CENA FAMILIAR
“Calla mi vida, no hay que llorar. Duerme y sueña feliz. Siempre tú debes mi arrullo llevar. Duerme y sueña feliz…”
Me removí un poco mientras sentía que unos brazos me rodeaban. Escuchaba como alguien tarareaba una melodía. Mi melodía. Sonreí al recordar las muchas veces que la había escuchado. Me acomodé más cerca de la persona que cantaba.
- Abuela… - dije interrumpiéndola en su canto – Te quiero – sentí que su abrazo se tornaba más apretado.
- Yo también te quiero mi princesita. ¿Cómo te sientes? – comentó acariciando mi cabello.
- Feliz de que esté aquí. ¿Dónde esta mi abuelo? – pregunte sin abrir mis ojos.
- Carlisle esta abajo con tu papá. Creo que le hacía falta tener a tu abuelo junto a él. ¿Quieres desayunar conmigo? – se incorporo en la cama y me miro con una de sus caras que no puedes decir que no. A la edad que tenía mi abuelita era muy hermosa. La miré con una sonrisa.
- Por su puesto que te diré que si Abue. Además si pones esa cara yo no resisto – comenzamos a reírnos mientras tomabas mis cosas y me disponía para ducharme.
- Te espero abajo. – sin más salio de la puerta.
Hoy tenía nervios de que llegará la hora de ir al hospital pero pondría mi mejor cara junto con todas mis fuerzas para ver a mi hermano. Me demoré lo más que se puede para relajarme y dejar que el agua hiciera su trabajo. Salí de ahí en busca de mi ropa, pasé a observar el reloj que marcaba las 8 a.m. intente apresurarme. Una cepillada de cabello a la rápida, aros y mi pulsera preferida fue todo lo que hice. Baje las escaleras apresurada para llegar a la cocina.
Carlisle, Esme, Alice, Jasper, el pequeño Esteban, Bella y papá estaba desayunando. Abrazos iban y venían de mis tíos y mi abuelo. Esteban esta un poco enojado por que sus papás lo habían despertado muy temprano. Me ríe de mi pequeño primo por que siempre tenía una razón para todas sus rabietas.
- Y dime ¿Cuántos años tienes? – me miró poniendo en su cara un puchero. Levanto su pequeña manita y me mostró sus dedos. Contamos juntos y se río al saber que ya tenía 4 años. Comimos cereales mientras Esme preparaba un sándwich para mí. Mamá abrazaba a papá cada vez que Ed comentaba lo de Seth. Después de unos minutos ví como Jacob entro en la cocina. Intenté no prestar atención a lo que estaba haciendo. Saludo a los recién llegados para luego darle un beso a Esme, se adueño del sándwich que mi abuela preparaba. Sentí como se Jacob sentó a mi lado sin decir nada. Esteban comenzó a cantar una canción de un tal “Gusanito que se mataba así, así, así”. Mi abuela y yo nos comenzamos a carcajear del pequeño niño de cabellos castaño.
El desayuno paso sin más novedades de las que ya sabía. Todos decidieron desparramarse por la casa. Procuré distraerme lo más que puede para no recordar nada de lo que había pasado en estos días. Me senté en la sala para esperar que la hora pase rápido. Sonó el timbre Con toda la lata del mundo fui a abrir la puerta.
- Valerius - hice una reverencia.
- Renesmee - también me reverencio. Nos quedamos mirando.
- Te había extrañado - dijimos al mismo tiempo. Salte a sus brazos y comenzamos a reír. Mi primo si que estaba un poco loco pero me encantaban sus modales de príncipe de castillo. Se parecía mucho a Tío Jasper pero tenía el cabello de Alice. Entramos a la casa, no habíamos avanzado hacía la cocina cuando se escucho que alguien venía a paso apresurado del segundo piso. Jake venía bajando de la escalera nos quedo mirando muy serio. Ya una vez abajo se paro frente a Valerius.
- Valerius - dijo en tono elegante y haciendo una reverencia. Intente que mis risas no se escaparan al darme cuenta que no solo yo saludaba así a mi primo.
- Jacob - hizo la misma reverencia que antes. Se quedaron mirando y no aguantaron más las risas. Se abrazaron como si fueran hermanos y se fueron hacía la cocina. Quise acompañarlos pero el timbre volvió a sonar. Retrocedí y abrí la puerta. Con un largo cabello rubio junto a unos excelentes ojos grises apareció frente a mi puerta la pequeña April.
- Hola Nessie - dijo felizmente. La cargue en mis brazos dándole un beso en su mejilla.
