Seguidores

martes, 6 de diciembre de 2011

Entre Terceros - Capitulo 18 "Jugando con Fuego"



POV CAROLINE.




Aún con la mano alrededor de la manilla dorada, cerré los ojos con fuerza y con un suspiro en el que pretendía liberar toda la presión que sentía en ese instante, me recosté a la puerta anteriormente cerrada.



Estaba frustrada hasta los niveles máximos permitidos en mi organismo. La fina línea que dividía mi vida aparentemente normal con la que tenía una parte mística, se había desvanecido y las dos vidas habían colisionado sorpresivamente, tomándome con la guardia baja y sin armas suficientes para acaparar el golpe.

La situación era difícil, tal como lo había imaginado, pero eso no era lo peor, el problema estaba en que yo no sabía de qué otra forma manejarlo, quería que todo encajara y siguiera un curso natural, pero no lo lograba, era completamente exasperante.

A pesar de que estaba concentrada en mi exasperación, me sentí observada y por puro reflejo abrí los ojos. Me encontré con Nahuel, recostado en la pared, frente a mí, con las manos metidas en sus bolsillos y sus ojos fijos en mí. En su mirada encontré esa calidez que lo caracterizaba y sin pensarlo demasiado camine hacia él y lo abrace, rodeé su cintura con mis brazos y me aferre con fuerza a él. Sentí como correspondió el gesto de manera inmediata y beso mi coronilla, cerré los ojos respirando profundo. Aguardo en silencio unos minutos, sabía que había escuchado la conversación que había tenido con las chicas y agradecí que me diera un momento para relajarme.

– Creo que lo difícil ya paso – comentó, rompiendo el silencio.

– Supongo – murmuré – ahora solo queda esperar… es tan exasperante.

– Tienes que relajarte, hermosa ¿Recuerdas esa noche en la que Alice te dijo que eran familia? - Asentí recordando lo que él decía –  ¿Recuerdas qué colapsaste ante tanta información? – volvió a interrogar.

– Si – susurré entendiendo a lo que quería llegar – Eran demasiadas cosas…

– Exactamente, tú la recibiste por partes. Karen y Camila la han recibido toda de golpe y con una mala experiencia incluida, para serte sincero creo que lo han tomado de la mejor manera posible ante todo lo que paso.

Lo escuche atentamente. El tenía toda la razón, tal vez yo estaba pidiendo demasiado de parte de mis hermanas, solo quería que lo aceptaran, pero no había pensando con detenimiento todo lo que habían vivido, toda la información que habían recibido en una sola noche.

Suspiré – Soy tan estúpida – me regañe – tengo que disculparme, le he gritado a Camila… –  intente separarme de él, pero sus brazos hicieron presión a mi alrededor, impidiéndomelo.

– Fue la presión, ellas lo entienden. Estarán bien, solo hay que darles tiempo… – me recordó con tono aterciopelado –  ahora solo deja que las cosas se asientan un poco, las tres están alteradas, lo mejor es que hablen cuando estén más calmadas.

– Tienes razón – coincidí, tranquilizándome y dejando descansar mi mejilla en su pecho, cerrando los ojos de nuevo, completamente envuelta en esa aura que el irradiaba, esa en la que yo me sentía un poquito más fuerte y protegida.

– ¿Qué quieres hacer ahora?

– Nada. Estoy muy cómoda – murmuré sintiendo como el ajetreo del día empezaba a pasarme factura con un gran cansancio.

– Yo también – apretó un poco más su agarre – Se que esto va a sonar mal, pero me alivia infinitamente haberte tenido fuera de Forks durante el tiempo en que todo paso… no puedo conciliar la idea de que te hubieran atacado a ti… lamento mucho lo que paso con Karen y estoy muy aliviado de que allá salido bien de esto, pero desde ahora me volveré obsesivo con respecto a ti. No pensé que alguno fuera ir a tu casa, imaginar que algo como eso hubiera pasado uno de esos días donde te quedaba sola…

– Shhh… no paso, ni pasará. No creo que tengamos tan mala suerte – dije tratando de parar su paranoia.

