
1er Lugar
"Cita a Ciegas"
Aviso: Este oneshot! contiene Lemmon, si no les gusta no lo lean para que despues no alla queja si? pero si les gusta Disfrutenlo tanto como yo ^^
Pareja: Jacob y Reneesme.
-Ya tengo la solución a tus problemas-dijo su mejor amiga, y compañera de trabajo Isabella Swan.
Renesme aparto la mirada de su computadora y observo detenidamente a Bella. Al percatarse de la picara sonrisa que sebosaza sen su rostro, supo que lo que vendría a continuación no seria nada bueno.
-Dispara Swan, de todos modos aunque te ignore, lo soltaras sin que te importe.
-Moreno, 1,80, ojos y cabellos negros como la noche, un cuerpo impresionante…y lo mejor de todo una sonrisa encantadora.
-Creí que dirías sexo estupendo al final de la lista-aclaro Renesme dibujando comillas en el aire.
-Bueno eso también. Pero eso podrás comprobarlo tu misma-insinuo con un expresión que daba a entender que ella ya había comprobado ese aspecto tan interesante.
-Ni lo sueñes-mascullo Renesme entre dientes
-Oh vamos Nessie hace cuanto que no estas con un hombre!!-grito Bella sin pelos en la lengua
La puerta de la oficina que compartían estaba a medio abrir. Varias personas que esperaban su turno para ser atendidas, pusieron demasiada atención en cuanto Isabella grito esas palabras.
Nessie la fulmino con su mirada, antes de levantarse y cerrar la puerta un poco molesta con la usual falta de tacto de su compañera. Bella no tardo en soltar su ya muy conocido gastado discurso sobre la vida y aprovechar todas sus oportunidades.
Cada tanto tenían esta incomoda conversación. Bella insistía una y otra vez en que ella no podía continuar con la existencia que llevaba.
Renesme se despertaba todos los días a las 6:30. Desayunaba y acudía a trabajar al despacho de abogados, donde hace mas de cuatro años se desempeñaba como secretaria ejecutiva. Terminada su jornada laboral a las 14:30 y luego asistía a la universidad donde cursaba la Licenciatura en Psicopedagogía.
Mas tarde regresaba a su casa, cenaba, terminaba o adelantaba algunos de los tantos trabajos de la facultad y finalmente se duchaba e iba a dormir.
Es era su rutina de lunes a viernes. Los fines de semana, veía alguna película en casa o leía una de sus tantas noveles románticas.
Rara vez se pasaba a casa de Isabella. Su amiga hace dos años que convivía con su futuro esposo Edward Cullen. Ambos eran el uno para el otro y Nessie estaba muy feliz por Bella. Ella había encontrado al hombre perfecto. Protector, romántico y atractivo.
La pasaba muy bien cada vez que almorzaba o cenaba con ellos en su pequeño departamento. Sin embargo no tardaba en sentirse incomoda haciendo el mal tercio, sobre todo cuando observaba la forma en que Edward veía a Bella y sus tantas demostraciones de afecto.
Eso era algo que ella nunca volvería a disfrutar. Se había resignado a no volver a vivir una historia de amor.
-Ya ni siquiera sales con tu mejor amiga-chillo Bella sacándola de donde sea que estuviera su cabeza. Tal y como solía suceder cuando comenzaba a escuchar esos monólogos.
-No tengo ganas, ni tiempo de salir, eso todo.-refunfuño deseando que la dejara en paz
-Ves… estas completamente amargada. Pasaron tres años, no permitas que ese desgraciado arruine tu vida.
Nessie le lanzo una mirada nada agradable. Odiaba traer a colación ese asunto tan delicado. No obstante Isabella ni se inmutaba y continuaba con su argumento.
-Renesme, se que puedo comportarme como una perra muchas veces. Pero si te digo estas cosas es porque te quiero y deseo que seas feliz.
La joven no decía nada, solo se limitaba a continuar con su trabajo mientras hacia creer que no escuchaba nada de lo que Bella hablaba.
- Solo presta atención un momento. Nahuel es un muy buen amigo mío. Es divertido, guapo y te hará pasar una noche increíble. Es muy bueno créeme.-señalo con una sonrisa
-Y dime una cosa .Edward sabe que tan bueno es el?-le pregunto Nessie con malicia
-Actuare como si no hubiera escuchado eso.-suspiro y se sentó sobre el escritorio de su amiga- Y no, Edward no sabe que tan bueno es Nahuel. Pero mi novio es mejor- aclaro riendo.
-Que pretendes exactamente que haga con tu amiguito?
-Que salgas, que te diviertas un poco y que pases un buen momento-murmuro levantando una ceja.
-La última vez que tuve sexo con un desconocido, estaba despechada, herida y me lleve el susto de mi vida-le recordó Nessie
Las dos habían salido después que Renesme pasara dos semanas llorando entre las cuatro paredes del pequeño departamento que en ese tiempo compartían. Fueron a un club y probaron la mayoría de tragos que les ofrecía el barman del lugar. Luego de un par de horas Nessie decidió quitarse la frustración con el primer sujeto que se le puso adelante.
Un mes después las consecuencias de esa noche repercutieron cuando no tuvo su periodo. Paso una semana horrible sopesando la idea de haber quedado embarazada de una persona que solo había visto una vez en su vida. Afortunadamente no fue así y todo se trataba de un estado de stress.
-Pero esta vez no estarás borracha y no intentaras vengarte de nadie-discutió Bella.
-Es casi la hora de salir y llegare tarde a mis clases si no entregamos esto-murmuro Nessie señalando unas carpetas.
Isabella se bajo del escritorio y se sentó otra vez en su lugar.
-Ok, si cambias de parecer me llamas y concreto esa cita.
Las dos terminaron de entregar los últimos informes del día y salieron a cumplir con sus respectivas obligaciones. Afuera, como todos los viernes, Edward esperaba a su futura esposa en su flamante volvo. Se saludaron con un gran beso y como todo un caballero le abrió la puerta del acompañante y partieron a su nidito de amor.
