Cap.18 Finalmente Felices. CAPTULO FINAL

Jacob contaba cada segundo que parecían ser eternos. La desesperación y preocupación los embargaba a todos, incluso a Jasper. Quien en vez de aligerar la situación inconscientemente la hacía un poco más tensa. Todo parecía ser como un globo que podría explotar en cualquier momento.

Entonces el estallido de ese globo, resonó con el llanto de una niña que hizo eco en los pasillos poco iluminados de la gran casa Cullen, le siguió a los pocos minutos otro. Había dos latidos de corazón nuevos. Todos escuchaban fascinados el llanto de las nuevas integrantes de la familia.

Jacob escuchaba los corazones de sus hijas al igual que seguía escuchando el corazón de su esposa. Después de tanta tensión volvió a respirar profundo y solo fijo su vista en la puerta que se encontraba frente a él. Su corazón volvió a latir cuando vio que se abrió, el doctor Cullen se hizo paso entre estas, muy sonriente aviso que todo había salido bien. El parto había sido algo complicado, ahora Renesmee se recuperaba después de su cesárea y sus estaban sanando a una velocidad increíble. Todo había salido bien. Por una vez la familia podía respirar profundo y se abrazaron entre sí, felices.

El licántropo solo seguía concentrado en que necesitaba ver a sus hijas, conocerlas de una vez por todas después de la larga y algo tortuosa espera, necesitaba ver a Renesmee, a su impronta y razón de todo lo que él era, sonriéndole de nuevo.

Una Bella con una amplia sonrisa en el rostro salió tras el vampiro, en brazos traía envueltas en mandas de color lila, a sus nietas. Todos los presentes percibieron sus peculiares efluvios, algo dulzones pero con un toque de olor a madera y busque.

El nuevo padre, se acerco dudoso y Bella le sonrió insinuándole que las mirara, cuando lo hizo su corazón se inflo de alegría, y quedo cegado por la luz que le proporcionaban sus hijas. Sarah Marie y Rosalice Elizabeth Black Cullen. Ahora ellas junto a con su madre, serian los tres pilares de vida de Jacob Black.

Ambas tenían el hermoso color moreno rojizo de su padre. El poco cabello que tenían era de un lindo color cobrizo característico de su madre, ambas yacían dormidas entre los brazos de su abuela. Jacob acaricio la mejilla sonrojada de Rosalice con cuidado, esta abrió los ojos ampliamente dejándole ver sus preciosos ojos verde oliva, dejándolo tieso parado en el lugar.

-Tiene los ojos humanos de Edward – murmuro Carlisle quien miraba a sus bisnietas, al igual que el resto de la familia, tras el licántropo.

Jacob solo sonreía ante lo hermosas que eran sus hijas -Hola – murmuro con voz contenida al tiempo que con su gran dedo indicie acariciaba las manitas cerradas de Sarah quien al igual que su hermana, abrió sus ojos y dejo ver el verde oliva intenso que los teñía.

La bebe hizo una mueca que se vio como una sonrisa y tomo el dedo de su padre. Y en ese momento Jacob empezó a ver borroso hasta que frente a él apareció una imagen, el arrodillado al lado de Renesmee mientras está dormida y él le hablaba a sus hijas. Recordaba esa noche. Podía escuchar cada palabra y ver cada gesto. Seguido en su mente escucho una voz clara femenina y no mu de niña: Hola papa.

Las imágenes desaparecieron y sorprendido volvió a mirar a la niña quien lo había soltado y con gesto tranquilo había vuelto a cerrar los ojos.

-¿Eso lo hizo ella? – pregunto el mirando a Edward que sabia sería el único que podría escuchar su mente.

Edward frunció el ceño – Si te refieres a que deje de escuchar tu mente por unos segundos, creo que sí.

…

Pov Nessie.

18 años después.

-¡Elizabeth! ¡Sarah! ¿Podrían ya bajar? ¡Vamos a llegar tarde! – grite en las escaleras, lo cual no era verdaderamente necesario, mis hijas tenían hasta aun mejor oído que el mío.

