Capitulo 2 - La Ultima llamada

POV Nessie.


Papa– pensé. Sabía que me escuchaba.

-Ness, necesito que hablemos…

Lo mire – Se que no debí comportarme así, pero de verdad quiero ir... Quiero ser una niña normal - suspire.

-Los humanos son distintos.

Resople - ¡Por favor, he visto a humanos antes! ¿Lo recuerdas?, cuando voy de compras con Alice o cuando voy a casa de Charlie…Eres demasiado sobre protector.

-Solo quiero lo mejor para ti…- la típica frese de los padres.

-Lo sé. Pero solo quiero intentar, no siempre pasan cosas malas, yo sé dominar mis instintos, soy mitad humana… ¿Sabes? Lo que más me duele de todo esto no es no poder ir al instituto si no que no me creas capaz, lo que me molesta es que no confíes en mi ¡tengo 16 años mentalmente! – Grite y luego me calme – perdóname.

- Yo confió en ti – me aseguro.

-Si lo hicieras comenzaría el instituto pasado mañana como todos los demás chicos de mi edad mental...Pero si tu respuesta sigue siendo no, déjame sola - señale la puerta y el obedeció me dejo sola en mi habitación.

Ese día no volví a salir de mi habitación no tuve hambre, me dedique a abrir mi correo responderle a mi abuela Raneé y escuchar música en mi reproductor. Al otro día en la mañana desperté con una presión en el pecho muy extraña parecía que me daban puñaleadas en el pecho. Lo ignore. Al llegar a la sala y sobre los grande y delicados muebles blancos de mi casa, una mochila realmente bonita, una pila de libros y unos cuantos cuadernos, revise en la mochila había lápices, marcadores, escuadras, todo los materiales necesarios para una chica que va a la… escuela. Me tomo un minuto captarlo y grite de alegría.

Mis padres aparecieron y salte sobre mi papa - ¡gracias, gracias, gracias! – decía y daba brincos, mi terquedad había servido para algo.

-Ay que remodelar tu armario – dijo Alice que se reunió conmigo apenas subí a mi habitación a llevar mis nuevos materiales de la escuela.

Me reí – Lo remodelaste hace un mes.

- Lo sé, todo es tan viejo.

Deje que mi tía hiciera y deshiciera todo a su antojo, tenia alguien a quien quería contarle mi alegría, alguien que sabía se alegraría conmigo, tenía que llamar a mi mejor amigo.

Salí de la casa marque el número de Jake.

-¿Alo?

-¿Jake?

-Hola Nessie ¿Qué ocurre? – Parecía agitado.

-Nada ¿te ocurre algo?

-Estaba a punto de reunirme con la manada, al parecer alguien escucho la mente de Seth

-Ah.

-Pero dime ¿Qué pasa?

Mi noticia pereció insignificante – Nada, solo quiera oír tu voz – me sonroje – pero si estas ocupado…

¡Jake, vamos!- escuche una voz lejana en la línea

-Espera un minuto Leah… - Grito Jake – adelántate…tengo que irme.

Me sentí realmente mal, no sabía porque pero mi sangre hirvió al escuchar a Leah.

-Adiós – dije en tono frio.

-Adiós Ness, te quiero.

-Llámame cuando puedas – colgué el teléfono.

-¿Qué te pasa? – pregunto alguien.

- ¡Jasper! Me asústate, espera un minuto para que el corazón me vuelva a latir – me agarre el pecho.

- ¿Qué pasa?, ¿Por qué estas tan enfadada y triste?

-Sabes que me molesta que estas revisando mis ánimos – lo regañe.

-No los reviso, no puedo evitarlo los siento.

Suspire – Lo sé, lo siento.

-Tranquila – me miro fijamente y una oleada de tranquilidad recorrió mi cuerpo, me relajo.

-Gracias – le dije – pero no es justo que juegues con mis emociones.

Se rio – Alice quiere que vayas a tu habitación.

-¿Ya remodelo todo? – dije sorprendida.

-No. Quiere que le digas que exactamente es lo que quieres.

-Mmm, será mejor que valla, no quiero que al llegar al instituto todo el mundo me mire, ya de por si voy a ser nueva, no quiero ser extravagante.

Mi tío y yo entramos a la casa, sería mejor revisar las ideas de Alice, tenía unas ideas realmente buenas, sencillas pero con estilo, tal como me gustaba.

El domingo por la mañana. Faltaba un día para iniciar en el instituto estaba un poco nerviosa pero sobre todo feliz y orgullosa de haber logrado lo que quería. Pase todo el día esperando una llamada de Jacob pero no llamo, eso realmente me tenia deprimida y preocupada, era un día lluvioso, cosa que no era extraña aquí en Seattle. Rosalie me invito a salir de caza, pero me sentía sin ganas, ni siquiera para salir a jugar luchas con Emmett en el gran charco de barro que se hacía detrás de la casa. Sabía que Jasper sentía todas esas emociones, el me tranquilizaba pero cuando se iba volvía todo. Mi padre oía mis pensamientos, eso de no tener privacidad comenzaba a molestarme.

Al caer la tarde mi padre entro a mi habitación junto con mi madre.