Capitulo 8 - La Discusión

POV Nessie

Me dejo inmóvil con sus palabras, me habían convencido de que eso quería ¿pero cómo?, yo no quería a Marck de ese modo, yo a quien quería era a…Jake, Jacob Black de repente sentí como si un recuerdo viejo volviera a mi…y un comportamiento de reflejo dominara mi cuerpo.

-¡No Marck! – le aparte el rostro, ya casi me rozaba los labios, lo detuve a tiempo, de repente esa sensación de querer besarlo desapareció y se convirtió en ira.- te dije que no, por favor Marck, vete…

Me miro con cara de sorpresa, como si no lo pudiese comprender…

-¿Qué te sorprende? ¿Qué no quise besarte? – Pregunte con rudeza – seguro es que nadie te ha rechazado por tu expresión, pero seré la primera.

Asintió a mi petición y dijo antes de irse: Perdón Nessie no fue mi intención que te enojaras, nos vemos – y desapareció entre los árboles del bosque que rodeaba mi casa.

Solo vete – pensé.

Entre a la casa aun sorprendida por lo que acababa de pasar en el porche de mi casa, Marck casi me… besaba, me sonroje al pensar en la idea, yo no había tenido nunca un chico, por lo mismo no había besado e nadie, y por alguna extraña acción de reflejo logre quitarle el rostro a Marck, no me imagino besando a nadie….que no sea….-Aparte rápidamente el nombre que se aproximaba a mi mente con la intención de alejar el mayor tiempo posible el dolor en el pecho que me causaba ese nombre. Advertí que por un minuto estuve segura de querer que mi “amigo” de la escuela me besara… de repente ese deseo se convirtió en ira… fue de lo más extraño.

Mi vida siempre estuvo ligada a las criaturas místicas, por lo que nada debería sorprenderme, pero aun así era vampiro pero tenía una parte humana de allí provenían las sorpresas tenia debilidades nerviosas. El acto de reflejo, del deseo a la ira y del convencimiento repentino de Marck…

-No hay de qué preocuparse – me dije pues no tenía sentido preocuparme por otra cosa que no fuera la atracción que al parecer Marck sentía por mí, aunque algo muy dentro me decía que si, pero lo ignore por completo.

La historia de mi vida eso era lo que me ponía tan perspicaz: vampiros, lectores de mente, controla humores y psíquicos, súper fuerza, rapidez, reglas, secretos todo eso en conjunto es mi vida, mi existencia era una liga de todo hay humanos, vampiros y…. licántropos…

Suspire – Jacob – pensé al fin, no pude alejar mas esa nombre si el dolor, la punzada que sentía en el pecho cuando lo recordaba…-¿Donde estas?

-Nessie – escuche de repente, no me había dado cuenta que al entrar a la casa, camine y camine de repente me encontré recostada junto a una ventana cerca de las escaleras, y por alguna razón todos los presentes en la sala de la casa me miraban…

-Dime papa…- respondí sorprendida por el sitio donde estaba y sin darme cuenta…

-Ness vamos a tu cuarto, debes estar cansada – dijo Bella, mientras en un abrir y cerrar de ojos me tomaba la mano.

Negué con la cabeza, pero un instante después asentí, me despedí con la mano de los invitados que aun quedaban Los Denali y Zafrina, y comencé a subir las escaleras llegamos en medio segundo a mi habitación.

Entre y me senté en la cama, y luego vi que mi padre nos había seguido a mi madre y a mí. Los dos me miraban con ojos medico, pero principalmente mi padre.

-¿Qué Ocurre? – pregunte, me sentía nerviosa por sus espectadoras miradas.

Eso quiero saber ¿Qué te ocurre?, me estas volviendo loco Renesmee – respondió mi padre.

-Nada – mentí – estoy cansada eso es todo papa, no tienes por qué preocuparte de mas, deja lo exagerado…tengo sueño voy a dormir…

-Ni siquiera puedes dormir Renesmee ¿crees que no escucho tu llanto por las noches? – su tono se torno de paternal a frustrado, se que se debía que ahora no podía leer mi mente cosa que le agradecí en el momento a Samantha-por si no lo recuerdas nuestro sentido del oído es inconscientemente entrometido, inclusive más que el tuyo… se que tiene que ver con Jacob pero habla de una vez, estamos aquí…

-¿Es que no puedo tener un poco de privacidad alguna vez en mi vida? – grite, explote de la ira, frustración, dolor y tristeza que tenía, además estaba harta de que todos se entrometieran quería estar sola.