-Cálmate mi amor, ya bajaran – murmuro su voz a mis espaldas, me volví y estaba recostado en el umbral de la puerta que comunicaba la sala con el pasillo de las escaleras. Llevaba un pantalón de vestir beige y una camisa blanca estaba con algunos botones desbrochados

-Es que tuvieron que heredar esa tranquilidad de ti – dije mientras me acercaba a acomodar el desastre que estaba hecho – ustedes tres van a matarme – susurre mientras terminaba con sus botones.

Escuche su risa – Son todas unas Blacks.

Bufe – Oh claro que si – respondí sonriendo

-Te ves preciosa. ¿Te lo había dicho?

Alce una ceja y por puro reflejo di un breve vistazo a mi vestido blanco y corto. Lo mire – Un par de veces pero siempre es bueno escucharlo – respondí riendo – Listo – di un paso atrás y lo observe de arriba abajo – Perfecto, ahora te ves… - mordí mi labio y él se carcajeo.

-¿Me veo como?

-Sexy.

El volvió a reír y se acerco a mí rodeando mi cintura con sus manos y apretándome hacia él. Acerco su rostro al mío y me beso lentamente.

Suspire – Vamos a llegar tarde a la boda de Jake.

…Si, ese día se casaba el pequeño Jake. El mismo que me decía tía Ness y corría a abrazarme años atrás. Se había transformado por primera vez a sus 16 años, por lo que tuvo la capacidad de imprimarse. Fue allí cuando noto el amor que sentía por su mejor amiga, Jazmín, la hija menor de Jared y Kim. Quien era unos meses menor que las gemelas, se casaba bastante joven. Pero… ¿Quién era yo para juzgar?

-Subiré por ellas si no bajaran hoy – dije y el aflojo su agarre en mi cintura hasta dejarme libre.

Subí las escaleras y escuche como Elizabeth tarareaba una melodía de piano que reconocía, yo se la había enseñado.

Abrí la puerta blanca de su habitación - Hoy es la boda de su primo y tu mejor amiga Elizabeth. ¿Quieren llegar tarde?

Ambas estaban mirándose en el espejo - Cálmate, mama – dijeron al unisonó sin voltear, observe el color rosa pastel de sus vestidos que se adhería a sus menudas figuras.

-Me calmare cuando ya bajen, vamos tarde.

Voltearon a verme fijando sus grandes ojos en mí, mis hijas parecían estar muy conectadas. Después de todo eran gemelas, aunque si vamos a detalles eran completamente diferentes una de la otra al menos en lo que a personalidad se refiere.

Elizabeth, había heredado la personalidad cerrada y callada de mi madre. Sarah parecía el clon femenino de la personalidad de Jacob, siempre estaba sonriendo, hablaba, cantaba, tenía mucha energía, parecía haberla consumido hasta la de su hermana.

Ambas había heredado la hermosa piel morena, el cabello era de un cobrizo extraño como el mío. Ahora estaban peinadas de diferentes formas, una lo traía recogido en una media coleta, Sarah y la otra suelto, Elizabeth. Sus cabellos eran de comercial brillantes y lisos y largos hasta sus codos.

Sus facciones eran muy Quileutes, aunque había algo que las hacia resaltar más de la cuenta. Tenían los ojos de un hermoso color verde oliva, los ojos humanos de mi padre.

-¡Vamos! – exclame.

Rodaron los ojos y por fin salieron de su habitación. Mientras bajamos las escaleras tocaron la puerta, percibí el efluvio de Alec y sentí como Sarah paso a mi lado como una ráfaga para abrir la puerta. Vi cono Jacob quien estaba recostado a la pared con los brazos cruzados bufaba y rodaba los ojos.

Sonreí cuando baje el último escalón – Ya han pasado tres años desde que están juntos y has tenido 18 años para acostumbrarte al hecho de que ellos estarán así por siempre…

Frunció el ceño – Una cosa es que lo asimile y otra muy distinta es acostumbrarme ese vampiro tiene unas manos muy inquietas, nunca se las quita de encima a mi pequeña.

