Cap. 2 El Regalo de Emmett

Hola! aqui esta el 2do cap! comenten pliz! xD! pz disfrute mucho hacer este capitulo, creo que sera uno de mis favoritos! :D graz por leerme y visitar mi blog! besos!


Hoy seria un gran día, me dije mientras bajaba las escaleras, saldríamos de caza, no acostumbraba cazar tan temprano particularmente me gustaba hacerlo cuando atardecía pero iríamos de visita a Forks, mi familia necesitaba estar bien “alimentada”.

Jake fue con nosotros, el odiaba verme cazar, lo sabia, me miraba y cada vez que ataca a algún animal se contenía para no apartarlo de mi, hombres siempre sobreprotectores, subestiman al sexo femenino.

Últimamente cazar era mi actividad favorita, pues usaba mis instintos no humanos, no necesitaba gran parte de mi parte humana, por lo tanto no me alteraba mucho.

Cuando terminamos, fuimos de nuevo a la casa, Jake entro a su fase humana y se acostó en mi cama. Yo me metí en el baño mi di otra ducha rápida, y me vestí con una muda de ropa que Alice me había dejado sobre la cama, íbamos a Forks no a Hollywood, no entendía por que todos teníamos que lucir como súper modelos.

-Aun me sorprende que no manchen su ropa – comento Jacob.

Me reí desde el baño –Amor nuestros instintos son demasiado rápidos, tenemos excelentes reflejos…

-Lo se, pero de verdad es increíble que no manchen su ropa…

Salí del baño – Jacob ¿tu manchas tu ropa cuando comes?

-No

-Bueno esa es nuestra forma de comer es algo que sabemos hacer ágilmente por naturaleza.

Cuando estuve lista, Jacob tomo su mochila, baje las escaleras en su espalda, tenia ventajas tener un novio, tan gigante y musculoso .Llegamos a la sala y yo jugueteaba con el cabello de mi novio, mi padre se me quedo mirando fijamente, no entendí el porque de su mirada, pero desde hace varios días la tenia, cada vez que me veía muy cerca de Jacob, tal vez estaba abusando de la confianza que ellos me daban.

Baje de la espalda de Jacob, algo incomoda Emmett me tomo por la espalda.

-¡Bájame! – dije riéndome, era tan divertido jugar con mi tío.

-¡No te tengo una sorpresa! – me tiro en su hombro como cuando era pequeña y me quedaba dormida en la sala, tenia que llevarme a mi habitación.

-Quédense aquí – les dijo a los demás.

-¿Qué es? – pregunte emocionada.

-Cierra los ojos – se oía emocionado.

Obedecí, me encantaban las sorpresas.

Me bajo – aun no abras los ojos…ahora

Cuando los abrí casi me caigo de espaldas. Me había llevado al garaje donde estaba…

-¡¿Un auto?! ¿Para mí? – exclame.

El se río – Tenia tiempo sin hacerte un regalo, se que no tenias tu licencia – saco algo de su bolsillo – pero tu tío favorito hace magia – lo que tenia en su mano era una tarjeta plastificada, mi licencia, se veía mi nombre claramente – no era necesario que hicieras el fastidioso examen, de todas formas ya sabes conducirlo.

-Es rosa – aun no reaccionaba, era un convertible color rosa, como el carro de mis muñecas siempre había quedo uno así…

-Si, recuerdo que cuando eras niña, no hace mucho tiempo – se río – dijiste que te encantaría tener un auto así cuando fueses mayor… - El me miro fijamente - ¿No te gusto?

Salte sobre mi tío y lo abrace fuerte - ¡Lo amo! ¡Gracias! ¡Gracias!

-De nada pequeña monstruo – ambos nos reímos. El me entrego las llaves - ¿Damos una vuelta?

Tome las llaves eufórica - ¡Claro! ¿A dónde lo llevo? – pregunte cuando encendí el auto.

-A cualquier lugar menos al borde de un barranco, quiero llegar a los 102 años – hico una cara de miedo sobreactuado. Nos reímos.

Vi dentro del auto, sobre la radio, un moño rojo, había una tarjeta.

“Querida Ness espero que te guste mi regalo. Rosalie.” – mi familia era lo máximo.

-Ella sabe cuanto te gusta la música a todo volumen y le instalamos unas cuantas cornetas para que te explotes los oídos…

Encendí mi auto, y dimos una vuelta, en realidad nunca había tenido problemas con el manejo, no era por presumir pero lo hacia muy bien, salimos del bosque donde estaba escondida nuestra casa, pero no nos alejamos mucho. Llegamos de nuevo al garaje me baje y lo abrace de nuevo.