Nessie tomo un taxi y se encamino a su universidad. A pocos metros en un semáforo rojo el vehiculo se detuvo frente a una iglesia. En ese momento los novios salían con sus rostros brillando de felicidad.
Fue inevitable que los dolorosos recuerdos no se agolparan en la mente de Renesme. Se vio a si misma con la misma alegria que irradiaba aquella novia. Había esperado ese día por meses. Meses en que con mucha alegría eligió su vestido, las invitaciones, la decoración y todo para lo que seria su boda de ensueño.
Todo se hallaba listo. Su padre y ella llegaron a la iglesia con puntualidad. Sin embargo supo que algo andaba mal en cuanto vio que todos sus amigos y familiares estaban fuera del recinto.
El novio no había llegado aun. Los minutos pasaron poco a poco y nadie sabia nada. Renesme entro en un estado de pánico cuando pensó que algo le había sucedido a la persona que amaba.
A la hora, el matrimonio ya se había cancelado. Su amado estaba perfectamente. El muy cretino se dirigía rumbo a alguna isla del caribe con la que había sido su ex. Y lo supo de la forma más cobarde. Mediante de un carta que alguien entrego de forma anónima. Fue la mayor humillación y el mayor dolor que sintió en su vida. Todos sus sueños y proyectos se fueron a la basura en dos segundos.
Maldito Sean. Le había quitado las ganas de volver a creer en el amor. Había creado un gran vacío en su corazón, el cual jamás volvería a ser llenado.
Su celular sonó y cuando intento leer el mensaje se dio cuenta que las silenciosas lagrimas que habían caído por su rostro se lo impedían. Rebusco en su bolso y saco un pequeño pañuelo para apartarlas.
El mensaje era Clare, su compañera de estudios. Las clases se habían suspendido y tenía el resto del día para atormentarse con sus malos recuerdos.
Se dirigió a su departamento y en cuanto entro, el vacío en su pecho se hizo presente. Regresaba como de costumbre a su solitaria y patética vida.
Tomo una larga ducha intentando relajarse. Lo logro en un principio, pero en cuanto estuvo afuera no sabia como ocupar la mente en algo productivo.
Su casa estaba reluciente, así que ponerse a limpiar no era necesario. No tenía trabajos pendientes de la universidad y no tenia cabeza para estudiar. Se sentía sin aire y cada minuto que pasaba entre esas paredes se asfixiaba mas y mas.
Tomo su celular y llamo a Isabella.
-Dile a tu amigo que nos encontramos a las 10 en ese nuevo restaurante que inauguraron la semana pasada.
Ni bien termino de dar el recado corto el llamado. No estaba de ánimos para escuchar la alegría de su amiga.
A lo minutos le llego un mensaje de texto.
“El te estará esperando…suerte”
No había tenido una cita en años y no es que le importara demasiado. No pretendía encontrar al amor de su vida, ya perdió las esperanzas en el amor. Pero por una vez en años intentaría dejar de ser la mujer amargada y triste en que se había transformado.
En su ropero no tenia nada adecuado para salir. De modo que haría una visita al centro comercial. De esa forma las horas correrían más de prisa y los malos pensamientos estarían lejos.
Primero fue a la peluquería y eligió un peinado sencillo y elegante a la vez. Era un pequeño recogido que dejaba que sus bucles del color del bronce cayeran sobre sus hombros. Aprovecho para maquillarse y arreglarse las uñas de sus manos y las de sus pies.
En una nueva tienda de modas encontró un ceñido vestido rojo, el cual resaltaba su busto y caía libre por encima de sus rodillas. Era sexy pero no muy provocativo. El bolso que había elegido era mediano y pudo guardar su ropa allí cuando salio del probador. Cuando se miro al espejo se sintió bien, su reflejo no le devolvía esa patética imagen. Por esta noche intentaría ser otra Renesme.
Miro su reloj y maldijo, estaba 10 minutos tarde. Por suerte el restaurante quedaba a unas cuantas cuadras y llego cinco minutos después.
El lugar estaba un casi lleno. Busco entre la multitud al amigo de Isabella. De pronto se le ocurrió que tenia que haber solicitado como iría vestido el o alguna otra seña particular además de la descripción física que le hizo Bella.
Nessie observo atentamente hasta que visualizo al fin en uno de los rincones, a un muchacho moreno, de cabellos y ojos negros. Estaba sentado pero se notaba que era tan alto como se lo describieron. Bueno algo a favor había que decir de Isabella. Era un hombre muy atractivo y en eso no exageraba.
Un mozo del lugar se acerco a la joven cuando la noto desconcertada.
-Viene acompañada señorita o la esperan?
-Me esperan-murmuro señalando con un gesto a Nahuel.
-Sígame por favor.
Respiro profundamente cuando emprendió la marcha. Se sentía incomoda y algo intimidada por la situación, pero aquel muchacho no tenia la culpa de sus problemas. De modo que saco a relucir su mejor sonrisa en cuanto llego a su lado.
-Hola siento llegar tarde-se disculpo mientras el mozo apartaba su silla.
Nahuel la observo meticulosamente lo que logro que Nessie se sonrojara por completo. Luego le sonrío y ella pudo corroborar otra verdad. Su sonrisa era encantadora.
-No te preocupes… la espera valió la pena-dijo el regalándole otra de esas sonrisas que le quitaban el aliento.
Renesme se sentó y observo todo el lugar. Siempre hacia lo mismo cuando estaba nerviosa y aquel hombre la ponía en ese estado.
-No eres lo que esperaba-dijo el de repente atrayendo su atención.
Renesme se sintió decepcionada de escuchar aquellas palabras y el joven no tardo en notarlo.
-Eres mucho mejor-le aclaro esbozando otra vez su increíble sonrisa.
Inmediatamente el comenzó a interrogarla sobre su vida. A que se dedicaba, si le gustaba lo que hacia. Porque escogió la carrera que cursaba en esos momentos, y cuales eran sus proyectos. Renesme estaba anonadada con el interés que el ponía en cada detalle. A mediada que pasaba el tiempo ella se fue sintiendo más cómoda con el amigo de Isabella. Terminaron hablado de pasatiempos, cine, libros y cuanta cosas sin demasiada importancia se les ocurría.
