
Cena Familiar
Pov Renesmee.
Llegamos muy tarde a casa y tuvimos que despertar a Seth. Entramos rápido por que la lluvia caía a cantaros. Estando una vez dentro mamá y papá nos esperaban ansiosos en el sofá.
Lo primero que hizo Bella fue atraer a Seth junto a ella y quedarse así un buen rato. Eran sus hijos, aunque no los hubiera llevado en su vientre los amaba como suyos. Cada detalle, cada gesto que tenía con Jake y Seth era propios de una verdadera madre. El alivio en el rostro de papá era evidente. Se había perdido uno de sus retoños “ Y yo que pensaba que a Pa’ no le importábamos”. Bella no dejaba de darle besos en la mejilla y revisar si no le había ocurrido algo a Seth mientras Ed. Se les unió en el abrazo.
No tanto para nosotros de había acabado el mundo, sino para mi “No Hermano” que era Seth. Me quede ahí esperando que de alguna manera la pesadilla acabara y que todo lo sucedido fuera producto de mi imaginación. Quería tener la certeza de que esta situación nos uniera más como familia y que no nos separará.
Tenía las ganas de llorar. De derramarme en el suelo como sal y quedarme ahí por un buen tiempo. Era verdad que ser emocional te agotaba. Lo único que quería era que esto terminara de buena manera y Seth pudiera reconciliarse con el pasado.
Desde esta perspectiva podía ver como los cordones de mis zapatos estaban sin abrochar y sentía como la mirada penetrante de Jake estaba sobre mí. Era incomodo estar a su lado sabiendo que nos habíamos besado horas antes. Estaba ciertamente confundida entre lo que mi cabeza decía y mi corazón sentía. Nunca antes había querido “Amarlo” de una manera fraternal. Menos “Amarlo” como hombre, quererlo como novio. Seguramente habría arrancado de cualquier demostración de afecto que hubiera existido entre nosotros. Quería rehusarme a sentir algo por Jake. No quería. Si alguna vez había conseguido olvidar mi amor de secundaria. Ahora lo haría. Aprovecharía este momento ya que ningún sentimiento fuerte había crecido en mi corazón aparte de la esperanza y una simple atracción física.
Luchando con todas mis fuerzas por no mirarlo, estas me ganaron la partida. Café, sin duda sus ojos era de un intenso color café. Hormigueos unidos con mariposas se sentían en mi vientre. “Estúpido por hacerme sentir esto”. Mis mejillas comenzaron a encenderse y las ganas de huir de ahí se hicieron presentes. “Corre… Reneesme…corre” pedían mis rodillas insistentemente. Deshice nuestra conexión mirando hacía mis padres quienes me veían con cara de “¿Qué esta pasando aquí?”
- Es mejor que llevé a Seth a su cuarto – dije un poco conciente de lo que decía. Mi hermano me miro y comenzó a emprender marcha rumbo a la escalera. De paso extendió su brazo rodeando mis hombros, al mismo tiempo crucé su cintura con el mió y me guió el camino. No dijimos nada porque no hizo falta. Nos entendíamos de maravilla. Nos conocíamos demasiado bien que no era necesario decir palabra alguna para saber lo que sentíamos.
Andábamos lentamente por el pasillo como midiendo nuestras acciones. Se sentía en el aire la cercanía y la lejanía de la situación. No tenía porque estar ayudando a superar la verdad a un chico que no era de mi sangre. Pero que más daba él era mi compañero de locuras. Él era ese pequeño niño que me ayudaba a hacer mis tareas, que me había enseñado que el cereal de colores era mejor que el de avena. Que me hizo construir castillos de arena en la playa. El que me había mostrado que detrás de la puerta de mi closet no había monstruos.
Llegamos a la puerta de su cuarto y entramos sin detenernos. Encendiendo la luz puede ver como era un completo desastre. Ropa por todas partes, cuadernos regados en el escritorio, el PC no se veía de tantas rumas de CD’s apiladas. Seth no quería pasar de moda y todavía escuchaba música en un equipo. Prefería tener discos rallados que usar un mp4 o I-pod.
Se alejo de mí para tomar asiento en un costado de la cama.
- ¿Qué haces Seth? Sería mejor descanses – dije apuntando hacía su cama.
- ¿Y tú crees que podré dormir después de esto? – pues viéndolo de esa manera yo tampoco podría pegar una pestaña al saber semejante secreto.
- Tienes razón… Tet – le sonreí abiertamente cuando me senté a su lado.
- Me decías así cuando éramos pequeños… no podías decir mi nombre – pude vislumbrar como una leve sonrisa se marcaba en su rostro. Quería que me mirara para saber si estaba bien o mal pero se recusaba a encararme.
- Y tu me decía “Nievecita” por que creías que mi piel era muy blanca. – en aquellos tiempos todo para nosotros era un mundo de fantasías. Veíamos como gigantes las pequeñas cosas. Nos maravillábamos de los insectos y los árboles. Soñábamos con viajar a la luna y comer palomitas bajo el agua… pensábamos que nada nos separaría ya que compartíamos sangre.
Mire hacía la ventana que estaba frente a nosotros. El constante goteo de la lluvia caía por el vidrio deslizándose rápidamente. Hombro a hombro permanecíamos sentados con las piernas extendidas meditando en lo que pasaría con nuestras vidas. Su mano izquierda tomo la mía, entrelazo sus dedos y respiro profundamente.
- Si hubiera sido una persona inteligente… ya habría descubierto la verdad hace mucho tiempo.-
- No te culpes. Yo tampoco lo sabía. Me entere hace algunas horas atrás – las mejores y peores horas que habían pasado.
- Es incomprensible que Jake no me lo dijera. Que no me contará la verdad. Creo que ya tengo la edad suficiente como para enterarme de mi pasado – su voz me transmitía toda la rabia e ira que sentía.
- También pienso lo mismo. Teníamos derecho a saber que no éra… - no quise terminar la frase por que me di cuenta que estaba doliendo demasiado. Quizá después de esto decidieran irse de casa. No volver a vernos. Quizá se alejaría de mí y eso no lo soportaría. Apreté fuertemente mi mano a la suya al entender que mi hermano podría desvanecerse y no aparecer nunca más. –Seth tienes que prometer que no me abandonaras. Que no nos dejaras. Somos tu familia aunque no en la realidad. Seth eres mi hermano… júrame que estaremos juntos en las buenas y en las malas.- supliqué intentando desvanecer el nudo en mi garganta.