- Hola pequeña. ¿Donde esta tu mamá? - observe para todos lados pero no se veía nadie. Apunto con su manita mientras el resto de su familia terminaba de bajar del coche. Tía Rosalie, Emmett y mi primo Raymond. No tardaron en llegar diciendo que April se les había escapado en el momento que estacionaron el auto.
Me estaba impacientado mientras la hora se estaba acercando. Estábamos todos en la sala discutiendo sobre cosas vanas y riéndonos. Vi como papá se levanta viniendo hacía mi lado.
- Ya es hora de que vayas a ver a Seth - asentí con la cabeza mientras buscaba mi bolso. Levanté la vista, todos me estaban mirando con diferentes expresiones en sus rostros. Uno por uno me fueron entregando distintos obsequios para Seth. Un libro, una almohada, Esteban me dio su chupete, April entrego los dulces que traía en el bolsillo, cartas de Valerius con Raymond y la pequeña maleta que había preparado mamá. Guarde todos los presentes en mi bolso que ahora había crecido de tamaño. Tome la mano de papá y nos subimos a su carro.
Espere que Edward me dijera algo en el camino pero no hizo otra cosa que ver hacía el frente. Solo silencio venía de parte de papá. Intente no presionarlo con preguntas por que sabía que esto le incomodaba. Llegamos en corto tiempo, me sentía aterrada por el solo hecho de volver a este lugar a revivir aquellos momentos aterradores. Me aferré más a papá y avanzamos. Se detuvo en informaciones para preguntar donde tenían a Seth. En el 3er piso sala 405. Subimos por el ascensor.
Ya una vez en el lugar mis manos temblaban. El dorado número frente a la puerta me producía pánico. Miré nuevamente a papá que estaba a mi lado. Sonrío levemente indicándome que debía entrar. Respire profundamente, agarre mi bolso, la maleta y entre en la sala. Mi vista por inercia fue a parar en él. Estaba sentado sobre la cama con las piernas cruzadas jugando con una parte de su bata de enfermo. Deje caer lo que llevaba en la mano y me apresuré a abrazarlo.
- No sabes cuanto me alegra verte.- dije rodeándolo con mis brazos. Toda la preocupación de antes se había convertido en tranquilidad. Poder ver que estaba bien, sano dentro de lo que se puede.
- A mí también – nos alejamos. Acaricie su cabello.
- Y ¿Cómo te sientes? – dije después de dejar de sonreír.
- Un poco mareado todavía. Creo que me han desintoxicado mucho. – Levanto su mano donde tenía una intravenosa que se conectada a la bolsa de suero. También me di cuenta que tenía una sonda que rodeaba su nariz. - Pero mejor por verte nuevamente – hacía un día había pensado que mi hermano había muerto, hoy sabía que estaba bien dentro de lo posible.
- También estoy mejor de saber que estas bien. No sabes cuanto te había extrañado y eso han sido dos días solamente –
- Este lugar me esta volviendo loco. Todo es tan blanco y limpio, me desespera. – dijo mientras su cuerpo se estremecía por escalofríos fingidos.
- Para eso hay remedio. Me han enviado como mensajera, los tíos están en casa así que te han mandado regalos para que pases mejor este tiempo. – fui en busca de mi bolso. Me senté frente a él y comencé a entregarle todo lo que le habían enviado.
- Esto si que era lo que más necesitaba – dijo poniéndose el chupete de Esteban en la boca. Comenzó a hacer igual que un bebé. Nos carcajeamos con antes. Fuimos por el siguiente y eran los dulces de April, nos los comimos mientras le entregaba las cartas que le habían enviado. Cuando llego a la de mamá me miro aterrado como si ella lo fuera a reprenderlo con sus palabras. Él temor se reflejo en sus ojos, no sabía que era lo que pasaba por su mente en estos momentos, pero de seguro no era algo bueno. Tomé su mano.
- ¿Qué ocurre? – pregunte intrigada. -¿Todo esta bien? -
- Supongo – dijo subiendo los hombros – No sé. En realidad siento que no tengo ningún derecho a que Bella y Edward se preocupen por mí. Que tus tíos me envíen regalos. Creo que no merezco nada que provenga de ellos. No soy su hijo –
- ¿Qué estas diciendo? Somos tu familia. Mereces tanto amor como Jake y yo. No porque mamá no te haya llevado en su vientre no seas su hijo. –
- Tengo miedo de que ellos no me amen. Me asusta no pertenecer a ningún lado. Solo esta mi hermano y no se muy bien si después de esto el quiera seguir siéndolo. Me siento inservible, una basura. ¿Cómo no fui capaz de sobreponerme y enfrentar la realidad? Tome el camino fácil- más que nunca sus palabras me causaron dolor. Saber que él se sentía así, me lanzaba más al vacío. No me explicaba que estuviera pensando de esa manera. Yo no lo juzgaría por querer matarse. No le reprocharía su actuar. Él estaba en todo el derecho a hacer con su vida lo que quisiera, aunque eso me dejara sin fuerzas. Era mi hermano.