Cenaron un plantiíllo que el sugirió. Era una pasta italiana con una salsa exquisita y lo acompañaron con el vino de la casa.
Por momentos dudaba que el la estuviera pasando bien a su lado. Estaba convencida que una mujer amargada y aburrida. Sin embargo el aparentaba disfrutar de su compañía. Si bella le había indicado que le levantara el ánimo a su mejor amiga, Nahuel hacia un trabajo excelente. Sin lugar a dudas no se podía quejar de todas las atenciones que el tenia con ella.
Renesme no solo disfrutaba la agradable conversación y de la cena. Además gozaba de una vista increíble. El hombre que se hallaba en frente era simplemente hermoso.
Su cuerpo era perfecto. A simple vista se percato que había invertido muchas horas en el gimnasio. Sus músculos resaltaban bajo su fina camiseta negra. Cada vez que tomaba su copa de vino los bíceps y antebrazos se marcaban con cada movimiento.
Los pensamientos de Renesme viajaron sin rumbo y comenzó a imaginar que sentiría al estar desnuda bajo ese cuerpo increíble. Esas manos harían maravillas en cada rincón que rozaran. Cielos… quería tener relaciones y deseaba que fuera con el.
Isabella tenia razón, necesitaba cubrir esa necesidad urgente.
-Pasa algo?-le pregunto el clavando su mirada.
-No he..-sintió sus mejillas arder-pensaba que podríamos ir a un lugar mas cómodo-soltó de golpe
En cuanto el la miro un poco asombrado quiso que la tierra la tragara. Tomo su copa de vino y la acabo en segundos.
Un silencio muy incomodo se sintió de repente.
-Creo que es una buena idea, subamos-murmuro mientras pagaba la cuenta.
Rodearon el restaurante y Nahuel la tomo de la mano apretándola con suavidad. Ella se sintió abrumada en un principio, pero se acostumbro rápido a sentir la calida mano de ese hombre. Hasta le gusto demasiado ese contacto, o tal vez eran los efectos de ese exquisito vino.
El hotel era muy elegante y la decoración muy extravagante. Subieron al quinto piso y caminaron por uno de los tantos pasillos. Se detuvieron al llegar a la habitación 513. Nahuel saco una tarjeta, la cual paso por la cerradura y entraron de inmediato. El cuarto no era menos que el resto del lugar. Había unos sillones de terciopelo en medio de la sala, una chimenea y una gran cama en el centro. Renesme centro la mirada en el lecho.
En cuanto giro para mirar a su acompañante. Noto la mirada cargada de deseo en sus ojos. Pero también se sintió cautivada por el. Nahuel la miraba con adoración y estaba segura que nadie la había observado de esa forma jamás. Ni siquiera Sean cuando fingía que la amaba.
Pensar en ese imbesil hizo que la rabia se apoderara de su cuerpo. Decidió liberarse por unas horas de ese pasado tortuoso que siempre la invadía. Con lentitud se acerco al hombre que tenia en frente. Coloco ambas manos sobre su pecho al tiempo que el colocaba las suyas en su cintura. Con suavidad fue llevándolas hacia arriba sin apartar la mirada de esos ojos que la tenían hipnotizada. Enredo sus dedos en sus cabellos y aforrándose con fuerza aproximo su boca a esos labios carnosos que tanto anhelaba sentir desde que lo conoció.
Con un deseo ardiente se fundieron en el más profundo y apasionado de los besos. Sus lenguas se encontraron y el beso subió de intensidad. Era como si estuvieran hambrientos el uno del otro y lo que recibían no fuera suficiente. Las manos del muchacho viajaron por cada rincón de la anatomía de Nessie y ella hizo lo mismo en cuanto le quito su camiseta. Era maravilloso sentir cada músculo del pecho de ese hombre. Su calida piel era perfecta suave y muy tersa. Podía palpar los duros músculos de su torso cada vez que se contraían cuando ella lo acariciaba.
El no tardo en deshacerse de ese molesto vestido que no le permitía disfrutar plenamente de cada tramo de la cremosa piel de Renesme. Le quito los zapatos mientras se tomaba tiempo para acariciar sus esbeltas piernas. Tomándola por sus glúteos la levanto y camino decido hasta la cama.
El también se despojo de sus zapatos y su pantalón. Renesme pensó que esos boxer negros Calvin Klein definitivamente no le quedaban de esa forma a todo el mundo. Como un cazador que asecha a su presa, aquel hombre gateo con lentitud sobre la cama y se coloco arriba del cuerpo de la joven. Trazo un camino de besos por el plano vientre de Nessie y subió por sus pechos. Ella arqueo la espalda para que el pudiera quitarle con facilidad su sostén.
No perdió tiempo y en cuanto sus senos quedaron libres poso su boca sobre su rosado y duro pezón. Nessie no se molesto en disimular los gemidos que le provocaban las caricias de la lengua de su amante. Era un verdadero placer sentir cada succión y cada roce en ese lugar. Ella se deleitó con ese placer que por años se había negado. Sus manos encerradas en los oscuros cabellos del hombre se encargaban de mantener el contacto de la boca con esa parte tan sensible.
Su otro pecho recibió la misma atención y dedicación, para luego volver a ocuparse de sus labios. Sus lenguas se encontraron otra vez, pero ahora el beso era más pausado y lento. Disfrutaron por un momento de esas dulces caricias acompañadas del sabor del resto del vino de la cena.
Era como si fueran amantes de toda la vida. Cada movimiento, cada roce se realizaba en perfecta sincronía. El conocía, o por lo menos eso pensaba Renesme, donde y como tocarla para que su cuerpo se estremeciera. De la boca de aquel hombre salían unos fuertes jadeos y no se cansaba de decirle cosas dulces al oído.