- Pequeña no te asustes. Respira… no me iré por ahora. Crees que sería capaz de dejarte y perderme de tus locuras. Aunque no se si tenga derecho a decirte hermana después de todo – mi corazón sintió el alivio al saber que él no se alejaría de mi lado. Todavía existía esa camaradería que habíamos construido con años de convivencia.
- Tienes todo el derecho a decirme hermana y “Nievecita” el tiempo que quieras- nos reímos en conjunto. Un silencio profundo se escucho en su habitación, lo observe nuevamente. Su semblante era sombrío, cargado de amargura.
- Siempre pensé que mi madre había tenido una vida feliz al lado de Ed. Que Jake y yo éramos hijos del amor. Aunque era muy pequeño siempre creía que ella venía a verme por la noche, que me acurrucaba contra su pecho, cantándome canciones de cuna para que me durmiera. Durante años le escribí cartas pensando que de esta manera el cartero se las llevara hasta el cielo y ella pudiera saber más de mí… Cuando pasó el tiempo Papá… - suspiro – mejor dicho Edward me dijo que no era necesario que le escribiera cartas a mamá por desde donde estaba podría saber todo lo que yo sentía y pensaba… - esbozo una sonrisa y una pequeña lagrima rodó por su mejilla – Pero ya me conoces. Me rehusé a hacerle caso y por muchos meses seguí haciéndolo. Hasta que un día crecí y me di cuenta que no recibía ninguna respuesta…- se limpio la única lágrima que había escapado de sus ojos- Le pregunte a Jake si mamá había sufrido mucho por su enfermedad… pero él me dijo que no, que Leah hasta su último suspiro nos amo más que a su propia vida. –
Esta vez quería llorar con todas mis fuerzas por saber que Seth sufría desde antes de saber la verdad. Mi corazón se estaba retorciendo de angustia. Si las paredes del cuarto se pudieran caer ahora lo harían sin pedir permiso sobre nosotros. No tenía fuerzas para consolarlo. No tenía la energía para exclamarle que no se preocupara, que a pesar de todo yo estaría a su lado, siendo su soporte. Que no lo dejaría caer al abismo. Me estaba agrietando en el interior y no era capaz de contener mis fuerzas para dárselas a mi hermano. Si todo pudiera ser como hasta ayer, donde todo estaba de maravillas, teníamos familia y amor.
El silencio se extendió por mucho tiempo
- Seth… recuerdas esa vez que me estabas enseñando como andar en bicicleta…-
- Si, recuerdo que esa vez te caíste y tu rodilla sangro… saltabas como loca gritando que te habías quebrado la pierna y que nunca más podrías caminar… “Ayúdenme, ayúdenme… - falseo la voz - … me quebré la pierna” dijiste mientras sostenías tu rodilla sin parar de llorar - su tono de voz volvió a ser normal. Este era el Seth que conocía.
- Para que veas que desde esa época era melodramática…- dije burlándome - … me acuerdo que te bajaste de la bicicleta, llegaste a mi lado y me ayudaste a sentarme. Te rías de mí mientras examinabas la herida diciéndome que no era tan grave y que respirara… -
- ¿Qué edad teníamos?... 10 y 8 años –
- Mas o menos… lo que me quedo gravado en la mente fue lo que me dijiste –
- No lo recuerdo, que dije – hablaba confundido.
- Dijiste que sí me había quebrado la pierna y no iba a volver a caminar… te quebrarías la tuya y así no tendría que pasar sola por eso… - nos miramos al mismo tiempo- Ahora yo te digo… Seth, se que tu corazón esta roto y que quizás nunca más vuelvas a sentir…pero que si es necesario me quebraré el corazón para que no pases por esta angustia solo – lo rodee con mis brazos - siempre estaré a tu lado Tet…-
- Y yo siempre te protegeré “Nievecita”…- llorábamos en conjunto. Sabía que tenía que ser fuerte para mi hermano pero tenía tantas ganas de desahogarme. Podía sentir a través de sus lágrimas lo lacerante de sus heridas. Es escuchaba como su alma estaba rota por el dolor de la mentira. En sus reacciones percibía como él ya no tenía fuerzas. En el mismo momento que las palabras salieron por la boca de Jake lo habían dejado sin aliento de lucha.
Al parecer el tiempo se había detenido mientras llorábamos sentado uno al lado del otro. Quería esperar que él peso de la situación lo venciera y se durmiera. Pero este chico si que era porfiado. No mostró cansancio alguno en horas hasta que por fin el sol comenzó a salir cuando decidió ir a la cama.
Salí de su cuarto dándole un beso. Apague la luz y me fui a la cocina. No tenía sueño solo quería comer helado. Aunque fuera muy temprano pero siempre lo hacía cuando había problemas en mi vida. Baje intentando hacer el menor ruido posible. De seguro mamá y papá ya se habían ido a trabajar pero Jake estaría durmiendo. Hoy no tenía cabeza para asistir al instituto, ni ver cuadernos. Ed lo entendería a la maravilla.
Abriendo la puerta de la cocina me sobresalte al ver a Jake sentado en una de las sillas de la cocina. Con un pote de helado entre sus manos y la mirada perdida en su contenido. Había tanta información circulando por mi cerebro que no fui capaz de moverme de la entrada. El contemplarlo ahora me hacía pensar en el beso que nos dimos. En su cabello negro y sus ojos cafés. Haciéndome la desentendida me dirigí a la nevera y tome mi helado favorito. Saque una cuchara para luego sentarme frente a él.
Cucharada tras cucharada de helado de lúcuma pasaban por mi garganta sin ser probadas. Quería rellenarme hasta el punto de ver estrellas y no pensar en las sensaciones que Jake me estaba produciendo en este momento. Es solo helado y después te vas. Mi cabeza casi se introduce por completo en el pote. Quería ocultarme de Jacob el mayor tiempo posible.