Suspiró – Estuve pensando que atrasaría mi viaje, por una semana para irme completamente seguro…

Me separe de él para poder mirarlo a la cara, el mantuvo sus manos en mi cintura – Eso es muy lindo de tu parte, pero debo decir que no – me negué de inmediato.

–  ¿Tienes tanta prisa en librarte de mí? – bromeó pero sabía que una parte de él lo preguntaba seriamente.

– No es eso – rodé los ojos – pero sabes que solo pasas un mes con Canela lo cual es muy poco, no quiero interferir en ese tiempo que dedicas a tu hija. Es algo que a ella le pertenece por derecho, no quiero que dejes de pasar unos días con ella solo por quedarte aquí cuidándome. Así que te irás mañana temprano y yo me quedare aquí esperando a que vuelvas – sonrió ante mis palabras – todo va a estar bien, créeme. Alice estará cerca – agregué para calmarlo por completo.

– Eso es lo único que me mantiene algo tranquilo, se que ella te cuidara pase lo que pase.

– Alice ha hecho muchísimo por nosotras, les ha salvado la vida a mis hermanas y me ha cuidado siempre. Quisiera poder devolverlealgo a cambio por tantas molestias…

– Tú le das todo con tan solo aceptarla, ella es realmente feliz con la idea de tenerlas a ustedes. Supongo que los lazos familiares no se rompen ni con la inmortalidad.

– Quisiera decir que nos unen lazos sanguíneos, pero sería un mal chiste tomando en cuenta las circunstancias – murmuré soltando una risita tonta.

El simplemente rió, como cada vez que decía alguna tontería, correspondí la sonrisa observando la suya, la cual era deslumbrante, aun cuando ya estaba acostumbrada a verla... sin embargo, deje de observarla cuando se desvaneció rápidamente y su cara tomo un gesto serio, con el ceño fruncido. De repente sus manos dejaron de sostener mi cintura, se posaron de nuevo en sus bolsillos.

–  ¿Qué pasa? – pregunté confundida por su cambio de actitud, dando un paso hacia atrás.

Sus ojos dejaron de mirarme y su mirada se perdió en un punto fijo en la nada, no respondió.

–  Nahuel ¿sigues ahí o entraste en estado de coma? – lo llame, tomando su rostro entre mis manos logrando que me mirara, ya había empezado a preocuparme, su entrecejo no se relajaba.

– Nada… – murmuró.

– Nahuel… – insistí alzando una ceja – Dímelo.

– No es nada, enserio – mintió.

– Se que mientes. Solo dímelo…

Suspiró – No puedo evitar escuchar lo que ellas dicen – confesó.

Tarde un par de segundos en entender a que se refería. La conversación de mis hermanas.

–  ¿Qué es lo que han dicho para que te quedaras así? – Interrogue preocupada – sea lo que sea que digan ellas están bajo presión, tú mismo lo has dicho…

– Solo discuten – resumió – están preocupadas por ti.

Solté un suspiro de puro fastidio – Les he dicho que he estado perfectamente con ustedes cerca, no sé porque se les hace tan difícil entenderlo…

– Ellas… bueno Karen lo duda, pero Camila suena más convencida… de que te estamos manipulando de alguna manera, aunque no tiene ni idea de con qué fines, pero asegura que no son buenas nuestras intenciones…

Bufé – Tonterías…

– Quieren que me aleje de ti – continuó e hizo una mueca – saben que no soy un partido considerable o así me llamo Camila, apenas tienes 16 y yo soy un monstruo que se está aprovechando de tu inexperiencia e inocencia tal vez con la intención de robar tu alma....

– Shhh, no las escuches. Son tonterías… – repetí ansiosa. No quería que escuchara las mil y un locuras que mis hermanas podrían estar diciendo, no cuando a él le afectaba.

Yo sabía que estaban equivocadas.

– Ellas tienen razón – murmuró frunciendo aun más el entrecejo y de nuevo esquivando mi mirada.