Por un momento se sintió incomoda y confundida con tantos halagos y palabras bellas. Después de todo era un simple encuentro pasajero. Sin embrago había algo en la forma en que el la miraba y la tocaba que le hacían creer cada palabra. No se trataba solo de sexo. Para ella, el le estaba haciendo el amor.
Nahuel no tardo en decender sobre la anatomía de Renesme para despojarla de la última prenda que cubría su intimidad. Ningún hombre la había tratado de esta forma. Venerándola y cuidándola mientras descubría su cuerpo, para luego amarla con lentitud y suavidad.
Nessie lo obligo a cambiar de posición colocándose sobre su firme abdomen. Sus manos se posaron en sus hombros y busco su boca para saborearla una vez mas. Lo beso con delicadeza y con una picara sonrisa en su rostro se irguió deslizando sus caderas hacia atrás, provocando una peligrosa fricción entre sus sexos. Ambos gimieron al sentirse con esa caricia fugaz. Ella percibió la gran humedad que se desbordaba en su entrepierna.
Sin apartar la vista de su amante, Renesme coloco sus dedos en el comienzo de esos boxer tan sexys y con un tiron libero el rígido y doloroso órgano viril de su prisión. Ella lo tomo entre sus manos y lo condujo a su húmedo interior sin titubear. La conexión fue explosiva e intensa. Jamás se había sentido tan llena y excitada
Apoyándose sobre el duro pecho de Nahuel, lo monto con ritmo profundo y sosegado. El la ayudo tomándola de sus caderas, y entre los dos intensificaron las embestidas.
El éxtasis no tardo en hacerse presente. Nessie gimió con fuerza cuando ese gran placer que por tanto tiempo no había disfrutado, la recorrió por completa. El no tardo en correrse junto con ella.
No obstante no tuvo tiempo de recuperarse cuando creyó que todo había acabado.
Ese hombre increíble que descansaba bajo su cuerpo, volvió a tumbarla de espaldas. Se apodero de su boca y recorrió cada rincón, mientras otra vez introducía su miembro con fuerza en su interior.
Esta vez el marco el ritmo de los sensuales movimientos. Rápidos y profundos, llevándola a un maravilloso placer, mas ardiente y mas salvaje que el anterior.
El gran cuerpo de su amante cayó sobre ella. Por un momento le resulto insoportable, pero el rápidamente rodó liberándola. La habitación se torno demasiado caliente y sus cuerpos estaban sudorosos y agitados por ese ejercicio. La cabeza de Renesme aun daba vueltas por tantas emociones y sensaciones. En verdad había sido un encuentro increíble y su cuerpo quedo conforme con semejante experiencia.
Con la calma no tardo de llegar la realidad. Todo llego a su fin, reflexiono controlando su irregular respiración. Poco a poco comenzó a sentirse vacía por dentro. Su vida regresaría a la normalidad en unas cuantas horas. Su corazón continuaría marchito como siempre.
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando los fuertes brazos de Nahuel la llevaron a descansar en su firme pecho. Cansada poso su cabeza sobre la calida piel de ese hombre y se estremeció cuando la estrecho con fuerza y le beso la frente. Fue un beso tierno y dulce.
Sus pesados parpados no tardaron en cerrarse para quedarse dormida escuchando los latidos de aquel corazón.
***
El reloj marcaba las diez de la mañana cuando Nessie despertó. Se hallaba sola en aquella gran cama de esa solitaria habitación.
-Todo lo bueno tiene que acabar-musito mirando alrededor.
Envolvió su cuerpo desnudo con una sabana y comenzó a recoger su ropa.
-Buenos días dormilona
Pego un salto en cuanto sintió que la tomaban por la cintura de forma cariñosa.
-Perdón no quise asustarte-dijo Nahuel dándole el mejor besos de buenos días.
El solo llevaba una toalla alrededor de su cintura y ella se quedo embobada observando su cuerpo por unos segundos.
-Una ducha?....juntos?-dijo arrastrándola hacia el baño mientras aparecía esa sonrisa que le quitaba el aliento.
Cuando entro noto que no seria una ducha. Era un relajante baño en un gran jacuzzi alucinante. Sales de muchos aromas colmaron los sentidos de Renesme. Sobre la espuma se visualizaban pétalos de rosas de todos colores. Ella ni se inmuto cuanto el le quito su sabana y la introdujo dentro.
Poniéndose cómoda apoyo su espalda sobre aquel pecho masculino y dejo que el recorriera su cuerpo con una suave esponja. Sus ojos se cerraron mientras todo su cuerpo se relajaba. Diez minutos después el baño perdió importancia. La esponja fue a parar al fondo del jacuzzi y esas manos inquietas tomaron el control perdiéndose en su entrepierna. Hicieron el amor una vez más. Pero esta vez se tomaron su tiempo entre besos delicados pero profundos y caricias sutiles e inolvidables.
Una hora después se vistieron y desayunaron juntos. Nessie se sentía intimidada por la profunda mirada de Nahuel. Se la comía con los ojos y no dejaba de hacerle cumplidos.
Afortunadamente su teléfono sonó, y la saco de esos ojos acosadores. Era un mensaje de Isabella.
“Se puede saber porqué dejaste plantado a Nahuel. Te estuvo esperando como un idiota”
Renesme leyó el mensaje otra vez desorientada. Luego miro molesta a Nahuel y el frunció el ceño desconcertado.
-Te pasa algo?-pregunto con voz suave
-Porqué le dijiste a Bella que te deje plantado?
-Como dices?
-Bella...Isabella Swan tu amiga de la universidad, recuerdas?-murmuro Nessie rodando los ojos.
-No conozco a ninguna Isabella-respondió el mordiendo su medialuna.
A Nessie no le causo gracia la pequeña broma de aquel hombre y lo taladro con la mirada.
-Escucha Nahuel no estoy para bromas. Solo dime que ganas diciendo eso?
El sonrío y acabo su café ante la mirada atónita de Renesme. Luego como si nada se acerco y extendió su mano para apretar la suya con suavidad.
-Jacob Black-dijo fuerte y claro antes de besar sus labios brevemente.
