara, el mantuvo sus manos en mi
cintura – Eso es muy lindo de tu parte, pero debo decir que no – me negué de
inmediato.
– ¿Tienes tanta prisa en librarte
de mí? – bromeó pero sabía que una parte
de él lo preguntaba seriamente.
– No es eso – rodé los ojos – pero sabes que solo pasas un mes con
Canela lo cual es muy poco, no quiero interferir en ese tiempo que dedicas a tu
hija. Es algo que a ella le pertenece por derecho, no quiero que dejes de pasar
unos días con ella solo por quedarte aquí cuidándome. Así que te irás mañana
temprano y yo me quedare aquí esperando a que vuelvas – sonrió ante mis
palabras – todo va a estar bien, créeme. Alice estará cerca – agregué para
calmarlo por completo.
– Eso es lo único que me mantiene algo tranquilo, se que ella te cuidara
pase lo que pase.
– Alice ha hecho muchísimo por nosotras, les ha salvado la vida a mis
hermanas y me ha cuidado siempre. Quisiera poder devolverlealgo a cambio por
tantas molestias…
– Tú le das todo con tan solo aceptarla, ella es realmente feliz con la
idea de tenerlas a ustedes. Supongo que los lazos familiares no se rompen ni
con la inmortalidad.
– Quisiera decir que nos unen lazos sanguíneos, pero sería un mal chiste
tomando en cuenta las circunstancias – murmuré soltando una risita tonta.
El simplemente rió, como cada vez que decía alguna tontería, correspondí
la sonrisa observando la suya, la cual era deslumbrante, aun cuando ya estaba
acostumbrada a verla... sin embargo, deje de observarla cuando se desvaneció
rápidamente y su cara tomo un gesto serio, con el ceño fruncido. De repente sus
manos dejaron de sostener mi cintura, se posaron de nuevo en sus bolsillos.
– ¿Qué pasa? – pregunté
confundida por su cambio de actitud, dando un paso hacia atrás.
Sus ojos dejaron de mirarme y su mirada se perdió en un punto fijo en la
nada, no respondió.
– Nahuel ¿sigues ahí o entraste
en estado de coma? – lo llame, tomando su rostro entre mis manos logrando que
me mirara, ya había empezado a preocuparme, su entrecejo no se relajaba.
– Nada… – murmuró.
– Nahuel… – insistí alzando una ceja – Dímelo.
– No es nada, enserio – mintió.
– Se que mientes. Solo dímelo…
Suspiró – No puedo evitar escuchar lo que ellas dicen – confesó.
Tarde un par de segundos en entender a que se refería. La conversación
de mis hermanas.
– ¿Qué es lo que han dicho para
que te quedaras así? – Interrogue preocupada – sea lo que sea que digan ellas
están bajo presión, tú mismo lo has dicho…
– Solo discuten – resumió – están preocupadas por ti.
Solté un suspiro de puro fastidio – Les he dicho que he estado
perfectamente con ustedes cerca, no sé porque se les hace tan difícil
entenderlo…
– Ellas… bueno Karen lo duda, pero Camila suena más convencida… de que
te estamos manipulando de alguna manera, aunque no tiene ni idea de con qué
fines, pero asegura que no son buenas nuestras intenciones…
Bufé – Tonterías…
– Quieren que me aleje de ti – continuó e hizo una mueca – saben que no
soy un partido considerable o así me llamo Camila, apenas tienes 16 y yo soy un
monstruo que se está aprovechando de tu inexperiencia e inocencia tal vez con
la intención de robar tu alma....
– Shhh, no las escuches. Son tonterías… – repetí ansiosa. No quería que
escuchara las mil y un locuras que mis hermanas podrían estar diciendo, no
cuando a él le afectaba.
Yo sabía que estaban equivocadas.
– Ellas tienen razón – murmuró frunciendo aun más el entrecejo y de
nuevo esquivando mi mirada.
– ¿Qué? – solté incrédula al escucharlo, alejando mis manos de su cara.
– Me lo han dicho tantas veces… - musitó y finalmente soltó un largo suspiro, su mano se
restregó por su cara con fuerza, como si con eso fuera a relajar sus facciones.