– ¿Qué? – solté incrédula al escucharlo, alejando mis manos de su cara.

– Me lo han dicho tantas veces… - musitó y finalmente soltó un largo suspiro, su mano se restregó por su cara con fuerza, como si con eso fuera a relajar sus facciones.

– Lo sé. Pero quienes lo dicen no saben nada… - empecé a objetar.

– Ese es el problema – murmuró y dejo de recostarse a la pared, dando un par de pasos, paso a mi lado y se detuvo a mis espaldas. Me gire para verlo, estuvimos mirándonos frente a frente – Que saben de lo que hablan, que sus advertencias, miedos y preocupaciones tienen base…

– No digas estupideces – lo corte abruptamente –  Nadie sabe más de esto que nosotros, ignóralos. No vale la pena escuchar cosas negativas, tu y yo sabemos que nos trajo hasta aquí y aunque no sabemos a dónde nos va a llevar ¿eso qué importa? Lo averiguaremos, pero los demás deben mantenerse al margen.

– Quisiera que fuera así de sencillo. Eso es lo que he estado haciendo hasta ahora, pero al escuchar a las chicas temiendo por ti, diciendo las cosas crudamente, me hace pensar que… – respiró profundamente – Quizás todos tienen razón, no soy bueno para ti, no te convengo – determinó mirándome serio – no puedo ofrecerte un futuro ni siquiera estabilidad. No tengo nada, Caroline. Solo tengo un siglo de años encima, una hija y un pasado lleno de errores.

Fruncí el ceño y embace a balbucear cosas incoherentes por unos segundos, no podía creer lo que decía, no cuando el parecía tan seguro como yo sobre todo.

– Te he dicho que eso no me importa – le recordé cuando encontré las palabras correctas para expresarme – La edad es solo un número y tu hija es parte de tu pasado. Al aceptarte a ti, lo hice con todo y pasado incluido.

– No es tan sencillo, Caroline – insistió con tono lastimero.

– ¿Qué es lo complicado a parte de lo obvio? – Presioné – siempre siento como si aun faltara algo que no me has dicho, si es así, quiero saberlo ahora.

– Simplemente hay cosas que no te convienen, una de esas cosas soy yo… - esquivo mi pregunta, yéndose por la tangente.

– ¿Porqué diablos todos hablan por mi? – Solté molesta – nadie más que yo sabe lo que me conviene o es bueno para mí. Soy joven, pero tengo neuronas como cualquier persona, se lo que esta bien y lo que esta mal.

– Tal vez esto sea demasiado complicado, tal vez ellos tienen razón y estamos jugando con fuego – dijo en un tono de voz demasiado tranquilo en comparación con el mío.

– Jugar con fuego es mi hobbie – declaré sarcástica –  ¿No lo has notado? Convivo con vampiros ¡incluso salgo con uno! aun cuando cualquiera podría pensar que arriesgo mi vida a cada segundo, pero eso no me importa porque solo escucho lo que yo misma pienso y es que tu eres completamente sano para mí.

– Caroline…

– He estado cara a cara con el dolor desde que tengo uso de razón. Se lo que es, lo he vivido – continué ignorándolo – Se perfectamente lo que me hace daño y lo que no, lo tengo más claro que nadie. ¡Odio, detesto, aborrezco cuando quieren decidir por mí! Entiendo que se preocupen, pero es mi vida. Mis problemas, mis dilemas, de nadie más.

– Solo quieren lo mejor para ti – murmuró mirándome dolido – Al igual que yo, y sé que yo no soy lo mejor…

– ¡Basta! – Exclamé al borde, alzando las manos al aire – Si las vas a escuchar y creer que no me convienes y toda esa palabrería, déjame sola.

– Hermosa, no te pongas así, por favor – dio un paso al frente pero yo lo retrocedí de inmediato.

– ¡No! ¡No te pongas tú en ese plan! – pedí casi suplicante.

Podría manejar sentir que algo en mi vida se tambaleaba, pero que dos cosas a la vez lo hicieran me trastornaba.