Se cubrió el rostro con su brazo recostándose en la camilla sin decir nada más. Me moví para quedar tendida a su lado y tomar su mano. Solo cerró los ojos en una postura rígida. ¿Cómo le hacía entender que él era mucho más importante de lo que pensaba? Que de alguna manera moriríamos en vida si Seth nos faltaba. Ver a mamá llorar era confirmación sobre esta situación. Había una sola palabra para el comportamiento de Bella, “Amor”, tan simple como eso. Éramos su vida, lo mismo que papá, aunque él no quisiera reconocerlo pero Edward se encontraba tan roto como todos.
- Seth, hermano. Confías en mí. –
- Sí – susurro.
- Si confías en mí también en mi palabra. – Respire para tomar fuerzas – Tet… Te Amamos. Somos tu familia, eres demasiado importante para nosotros. Si en tu corazón nos amas, cree en eso entonces. Siempre estaremos ahí para ti – sentía como su mano hacía presión sobre la mía. Estaba sumergida en una especie de inconciencia pero mis ojos estaban abiertos.
- No se en que estaba pensando cuando entre al cuarto de Jake en busca de esas pastillas. Una sola palabra rondaba mi cabeza “Muerte”. No razone en ningún momento. Solo quería morir para escapar del apremiante dolor en mi pecho. Cuando las ingerí me sentí tan bien que pensé que ya todo estaba resuelto, pero comencé a marearme y mi cuarto daba vueltas. El sueño se hizo más presente y ya no quería morir. Presentía que algo me estaba sujetando a la vida. Intentaba no dormir pero no tuve fuerzas para abrir por última vez los ojos. Sabía que no estaba vivo pero luego escuche tu voz gritándome para que volviera mezclada con la de Jake pidiéndome que debiera respirar. Comprendí en la oscuridad que debía vivir. – intente por todos los medios posibles no llorar y que ganara mi autocontrol. No era necesario que viera mi sufrimiento en estos minutos, ya podría llorar más tarde. Ahora quedaba ser valiente para asimilar todas sus frases.
- Reneesme perdóname. Por favor, Perdóname – suplico sin mirarme.
- ¿Por qué? Seth no haz echo nada malo. Yo no te juzgare por lo que hiciste.-
- No lo entiendes, Quiero que me perdones por querer abandonarte, por querer dejar de luchar – comenzó a llorar como lo habíamos estado haciendo durante estos días.
- No es necesarios pero Te perdono si eso hará que te sientas mejor – lo abrace y me quede pegada a él. No se si lo acompañe en su llanto o solo estuve en un estado de inconciencia otra vez.
- Nievecita – me incorpore cuando escuche su voz. Me miro con cara de sufrido - me podrías traer jugo de naranja. Es que tengo sed - definitivamente había vuelto a ser el de antes
- Esta bien, esta bien - me levante en busca de mi billetera y salí por la puerta. Me alegraba mucho de que mi hermano estuviera entrando al reino de la felicidad paso a paso, pero lo que no me hacía tan feliz era que tenía que comprar un jugo sin saber donde quedaba la cafetería del hospital. Alce la mirada y quede en estado de parálisis. Si se puede estar sorprendida por lo que se ve, yo lo estaba. Justo ahí, en los asientos de enfrente uno al lado del otro con expresión de nervios. Solo dos nombres tenía para esto, "Claire y Embry". Hermanos populares del instituto sentados en el hospital mirando en mi dirección. Voltee para ver si era a mí a quien buscaban o era a alguien más. Cuando volví a mirarlos seguían pendiente de lo que estaba haciendo. Caí en cuenta de que esta situación era demasiado extraña, que debía esquivarlos pero ya se habían puesto de pie y caminaban en mi dirección.
- Hola - dije para no ser mal educada. Pero no es que quisiera ser mal educada, es que estaba nerviosa. No tanto por que fueran los populares, era porque no podía dejar de ver a Embry mientras sus ojos hacían contacto con los míos. Esto era algo a voluntad.