– Lo sé. Pero quienes lo dicen no saben nada… - empecé a objetar.
– Ese es el problema – murmuró y dejo de recostarse a la pared, dando un
par de pasos, paso a mi lado y se detuvo a mis espaldas. Me gire para verlo,
estuvimos mirándonos frente a frente – Que saben de lo que hablan, que sus
advertencias, miedos y preocupaciones tienen base…
– No digas estupideces – lo corte abruptamente – Nadie sabe más de esto que nosotros, ignóralos.
No vale la pena escuchar cosas negativas, tu y yo sabemos que nos trajo hasta
aquí y aunque no sabemos a dónde nos va a llevar ¿eso qué importa? Lo
averiguaremos, pero los demás deben mantenerse al margen.
– Quisiera que fuera así de sencillo. Eso es lo que he estado haciendo
hasta ahora, pero al escuchar a las chicas temiendo por ti, diciendo las cosas
crudamente, me hace pensar que… – respiró profundamente – Quizás todos tienen
razón, no soy bueno para ti, no te convengo – determinó mirándome serio – no
puedo ofrecerte un futuro ni siquiera estabilidad. No tengo nada, Caroline.
Solo tengo un siglo de años encima, una hija y un pasado lleno de errores.
Fruncí el ceño y embace a balbucear cosas incoherentes por unos
segundos, no podía creer lo que decía, no cuando el parecía tan seguro como yo
sobre todo.
– Te he dicho que eso no me importa – le recordé cuando encontré las
palabras correctas para expresarme – La edad es solo un número y tu hija es
parte de tu pasado. Al aceptarte a ti, lo hice con todo y pasado incluido.
– No es tan sencillo, Caroline – insistió con tono lastimero.
– ¿Qué es lo complicado a parte de lo obvio? – Presioné – siempre siento
como si aun faltara algo que no me has dicho, si es así, quiero saberlo ahora.
– Simplemente hay cosas que no te convienen, una de esas cosas soy yo… -
esquivo mi pregunta, yéndose por la tangente.
– ¿Porqué diablos todos hablan por mi? – Solté molesta – nadie más que
yo sabe lo que me conviene o es bueno para mí. Soy joven, pero tengo neuronas
como cualquier persona, se lo que esta bien y lo que esta mal.
– Tal vez esto sea demasiado complicado, tal vez ellos tienen razón y
estamos jugando con fuego – dijo en un tono de voz demasiado tranquilo en
comparación con el mío.
– Jugar con fuego es mi hobbie – declaré sarcástica – ¿No lo has notado? Convivo con vampiros
¡incluso salgo con uno! aun cuando cualquiera podría pensar que arriesgo mi
vida a cada segundo, pero eso no me importa porque solo escucho lo que yo misma
pienso y es que tu eres completamente sano para mí.
– Caroline…
– He estado cara a cara con el dolor desde que tengo uso de razón. Se lo
que es, lo he vivido – continué ignorándolo – Se perfectamente lo que me hace
daño y lo que no, lo tengo más claro que nadie. ¡Odio, detesto, aborrezco
cuando quieren decidir por mí! Entiendo que se preocupen, pero es mi vida. Mis
problemas, mis dilemas, de nadie más.
– Solo quieren lo mejor para ti – murmuró mirándome dolido – Al igual
que yo, y sé que yo no soy lo mejor…
– ¡Basta! – Exclamé al borde, alzando las manos al aire – Si las vas a
escuchar y creer que no me convienes y toda esa palabrería, déjame sola.
– Hermosa, no te pongas así, por favor – dio un paso al frente pero yo
lo retrocedí de inmediato.
– ¡No! ¡No te pongas tú en ese plan! – pedí casi suplicante.
Podría manejar sentir que algo en mi vida se tambaleaba, pero que dos
cosas a la vez lo hicieran me trastornaba.
– ¡No estoy en ningún plan solo quiero que escuches y consideres bien
las cosas! – exclamó ahora el viéndose alterado él – Sabes que si por mi fuera,
estaría contigo por siempre, pero las cosas son más complicadas.