– ¡No estoy en ningún plan solo quiero que escuches y consideres bien las cosas! – exclamó ahora el viéndose alterado él – Sabes que si por mi fuera, estaría contigo por siempre, pero las cosas son más complicadas.

– Ambos sabemos desde un principio que esto no es fácil desde ningún ángulo en el que se mire, pero decidimos intentarlo – reproché – Quizás estamos locos y somos unos completos ilusos ¿y eso qué? ¡El ahora es que estamos perfectamente bien con esto!

Su rostro se mantenía sin expresar alguna otra emoción que no fuera seriedad – A eso me refiero, no va a ser fácil. Puede que ahora no te importe pero después…

– ¿No me crees lo suficientemente madura y fuerte para soportar una futura presión? – me lleve las manos a la cintura – puede que sea una simple y débil humana, pero puedo ser el doble de fuerte que tu si me lo propongo – desafié.

– No es eso – murmuró desesperado, se acerco a mí y acuno mi cara entre sus manos y fijando sus ojos en los míos – solo quiero lo mejor para ti. Me trastorna el hecho de estar de sobra en tu vida…

– No estás de sobra, eres parte de ella. No te quiero fuera, punto – determiné – No quiero que me propongas un futuro ahora, no quiero tener visiones. Simplemente quiero vivirlo. Siempre busco y vivo lo que me hace feliz, luego me preocupo por lo demás ¿de qué sirven los planes? Mis padres hicieron miles y no pudieron realizar ni la mitad – mis ojos se llenaron de lagrimas, estaba tan susceptible que lo menos que necesitaba era un ataque de complejos por parte de él.

Su mirada se torno torturada cuando escucho mis palabras.

– No sé que rayos vaya a pasar con nosotros. No sé si mañana comeré pizza o ensalada ¡ni siquiera sé si lloverá! Lo único que sé es que yo viviré sea lo que sea con tal de ser feliz o al menos intentarlo – una lagrima corrió por mi mejilla y rápidamente la limpie con el dorso de mi mano – mi padre solía decir que en la vida no hay que pensar demasiado, simplemente hay que actuar y luego afrontar lo que se venga. Así vivo yo, porque no quiero que el día de mañana muera llena de planes inconclusos y frustraciones reprimidas – diciendo eso, dando esa extraña discusión por terminada, aparte sus manos de mi rostro. Me di la vuelta y me dirigí a las escaleras, limpiando mis lágrimas y figuradamente echando humo por los oídos.

– ¡Caroline! – lo escuché llamarme a mis espaldas.

– Ahora no Nahuel, necesito espacio – dije mas para mí que para él, pero estaba muy segura que me había escuchado.

Baje las escaleras rápidamente, sin saber si él me seguía o no, igualmente no me importaba. Mis pisadas eran pesadas y mis ojos picaban intensamente. No sabía exactamente porque quería llorar, solo podía sentir una gran presión sobre mis hombros que resultaba casi dolorosa mientras limpiaba una y otra vez los rastros de mi llanto, sintiéndome completamente idiota.

Cuando baje el último escalón, alcé la mirada con la esperanza de que Alice o Esme estuvieran en la sala, pero no había nadie.

Me deje caer en el mueble central de la sala, apoye mis codos sobre mis rodillas y me cubrí la cara con las manos, en silencio calme mis sollozos. Tenía un nudo en la garganta que me estaba impidiendo respirar, pero no quería parecer más estúpida de lo que ya parecía, calmaría mis ganas de llorar a como diera lugar.

Pasaron unos minutos y logre aliviar el nudo y controlar mi llanto. Solo respiraba profundamente, relajándome. La presión se iba disipando lentamente y aunque aun tenía un nivel considerable de estres, parecía cada vez más llevadero. Estaba considerando subir e ir de nuevo con mis hermanas cuando sentí, a mi derecha, como el mueble cedía ante el peso de alguien. Inmediatamente imagine de quien se trataba.

– Déjame sola, por favor – pedí, no quería que Nahuel me viera como la misma idiota débil que en ese momento parecía.