Elizabeth rio – Papa, no queda de otra. Ustedes los hombres tienen manos inquietas.

-Eso quiere decir que Nathan también es un pulpo ¿No?

Ella se sonrojo – No dije eso.

-Pero generalizaste, mira que si el te toca un pelo mas y sabes a lo que me refiero, recuérdale lo voy a castrar…

-Shhh, Jacob basta – lo tranquilice riendo a penas, se veía tan mono haciendo escena de padre celoso.

Respiro profundo – Es que entiende, tengo dos hijas las dos se impriman desde bebes y ahora que crecieron… joder esto de la imprimación jode a los padres, ahora entiendo a Bella y a Edward.

Mi hija y yo nos reímos y lo halamos cada una por un brazo y fuimos a la puerta donde aun se encontraba Sarah abrazada a Alec. La piel del vampiro resaltaba por mucho sobre la de mi hija.

-Hey, ya tendrán tiempo. Tenemos una boda y llegaremos tarde – interrumpió Jacob saliendo por la puerta.

Mi hija se rio y tomo a su novio de la mano - Hola Ness – saludo él venía vestido con un pantalón negro y una camiseta blanca, informal como había empezado a vestirse desde que pertenecía a la familia, también ahora sus ojos eran dorados.

-Hola Alec ¿Mi familia ya está en la playa?

Asintió. Me apresure a salir siguiendo a Jake y Elizabeth. Caminamos a nuestra típica velocidad inhumana no teníamos tiempo. Al llegar la decoración de Anna - quien era muy amiga de Kim, la madre de la novia, además de que esta ultima era como la hija que nunca tuvo - Estaba presente. Últimamente le llevaba la competencia a Alice. Sobre la arena había un camino de pétalos de rosas, de un color rosa fuerte. Alrededor de ese camino había antorchas decoradas con algo de tela blanca y más flores. Las sillas vestidas también de blanco y un lazo rosa, como era toda la decoración. El alatar era lo más hermoso de todo, un arco cubierto de rosas, y en la parte superior central había un estilo de placa de madera, con bordes dorados, que tenia grabado “Kwop Kilawtley”

-Quédate conmigo para siempre – murmuro Jacob en mi oído traduciéndome.

Sonreí lo sabía, el me lo había dicho antes – Eso fue obra de Anna, me sorprende, ella no sabe Quileute.

-Fue de Sarah – me conto Elizabeth.

Mi hija asintió – Pensé que sería lindo.

-Sí, lo es – admití. No me sorprendió que viniera de su parte, después de todo, las gemelas hablaban Quileute desde siempre.

-Hola Jacob, Ness, Alec – saludo Kim acercándose a nosotros, ella también iba de blanco, todos teníamos que ir vestido de ese color, las únicas distintas eran las damas de honor cuyos vestidos eran de un color rosa pastel.

-Hola Kim ¿Cómo estás? – salude besando su mejilla.

-Al borde de la histeria, menos mal Kyle ya está casado y solo queda Jazmín – bromeo, mencionando a su hijo mayor que se había casado dos años atrás - Hey chicas, vengan con las demás damas de honor – llamo Kim y mis hijas se fueron con ellas.

Jacob y yo tomamos asiento cerca de mi familia. Muchos se acercaron a saludarnos, visualice a Samantha y Eyleen, Sammy era la mayor y estaba con su impronta, la pequeña Lee a penas tenia 12 años. Eran las hijas de Sam y Emily. También Alba y Emmanuelle, los hijos de Embry y su impronta Camila.

Le sonreí a la pequeña Valentina – hija de Leah y Nick – Jugando con Mathew, el hijo de Quil y Claire, ambos niños tenían 4 años.

La mayoría de los chicos de la manada, al menos los que tenían improntas humanas, habían empezado a envejecer con ellas. Después de todo, habían pasado 18 años y no podía seguir retrasando más su vejez. Había aprendido a asimilar que no todos serian eternos, como mi familia, Jacob y yo. Empecé a tomar esa visión desde la muerte de Sue hacia ya un par de años. Por suerte mis abuelos, ya estaban algo ancianos pero aun vivian. Aunque estaba consciente de que en algún momento no estarían.