Los nervios comenzaron a crecer cuando la mano de Jake se deslizo cruzando la mesa alcanzado mis dedos y posteriormente los unió con los míos. En segundos nuestras manos estaban entrelazadas. No me atrevía a mirarlo por temor a que sucediera lo de horas atrás. Con su pulgar comenzó a trazar círculos en el centro de mí palma. Ya no podía seguir comiendo helado por que sus acciones me estaban aturdiendo.
- Jake… que es lo que pretendes.- solté su mano para concentrarme mejor en lo que diría. Lo mire directamente para que contestará y digiera de una vez por todas que quería conmigo.
- No lo sé. También me siento confundido con esto – volvió a comer helado sin tomar mucha importancia a lo que decía.
- Porqué me odias… si después me vas a confundir con un beso- le dije un tanto golpeado.
- Yo no te odio Nessie…- y ahí estaba Jacob confundiéndome una vez más.
- Entonces ¿Por qué durante todos estos años me has hecho la vida imposible? -
- Lo hice porqué quería que me tomaras en cuenta al igual que a Seth. Siempre tuviste ojos para él. Cuando éramos pequeños y jugaban siempre me excluían de todo. Incluso ahora.- esquivo mi mirada concentrándose nuevamente en el helado.
- Si querías que te incluyéramos ¿Por que no lo dijiste? –
- ¿Cómo le dices a tu hermana menor que te quiera más, que juegue contigo si no hace otra cosa que verte y lanzarte cosas? entendí que no era de tu agrado. Que la mejor manera de llamar tu atención era tratándote mal o diciéndote cosas pesadas. Yo sabía que no éramos hermanos pero desde la primera vez que te ví supe que serías una personita importante en mi corazón. Lo asocie en ese entonces a un sentimiento de hermanos. Pensé que podría por fin encajar en la familia y hacerte la hermana más feliz del mundo. Idealice la manera en que podríamos ser camaradas como lo eres con Seth… pero nunca me viste. Me ignoraste todo el tiempo -
- ¿Qué estas diciendo? Tú fuiste él que me miraba con cara de odio. Él que se reía de mi por que pronunciaba mal las palabras, te burlabas por que cada vez me caía sin razón, tú… - me observo intensamente como queriendo de algún modo hacerme cambiar de opinión. – tú… - el primer recuerdo que tenía de Jake se cruzó por mi mente. Estaba recostado contra uno de los árboles del jardín, yo tenía como unos 5 años y él unos 12, Jacob nos miraba mientras Seth y yo corríamos de un lado para otro persiguiendo mariposas. Me detuve en mi carrera para observarlo. Me preguntaba en ese entonces por que Jake estaba tan triste. En ese momento mamá llego de su trabajo y se apresuro para encontrarse con él. El extendió sus brazos y Bella lo abrazó. Lo elevo en el aire dando vueltas. Sus risas eras muy fuertes. Desde ahí comprendí que Jake me había quitado a mí madre.
No quise decir nada más por que entendí que parte de esto era culpa mía. Tenía un poco de vergüenza al haberlo alejado de mi lado. Producto de ese inmensa preocupación que le demostraron mis padres yo me había anclado a Seth. De alguna manera sentir que a Seth le importaba me daba fuerzas para seguir adelante. Pero ahora sabía que no era así. Que todos me quisieron de maneras diferentes, nada mas que no lo puede ver.
- Me di por vencido por conseguir algo de amor de hermanos cuando tenía 15 años y tu unos 8. Decidí que como no compartíamos sangre no era necesario que te quisiera. Además no era importante para ti. Por eso decidí ignorarte todo el tiempo. Me dedique a hacer amigos, buscar el cariño de hermanos en otra parte. Me concentre en hacer lo mejor por agradar a los que no son mis padres. Comprendí que de esa manera mi cariño sería retribuido con más cariño… -
No podía dejar de sentirme mal. Esta vez mi mano comenzó a cruzar la mesa para poder tomar la suya y entrelazar mis dedos. Lo observé insistentemente para que me mirara y comprendiera que lo sentía. Pero no se movió para nada.
- Lo siento Jake… perdóname por haberte echo eso –
- No quiero tus disculpas. No las necesito. He vivido mucho años con este dolor. No tienes porqué dolerte por mí causa. No se puede cambiar lo que hemos dicho y hecho – se paro de la mesa y comenzó a guardar el helado en su lugar.
- Entonces ¿Porque me besaste?… si no querías nada de mí ¿Por qué lo hiciste? – lo guíe con la mirada mientras lavaba la cuchara. Se volteó para responder
- Reneesme no tengo todas la respuesta… solo quise hacerlo. – Ya. Y yo quise ser una mala hermana por muchos años. Las acciones de las personas siempre tenían un propósito.
- Eso no tiene lógica – le dije mientras me movía un tanto incomoda en la silla.
- Bueno a veces uno hace cosas sin pensar – pronunció mirando al suelo. Algo de razón le daba. Pero porque hacía cosas si después no se haría cargo de su comportamiento. No quería reconocer que estar a su lado en este momento me producía sensaciones nuevas. Pero si entendía que un beso significaba más de lo que se puede decir con palabras.
- ¿Cómo cuando arruinaste mi fiesta de 15 años?- me miro con cara de divertido
- Si. Como esa vez… no quería que te sintieras mal por mi causa pero no me dejaste darte una explicación – recuerdo que esa vez apareció en la puerta de mi cuarto mientras estaba con Seth hablando. Al cruzarse por mi vista le lancé lo primero que encontré para que se fuera. Veía todo más rojo en ese momento.
- Es que como pudiste golpear a mi novio. En que estabas pensando – dije con un poco de humor en mi voz.
- ¿Pero ese chico se lo merecía o no?- comentó acercándose. Movió su silla de lugar para sentarse más cerca.
- Bueno. Si. Se lo merecía. Debiste dejarme solucionarlo por mi misma. Pero no, tú lo arruinaste todo e hiciste que fuera la burla de mis compañeros durante meses – volvió a juntar nuestras manos mientras la otra comenzaba a cerrarse en un puño. Respiro hondo.