Paso un momento y no escuche respuesta alguna, pero sabía que seguía sentado junto a mí, iba a encararlo cuando mis oídos captaron una respuesta que altero los latidos de mi corazón al instante.

– Puedo irme si eso quieres - no era la voz de Nahuel. Con una lentitud casi exagerada, aparte mis manos de mi rostro y me volví hacia mi derecha, entonces todo el jodido planeta se detuvo.

Me encontré con los ojos más aturdidores que había visto en mi vida, esos que ya reconocía en cualquier lugar o circunstancia a pesar de solo haberlos visto un par de veces, sin contar en las que me aturdían en mis sueños. Me quede completamente hipnotizada y sin poder contenerlo solté un jadeo por la sorpresa y mis ojos se abrieron un poco más de lo normal.

– Seth – musité como tonta el nombre de mi última obsesión, porque eso parecía, pensar en el, incluso soñar, parecía algo que no podía controlar, una parte de mi quería hacerlo, me sentía completamente a su merced lo cual era patético. Pero por otra parte, no tenía la voluntad suficiente para detenerme.

El no respondió, solo frunció el ceño y como las veces anteriores sentí como me observaba de una manera clínica casi intimidante, haciendo que yo terminara bajando la mirada. Mi corazón dio un salto casi doloroso al ser consciente de la situación por completo.

Estaba mi lado y me miraba de cerca, muy de cerca para mi salud mental. Entonces hizo algo inesperado. Alzo su mano derecha y con su pulgar limpio una lagrima que se estaba secando en mi mejilla.

– ¿Por qué lloras? – preguntó, viéndose preocupado. Mi mejilla ardió bajo su toque cálido y odie la sensación de frio que volvió cuando retiro su mano – ¿Estas lastimada?

– No…no, es…estoy bien – aclaré tartamudeando, sin encontrar la inteligencia suficiente para hablar como una persona normal. Sacudí mi cabeza sintiéndome tonta – mis lagrimas se deben a mi estúpida forma de liberar tensión, pero gracias por preocuparte – agradecí encarándolo de nuevo.

Medio sonrió – No es nada.

– ¿Qué haces aquí? – pregunté sin poder contener mi curiosidad.

Frunció el ceño – ¿Quieres que me vaya? Lo siento si te molesta que llegara así, solo... – frunció más el ceño – me preocupe al verte llorar.

– ¡No! – respondí ansiosa y seguidamente me mordí la lengua para detener las ridiculeces que podría decir – solo pregunto, aunque no debería extrañarme verte aquí – seguí hablando atropelladamente, tratando de no sentirme demasiado avergonzada por haber expresado los inexistentes deseos que tenia de que él se alejara – es decir, las veces que nos hemos visto siempre apareces de la nada, pareciera que estuvieras escondido tras las paredes o algo así.

¡Ya cierra la boca Roses! estás diciendo estupideces.

– Tengo el don de teletransportarme – confesó serio.

¡¿Que demonios?!

– ¿Enserio? – cuestioné mirándolo cautelosa.

Su semblante se relajo y sus labios se curvaron en una de esas hermosas sonrisas, tan características en el – Para nada, el único don que poseo es el de acabar con un guardarropa en una semana – murmuró riéndose – pero te lo has creído realmente rápido.

Bufé –  ¿Cómo quieres qué quede un gramo de incredibilidad en mi cuando convivo con vampiros y semi vampiros? – me quejé – si me dices que tu piel cambia de color, te conviertes de murciélago o eres un centauro, te lo creería. Absolutamente nada es imposible para mis ojos ahora.

El soltó una breve carcajada que me gusto más de lo que debería – ¿Centauro? ¿Hablas enserio?

Alce una ceja – ¿Vampiros? ¿Hablas enserio? – dije sarcástica.

– Vale, vale – rió de nuevo – pero aun creo que tu imaginación es algo extremista.

Rodé los ojos – Tu lo dices porque estas acostumbrado a todo este mundo de fantasía, por lo que sea que eres, es natural para ti. Pero yo no crecí entre colmillos ni perfecciones faciales, soy humana recuerda, crecí entre dientes de leche y personas no deslumbrantes, en su mayoría.