-Un placer conocerte…
Renesme aparto la mirada de su computadora y observo detenidamente a Bella. Al percatarse de la picara sonrisa que sebosaza sen su rostro, supo que lo que vendría a continuación no seria nada bueno.
-Dispara Swan, de todos modos aunque te ignore, lo soltaras sin que te importe.
-Moreno, 1,80, ojos y cabellos negros como la noche, un cuerpo impresionante…y lo mejor de todo una sonrisa encantadora.
-Creí que dirías sexo estupendo al final de la lista-aclaro Renesme dibujando comillas en el aire.
-Bueno eso también. Pero eso podrás comprobarlo tu misma-insinuo con un expresión que daba a entender que ella ya había comprobado ese aspecto tan interesante.
-Ni lo sueñes-mascullo Renesme entre dientes
-Oh vamos Nessie hace cuanto que no estas con un hombre!!-grito Bella sin pelos en la lengua
La puerta de la oficina que compartían estaba a medio abrir. Varias personas que esperaban su turno para ser atendidas, pusieron demasiada atención en cuanto Isabella grito esas palabras.
Nessie la fulmino con su mirada, antes de levantarse y cerrar la puerta un poco molesta con la usual falta de tacto de su compañera. Bella no tardo en soltar su ya muy conocido gastado discurso sobre la vida y aprovechar todas sus oportunidades.
Cada tanto tenían esta incomoda conversación. Bella insistía una y otra vez en que ella no podía continuar con la existencia que llevaba.
Renesme se despertaba todos los días a las 6:30. Desayunaba y acudía a trabajar al despacho de abogados, donde hace mas de cuatro años se desempeñaba como secretaria ejecutiva. Terminada su jornada laboral a las 14:30 y luego asistía a la universidad donde cursaba la Licenciatura en Psicopedagogía.
Mas tarde regresaba a su casa, cenaba, terminaba o adelantaba algunos de los tantos trabajos de la facultad y finalmente se duchaba e iba a dormir.
Es era su rutina de lunes a viernes. Los fines de semana, veía alguna película en casa o leía una de sus tantas noveles románticas.
Rara vez se pasaba a casa de Isabella. Su amiga hace dos años que convivía con su futuro esposo Edward Cullen. Ambos eran el uno para el otro y Nessie estaba muy feliz por Bella. Ella había encontrado al hombre perfecto. Protector, romántico y atractivo.
La pasaba muy bien cada vez que almorzaba o cenaba con ellos en su pequeño departamento. Sin embargo no tardaba en sentirse incomoda haciendo el mal tercio, sobre todo cuando observaba la forma en que Edward veía a Bella y sus tantas demostraciones de afecto.
Eso era algo que ella nunca volvería a disfrutar. Se había resignado a no volver a vivir una historia de amor.
-Ya ni siquiera sales con tu mejor amiga-chillo Bella sacándola de donde sea que estuviera su cabeza. Tal y como solía suceder cuando comenzaba a escuchar esos monólogos.
-No tengo ganas, ni tiempo de salir, eso todo.-refunfuño deseando que la dejara en paz
-Ves… estas completamente amargada. Pasaron tres años, no permitas que ese desgraciado arruine tu vida.
Nessie le lanzo una mirada nada agradable. Odiaba traer a colación ese asunto tan delicado. No obstante Isabella ni se inmutaba y continuaba con su argumento.
-Renesme, se que puedo comportarme como una perra muchas veces. Pero si te digo estas cosas es porque te quiero y deseo que seas feliz.
La joven no decía nada, solo se limitaba a continuar con su trabajo mientras hacia creer que no escuchaba nada de lo que Bella hablaba.
- Solo presta atención un momento. Nahuel es un muy buen amigo mío. Es divertido, guapo y te hará pasar una noche increíble. Es muy bueno créeme.-señalo con una sonrisa
-Y dime una cosa .Edward sabe que tan bueno es el?-le pregunto Nessie con malicia
-Actuare como si no hubiera escuchado eso.-suspiro y se sentó sobre el escritorio de su amiga- Y no, Edward no sabe que tan bueno es Nahuel. Pero mi novio es mejor- aclaro riendo.
-Que pretendes exactamente que haga con tu amiguito?
-Que salgas, que te diviertas un poco y que pases un buen momento-murmuro levantando una ceja.
-La última vez que tuve sexo con un desconocido, estaba despechada, herida y me lleve el susto de mi vida-le recordó Nessie
Las dos habían salido después que Renesme pasara dos semanas llorando entre las cuatro paredes del pequeño departamento que en ese tiempo compartían. Fueron a un club y probaron la mayoría de tragos que les ofrecía el barman del lugar. Luego de un par de horas Nessie decidió quitarse la frustración con el primer sujeto que se le puso adelante.
Un mes después las consecuencias de esa noche repercutieron cuando no tuvo su periodo. Paso una semana horrible sopesando la idea de haber quedado embarazada de una persona que solo había visto una vez en su vida. Afortunadamente no fue así y todo se trataba de un estado de stress.
-Pero esta vez no estarás borracha y no intentaras vengarte de nadie-discutió Bella.
-Es casi la hora de salir y llegare tarde a mis clases si no entregamos esto-murmuro Nessie señalando unas carpetas.
Isabella se bajo del escritorio y se sentó otra vez en su lugar.
-Ok, si cambias de parecer me llamas y concreto esa cita.
Las dos terminaron de entregar los últimos informes del día y salieron a cumplir con sus respectivas obligaciones. Afuera, como todos los viernes, Edward esperaba a su futura esposa en su flamante volvo. Se saludaron con un gran beso y como todo un caballero le abrió la puerta del acompañante y partieron a su nidito de amor.
Nessie tomo un taxi y se encamino a su universidad. A pocos metros en un semáforo rojo el vehiculo se detuvo frente a una iglesia. En ese momento los novios salían con sus rostros brillando de felicidad.
Fue inevitable que los dolorosos recuerdos no se agolparan en la mente de Renesme. Se vio a si misma con la misma alegria que irradiaba aquella novia. Había esperado ese día por meses. Meses en que con mucha alegría eligió su vestido, las invitaciones, la decoración y todo para lo que seria su boda de ensueño.