Algunas veces tenía ganas de transformarlos a todos y que se quedaran para siempre…

La música nupcial empezó, sacándome de mis pensamientos algo tristes no acordes con la ocasión así que los hice a un lado. Jazmín vistiendo un precioso, sencillo pero gran vestido camino por ese camino de pétalos del brazo con su padre. La sonrisa con que Jake la recibió no fue nada normal, era amplia y los ojos de ambos brillaban, estaban muy enamorados. La ceremonia transcurrió rápido, pero fue muy hermosa, mire a mis hijas con una ceja alzada en el momento que vi como en el cielo las nubles parecían ponerse más densas, si llovía podría arruinar todo. Sarah alzo la mirada y un viento algo fuerte se hizo presente vi a Elizabeth mirando las antorchas concentrada. En poco tiempo el cielo se desanubló y quedo nublando como era normalmente. Y a pesar de toda la brisa ninguna antorcha se había apagado.

Por si había olvidado mencionar, la visita que me hicieron hace algunos años los espíritus Quileute, habían tenido mucha razón. Mis hijas nunca habían sido comunes, muy inteligentes desde el principio de sus vidas, eran licántropas, aunque sus temperaturas no era tan calientes solo algo cálidas y sus pieles tenían un brillo poco notorio.

Poseían la rapidez de un vampiro, se alimentaban como humanas. Sus corazones latían a un ritmo más lento de lo normal. Su escancia era una mezcla de vampiro y licántropo. Estaban en la manada desde su primera transformación a los 17 ahora habían dejado de envejecer, mi familia y yo vivíamos en la eterna juventud de los 17 años. Pero dentro de esto, había un pequeño detalle que Jacob agradecía enormemente. Ambas poseían un estilo de escudo mental. Por lo que se comunicaban solo cuando querían, sus mentes no eran completamente legibles, incluso para mi padre.

Además, como si fuera poco tenían esos dones que se me habían sido prestados. Los elementos. Sarah manejaba el aire y el agua. Podría abrir una grieta en el suelo o crear un tornado con tan solo concentrarse. También poseía el don de dar vistazos al pasado y mostrar recuerdos. Era con el don contrario a Alice y el mío juntos. Elizabeth manejaba el fuego y al tierra. Su temperatura subía cuando usaba sus dones. Su don era como el de mi padre, pero algo mas practico, leía la mente sí, pero solo cuando quería.

La ceremonia termino con el si acepto y el beso, los aplausos, los abrazos y las felicitaciones. Me acerque a felicitar a mi sobrino favorito.

-Felicidades – los abrace a ambos.

-Gracias tía Ness – dijeron ambos. Para Jazmín había sido como una tía.

Mis hijas y mi familia siguieron en felicitaciones y al final todos se reunieron en el centro de la reserva donde todo estaba ambientado y listo para la fiesta. Mi familia se fue luego de la ceremonia, ellos respetaban las tradiciones Quileutes y la celebración de un matrimonio con vampiros ya era pasarse de la raya había una tregua pero ellos le guardaban respeto a todo, el único en quedarse y por petición de mi hija, fue Alec. Los ancianos del consejo dieron sus bendiciones a la nueva pareja y luego empezaron a bailar.

Elizabeth se encontró con su novio Nathan – también licántropo - pasaron toda la noche juntos mientras Jacob no les quitaba los ojos de encima a ninguna de las dos.

-La próxima boda puede ser de una de ellas o de ambas – le dije.

-No, aun no. Ellas están algo…jóvenes.

Sonreí y alce una ceja – Me case cuando apenas tenía 11, no creo que seamos los indicados para criticar.

Sonrió de medio lado – Crecieron rápido – hablo mientras me abrazaba, yo me encontraba sentada a su lado en una de las meses que se nos había reservado.

-Lo sé – dije con mi mejilla recostada en su pecho.

-¡Hora de lanzar el ramo! – exclamo Jazmín quien ahora llevaba un vestido blanco con dorado más corto.