– Por lo que veo aun no sabes que es lo que “soy” – hizo las comillas con sus dedos mientras seguía riéndose.

– No y por favor no lo digas – pedí – no hoy, si recibo otra noticia fuerte moriré de un infarto y joder, quiero llegar a los 17 – dramaticé.

El solo sonrió mas ampliamente mientras me miraba divertido.

– Así que… no respondiste ¿Qué haces aquí? es decir, se que eres amigo de la familia y todo eso, pero tengo semanas visitándolos y a penas te he visto un par de veces – Tres veces, exactamente, como olvidarlo. - creí que no eras muy cercano…

– Vine de visita – respondió, con semblante sereno.

– Es bastante tarde para una visita – señalé.

– Cuando vas a visitar vampiros, la hora no es algo que se tome mucho en cuenta.

– Supongo que tienes razón – me encogí entre hombros.

– Soy bastante cercano a los Cullen – me contó – si no me viste antes es porque…digamos que recién regreso de un largo viaje que hice – una sonrisa ladina adorno su rostro – algo importante me ha hecho volver.

– ¿Viaje? ¿Estabas fuera de Forks?– solté aun más curiosa, todo lo que se trataba de él me intrigaba, o tal vez solo quería que siguiera hablando para no perder el sonido de su voz.

Visualicé que trataba de contener una sonrisa. Joder, parecía una acosadora, tenía que moderar mis preguntas, no quería que supiera el patético efecto que tenia sobre mí, uno muy extraño he de decir.

– No me refería a ese tipo de viaje...fue más como un viaje…algo estancado, no sé bien cómo explicarlo… Sigues en el mismo sitio pero te sientes…

– A millones de kilómetros – complete al comprender – se a lo que te refieres, hice un viaje de esos hace un par de años atrás – conté con una sonrisa tonta, al ver la manera en la que habíamos llamado los episodios difíciles de nuestras vidas.

– Exactamente – rió brevemente, exponiendo sus blancos dientes, que hicieron contraste con su rojiza y preciosa piel morena.

Sonreí sin poder evitarlo.

– ¿Ya te sientes mejor? Al menos ahora sonríes, me agrada mas verte sonriendo que llorando.

Asentí sonrojándome – Gracias, supongo que hablar contigo me ha distraído un poco.

– No es nada. Estoy a tus órdenes para lo que sea que necesites, así sea una charla extraña sobre los viajes de un desconocido – me reí ante sus palabras – puedo ser molesto por un rato mas, si es lo que necesitas.

El parecía preocuparse por mi bienestar, aun sin conocerme me ofrecía un apoyo incondicional, ese hecho me hacía sentir una extraña sensación de alivio y satisfacción, como si el solo hecho de compartir esa corta conversación con él, hubiese hecho la situación mucho más liviana.

– Gracias – dije sonriéndole sinceramente – pero estoy bien, por los momentos ¿podrías seguir molestándome un rato más? soy bastante masoquista y me agrada que lo hagas.

Cruzándose de brazos se recostó al espaldar del mueble. Observe atentamente ese hecho, sus brazos bien formados, ahora ejerciendo presión, rodeados de tendones y venas que les daban una aparecía más fuerte y ruda.

– Lo que pida la señorita – concedió con un tono ridículamente formal.

Paso un rato mas donde hablamos de simples trivialidades, pero por esos momentos, me hacía mucho bien reír de cosas tontas, su compañía era enteramente vigorizante para mí. Como un choque de energía al quedarme sin baterías.

Terminé, al igual que él, recostada al espaldar. Nos habíamos quedado en silencio. Yo miraba fijamente la pantalla apagada del plasma que se encontraba frente a mí. Analizando cada sensación que estaba experimentando, seguía sintiendo como si se me escapara un detalle.