- Lo sé. – dijo en tono arrepentido - Pero tú no lo viste besar a una de tus mejores amigas y después ir campantemente por ahí tomándote de la mano, riéndose de los chistes que hacías. Luego besarte en frente de todos… no sabes como me sentí en ese momento. El no podía burlarse de mi hermana. Más que eso él no podía burlarse de ti. – Dijo apuntándome - Te juro que si no me hubieran detenido ese chico no existiría.- nos miramos y comenzamos a reír.
Me estaba dando cuenta de que no todo el Jacob era tan malo. Si lo veía desde un punto de vista más claro él sería una buena persona. Incluso un buen amigo. Paramos de reírnos cuando nos percatamos de lo que estábamos haciendo. Era nuestra primera conversación sin insultarnos y decirnos palabras hirientes. Nuestra primera vez compartiendo secretos que habíamos ocultado por años. Quisiera que siempre hubiera sido así entre nosotros. Fuera algo sincero, lleno de confianza.
No había nada que decir. Claramente sería extraño compartir de ahora en adelante con él. Saber que sentimientos intensos surgían de la nada reclamando espacio en mi corazón. Tener que vivir con sus constantes miradas. Con la fuerza de su carácter. Con la gracia de sonrisa. Saber que mis mejillas comenzaban a tomar color cada vez que nuestros ojos se conectaran. Como lo estaban haciendo ahora.
Al parecer el tiempo se había detenido mientras llorábamos sentado uno al lado del otro. Quería esperar que él peso de la situación lo venciera y se durmiera. Pero este chico si que era porfiado. No mostró cansancio alguno en horas hasta que por fin el sol comenzó a salir cuando decidió ir a la cama.
Salí de su cuarto dándole un beso. Apague la luz y me fui a la cocina. No tenía sueño solo quería comer helado. Aunque fuera muy temprano pero siempre lo hacía cuando había problemas en mi vida. Baje intentando hacer el menor ruido posible. De seguro mamá y papá ya se habían ido a trabajar pero Jake estaría durmiendo. Hoy no tenía cabeza para asistir al instituto, ni ver cuadernos. Ed lo entendería a la maravilla.
Abriendo la puerta de la cocina me sobresalte al ver a Jake sentado en una de las sillas de la cocina. Con un pote de helado entre sus manos y la mirada perdida en su contenido. Había tanta información circulando por mi cerebro que no fui capaz de moverme de la entrada. El contemplarlo ahora me hacía pensar en el beso que nos dimos. En su cabello negro y sus ojos cafés. Haciéndome la desentendida me dirigí a la nevera y tome mi helado favorito. Saque una cuchara para luego sentarme frente a él.
Cucharada tras cucharada de helado de lúcuma pasaban por mi garganta sin ser probadas. Quería rellenarme hasta el punto de ver estrellas y no pensar en las sensaciones que Jake me estaba produciendo en este momento. Es solo helado y después te vas. Mi cabeza casi se introduce por completo en el pote. Quería ocultarme de Jacob el mayor tiempo posible.
Los nervios comenzaron a crecer cuando la mano de Jake se deslizo cruzando la mesa alcanzado mis dedos y posteriormente los unió con los míos. En segundos nuestras manos estaban entrelazadas. No me atrevía a mirarlo por temor a que sucediera lo de horas atrás. Con su pulgar comenzó a trazar círculos en el centro de mí palma. Ya no podía seguir comiendo helado por que sus acciones me estaban aturdiendo.
- Jake… que es lo que pretendes.- solté su mano para concentrarme mejor en lo que diría. Lo mire directamente para que contestará y digiera de una vez por todas que quería conmigo.
- No lo sé. También me siento confundido con esto – volvió a comer helado sin tomar mucha importancia a lo que decía.
- Porqué me odias… si después me vas a confundir con un beso- le dije un tanto golpeado.
- Yo no te odio Nessie…- y ahí estaba Jacob confundiéndome una vez más.
- Entonces ¿Por qué durante todos estos años me has hecho la vida imposible? -
- Lo hice porqué quería que me tomaras en cuenta al igual que a Seth. Siempre tuviste ojos para él. Cuando éramos pequeños y jugaban siempre me excluían de todo. Incluso ahora.- esquivo mi mirada concentrándose nuevamente en el helado.
- Si querías que te incluyéramos ¿Por que no lo dijiste? –
- ¿Cómo le dices a tu hermana menor que te quiera más, que juegue contigo si no hace otra cosa que verte y lanzarte cosas? entendí que no era de tu agrado. Que la mejor manera de llamar tu atención era tratándote mal o diciéndote cosas pesadas. Yo sabía que no éramos hermanos pero desde la primera vez que te ví supe que serías una personita importante en mi corazón. Lo asocie en ese entonces a un sentimiento de hermanos. Pensé que podría por fin encajar en la familia y hacerte la hermana más feliz del mundo. Idealice la manera en que podríamos ser camaradas como lo eres con Seth… pero nunca me viste. Me ignoraste todo el tiempo -
- ¿Qué estas diciendo? Tú fuiste él que me miraba con cara de odio. Él que se reía de mi por que pronunciaba mal las palabras, te burlabas por que cada vez me caía sin razón, tú… - me observo intensamente como queriendo de algún modo hacerme cambiar de opinión. – tú… - el primer recuerdo que tenía de Jake se cruzó por mi mente. Estaba recostado contra uno de los árboles del jardín, yo tenía como unos 5 años y él unos 12, Jacob nos miraba mientras Seth y yo corríamos de un lado para otro persiguiendo mariposas. Me detuve en mi carrera para observarlo. Me preguntaba en ese entonces por que Jake estaba tan triste. En ese momento mamá llego de su trabajo y se apresuro para encontrarse con él. El extendió sus brazos y Bella lo abrazó. Lo elevo en el aire dando vueltas. Sus risas eras muy fuertes. Desde ahí comprendí que Jake me había quitado a mí madre.
No quise decir nada más por que entendí que parte de esto era culpa mía. Tenía un poco de vergüenza al haberlo alejado de mi lado. Producto de ese inmensa preocupación que le demostraron mis padres yo me había anclado a Seth. De alguna manera sentir que a Seth le importaba me daba fuerzas para seguir adelante. Pero ahora sabía que no era así. Que todos me quisieron de maneras diferentes, nada mas que no lo puede ver.