– Ambos sabemos desde un principio que esto no es fácil desde ningún
ángulo en el que se mire, pero decidimos intentarlo – reproché – Quizás estamos
locos y somos unos completos ilusos ¿y eso qué? ¡El ahora es que estamos
perfectamente bien con esto!
Su rostro se mantenía sin expresar alguna otra emoción que no fuera
seriedad – A eso me refiero, no va a ser fácil. Puede que ahora no te importe pero
después…
– ¿No me crees lo suficientemente madura y fuerte para soportar una
futura presión? – me lleve las manos a la cintura – puede que sea una simple y
débil humana, pero puedo ser el doble de fuerte que tu si me lo propongo –
desafié.
– No es eso – murmuró desesperado, se acerco a mí y acuno mi cara entre
sus manos y fijando sus ojos en los míos – solo quiero lo mejor para ti. Me
trastorna el hecho de estar de sobra en tu vida…
– No estás de sobra, eres parte de ella. No te quiero fuera, punto –
determiné – No quiero que me propongas un futuro ahora, no quiero tener
visiones. Simplemente quiero vivirlo. Siempre busco y vivo lo que me hace
feliz, luego me preocupo por lo demás ¿de qué sirven los planes? Mis padres
hicieron miles y no pudieron realizar ni la mitad – mis ojos se llenaron de
lagrimas, estaba tan susceptible que lo menos que necesitaba era un ataque de
complejos por parte de él.
Su mirada se torno torturada cuando escucho mis palabras.
– No sé que rayos vaya a pasar con nosotros. No sé si mañana comeré
pizza o ensalada ¡ni siquiera sé si lloverá! Lo único que sé es que yo viviré
sea lo que sea con tal de ser feliz o al menos intentarlo – una lagrima corrió
por mi mejilla y rápidamente la limpie con el dorso de mi mano – mi padre solía
decir que en la vida no hay que pensar demasiado, simplemente hay que actuar y
luego afrontar lo que se venga. Así vivo yo, porque no quiero que el día de
mañana muera llena de planes inconclusos y frustraciones reprimidas – diciendo
eso, dando esa extraña discusión por terminada, aparte sus manos de mi rostro.
Me di la vuelta y me dirigí a las escaleras, limpiando mis lágrimas y
figuradamente echando humo por los oídos.
– ¡Caroline! – lo escuché llamarme a mis espaldas.
– Ahora no Nahuel, necesito espacio – dije mas para mí que para él, pero
estaba muy segura que me había escuchado.
Baje las escaleras rápidamente, sin saber si él me seguía o no,
igualmente no me importaba. Mis pisadas eran pesadas y mis ojos picaban
intensamente. No sabía exactamente porque quería llorar, solo podía sentir una
gran presión sobre mis hombros que resultaba casi dolorosa mientras limpiaba
una y otra vez los rastros de mi llanto, sintiéndome completamente idiota.
Cuando baje el último escalón, alcé la mirada con la esperanza de que
Alice o Esme estuvieran en la sala, pero no había nadie.
Me deje caer en el mueble central de la sala, apoye mis codos sobre mis
rodillas y me cubrí la cara con las manos, en silencio calme mis sollozos.
Tenía un nudo en la garganta que me estaba impidiendo respirar, pero no quería
parecer más estúpida de lo que ya parecía, calmaría mis ganas de llorar a como
diera lugar.
Pasaron unos minutos y logre aliviar el nudo y controlar mi llanto. Solo
respiraba profundamente, relajándome. La presión se iba disipando lentamente y
aunque aun tenía un nivel considerable de estres, parecía cada vez más
llevadero. Estaba considerando subir e ir de nuevo con mis hermanas cuando
sentí, a mi derecha, como el mueble cedía ante el peso de alguien. Inmediatamente
imagine de quien se trataba.
– Déjame sola, por favor – pedí, no quería que Nahuel me viera como la
misma idiota débil que en ese momento parecía.
Paso un momento y no escuche respuesta alguna, pero sabía que seguía
sentado junto a mí, iba a encararlo cuando mis oídos captaron una respuesta que
altero los latidos de mi corazón al instante.