El vibrar de mi teléfono en mi bolsillo me saco de mis ensoñaciones, los saque rápidamente y vi que se trataba de un mensaje:

“Line ya sé lo que paso con Karen, espero se sienta mejor y que todo esto, no resulte demasiado. Quisiera ir a apoyarte, pero mis padres no me han dejado salir de la Push”

Ness.

Rápidamente empecé a teclear la respuesta.

“Todo está bien, gracias a tu familia. Las chicas están histéricas, pero supongo que luego todo será más sencillo y no te preocupes por mí, todos aquí han sido muy comprensivos con la situación y no puedo sentirme más apoyada”

Luego de enviar el mensaje, estaba a punto de guardar mi móvil de nuevo, cuando visualice el fondo de la pantalla. Había una foto de Nahuel y mía, sentados en el mueble de mi casa. Estábamos riéndonos sobre una estupidez que Camila había dicho, mientras nos mirabamos. Karen nos la había tomado. Se veía muy natural, era una captura de uno de los muchos momentos en los que me sentí bien con él.

Suspire con pesadez. A penas esa tarde las chicas se llevaban de maravilla con él, ahora le decían monstruo y pensaban que tenía la intención de corromper a su inocente hermanita.

Mi móvil vibro de nuevo entre mis manos, he hizo que diera un salto por la sorpresa, pero aun peor fue como salto mi corazón al ver el nombre en el identificador que registraba la llamada entrante.

Tía Melanie.

¡Joder!

Me mordí el labio y me quede mirando la pantalla, releyendo una y otra vez el nombre de mi tía. ¿Qué le diría? ¿Había llegado a casa antes de lo previsto?

Respiré profundo tres veces, recordando el ejercicio que Nahuel me había aconsejado para calmarme.

– ¿Bueno? – contesté tratando de sonar natural.

¿Caroline? ¿Dónde estás?

– En casa de Carlie – mentí con naturalidad – ya te había avisado.

– Cierto – suspiró – perdona cielo lo olvide, es que salí con tu tío Fred y deje a las chicas en casa. He llamado unas 10 veces y no responden…

– Ellas están aquí – la calme – se encuentran bien…

– ¿Cómo que están contigo?

– Carlie las invito a quedarse, cuando me entere que estaban solas quise irme a acompañarlas pero el señor Swan nos ofreció su casa, para que no pasáramos la noche solas… - argumenté la primera historia que me llego a la mente.

– Oh, es muy amable de su parte, dale las gracias – me recordó y yo medio reí ante sus palabras, seguía tratándome como si tuviera diez años.

– Se las he dado.

– Esa es mi chica… pero quiero saber porque no responden sus teléfonos ¿podrías ponerlas al teléfono?

– Es… es que están dormidas – solté de golpe, esperando que no se diera cuenta de mi teatro barato – yo estoy en la sala viendo películas con Carlie…

– Caroline – dijo por lo bajo con tono reprendedor – tengo un mal presentimiento y para quedarme tranquila necesito irme a dormir habiéndolas escuchado a las tres.

Suspiré, ella y su instinto maternal... – Ok, espera iré a la habitación de Carlie a despertarlas.

– Perfecto, te llamo en cinco minutos – colgó.

Aleje el teléfono de mi oído. De nuevo visualice la foto y sentí una punzada en el pecho, odiando la situación, odiando haberle gritado, odiando que el estuviera dudando, pero sobre todo odiado estar peleada con él. Tome e teléfono en mi puño y mire a Seth, quien estaba observándome. Me sentí incomoda como si me hubiera visto haciendo algo que no debía.

El causaba en mi, sentimientos confusos. Por un lado lo veía como un chico que además de estar buenísimo, tenía una hermosa sonrisa, pero por otro sentía que me llamaba como un imán, me intrigaba todo de él, había algo en su presencia que cambiaba por completo mi atmosfera… y ese efecto iba mas allá de lo que su físico irradiaba…

– Lo siento, pero debo irme. Fue genial volver a verte – dije sincera y sus ojos se vieron brillantes al escucharme, yo solo sonreí – nos vemos – y sin poder contenerme me acerque y le di un tímido y rápido beso en la mejilla, su temperatura estaba tan alta como la recordaba. Luego me puse de pie para ir con mis hermanas.