-Es lo que estoy intentando darte, pero me la pones muy difícil ¿crees que no me duele verte como estas?, soy tu padre y todo lo que te duele me duele tres veces más a mi – dijo ahora más calmado.

-Pues si no quieres sentir dolor, pues no te entrometas en mi vida ¿te parece? – lo rete, mirándolo a los ojos.

-No te comportes como una adolescente que no lo eres Renesmee – me exigió mi progenitor.

-Pues déjame decirte que si Edward, estoy creciendo mi crecimiento físico es igual al mental, soy una chica, no una niña ¿bueno?, puedo manejar esto sola, lo que me pasa es asunto mío – Le respondí con recelo

-Basta ya Renesmee Carlie, para ya – exclamo mi madre quien había permanecido silenciosa, y ya me había olvidado de su presencia, la ignore.

Seguí mirando fijamente a mi padre con mirada furiosa.

-¿Dónde está Jasper? – pregunto mi madre exaltada, se dirigía a mi padre.

-Este con Alice en la cocina

-Y ¿Por qué los demás no vienen? – pregunto de nuevo mi madre nerviosa por la tensión entre mi padre y yo.

-Sabe que no quiero que vengan, quiero arreglar esto…

-Al menos ellos saben dar Privacidad – me afinque en la última palabra de mi frase.

Mi padre me miro furioso, pero me dio la espalda y se apretó las manos al costado y parecía no respirar.


-!Basta Renesmee! – grito mi madre quien también entro en cólera - ¿Qué te pasa?, tú no eres así, ¿Dónde está Nessie?... nosotros no nos entrometemos, somos tus padres nos preocupas, eso ¿es tan malo?...

Para mi privacidad si mama – respondí de inmediato.

Te dije que ya, ¿no ves el daño que te estás haciendo a tu padre con esto? – dijo mientras señalaba a mi padre

La mire confundida, de repente comprendí la posición de mi padre, nuestros instintos vampíricos son sensibles a la cólera, si nos colerizamos atacamos es como la ley de causa y efecto. Edward estaba furioso, tanto que se contuvo al ataque, era la primera vez que discutíamos eso lo hizo enfadarse enseguida, los tres teníamos caracteres fuertes, pero el de mi papa y el mío era casi lo mismo cuando nos enfadábamos, explotábamos.

-Renesmee, tu padre nos ama… ¿cómo le puedes hacer esto?, ¿sabías? tientas su autocontrol, solo queremos saber si podemos ayudar, y si sigues con esa actitud, vas a tener que resolverlo sola, y en realidad no creo que eso sea lo que quieres.

Me calme, casi ni estaba oyendo a mi madre me quede mirando a mi padre, me sentí fatal por descargar mi frustración con él, había exagerado tenia privacidad, más de la que era posible entre tantos oídos agudos, ¿de qué me quejaba?, lo que pasaba es que mis padres llegaron en un momento donde tan sencillamente quería estar sola. Ellos no tenían la culpa de lo que me pasaba, más bien había sido muy egoísta, caprichosa y malcriada con los padres más perfectos que se podían tener.

Se me inundaron los ojos de lágrimas y me lance a las piernas de Edward. Este me miro sorprendido.

-Perdóname papa – dije mientras las lagrimas comenzaban a brotar por mis mejillas – lo se soy la peor hija, caprichosa, malcriada, egoísta de todo… pero perdóname tu no tienes la culpa de lo que me pasa, nadie la tiene solo yo por estúpida, de sentir cosas… ay yo me entiendo si… tan solo perdóname, castígame – dije sollozando – enciérrame más, me quedare en mi cuarto de por vida…. pero papa…

De repente no sé cómo pero Edward me tenia acunada con la cabeza en su pecho, como cuando era bebe, y mi madre me limpiaba las lagrimas del rostro.

-Ya princesa – dijo mi padre con voz aterciopelada- te entiendo

Afinque el rostro a su pecho – perdóname – susurre.

De repente comenzó a tararear una melodía que pude reconocer

-Mi nana…-dijo mi madre mi madre en un susurro.

-Espero que no te moleste que se la cante una vez a Nessie, es solo que quería algo diferente a la de ella…

- Perdón – Volví a decir adormilada, la melodía y las noches sin dormir estaban saldándome cuentas.

-No es tu culpa mi amor – dijo mi madre con voz dulce.

-Es culpa de ese maldito perro, sabiendo cómo son las cosas…- prosiguió mi padre.

Iba a preguntar, a que se refería pero no pude luego lo haría estaba cansada y aun sollozaba
Siguió tarareando la melodía.

Eso fue lo último que escuche, los parpados comenzaron a pesarme y me quede dormida en el regazo de mi padre y los mimos de mi madre.