Todo se hallaba listo. Su padre y ella llegaron a la iglesia con puntualidad. Sin embargo supo que algo andaba mal en cuanto vio que todos sus amigos y familiares estaban fuera del recinto.
El novio no había llegado aun. Los minutos pasaron poco a poco y nadie sabia nada. Renesme entro en un estado de pánico cuando pensó que algo le había sucedido a la persona que amaba.
A la hora, el matrimonio ya se había cancelado. Su amado estaba perfectamente. El muy cretino se dirigía rumbo a alguna isla del caribe con la que había sido su ex. Y lo supo de la forma más cobarde. Mediante de un carta que alguien entrego de forma anónima. Fue la mayor humillación y el mayor dolor que sintió en su vida. Todos sus sueños y proyectos se fueron a la basura en dos segundos.
Maldito Sean. Le había quitado las ganas de volver a creer en el amor. Había creado un gran vacío en su corazón, el cual jamás volvería a ser llenado.
Su celular sonó y cuando intento leer el mensaje se dio cuenta que las silenciosas lagrimas que habían caído por su rostro se lo impedían. Rebusco en su bolso y saco un pequeño pañuelo para apartarlas.
El mensaje era Clare, su compañera de estudios. Las clases se habían suspendido y tenía el resto del día para atormentarse con sus malos recuerdos.
Se dirigió a su departamento y en cuanto entro, el vacío en su pecho se hizo presente. Regresaba como de costumbre a su solitaria y patética vida.
Tomo una larga ducha intentando relajarse. Lo logro en un principio, pero en cuanto estuvo afuera no sabia como ocupar la mente en algo productivo.
Su casa estaba reluciente, así que ponerse a limpiar no era necesario. No tenía trabajos pendientes de la universidad y no tenia cabeza para estudiar. Se sentía sin aire y cada minuto que pasaba entre esas paredes se asfixiaba mas y mas.
Tomo su celular y llamo a Isabella.
-Dile a tu amigo que nos encontramos a las 10 en ese nuevo restaurante que inauguraron la semana pasada.
Ni bien termino de dar el recado corto el llamado. No estaba de ánimos para escuchar la alegría de su amiga.
A lo minutos le llego un mensaje de texto.
“El te estará esperando…suerte”
No había tenido una cita en años y no es que le importara demasiado. No pretendía encontrar al amor de su vida, ya perdió las esperanzas en el amor. Pero por una vez en años intentaría dejar de ser la mujer amargada y triste en que se había transformado.
En su ropero no tenia nada adecuado para salir. De modo que haría una visita al centro comercial. De esa forma las horas correrían más de prisa y los malos pensamientos estarían lejos.
Primero fue a la peluquería y eligió un peinado sencillo y elegante a la vez. Era un pequeño recogido que dejaba que sus bucles del color del bronce cayeran sobre sus hombros. Aprovecho para maquillarse y arreglarse las uñas de sus manos y las de sus pies.
En una nueva tienda de modas encontró un ceñido vestido rojo, el cual resaltaba su busto y caía libre por encima de sus rodillas. Era sexy pero no muy provocativo. El bolso que había elegido era mediano y pudo guardar su ropa allí cuando salio del probador. Cuando se miro al espejo se sintió bien, su reflejo no le devolvía esa patética imagen. Por esta noche intentaría ser otra Renesme.
Miro su reloj y maldijo, estaba 10 minutos tarde. Por suerte el restaurante quedaba a unas cuantas cuadras y llego cinco minutos después.
El lugar estaba un casi lleno. Busco entre la multitud al amigo de Isabella. De pronto se le ocurrió que tenia que haber solicitado como iría vestido el o alguna otra seña particular además de la descripción física que le hizo Bella.
Nessie observo atentamente hasta que visualizo al fin en uno de los rincones, a un muchacho moreno, de cabellos y ojos negros. Estaba sentado pero se notaba que era tan alto como se lo describieron. Bueno algo a favor había que decir de Isabella. Era un hombre muy atractivo y en eso no exageraba.
Un mozo del lugar se acerco a la joven cuando la noto desconcertada.
-Viene acompañada señorita o la esperan?
-Me esperan-murmuro señalando con un gesto a Nahuel.
-Sígame por favor.
Respiro profundamente cuando emprendió la marcha. Se sentía incomoda y algo intimidada por la situación, pero aquel muchacho no tenia la culpa de sus problemas. De modo que saco a relucir su mejor sonrisa en cuanto llego a su lado.
-Hola siento llegar tarde-se disculpo mientras el mozo apartaba su silla.
Nahuel la observo meticulosamente lo que logro que Nessie se sonrojara por completo. Luego le sonrío y ella pudo corroborar otra verdad. Su sonrisa era encantadora.
-No te preocupes… la espera valió la pena-dijo el regalándole otra de esas sonrisas que le quitaban el aliento.
Renesme se sentó y observo todo el lugar. Siempre hacia lo mismo cuando estaba nerviosa y aquel hombre la ponía en ese estado.
-No eres lo que esperaba-dijo el de repente atrayendo su atención.
Renesme se sintió decepcionada de escuchar aquellas palabras y el joven no tardo en notarlo.
-Eres mucho mejor-le aclaro esbozando otra vez su increíble sonrisa.
Inmediatamente el comenzó a interrogarla sobre su vida. A que se dedicaba, si le gustaba lo que hacia. Porque escogió la carrera que cursaba en esos momentos, y cuales eran sus proyectos. Renesme estaba anonadada con el interés que el ponía en cada detalle. A mediada que pasaba el tiempo ella se fue sintiendo más cómoda con el amigo de Isabella. Terminaron hablado de pasatiempos, cine, libros y cuanta cosas sin demasiada importancia se les ocurría.
Cenaron un plantiíllo que el sugirió. Era una pasta italiana con una salsa exquisita y lo acompañaron con el vino de la casa.