– Puedo irme si eso quieres - no era la voz de Nahuel. Con una lentitud
casi exagerada, aparte mis manos de mi rostro y me volví hacia mi derecha,
entonces todo el jodido planeta se detuvo.
Me encontré con los ojos más aturdidores que había visto en mi vida,
esos que ya reconocía en cualquier lugar o circunstancia a pesar de solo
haberlos visto un par de veces, sin contar en las que me aturdían en mis sueños.
Me quede completamente hipnotizada y sin poder contenerlo solté un jadeo por la
sorpresa y mis ojos se abrieron un poco más de lo normal.
– Seth – musité como tonta el nombre de mi última obsesión, porque eso
parecía, pensar en el, incluso soñar, parecía algo que no podía controlar, una
parte de mi quería hacerlo, me sentía completamente a su merced lo cual era
patético. Pero por otra parte, no tenía la voluntad suficiente para detenerme.
El no respondió, solo frunció el ceño y como las veces anteriores sentí
como me observaba de una manera clínica casi intimidante, haciendo que yo
terminara bajando la mirada. Mi corazón dio un salto casi doloroso al ser
consciente de la situación por completo.
Estaba mi lado y me miraba de cerca, muy de cerca para mi salud mental.
Entonces hizo algo inesperado. Alzo su mano derecha y con su pulgar limpio una
lagrima que se estaba secando en mi mejilla.
– ¿Por qué lloras? – preguntó, viéndose preocupado. Mi mejilla ardió
bajo su toque cálido y odie la sensación de frio que volvió cuando retiro su
mano – ¿Estas lastimada?
– No…no, es…estoy bien – aclaré tartamudeando, sin encontrar la
inteligencia suficiente para hablar como una persona normal. Sacudí mi cabeza
sintiéndome tonta – mis lagrimas se deben a mi estúpida forma de liberar
tensión, pero gracias por preocuparte – agradecí encarándolo de nuevo.
Medio sonrió – No es nada.
– ¿Qué haces aquí? – pregunté sin poder contener mi curiosidad.
Frunció el ceño – ¿Quieres que me vaya? Lo siento si te molesta que llegara
así, solo... – frunció más el ceño – me preocupe al verte llorar.
– ¡No! – respondí ansiosa y seguidamente me mordí la lengua para detener
las ridiculeces que podría decir – solo pregunto, aunque no debería extrañarme
verte aquí – seguí hablando atropelladamente, tratando de no sentirme demasiado
avergonzada por haber expresado los inexistentes deseos que tenia de que él se
alejara – es decir, las veces que nos hemos visto siempre apareces de la nada,
pareciera que estuvieras escondido tras las paredes o algo así.
¡Ya cierra la boca Roses! estás diciendo estupideces.
– Tengo el don de teletransportarme – confesó serio.
¡¿Que demonios?!
– ¿Enserio? – cuestioné mirándolo cautelosa.
Su semblante se relajo y sus labios se curvaron en una de esas hermosas
sonrisas, tan características en el – Para nada, el único don que poseo es el
de acabar con un guardarropa en una semana – murmuró riéndose – pero te lo has
creído realmente rápido.
Bufé – ¿Cómo quieres qué quede un
gramo de incredibilidad en mi cuando convivo con vampiros y semi vampiros? – me
quejé – si me dices que tu piel cambia de color, te conviertes de murciélago o
eres un centauro, te lo creería. Absolutamente nada es imposible para mis ojos
ahora.
El soltó una breve carcajada que me gusto más de lo que debería – ¿Centauro?
¿Hablas enserio?
Alce una ceja – ¿Vampiros? ¿Hablas enserio? – dije sarcástica.
– Vale, vale – rió de nuevo – pero aun creo que tu imaginación es algo
extremista.
Rodé los ojos – Tu lo dices porque estas acostumbrado a todo este mundo
de fantasía, por lo que sea que eres, es natural para ti. Pero yo no crecí
entre colmillos ni perfecciones faciales, soy humana recuerda, crecí entre
dientes de leche y personas no deslumbrantes, en su mayoría.
– Por lo que veo aun no sabes que es lo que “soy” – hizo las comillas
con sus dedos mientras seguía riéndose.