Cuando alce la vista a las escaleras, vi a Nahuel bajando. Nos miramos y podría jurar que me dolió ver sus ojos, parecía triste y dolido, más no molesto. Supuse que ambos nos sentíamos de la misma manera con lo que había pasado. Los dos habíamos sido unos completos tontos.

– Nahuel… –  murmuré empezando a subir en su dirección – Lo siento – me disculpé sin un gramo de orgullo obstruyendo mis palabras.

– Lo sé – dijo con una sonrisa como si pudiera leer mi mente y tan solo con ese hecho supe que me había perdonado – Yo también lo siento – murmuró una vez que estuvimos a la misma altura de la escalera y nos fundimos en un fuerte abrazo.





~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~'
Hola mis chicas como han estado? espero que bien... bueno aqui les dejo este capitulo, perdonen la tardanza pero no les dare mas excusas, espero simplemente les haya gustado aunque sea un poco, con eso me conformo ^^' bueno, paso a avisar que se me ha dañado la laptop y bueno estare ausente hasta nuevo aviso, a penas pueda publicare. Por surte salgo de vacaciones el 16 y les prometo que me tendraan de lleno por aqui en mis dias libres. Las amo y gracias por estar siempre allí.
CaroR.

6 Palabritas que me inspiran :):

consu!! dijo...

carooo yo gusto queria hablarte !! jjjajaaj da lo mismo espero que vuelvas prontito ... como siempre me gustoo tu cap creo que ya te lo he dichoo ajaaja sigue asi te felicitoo y siempre que sea de tu ayuda ahi estaree ...cuidate hablamos adiosin

Bell.mary dijo...

Hola Caro espero estes bien, el capitulo estuvo muy bueno, pobre Caroline entre lo que paso con sus hermanas y el pleito con Nahuel no da para mas, lo bueno fue que llego Seth a darle un poco de distraccion con una simple platica, sin duda estos ya se atraen como iman solo hay que esperar a ver que sucede ahora que se vaya Nahuel...... Gracias Caro por publicar y sabes que siempre estaremos aqui esperandote para cuando puedas publicar...... Besos

Anónimo dijo...

me encantooooooooo!!!!!!!!pero pobre seth escuchando y viendo todo;;;no puedo esperar al prox capiiiiiiespero estes bien y q consigas una laptop nueva!!!!!!no te olvides de nosotras!!!!!!:-))BESOS!!!

Anónimo dijo...

oooo por diosss, hiper ame el cap. estubo tannnnnnn genialllllllll :D y Seth tan lindo y tierno como siempre, ya quiero que se valla Nahuel para que Seth tenga chance con Caroline, y se amen por siempre y para siempre aaa y que Nahuel encuentre a alguien cuando valla de viajes así el no queda solo y triste y Caroline no quede con remordimiento de consiencias :)
besos cuidate

L' dde Lauura* dijo...

He amado este capítulo con toda mi alma♥
He sentido todo lo que Caro sentía, y ahora no se si reír o llorar >< Maldita trompita! jajaja nah, tequierodemasiado*--*
En cuanto tengas vacaciones te quiero ver aquí con otro cap! x__x me ha encantado este y quiero saber que más pasa, jojo Nahuel me ha sorprendido pero supongo que esperaba algo así de su parte, porque hay que empezar a dejar vía libre a Seth si no quieres que Caro acabe casandose con una roca (? jajajaja me acuerdo de cuando hablamos de eso:')
Bueno cariño, te dejo sin nada más que decir porque a sido simplemente perfecto*-*
Me encanta.
Te adoro!
L'

melissa dijo...

Hola Caro perdon por no averte leido antes pero e estado muy ocupada estas ultimas semana en la escuela pero porfin tube un tiempo y lei el capi que me encanto simplemente amo a Nahuel muero pr saber que pasa entre caroline y seth cuando nahuel se valla, me facina la historia.
Que estes muy bien.
Besos.