Por momentos dudaba que el la estuviera pasando bien a su lado. Estaba convencida que una mujer amargada y aburrida. Sin embargo el aparentaba disfrutar de su compañía. Si bella le había indicado que le levantara el ánimo a su mejor amiga, Nahuel hacia un trabajo excelente. Sin lugar a dudas no se podía quejar de todas las atenciones que el tenia con ella.
Renesme no solo disfrutaba la agradable conversación y de la cena. Además gozaba de una vista increíble. El hombre que se hallaba en frente era simplemente hermoso.
Su cuerpo era perfecto. A simple vista se percato que había invertido muchas horas en el gimnasio. Sus músculos resaltaban bajo su fina camiseta negra. Cada vez que tomaba su copa de vino los bíceps y antebrazos se marcaban con cada movimiento.
Los pensamientos de Renesme viajaron sin rumbo y comenzó a imaginar que sentiría al estar desnuda bajo ese cuerpo increíble. Esas manos harían maravillas en cada rincón que rozaran. Cielos… quería tener relaciones y deseaba que fuera con el.
Isabella tenia razón, necesitaba cubrir esa necesidad urgente.
-Pasa algo?-le pregunto el clavando su mirada.
-No he..-sintió sus mejillas arder-pensaba que podríamos ir a un lugar mas cómodo-soltó de golpe
En cuanto el la miro un poco asombrado quiso que la tierra la tragara. Tomo su copa de vino y la acabo en segundos.
Un silencio muy incomodo se sintió de repente.
-Creo que es una buena idea, subamos-murmuro mientras pagaba la cuenta.
Rodearon el restaurante y Nahuel la tomo de la mano apretándola con suavidad. Ella se sintió abrumada en un principio, pero se acostumbro rápido a sentir la calida mano de ese hombre. Hasta le gusto demasiado ese contacto, o tal vez eran los efectos de ese exquisito vino.
El hotel era muy elegante y la decoración muy extravagante. Subieron al quinto piso y caminaron por uno de los tantos pasillos. Se detuvieron al llegar a la habitación 513. Nahuel saco una tarjeta, la cual paso por la cerradura y entraron de inmediato. El cuarto no era menos que el resto del lugar. Había unos sillones de terciopelo en medio de la sala, una chimenea y una gran cama en el centro. Renesme centro la mirada en el lecho.
En cuanto giro para mirar a su acompañante. Noto la mirada cargada de deseo en sus ojos. Pero también se sintió cautivada por el. Nahuel la miraba con adoración y estaba segura que nadie la había observado de esa forma jamás. Ni siquiera Sean cuando fingía que la amaba.
Pensar en ese imbesil hizo que la rabia se apoderara de su cuerpo. Decidió liberarse por unas horas de ese pasado tortuoso que siempre la invadía. Con lentitud se acerco al hombre que tenia en frente. Coloco ambas manos sobre su pecho al tiempo que el colocaba las suyas en su cintura. Con suavidad fue llevándolas hacia arriba sin apartar la mirada de esos ojos que la tenían hipnotizada. Enredo sus dedos en sus cabellos y aforrándose con fuerza aproximo su boca a esos labios carnosos que tanto anhelaba sentir desde que lo conoció.
Con un deseo ardiente se fundieron en el más profundo y apasionado de los besos. Sus lenguas se encontraron y el beso subió de intensidad. Era como si estuvieran hambrientos el uno del otro y lo que recibían no fuera suficiente. Las manos del muchacho viajaron por cada rincón de la anatomía de Nessie y ella hizo lo mismo en cuanto le quito su camiseta. Era maravilloso sentir cada músculo del pecho de ese hombre. Su calida piel era perfecta suave y muy tersa. Podía palpar los duros músculos de su torso cada vez que se contraían cuando ella lo acariciaba.
El no tardo en deshacerse de ese molesto vestido que no le permitía disfrutar plenamente de cada tramo de la cremosa piel de Renesme. Le quito los zapatos mientras se tomaba tiempo para acariciar sus esbeltas piernas. Tomándola por sus glúteos la levanto y camino decido hasta la cama.
El también se despojo de sus zapatos y su pantalón. Renesme pensó que esos boxer negros Calvin Klein definitivamente no le quedaban de esa forma a todo el mundo. Como un cazador que asecha a su presa, aquel hombre gateo con lentitud sobre la cama y se coloco arriba del cuerpo de la joven. Trazo un camino de besos por el plano vientre de Nessie y subió por sus pechos. Ella arqueo la espalda para que el pudiera quitarle con facilidad su sostén.
No perdió tiempo y en cuanto sus senos quedaron libres poso su boca sobre su rosado y duro pezón. Nessie no se molesto en disimular los gemidos que le provocaban las caricias de la lengua de su amante. Era un verdadero placer sentir cada succión y cada roce en ese lugar. Ella se deleitó con ese placer que por años se había negado. Sus manos encerradas en los oscuros cabellos del hombre se encargaban de mantener el contacto de la boca con esa parte tan sensible.
Su otro pecho recibió la misma atención y dedicación, para luego volver a ocuparse de sus labios. Sus lenguas se encontraron otra vez, pero ahora el beso era más pausado y lento. Disfrutaron por un momento de esas dulces caricias acompañadas del sabor del resto del vino de la cena.
Era como si fueran amantes de toda la vida. Cada movimiento, cada roce se realizaba en perfecta sincronía. El conocía, o por lo menos eso pensaba Renesme, donde y como tocarla para que su cuerpo se estremeciera. De la boca de aquel hombre salían unos fuertes jadeos y no se cansaba de decirle cosas dulces al oído.
Por un momento se sintió incomoda y confundida con tantos halagos y palabras bellas. Después de todo era un simple encuentro pasajero. Sin embrago había algo en la forma en que el la miraba y la tocaba que le hacían creer cada palabra. No se trataba solo de sexo. Para ella, el le estaba haciendo el amor.
Nahuel no tardo en decender sobre la anatomía de Renesme para despojarla de la última prenda que cubría su intimidad. Ningún hombre la había tratado de esta forma. Venerándola y cuidándola mientras descubría su cuerpo, para luego amarla con lentitud y suavidad.