- Me di por vencido por conseguir algo de amor de hermanos cuando tenía 15 años y tu unos 8. Decidí que como no compartíamos sangre no era necesario que te quisiera. Además no era importante para ti. Por eso decidí ignorarte todo el tiempo. Me dedique a hacer amigos, buscar el cariño de hermanos en otra parte. Me concentre en hacer lo mejor por agradar a los que no son mis padres. Comprendí que de esa manera mi cariño sería retribuido con más cariño… -
No podía dejar de sentirme mal. Esta vez mi mano comenzó a cruzar la mesa para poder tomar la suya y entrelazar mis dedos. Lo observé insistentemente para que me mirara y comprendiera que lo sentía. Pero no se movió para nada.
- Lo siento Jake… perdóname por haberte echo eso –
- No quiero tus disculpas. No las necesito. He vivido mucho años con este dolor. No tienes porqué dolerte por mí causa. No se puede cambiar lo que hemos dicho y hecho – se paro de la mesa y comenzó a guardar el helado en su lugar.
- Entonces ¿Porque me besaste?… si no querías nada de mí ¿Por qué lo hiciste? – lo guíe con la mirada mientras lavaba la cuchara. Se volteó para responder
- Reneesme no tengo todas la respuesta… solo quise hacerlo. – Ya. Y yo quise ser una mala hermana por muchos años. Las acciones de las personas siempre tenían un propósito.
- Eso no tiene lógica – le dije mientras me movía un tanto incomoda en la silla.
- Bueno a veces uno hace cosas sin pensar – pronunció mirando al suelo. Algo de razón le daba. Pero porque hacía cosas si después no se haría cargo de su comportamiento. No quería reconocer que estar a su lado en este momento me producía sensaciones nuevas. Pero si entendía que un beso significaba más de lo que se puede decir con palabras.
- ¿Cómo cuando arruinaste mi fiesta de 15 años?- me miro con cara de divertido
- Si. Como esa vez… no quería que te sintieras mal por mi causa pero no me dejaste darte una explicación – recuerdo que esa vez apareció en la puerta de mi cuarto mientras estaba con Seth hablando. Al cruzarse por mi vista le lancé lo primero que encontré para que se fuera. Veía todo más rojo en ese momento.
- Es que como pudiste golpear a mi novio. En que estabas pensando – dije con un poco de humor en mi voz.
- ¿Pero ese chico se lo merecía o no?- comentó acercándose. Movió su silla de lugar para sentarse más cerca.
- Bueno. Si. Se lo merecía. Debiste dejarme solucionarlo por mi misma. Pero no, tú lo arruinaste todo e hiciste que fuera la burla de mis compañeros durante meses – volvió a juntar nuestras manos mientras la otra comenzaba a cerrarse en un puño. Respiro hondo.
- Lo sé. – dijo en tono arrepentido - Pero tú no lo viste besar a una de tus mejores amigas y después ir campantemente por ahí tomándote de la mano, riéndose de los chistes que hacías. Luego besarte en frente de todos… no sabes como me sentí en ese momento. El no podía burlarse de mi hermana. Más que eso él no podía burlarse de ti. – Dijo apuntándome - Te juro que si no me hubieran detenido ese chico no existiría.- nos miramos y comenzamos a reír.
Me estaba dando cuenta de que no todo el Jacob era tan malo. Si lo veía desde un punto de vista más claro él sería una buena persona. Incluso un buen amigo. Paramos de reírnos cuando nos percatamos de lo que estábamos haciendo. Era nuestra primera conversación sin insultarnos y decirnos palabras hirientes. Nuestra primera vez compartiendo secretos que habíamos ocultado por años. Quisiera que siempre hubiera sido así entre nosotros. Fuera algo sincero, lleno de confianza.
No había nada que decir. Claramente sería extraño compartir de ahora en adelante con él. Saber que sentimientos intensos surgían de la nada reclamando espacio en mi corazón. Tener que vivir con sus constantes miradas. Con la fuerza de su carácter. Con la gracia de sonrisa. Saber que mis mejillas comenzaban a tomar color cada vez que nuestros ojos se conectaran. Como lo estaban haciendo ahora.
Respiraba en la medida que mi garganta me dejara tomar aire. No sabía que hacer para que su mirada dejara de ponerme nerviosa. Esto no podía estar pasando ahora. Justo en este momento. Mi corazón latía aun ritmo que nunca le había oído. Era como esa necesidad de correr del peligro pero al mismo tiempo quedarse para ver que pasara.
Pude ver como su mano derecha se posaba en mi mejilla y la comenzaba a acariciar. Es un roce suave pero muy masculino a la vez. No podía apartar mi mirada por que era tan atrayente. Mi pecho se inflaba cada vez más mientras entraban todo tipo de sensaciones desconocidas. Pero por sobre todo una pude percibirla por completo. Pero no sabía como expresarla con palabras. De alguna manera Jake me hacía sentir tan insignificante y pequeña a su lado. No estaba segura de que a mi edad podría producirle sentimientos a él. Menos algún tipo de atracción.
Desvié la mirada para que no me observara más y dejará de acariciarme. Que clase de chica sería yo para él. Nuestra diferencia de edad era demasiada. Jake prefería otro tipo de mujeres. No adolescentes caprichosas como yo. Era increíble… esta considerando tener algo con él al pensar de esa manera. Que soy estúpida. Estaba dejando que él entrara en mi corazón. No podíamos ser nada más que hermanos ahora. Si es que se podía decir que fuéramos hermanos.
- Nessie, ¿Que ocurre? – Pregunto preocupado – hice algo mal – NO. todo lo había echo tan bien que ahora no podía dejar de sentirme atraída por él.
- No. Solo… yo… emm… olvídalo – dije derrotada. No había explicaciones para ponerse de esta manera, un tanto depresiva por comprender que no era adecuada para él.
- En serio eres rara… hace segundo estabas riendo y ahora estas triste. ¿Cómo lo haces para cambiar de humor tan rápido?- pregunto intrigado por lo que mi mente podía estar pensando.
-No te hagas el gracioso. – por más que intentaba esconder mis reacciones de él siempre se daba cuenta de las cosas. La duda de la situación comenzó a ganar terreno en mi mente. Entre si y no. Entre Jake y la puerta. Entre correr o quedarme sentada. Entre dejarme llevar o ocultarme tras el escudo del odio.