– No y por favor no lo digas – pedí – no hoy, si recibo otra noticia
fuerte moriré de un infarto y joder, quiero llegar a los 17 – dramaticé.
El solo sonrió mas ampliamente mientras me miraba divertido.
– Así que… no respondiste ¿Qué haces aquí? es decir, se que eres amigo
de la familia y todo eso, pero tengo semanas visitándolos y a penas te he visto
un par de veces – Tres veces, exactamente, como olvidarlo. - creí que no eras
muy cercano…
– Vine de visita – respondió, con semblante sereno.
– Es bastante tarde para una visita – señalé.
– Cuando vas a visitar vampiros, la hora no es algo que se tome mucho en
cuenta.
– Supongo que tienes razón – me encogí entre hombros.
– Soy bastante cercano a los Cullen – me contó – si no me viste antes es
porque…digamos que recién regreso de un largo viaje que hice – una sonrisa
ladina adorno su rostro – algo importante me ha hecho volver.
– ¿Viaje? ¿Estabas fuera de Forks?– solté aun más curiosa, todo lo que
se trataba de él me intrigaba, o tal vez solo quería que siguiera hablando para
no perder el sonido de su voz.
Visualicé que trataba de contener una sonrisa. Joder, parecía una
acosadora, tenía que moderar mis preguntas, no quería que supiera el patético
efecto que tenia sobre mí, uno muy extraño he de decir.
– No me refería a ese tipo de viaje...fue más como un viaje…algo
estancado, no sé bien cómo explicarlo… Sigues en el mismo sitio pero te
sientes…
– A millones de kilómetros – complete al comprender – se a lo que te
refieres, hice un viaje de esos hace un par de años atrás – conté con una
sonrisa tonta, al ver la manera en la que habíamos llamado los episodios
difíciles de nuestras vidas.
– Exactamente – rió brevemente, exponiendo sus blancos dientes, que
hicieron contraste con su rojiza y preciosa piel morena.
Sonreí sin poder evitarlo.
– ¿Ya te sientes mejor? Al menos ahora sonríes, me agrada mas verte
sonriendo que llorando.
Asentí sonrojándome – Gracias, supongo que hablar contigo me ha
distraído un poco.
– No es nada. Estoy a tus órdenes para lo que sea que necesites, así sea
una charla extraña sobre los viajes de un desconocido – me reí ante sus
palabras – puedo ser molesto por un rato mas, si es lo que necesitas.
El parecía preocuparse por mi bienestar, aun sin conocerme me ofrecía un
apoyo incondicional, ese hecho me hacía sentir una extraña sensación de alivio
y satisfacción, como si el solo hecho de compartir esa corta conversación con
él, hubiese hecho la situación mucho más liviana.
– Gracias – dije sonriéndole sinceramente – pero estoy bien, por los
momentos ¿podrías seguir molestándome un rato más? soy bastante masoquista y me
agrada que lo hagas.
Cruzándose de brazos se recostó al espaldar del mueble. Observe
atentamente ese hecho, sus brazos bien formados, ahora ejerciendo presión,
rodeados de tendones y venas que les daban una aparecía más fuerte y ruda.
– Lo que pida la señorita – concedió con un tono ridículamente formal.
Paso un rato mas donde hablamos de simples trivialidades, pero por esos
momentos, me hacía mucho bien reír de cosas tontas, su compañía era enteramente
vigorizante para mí. Como un choque de energía al quedarme sin baterías.
Terminé, al igual que él, recostada al espaldar. Nos habíamos quedado en
silencio. Yo miraba fijamente la pantalla apagada del plasma que se encontraba
frente a mí. Analizando cada sensación que estaba experimentando, seguía
sintiendo como si se me escapara un detalle.
El vibrar de mi teléfono en mi bolsillo me saco de mis ensoñaciones, los
saque rápidamente y vi que se trataba de un mensaje:
“Line ya sé lo que paso con Karen, espero se sienta mejor y que todo
esto, no resulte demasiado. Quisiera ir a apoyarte, pero mis padres no me han
dejado salir de la Push”
Ness.
Rápidamente empecé a teclear la respuesta.