Nessie lo obligo a cambiar de posición colocándose sobre su firme abdomen. Sus manos se posaron en sus hombros y busco su boca para saborearla una vez mas. Lo beso con delicadeza y con una picara sonrisa en su rostro se irguió deslizando sus caderas hacia atrás, provocando una peligrosa fricción entre sus sexos. Ambos gimieron al sentirse con esa caricia fugaz. Ella percibió la gran humedad que se desbordaba en su entrepierna.
Sin apartar la vista de su amante, Renesme coloco sus dedos en el comienzo de esos boxer tan sexys y con un tiron libero el rígido y doloroso órgano viril de su prisión. Ella lo tomo entre sus manos y lo condujo a su húmedo interior sin titubear. La conexión fue explosiva e intensa. Jamás se había sentido tan llena y excitada
Apoyándose sobre el duro pecho de Nahuel, lo monto con ritmo profundo y sosegado. El la ayudo tomándola de sus caderas, y entre los dos intensificaron las embestidas.
El éxtasis no tardo en hacerse presente. Nessie gimió con fuerza cuando ese gran placer que por tanto tiempo no había disfrutado, la recorrió por completa. El no tardo en correrse junto con ella.
No obstante no tuvo tiempo de recuperarse cuando creyó que todo había acabado.
Ese hombre increíble que descansaba bajo su cuerpo, volvió a tumbarla de espaldas. Se apodero de su boca y recorrió cada rincón, mientras otra vez introducía su miembro con fuerza en su interior.
Esta vez el marco el ritmo de los sensuales movimientos. Rápidos y profundos, llevándola a un maravilloso placer, mas ardiente y mas salvaje que el anterior.
El gran cuerpo de su amante cayó sobre ella. Por un momento le resulto insoportable, pero el rápidamente rodó liberándola. La habitación se torno demasiado caliente y sus cuerpos estaban sudorosos y agitados por ese ejercicio. La cabeza de Renesme aun daba vueltas por tantas emociones y sensaciones. En verdad había sido un encuentro increíble y su cuerpo quedo conforme con semejante experiencia.
Con la calma no tardo de llegar la realidad. Todo llego a su fin, reflexiono controlando su irregular respiración. Poco a poco comenzó a sentirse vacía por dentro. Su vida regresaría a la normalidad en unas cuantas horas. Su corazón continuaría marchito como siempre.
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando los fuertes brazos de Nahuel la llevaron a descansar en su firme pecho. Cansada poso su cabeza sobre la calida piel de ese hombre y se estremeció cuando la estrecho con fuerza y le beso la frente. Fue un beso tierno y dulce.
Sus pesados parpados no tardaron en cerrarse para quedarse dormida escuchando los latidos de aquel corazón.
***
El reloj marcaba las diez de la mañana cuando Nessie despertó. Se hallaba sola en aquella gran cama de esa solitaria habitación.
-Todo lo bueno tiene que acabar-musito mirando alrededor.
Envolvió su cuerpo desnudo con una sabana y comenzó a recoger su ropa.
-Buenos días dormilona
Pego un salto en cuanto sintió que la tomaban por la cintura de forma cariñosa.
-Perdón no quise asustarte-dijo Nahuel dándole el mejor besos de buenos días.
El solo llevaba una toalla alrededor de su cintura y ella se quedo embobada observando su cuerpo por unos segundos.
-Una ducha?....juntos?-dijo arrastrándola hacia el baño mientras aparecía esa sonrisa que le quitaba el aliento.
Cuando entro noto que no seria una ducha. Era un relajante baño en un gran jacuzzi alucinante. Sales de muchos aromas colmaron los sentidos de Renesme. Sobre la espuma se visualizaban pétalos de rosas de todos colores. Ella ni se inmuto cuanto el le quito su sabana y la introdujo dentro.
Poniéndose cómoda apoyo su espalda sobre aquel pecho masculino y dejo que el recorriera su cuerpo con una suave esponja. Sus ojos se cerraron mientras todo su cuerpo se relajaba. Diez minutos después el baño perdió importancia. La esponja fue a parar al fondo del jacuzzi y esas manos inquietas tomaron el control perdiéndose en su entrepierna. Hicieron el amor una vez más. Pero esta vez se tomaron su tiempo entre besos delicados pero profundos y caricias sutiles e inolvidables.
Una hora después se vistieron y desayunaron juntos. Nessie se sentía intimidada por la profunda mirada de Nahuel. Se la comía con los ojos y no dejaba de hacerle cumplidos.
Afortunadamente su teléfono sonó, y la saco de esos ojos acosadores. Era un mensaje de Isabella.
“Se puede saber porqué dejaste plantado a Nahuel. Te estuvo esperando como un idiota”
Renesme leyó el mensaje otra vez desorientada. Luego miro molesta a Nahuel y el frunció el ceño desconcertado.
-Te pasa algo?-pregunto con voz suave
-Porqué le dijiste a Bella que te deje plantado?
-Como dices?
-Bella...Isabella Swan tu amiga de la universidad, recuerdas?-murmuro Nessie rodando los ojos.
-No conozco a ninguna Isabella-respondió el mordiendo su medialuna.
A Nessie no le causo gracia la pequeña broma de aquel hombre y lo taladro con la mirada.
-Escucha Nahuel no estoy para bromas. Solo dime que ganas diciendo eso?
El sonrío y acabo su café ante la mirada atónita de Renesme. Luego como si nada se acerco y extendió su mano para apretar la suya con suavidad.
-Jacob Black-dijo fuerte y claro antes de besar sus labios brevemente.
-Un placer conocerte…
~Continua... (PARTE 2)
2 Palabritas que me inspiran :):
wow, bendita confusion... que bueno que el verdadero Nauel la dejo plantada y que Nessie pudo conocer a Jle
¡¡¡Por Dios!!! ¡¡¡Por Dios!!!, en que estaba pensando esta chica... fabuloso que confusion más acertada... excelente me gusto mucho
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