¿Cómo le expresaba algo que recién estaba creciendo en mi interior? ¿Y si solo era una falsa alarma? No podía arriesgarme a traicionar mi propio pensamiento. El odio o el desprecio sentido por tantos años no se pueden apagar en un solo momento. Este tipo de cosas requería tiempo de meditación. Me sentía insegura de mi corazón. Me sentía insegura de él.
Volvimos a mirarnos como si nuestra vida se fuera en ello. Solo tenía 15 años. ¿Que podía saber del amor a esa edad? Como distinguiría entre sentimientos concretos o destellos de ilusiones. Podía saber si esto era real o solo era una manera de evadir lo que estaba sucediendo. No solo yo necesitaba ayuda. Mi familia también la necesitaba. No podía concentrarme en Jake solamente sino que también estaba Seth. El necesitaba de todo mi apoyo para salir adelante. ¿Pero que quedaba entonces? No podía desligarme tan fácilmente de Jacob. Ahora que lo pensaba mejor ni siquiera era capaz de salir por la puerta en este instante.
Podía ver como lentamente se acercaba a mí sin apartar la vista. Este era el momento preciso para saber si esto podía funcionar o me alejaría lo más posible de él. Solo faltaban centímetros para detener lo inevitable cuando la sensación de estar omitiendo algo pasó por mi cerebro. Era obvio, como no me había acordado antes. “Su novia”.
- Jake no podemos… hacer esto…- balbuceé un poco tarde. Nuestros labios ya se habían conectado nuevamente. Este beso era tan diferente a los que había dado. Era tan distinto a él primer beso que nos dimos. Se sentía igual que una persona sedienta de agua. Como un diabético que se le prohíbe la azúcar. Delicado como la seda. Poderoso como las olas del mar. Era como volver a respirar.
Podía sentir el masculino rocé de sus labios presionándose con los míos. Esto era nuevo. Presenciar como su lengua pedía permiso para tener conexión con la mía. Instintivamente mi cuerpo reacciono a la situación. Crucé mis brazos por su cuello y lo pude atraer más cerca. Su mano rozaba lentamente mi mejilla haciendo que mi estomago sintiera mariposas revoloteando sin parar. Estado de conciencia o no esto era el cielo. Era como la brisa del mar pegando en tu rostro mientras de acomodas en la arena. La burbuja se rompió a pausas cuando el beso tomo un ritmo mas lento. Un último contacto y todo había acabado. Era como despertar de un placentero sueño. Quería probar más de Jacob. Quería permanecer aquí por siempre.
Esbozó una gran sonrisa de triunfo. Nos miramos aturdidos por la falta de aire. No teniendo ninguna intención de seguir con esto, levanto delicadamente una de mis manos y la acomodo en su rostro. Me enseño que debía hacer. Con mis dedos acaricie su rostro suavemente. Eran como pequeños susurros de tacto. Centímetro a centímetro delineé cada parte de piel en su rostro. Cuando llegué a sus labios mis dedos comenzaron a tiritar de nervio. Una vez ahí beso mis dedos tiernamente. Por alguna extraña razón no podía parar de sonreír. No podía dejar de verlo. De saber que esto era lo que estaba buscando. De saber que Jake me importaba.
El sonido de su celular se hizo presente haciéndome entrar en razón. Tres veces más vibro sobre la mesa cuando Jacob lo tomo entre sus manos. Su rostro cambio de la felicidad a la angustia. Reflejaba el horror de lo que estaba viendo. Se levanto de la silla y salió de la cocina. No quería parecer una entrometida pero decidí guardar el helado que me estaba comiendo en la nevera que estaba justo cerca de la puerta. Abriendo silenciosamente para guardar el pote escuche lo que le decía.
- No te preocupes estaré contigo en unos momentos déjame terminar lo que estoy haciendo y voy para tu casa. De acuerdo. Un beso… Adiós Rose.-
Estaba igual que cuando chocas con una pared de vidrio. No sabía que hacer o que decir. Mi mente se encontraba en blanco. Tenía ganas de gritarle a la cara y estrellarlo contra el muro. Pero había otra parte que me decía que no tenía derecho alguno sobre él. Ni siquiera podía usar la excusa del hermano por que no lo era. No esperando a que Jake apareciera por la cocina me salí de ahí rumbo a la escalera. Solo tenía mi vista fija en el suelo. Esto era la más extraño, embarazoso y doloroso que estaba sintiendo.
Destellos de ilusiones era lo que había vivido en la cocina. Destellos de sentimientos que no paraban de rebotar por todas partes. Hubiera preferido no decir nada con el fin de escudarme en el odio que podía haber crecido nuevamente. Minutos atrás no estaba todo perdido para mí. Pero ahora estaba siendo lanzada sin permiso al abismo. Ya no quería más guerra de nada. No quería seguir estando entre la duda o la verdad. A paso rápido fui de escalón en escalón nuevamente. Me estaba resistiendo a votar lágrimas por Jacob. Si antes había soportado la humillación ahora lo haría sin protestar. Él no tenía porque ver mi dolor. A pesar de todo si tenía razón
”Él siempre mentía”. Yo sabía que lo hacía para reírse de mí. Años de situaciones amargas no cambian por que sí. No lo hacen.
- Nessie…- escuche como me llamaba – Nessie… háblame. Esta vez te toca decir la verdad – verdades el quería. Yo no había ocultado verdades por años. Yo no hacía ilusiones a las personas. Podía sentir sus pasos detrás de mí. Me voltee sin razón alguna. Paro de seguirme quedándose un escalón más abajo que donde estaba.
- ¿Por qué lo haces Jake? –
- ¿Hacer que?- dijo con cara de inocente.
- Fastidiarme la vida. Estropear todo lo que me rodea… ¿Por qué lo haces?- miro al suelo. Quizá estaba conciente de lo que estaba haciendo.
- Ya veo que has vuelto a ser la misma de antes – su voz perdió fuerza - … esta vez pensé que me tratarías diferente-
- No porque me besaras significa que te amare de la noche a la mañana – intente no elevar la voz porque Seth estaba durmiendo.