“Todo está bien, gracias a tu familia. Las chicas están histéricas, pero
supongo que luego todo será más sencillo y no te preocupes por mí, todos aquí
han sido muy comprensivos con la situación y no puedo sentirme más apoyada”
Luego de enviar el mensaje, estaba a punto de guardar mi móvil de nuevo,
cuando visualice el fondo de la pantalla. Había una foto de Nahuel y mía,
sentados en el mueble de mi casa. Estábamos riéndonos sobre una estupidez que
Camila había dicho, mientras nos mirabamos. Karen nos la había tomado. Se veía
muy natural, era una captura de uno de los muchos momentos en los que me sentí
bien con él.
Suspire con pesadez. A penas esa tarde las chicas se llevaban de
maravilla con él, ahora le decían monstruo y pensaban que tenía la intención de
corromper a su inocente hermanita.
Mi móvil vibro de nuevo entre mis manos, he hizo que diera un salto por
la sorpresa, pero aun peor fue como salto mi corazón al ver el nombre en el
identificador que registraba la llamada entrante.
Tía Melanie.
¡Joder!
Me mordí el labio y me quede mirando la pantalla, releyendo una y otra
vez el nombre de mi tía. ¿Qué le diría? ¿Había llegado a casa antes de lo
previsto?
Respiré profundo tres veces, recordando el ejercicio que Nahuel me había
aconsejado para calmarme.
– ¿Bueno? – contesté tratando de sonar natural.
– ¿Caroline? ¿Dónde estás?
– En casa de Carlie – mentí con naturalidad – ya te había avisado.
– Cierto – suspiró – perdona cielo lo olvide, es que salí con tu tío
Fred y deje a las chicas en casa. He llamado unas 10 veces y no responden…
– Ellas están aquí – la calme – se encuentran bien…
– ¿Cómo que están contigo?
– Carlie las invito a quedarse, cuando me entere que estaban solas quise
irme a acompañarlas pero el señor Swan nos ofreció su casa, para que no
pasáramos la noche solas… - argumenté la primera historia que me llego a la
mente.
– Oh, es muy amable de su parte, dale las gracias – me recordó y yo
medio reí ante sus palabras, seguía tratándome como si tuviera diez años.
– Se las he dado.
– Esa es mi chica… pero quiero saber porque no responden sus teléfonos
¿podrías ponerlas al teléfono?
– Es… es que están dormidas – solté de golpe, esperando que no se diera
cuenta de mi teatro barato – yo estoy en la sala viendo películas con Carlie…
– Caroline – dijo por lo bajo con tono reprendedor – tengo un mal
presentimiento y para quedarme tranquila necesito irme a dormir habiéndolas
escuchado a las tres.
Suspiré, ella y su instinto maternal... – Ok, espera iré a la habitación
de Carlie a despertarlas.
– Perfecto, te llamo en cinco minutos – colgó.
Aleje el teléfono de mi oído. De nuevo visualice la foto y sentí una
punzada en el pecho, odiando la situación, odiando haberle gritado, odiando que
el estuviera dudando, pero sobre todo odiado estar peleada con él. Tome e
teléfono en mi puño y mire a Seth, quien estaba observándome. Me sentí incomoda
como si me hubiera visto haciendo algo que no debía.
El causaba en mi, sentimientos confusos. Por un lado lo veía como un
chico que además de estar buenísimo, tenía una hermosa sonrisa, pero por otro
sentía que me llamaba como un imán, me intrigaba todo de él, había algo en su
presencia que cambiaba por completo mi atmosfera… y ese efecto iba mas allá de
lo que su físico irradiaba…
– Lo siento, pero debo irme. Fue genial volver a verte – dije sincera y
sus ojos se vieron brillantes al escucharme, yo solo sonreí – nos vemos – y sin
poder contenerme me acerque y le di un tímido y rápido beso en la mejilla, su
temperatura estaba tan alta como la recordaba. Luego me puse de pie para ir con
mis hermanas.
Cuando alce la vista a las escaleras, vi a Nahuel bajando. Nos miramos y
podría jurar que me dolió ver sus ojos, parecía triste y dolido, más no
molesto. Supuse que ambos nos sentíamos de la misma manera con lo que había
pasado. Los dos habíamos sido unos completos tontos.