Todas las mujeres solteras, como era la tradición, se reunieron alrededor mientras ella les daba la espalda, las gemelas se reían entre si mientras halaban a Saith, la hija de Emma y Seth al lugar, ella era la mejor amiga de Sarah.

-1…2…3

El ramo se balanceo en el aire y cayó en brazos de…

-¡Saith! – exclamo Jazmín.

Localice a Seth quien miraba la escena con los muy abiertos y Emma se reía y aplaudía. Mi hermosa sobrina tenía sus mejillas sonrojadas cambiando con su vestido rosa, mientras miraba el ramo y dirigía su mirada a Nahuel y este le sonreía.

Creo que olvide mencionarlo, ella era solo un hada cuyo don es la manipulación con su tiernos ojos cafés podía hacer lo que quisiera con las personas, aunque poco lo usaba. Había heredado la capacidad de imprimarse y bueno el resto es historia, vio a mi amigo y fue fugaz.

Aplaudí mientras me reía de la cara de shock de Seth y Saith.

Luego de pasar la escena Jacob me abrazo y murmuro en mi oído.

-¿Quieres ir a caminar un rato?

Asentí y cuando nadie nos veía nos escabullimos por el bosque. Observe como el sol se escondía en el horizonte y sin pensarlo mucho me quite mis zapatillas y corrí a la orilla, sentí como el agua mojo mis pies, Jacob se paró a mi lado toando mi mano.

-La puesta de sol me trae algunos recuerdos – dijo con una sonrisa.

Sonreí – sí, hay muchos recuerdos aquí.

-Gracias – murmuro de repente.

-¿Por qué?

-Por todo, todo lo que tengo, es gracias a ti.

Sonreí y apreté su mano – ¿Agradeces que te allá dado ese par de dolores de cabeza?

Se rio - Si, es de las cosas que más agradezco.

-Amo la puesta del sol – comente mientras caminábamos por la orilla.

-Sí, es hermoso…Pero no tanto como tu - se volvió a mirarme mientras me sonreía.

Sonreí - Tú y tus dotes de galán Jake. Vamos, claro que sí lo es, mira toda la luz…

-Si – dijo mirándome – muy brillante.

Sonreí.

-Sabes que quiero hacer algo que me hará sentir como un crio, pero de todas maneras no envejecemos así que…

-¿Qué?

Sonrió con picarda y miro el agua.

-Oh no, no no lo harás – dije dando dos pasos a atrás.

-oh sí, claro que si – y antes de que asimilar todo me tomo en brazos y camino dentro del agua.

-Espera – me reí – bájame – después de un par de vueltas e soltó y note como mi vestido se mojaba hasta mis rodillas. Pero no estaba fijarme en esos detalles.

-Estás loco – murmure mientras movía mi vestido dentro del agua.

-Algo, ven acá – halo mi cuerpo pegándolo al suyo y si vacilar me beso.

Lo empuje – Acabas de mojar mi vestido. Ahora t toca a ti – lo moje mientras le lanzaba agua con las manos y el se reía.

- Entonces quieres jugar Cullen.

-atrápame Black – y empezó a perseguirme aun en el agua. Hasta que me atrapo me abrazo por la espalda y con su característica agilidad me dio la vuelta para luego apretarme a su cuerpo.

-Te amo – dije sonriendo.

-Y yo a ti, Nessie – respondió mientras me besaba.

-Por siempre – murmure.

-Para siempre. La dueña de cada ocaso que me quede por vivir.

FIN!*-*

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O.O Dios... esto es tan, raro y emocionante a la vez! Jajaja!

Hola Mis Chicas, este FIN no es una broma como lo hice anteriormente, este es real y esta tan freak O.O No puedo creer que lo termine x.x pero bueno esto merece una entrada a parte, asi para resumir, espero que les alla gustado el capitulo ^^ y merecerme algun comentario, a los que les da lata esta sera la ultima vez asi que animense(?) aunque sea en el cbox :x! Gracias por todo hoy y siempre ^^ las quiero mis niñas, son mucho enserio.

Besos.

Nos leemos en la entrada de despedida(?)

Caro R.