- Respóndeme esto entonces… ¿Por qué me correspondiste el beso? – pregunto confiando el que me sonrojaría por que me había descubierto.
- Solo quise hacerlo…- dije relajadamente. Me estaba sorprendiendo de mi capacidad para fingir sentimientos a la perfección.
- No utilices mis palabras contra mí…- pronunció enojado. Comenzó a fruncir el seño conforme no le daba una respuesta. La verdad no estaba pasando nada coherente por mi cerebro a estas horas.
- Es que no me das otra alternativa… es eso o golpearte… pero creo que no te haría ningún daño solo conseguiría lastimar mi mano – adelantándome a lo que hubiera echo me agarre las manos para no tener que arrepentirme de algo.
Me aleje de Jake diciendo la última palabra. Llegué a mi cuarto, cerré con seguro y me tendí en la cama. Abrí mis ojos para observar el techo blanco de mi habitación. No hubo lágrimas o sollozos. Nada recorría mi interior. Era como estar vacía de emociones. Solo estaba conciente de que estaba respirando. Reproche o amenazas contra Jacob no salían de mí. Ni una pizca de amargura. Mis hermanos no eran mis hermanos. Mi odio contra Jake se estaba convirtiendo en amor. Mi alma estaba seca.Yo no le pertenecía a Jake y Jake no me pertenecía a mí.
Ya no había refugio seguro en ningún lado de esta casa. Donde me volteara había una verdad oculta o una mentira hecha verdad. Una vez abierta la puerta de la ilusión nunca más se vuelve a cerrar. Una vez abierto mi corazón ya no habría vuelta atrás. Ya no éramos nada… pero aún así seguía ese sentimiento de querer llorar.
Pude ver como su mano derecha se posaba en mi mejilla y la comenzaba a acariciar. Es un roce suave pero muy masculino a la vez. No podía apartar mi mirada por que era tan atrayente. Mi pecho se inflaba cada vez más mientras entraban todo tipo de sensaciones desconocidas. Pero por sobre todo una pude percibirla por completo. Pero no sabía como expresarla con palabras. De alguna manera Jake me hacía sentir tan insignificante y pequeña a su lado. No estaba segura de que a mi edad podría producirle sentimientos a él. Menos algún tipo de atracción.
Desvié la mirada para que no me observara más y dejará de acariciarme. Que clase de chica sería yo para él. Nuestra diferencia de edad era demasiada. Jake prefería otro tipo de mujeres. No adolescentes caprichosas como yo. Era increíble… esta considerando tener algo con él al pensar de esa manera. Que soy estúpida. Estaba dejando que él entrara en mi corazón. No podíamos ser nada más que hermanos ahora. Si es que se podía decir que fuéramos hermanos.
- Nessie, ¿Que ocurre? – Pregunto preocupado – hice algo mal – NO. todo lo había echo tan bien que ahora no podía dejar de sentirme atraída por él.
- No. Solo… yo… emm… olvídalo – dije derrotada. No había explicaciones para ponerse de esta manera, un tanto depresiva por comprender que no era adecuada para él.
- En serio eres rara… hace segundo estabas riendo y ahora estas triste. ¿Cómo lo haces para cambiar de humor tan rápido?- pregunto intrigado por lo que mi mente podía estar pensando.
-No te hagas el gracioso. – por más que intentaba esconder mis reacciones de él siempre se daba cuenta de las cosas. La duda de la situación comenzó a ganar terreno en mi mente. Entre si y no. Entre Jake y la puerta. Entre correr o quedarme sentada. Entre dejarme llevar o ocultarme tras el escudo del odio.
¿Cómo le expresaba algo que recién estaba creciendo en mi interior? ¿Y si solo era una falsa alarma? No podía arriesgarme a traicionar mi propio pensamiento. El odio o el desprecio sentido por tantos años no se pueden apagar en un solo momento. Este tipo de cosas requería tiempo de meditación. Me sentía insegura de mi corazón. Me sentía insegura de él.
Volvimos a mirarnos como si nuestra vida se fuera en ello. Solo tenía 15 años. ¿Que podía saber del amor a esa edad? Como distinguiría entre sentimientos concretos o destellos de ilusiones. Podía saber si esto era real o solo era una manera de evadir lo que estaba sucediendo. No solo yo necesitaba ayuda. Mi familia también la necesitaba. No podía concentrarme en Jake solamente sino que también estaba Seth. El necesitaba de todo mi apoyo para salir adelante. ¿Pero que quedaba entonces? No podía desligarme tan fácilmente de Jacob. Ahora que lo pensaba mejor ni siquiera era capaz de salir por la puerta en este instante.
Podía ver como lentamente se acercaba a mí sin apartar la vista. Este era el momento preciso para saber si esto podía funcionar o me alejaría lo más posible de él. Solo faltaban centímetros para detener lo inevitable cuando la sensación de estar omitiendo algo pasó por mi cerebro. Era obvio, como no me había acordado antes. “Su novia”.
- Jake no podemos… hacer esto…- balbuceé un poco tarde. Nuestros labios ya se habían conectado nuevamente. Este beso era tan diferente a los que había dado. Era tan distinto a él primer beso que nos dimos. Se sentía igual que una persona sedienta de agua. Como un diabético que se le prohíbe la azúcar. Delicado como la seda. Poderoso como las olas del mar. Era como volver a respirar.
Podía sentir el masculino rocé de sus labios presionándose con los míos. Esto era nuevo. Presenciar como su lengua pedía permiso para tener conexión con la mía. Instintivamente mi cuerpo reacciono a la situación. Crucé mis brazos por su cuello y lo pude atraer más cerca. Su mano rozaba lentamente mi mejilla haciendo que mi estomago sintiera mariposas revoloteando sin parar. Estado de conciencia o no esto era el cielo. Era como la brisa del mar pegando en tu rostro mientras de acomodas en la arena. La burbuja se rompió a pausas cuando el beso tomo un ritmo mas lento. Un último contacto y todo había acabado. Era como despertar de un placentero sueño. Quería probar más de Jacob. Quería permanecer aquí por siempre.