– Nahuel… – murmuré empezando a
subir en su dirección – Lo siento – me disculpé sin un gramo de orgullo
obstruyendo mis palabras.
– Lo sé – dijo con una sonrisa como si pudiera leer mi mente y tan solo
con ese hecho supe que me había perdonado – Yo también lo siento – murmuró una
vez que estuvimos a la misma altura de la escalera y nos fundimos en un fuerte
abrazo.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~'
Hola mis chicas como han estado? espero que bien... bueno aqui les dejo este capitulo, perdonen la tardanza pero no les dare mas excusas, espero simplemente les haya gustado aunque sea un poco, con eso me conformo ^^' bueno, paso a avisar que se me ha dañado la laptop y bueno estare ausente hasta nuevo aviso, a penas pueda publicare. Por surte salgo de vacaciones el 16 y les prometo que me tendraan de lleno por aqui en mis dias libres. Las amo y gracias por estar siempre allí.
CaroR.
Hola mis chicas como han estado? espero que bien... bueno aqui les dejo este capitulo, perdonen la tardanza pero no les dare mas excusas, espero simplemente les haya gustado aunque sea un poco, con eso me conformo ^^' bueno, paso a avisar que se me ha dañado la laptop y bueno estare ausente hasta nuevo aviso, a penas pueda publicare. Por surte salgo de vacaciones el 16 y les prometo que me tendraan de lleno por aqui en mis dias libres. Las amo y gracias por estar siempre allí.
CaroR.
6 Palabritas que me inspiran :):
carooo yo gusto queria hablarte !! jjjajaaj da lo mismo espero que vuelvas prontito ... como siempre me gustoo tu cap creo que ya te lo he dichoo ajaaja sigue asi te felicitoo y siempre que sea de tu ayuda ahi estaree ...cuidate hablamos adiosin
Hola Caro espero estes bien, el capitulo estuvo muy bueno, pobre Caroline entre lo que paso con sus hermanas y el pleito con Nahuel no da para mas, lo bueno fue que llego Seth a darle un poco de distraccion con una simple platica, sin duda estos ya se atraen como iman solo hay que esperar a ver que sucede ahora que se vaya Nahuel...... Gracias Caro por publicar y sabes que siempre estaremos aqui esperandote para cuando puedas publicar...... Besos
me encantooooooooo!!!!!!!!pero pobre seth escuchando y viendo todo;;;no puedo esperar al prox capiiiiiiespero estes bien y q consigas una laptop nueva!!!!!!no te olvides de nosotras!!!!!!:-))BESOS!!!
oooo por diosss, hiper ame el cap. estubo tannnnnnn genialllllllll :D y Seth tan lindo y tierno como siempre, ya quiero que se valla Nahuel para que Seth tenga chance con Caroline, y se amen por siempre y para siempre aaa y que Nahuel encuentre a alguien cuando valla de viajes así el no queda solo y triste y Caroline no quede con remordimiento de consiencias :)
besos cuidate
He amado este capítulo con toda mi alma♥
He sentido todo lo que Caro sentía, y ahora no se si reír o llorar >< Maldita trompita! jajaja nah, tequierodemasiado*--*
En cuanto tengas vacaciones te quiero ver aquí con otro cap! x__x me ha encantado este y quiero saber que más pasa, jojo Nahuel me ha sorprendido pero supongo que esperaba algo así de su parte, porque hay que empezar a dejar vía libre a Seth si no quieres que Caro acabe casandose con una roca (? jajajaja me acuerdo de cuando hablamos de eso:')
Bueno cariño, te dejo sin nada más que decir porque a sido simplemente perfecto*-*
Me encanta.
Te adoro!
L'
Hola Caro perdon por no averte leido antes pero e estado muy ocupada estas ultimas semana en la escuela pero porfin tube un tiempo y lei el capi que me encanto simplemente amo a Nahuel muero pr saber que pasa entre caroline y seth cuando nahuel se valla, me facina la historia.
Que estes muy bien.
Besos.
Publicar un comentario