Cap. 10 La Carta

POR JACOB

¿Dónde esta Reneesme? – pregunto Charlie.

Mi teléfono vibro en mi bolsillo, era un mensaje de Nessie “Jacob me fui a casa de Charlie, no me siento bien” - ¡Demonios! ¿Ness no entendía lo que significaba no alejarse de mi? – suspire – La había dejado sola porque conocía perfectamente su carácter, cuando se enfadaba decía cosas que no pensaba ni quería decir, su carácter habitual era suave pero cuando se enfadaba un poco era una explosión, por lo que era mejor dejarla sola un rato, me asegure de que no fuese muy lejos, entro a casa de Emily… se suponía que debía quedarse allí. No comprendía cual era su empeño en romper las reglas, sabia perfectamente que su corazón era débil, ¿Ahora resultaba que quería ser madre?, eso era tan confuso, no creí que la maternidad le interesara. No la trataba como una anciana “según ella preocuparme por ella era tratarla como abuela”… ahora se sentía mal debía encontrarla rápido, podría estar sufriendo un ataque.

Tan solo pensar en ello, que tuviese un ataque estando ella sola… solo por un descuido, me hizo un nudo en la boca del estomago.

-¡Jake! ¿Estas ay? – pregunto Charlie.

-¡Eh! – jadee estaba muy sumergido en mis pensamientos.

-Hijo Charlie te ha preguntando donde esta Reneesme – dijo Sue.

-Espero que lo sepas, sabes que no debe estar sola – soltó Charlie con un tono repentinamente enfadado.

-Claro que lo se, esta en casa de Emily – suspire y desvié la mirada de Charlie, no era bueno mintiendo, no cuando me miraban directamente a los ojos – Ire a buscarla, vuelvo en unos minutos – le dije a Sue.

-Tranquilo Jacob, estaré al pendiente de Billy

-Gracias – mire a mi hermana, sentada a lo lejos, aun estaba llorando, ella si que tenia problemas.

Me dispuse a salir de la casa lo mas rápido posible, la preocupación estaba matándome.

Antes de adentrarme en encontré con Paul.

-¿Cómo esta Billy? – pregunto.

-Esta bien…deberías ir a la casa no es justo que dejes a Rach, sola con esto tu también esta embarazado – el sabia a lo que me refería.

-Lo se, pero Rach no me deja entrar a la casa, dice que no quiere que Billy me vea…

La rabia que por unos momentos había pasado a segundo plano por la preocupación, volvió con mucha fuerza entonces me limite a dejarla salir.

-¿Qué haces? – soltó Paul cuando le di un puño en la cara. Vi como se agarraba ala mejilla, había sangre, al menos eso estaba bien, con todas las fuerzas que le di.

-Lo que Billy no pude hacer, sabes que lo mereces, con esconderte no arreglara nada… y tranquilo sanamos rápido la herida de tu boca cerrara en unos minutos.

El había comenzado a temblar, aun no dominaba bien su carácter.

-Deberías ir mejorando tu auto control, las mujeres embarazadas a veces se ponen tan sensibles que son insoportables, y los bebes lloran cada cinco minutos, no te convendría entrar en face cada vez que te fastidie el llanto del bebe.

-Sabré manejarlo – susurro mientras respiraba profundo, con los puños apretados.

Sono mi teléfono, era Nessie.

-¿Alo? Ness ¿estas bien? ¿Por qué…?

-¡Jake! – Era la voz de Quil - ¿Estas con Ness?

-¿Quil? ¿Qué haces con el teléfono de Reneesme?

-¡Eso no importa! ¡Solo ve a buscarla esta en casa de Charlie!

-¿Por qué dejaste que se fuera? ¡Debías avisarme! ¡Mas si se sentía mal!

-Y valla que tiene sus razones – dijo por lo bajo.

-¡Quil! ¿Qué demonios paso?

-Vas a matarme…

-Va a ser mucho peor si no me dices que paso…

-Se entero de lo tuyo con Bella…

-¿Lo mió con Bella? – me llevo unos segundos comprender - ¡Maldita sea! ¡Quil voy a matarte!

-¡Deja eso para después! – Era la voz de Claire – No fue culpa de Quil en su debido caso me tienes que matar a mi, ahora deja de perder tiempo y ve a buscarla…

Tire mi teléfono lejos, y entre en face. Corri lo mas rápido que pude, escuche la mente de Sam, el estaba de jornada con los nuevos chicos de la manada, habían aparecido nuevos licántropos en la reserva.

-¿A dónde vas?

-A casa de Charlie… - -¿Ha pasado algo malo?

-No lo se – antes de que pudiese enterarse por medio de mis pensamientos de lo que pasaba, me aleje y perdí el contacto. En ese momento capte un rastro suave del olor de Nessie. Acelere el paso, vi la casa de Charlie a lo lejos. La ventana del cuarto de Bella estaba abierta, busque entre los arbustos unos Shorts que había guardado para un acaso de emergencia, esta era una… calcule cuando estuve cerca y entre de un salto.

-¿Ness? – exclame cuando estuve en la habitación. Nadie contesto, camine revisaría toda la casa, pero entonces vi algo que hice que mi corazón se detuviera en seco.

-¡Nessie! – grite, cuando vi el cuerpo inconsciente de mi novia a un lado de la cama, rápidamente me arrodille a su lado, la moví repetidas veces pero ella no daba señales de vida… casi no respiraba, su ritmo respiratoria era muy lento y débil, revise su pulso y encontré en su puño algo que hizo que se me contrajera el estomago. Un papel arrugado, lo abrí revise su contenido entonces leí aquellas palabras con dolor, era mi torpe letra decía entre varios rayones y pequeñas grietas: “Bella, también te extraño, un monto. Pero eso no cambia las cosas. Lo siento”

-¡Maldita sea! – solté mientras botaba la nota lejos, recordaba aquella carta se la había enviado a Bella años anteriores. Cuando estaba enamorado de ella, no sabía bien lo que había pasado con Quil y el tema de Bella, pero esa nota no mejoraría las cosas.

¿Ahora que aria? Pensé en llevarla a Seattle pero tal vez no aguantaría el vieja, escuche como se abrió una puerta, ¡Mierda había llegado Charlie! – pensé, pero enseguida capte un olor que me quemaba la nariz a penas, por la costumbre. Un segundo después entro Edward a la habitación.

Nessie estaba en mis brazos, su padre la tomo rápidamente y salto por la ventana, lo seguí se dirigía a la gran casa Cullen allí en Forks.

Cuando llegamos vi a Bella y El doctor, desapareció por las escaleras al igual que los padres de Reneesme. Me quede abajo y me tire en el suelo, de aquella casa vacía, sentí una sensación de Deja Vú, recordé lo que había pasado 7 años atrás, durante el traumático parto de Bella, la sensación de que tal vez no había nada mas que hacer, y todo era por mi culpa, por haberlo permitido, “no debí dejarla sola”- me repetía y metía mi cabeza entre mis manos.