Esbozó una gran sonrisa de triunfo. Nos miramos aturdidos por la falta de aire. No teniendo ninguna intención de seguir con esto, levanto delicadamente una de mis manos y la acomodo en su rostro. Me enseño que debía hacer. Con mis dedos acaricie su rostro suavemente. Eran como pequeños susurros de tacto. Centímetro a centímetro delineé cada parte de piel en su rostro. Cuando llegué a sus labios mis dedos comenzaron a tiritar de nervio. Una vez ahí beso mis dedos tiernamente. Por alguna extraña razón no podía parar de sonreír. No podía dejar de verlo. De saber que esto era lo que estaba buscando. De saber que Jake me importaba.
El sonido de su celular se hizo presente haciéndome entrar en razón. Tres veces más vibro sobre la mesa cuando Jacob lo tomo entre sus manos. Su rostro cambio de la felicidad a la angustia. Reflejaba el horror de lo que estaba viendo. Se levanto de la silla y salió de la cocina. No quería parecer una entrometida pero decidí guardar el helado que me estaba comiendo en la nevera que estaba justo cerca de la puerta. Abriendo silenciosamente para guardar el pote escuche lo que le decía.
- No te preocupes estaré contigo en unos momentos déjame terminar lo que estoy haciendo y voy para tu casa. De acuerdo. Un beso… Adiós Rose.-
Estaba igual que cuando chocas con una pared de vidrio. No sabía que hacer o que decir. Mi mente se encontraba en blanco. Tenía ganas de gritarle a la cara y estrellarlo contra el muro. Pero había otra parte que me decía que no tenía derecho alguno sobre él. Ni siquiera podía usar la excusa del hermano por que no lo era. No esperando a que Jake apareciera por la cocina me salí de ahí rumbo a la escalera. Solo tenía mi vista fija en el suelo. Esto era la más extraño, embarazoso y doloroso que estaba sintiendo.
Destellos de ilusiones era lo que había vivido en la cocina. Destellos de sentimientos que no paraban de rebotar por todas partes. Hubiera preferido no decir nada con el fin de escudarme en el odio que podía haber crecido nuevamente. Minutos atrás no estaba todo perdido para mí. Pero ahora estaba siendo lanzada sin permiso al abismo. Ya no quería más guerra de nada. No quería seguir estando entre la duda o la verdad. A paso rápido fui de escalón en escalón nuevamente. Me estaba resistiendo a votar lágrimas por Jacob. Si antes había soportado la humillación ahora lo haría sin protestar. Él no tenía porque ver mi dolor. A pesar de todo si tenía razón
”Él siempre mentía”. Yo sabía que lo hacía para reírse de mí. Años de situaciones amargas no cambian por que sí. No lo hacen.
- Nessie…- escuche como me llamaba – Nessie… háblame. Esta vez te toca decir la verdad – verdades el quería. Yo no había ocultado verdades por años. Yo no hacía ilusiones a las personas. Podía sentir sus pasos detrás de mí. Me voltee sin razón alguna. Paro de seguirme quedándose un escalón más abajo que donde estaba.
- ¿Por qué lo haces Jake? –
- ¿Hacer que?- dijo con cara de inocente.
- Fastidiarme la vida. Estropear todo lo que me rodea… ¿Por qué lo haces?- miro al suelo. Quizá estaba conciente de lo que estaba haciendo.
- Ya veo que has vuelto a ser la misma de antes – su voz perdió fuerza - … esta vez pensé que me tratarías diferente-
- No porque me besaras significa que te amare de la noche a la mañana – intente no elevar la voz porque Seth estaba durmiendo.
- Respóndeme esto entonces… ¿Por qué me correspondiste el beso? – pregunto confiando el que me sonrojaría por que me había descubierto.
- Solo quise hacerlo…- dije relajadamente. Me estaba sorprendiendo de mi capacidad para fingir sentimientos a la perfección.
- No utilices mis palabras contra mí…- pronunció enojado. Comenzó a fruncir el seño conforme no le daba una respuesta. La verdad no estaba pasando nada coherente por mi cerebro a estas horas.
- Es que no me das otra alternativa… es eso o golpearte… pero creo que no te haría ningún daño solo conseguiría lastimar mi mano – adelantándome a lo que hubiera echo me agarre las manos para no tener que arrepentirme de algo.
Me aleje de Jake diciendo la última palabra. Llegué a mi cuarto, cerré con seguro y me tendí en la cama. Abrí mis ojos para observar el techo blanco de mi habitación. No hubo lágrimas o sollozos. Nada recorría mi interior. Era como estar vacía de emociones. Solo estaba conciente de que estaba respirando. Reproche o amenazas contra Jacob no salían de mí. Ni una pizca de amargura. Mis hermanos no eran mis hermanos. Mi odio contra Jake se estaba convirtiendo en amor. Mi alma estaba seca.Yo no le pertenecía a Jake y Jake no me pertenecía a mí.
Ya no había refugio seguro en ningún lado de esta casa. Donde me volteara había una verdad oculta o una mentira hecha verdad. Una vez abierta la puerta de la ilusión nunca más se vuelve a cerrar. Una vez abierto mi corazón ya no habría vuelta atrás. Ya no éramos nada… pero aún así seguía ese sentimiento de querer llorar.
Estábamos pintando nuestros sentimientos con pintura barata. Estábamos tragando palabras por gusto y escupiendo frases por deseo.
Intensiones sin sentimientos nunca son ciertas. Omisiones justificadas rebotan de alguna manera. Querer ocultar lo que ya mostraste será imposible si lo hiciste de corazón.
Intensiones sin sentimientos nunca son ciertas. Omisiones justificadas rebotan de alguna manera. Querer ocultar lo que ya mostraste será imposible si lo hiciste de corazón.
-----------------------------------------------------------
El segundo cap. de este fic que tanto me encanta *-*" amo el drama y el romanticismo *--*" espero les guste tanto como a mi y dejen sus comentarios para mi muy talentosa hermana Kammy :3
Besitos!
PD: sigo con problemas con blogger ¬¬ por eso los capitulos no estan ordenados :(
CaroR *-*"
1 Palabritas que me inspiran :):
Eaeaeaeaea!!!
esta hermoso!!, me encamore de esta historia sinceramente!
publica pronto Caro hermosa preciosa! xD
y emm...no te preocupes Blooguer anda mal :/
un beso
Bye Bye!
Publicar un comentario