-Te quiero Tío.

-Yo también pequeña – me alzo en sus brazos y me beso la frente – eres tan joven, tan llena de vida – ya sabia a donde llegaba el tema.

-Emmett – suspire – no pensemos en eso, algo me dice que no voy a morir todavía – le guiñe el ojo, el sonrío a penas.

-¡Vamos! ¡Animo! ¿Dónde esta el pequeño oso que conozco?

El se río.

Trate de cambiar el tema.

-¿Por qué no dejaste que los demás vinieran con nosotros?

-La familia ya lo sabe…lo que dije fue únicamente para el perro de tu…

-Mi novio – le sonreí completando su frase.

-¡Por Dios!, ¡Apenas tienes 7 años!

-17 – le corregí

-Sabes a lo que me refiero.

-¿Celos de tío?

-Supongo – se encogió entre hombros – Siempre esta contigo, a donde vas el te sigue es como una mascota…quería un momento a solas con mi sobrina.

-Es mi mascota – bromee – y me gusta que me siga a todos lados…

-¿No te molesta el olor a perro mojado?

Lo mire fijamente.

-Sabes que así huele – se río con su típica rizota estruendosa.

-Para mi no…Emmett ¿No te agrada Jacob?

-Si, es un bien chico pero de todas formas…

-¿Cuándo te separas de tía Rosalie?

-Eh… prácticamente nunca.

-Entonces deja a mi perro en paz.

Ambos nos reímos y entramos de nuevo a la casa.

Todos me sonrieron, era obvio que sabían de mi regalo. Me lance sobre mi tía Rosalie.

-¡Gracias!

-De nada cielo – ella era mi segunda madre.

Jacob estaba sentado, comiendo…el si que comía, una charola llena de comida, eran unos panes tostados y mermelada, le encantaba desayunar eso, mi abuela Esme se los preparaba. Me miraba con el signo de interrogación en la frente.

Puse mi mano en su rodilla - “Luego te lo muestro”

Aun tenía la misma pregunta en su mirada, pero siguió comiendo, yo tome uno de los panes tostados y comí junto con mi novio.

Sonó el timbre, corrí hacia la puerta.

-¡Hola Emma! – la abrase, ella me correspondió.

-¡Hey Ness! ¿Cómo haz estado?

No le contaría mi “hermoso” despertar, no quería mas miradas preocupadas.

-Muy bien, pasa…

-Buenos días – saludo a mi familia, cada uno con un beso en la mejilla, mi amiga si que se había tomado esto a la ligera.

Enterarse que tu amiga es semi vampiro, que el amor de tu vida es un lobo, y que podía ser posible que todas las leyendas místicas fuesen ciertas, no para Emma Bell, eso no era de mucha importancia. Como ella misma había dicho “No dejan de ser ustedes, no me interesa lo que sean, mi abuela podría ser el chupacabras y no por eso dejaría de amarla, lo mismo pienso de ustedes.”

-¡Hola Jake! – mi novio y mi mejor amiga se la llevaban de maravilla.

Hola chica lobo, como esta Seth?- le di un codazo al imprudente lobo, sabia que hacia la pregunta a propósito.

Emma se puso de color rojo puro, aun sentía algo de vergüenza con mi familia, tampoco ayudaba mucho el pequeño detalle de que mi padre era un lector de mentes, pero ellos entendían la imprimación era algo incontrolable, Seth y Emma se enamoraron durante la lucha, a principios de mis vacaciones que por cierto estaban por terminar. Ellos se improntaron y desde ese momento se desviven por el otro. .

- Esta excelente, aunque tu deberías saberlo - le dijo entre dientes a jake, el se carcajeo.

-lista para ir a forks? - le pregunte tratando de sacarla del momento incomodo, ella me miro con ojos gratos.

-Súper lista - dijo sonriente, mientras se*alaba su mochila, colgada en su espalda, era de un lindo color verde, su favorito.

Esto de que mi amiga iba con nosotros a Forks nos habia costada meses y meses para ganar la confianza de su abuela, era con quien vivia, ella era huerfana desde que tenia 5 a*os sus padres murieron en un esparatoso accidente, desde aquel día que Emma fue puesta como rehén por los vampiros, le inventamos que habíamos salido de viaje con urgencia y ella olvido llamar, eso le llevo 1 mes de castigo.

-Vamos? - pregunto mi padre mientras me miraba sonriente.

-"Claro, es hora de sacar a pasear mi auto" - mis padres me daban mucha confianza sabia que me dejarían conducir hasta Forks.