- Hola. ¿Puedo hablar contigo un momento? - se veía nerviosa igual que yo. Pero quien diría que un simple hospital pudiera poner en este estado a la reina de las "Barbies". Sinceramente Claire no me caí mal pero era una chica indiferente para mí. Todo lo contrario a su hermano en conjunto con sus amigos que no pasaban desapercibidos a mis ojos. Todos altos, morenos, musculosos y por sobre todo era que siempre les gustaba quitarse la camiseta para que pudiéramos verlos. Admirar sus abdominales, sus brazos, sus perfectos bronceados que no sabía de donde lo obtenían. “Reneesme concéntrate y déjate de babosear por Embry”
- Si, claro - le dije mientras ella veía a su sexy hermano para luego alejarnos. Espere a que dijera algo pero no comento nada. - Entonces, ¿Que es lo que quieres hablar? -
- Emm... yo... esto es difícil. ¿No se si tu hermano te habrá contado sobre una carta de una admiradora secreta? - su pregunta fue media extraña pero ahora que lo pensaba mejor. Mañana sería la fiesta de Claire y supuestamente tendríamos que encontrar a la chica secreta en la fiesta. Me quede viéndola fijamente. ¿Como sabía ella de la carta? ¿Por qué Claire estaba aquí? ¿Por qué estaba tan nerviosa? Oh por Dios.
- Tú eres la admiradora secreta de Seth - casi le grite en la cara.
- Si lo sé es patético pero no sabía como acercarme a tu hermano- ¿Como que no sabía? Se supone que ella era la chica irresistible de todo el Inst. La mujer con más personalidad que el resto de inmaduros de la secundaria.
- No. No es que sea algo vergonzante. Es solo que ¿Te gusta mi hermano?-
- Si- no es que tuviera celos de ella, pero todavía no creía que estuviera parada frente a mí confesando sus sentimientos. – He venido aquí por que los rumores corren rápido y quería verlo – al escucharla pude sentir que esto era verdad. Que realmente le importaba mi hermano. Cuando Seth se enterara de esto creo que saltaría de alegría al estilo “Tía Alice”. Ahora que Claire quería verlo ¿Dónde estaba mi papá? Me voltee para ver por el pasillo haber si seguí en este lugar.
- Claire has visto a mi padre. Al hombre de cabellos cobrizos que…. – cuando me la volvía a observarla. Disimuladamente intento secarse unas cuantas lágrimas. Mi dolido corazón se termino de romper al verla en ese estado. Se sorbió la nariz, aunque quiso disimular el dolor su mirada todavía estaba vidriosa por sus ganas de contener las lágrimas.
- Tú papá dijo que no te preocupes por él que vendrá a buscarte en cuanto lo llames. Creo que fue al instituto por la cara que puso cuando reviso su teléfono –
- ¿Cuál es esa? – dije intrigada
- No se pero mi papá pone la misma cara. Creo que es por que les asusta que el director los llame – ciertamente tenía un concepto errado de Claire se veía más amigable que de costumbre. Esbozamos unas sonrisas y una idea paso por mi cabeza.
- Espérame aquí un momento. – me apresure para entrar al cuarto de mi hermano. Me observo esperanzado.
- ¿Y donde esta mi jugo? – puso cara triste cuando no le di nada.
- No traje tu jugo. – Se amurro en la cama- Pero tengo algo mejor- volvió a sonreír – Te acuerdas de la chica misteriosa –
- La chica de la carta – abrió de par en par sus ojos.
- Si-
- ¿Qué paso con ella? –
- Esta afuera y vino a verte. Pero solo si tú quieres –
- Y por que no me avisas antes – se comenzó a oler – ¿Huelo mal verdad? Tengo que bañarme – me reí en silencio por su actitud
- Seth- dije para que se calmara.
- ¿Cómo esta mi cabello? ¿Luzco bien o me veo horrible? Me tengo que lavar los dientes – estaba peor que mujer, Seguía intentando arreglar su cabellos mientras yo no paraba de reír.
- Cálmate muchacho. Pero quiero decirte que te vez…-
- Me veo… solo se sincera por favor –
- Te vez decente- intente ocultar mis risas pero su cara de enojo no me dejaba.
- Como te amo pequeña – dijo – Creo que estoy listo. No me dirás ¿Quién es? – negué con la cabeza. Me observó resignado, le di la espalda y me dirigía a la entrada. Abrí la puerta para ver como Embry abrazaba a su hermana. No quise interrumpir pero se dieron cuenta.
- Claire ven conmigo – se acerco a mi lado. La tome de la mano y la atraje hacía la puerta. Entro después de mí. La cara de Seth era de película. Yo sabía que él no se esperaba esto, yo tampoco, pero estaba segura de que ella le subiría el animo y la autoestima. Solo pude dejarlos solos y guiñarle el ojo a mi hermano antes de retirarme.
Definitivamente hoy era un día raro.
Me quede de espaldas a la puerta como esperando que me tragara la tierra. Solo podía ver sus ojos en mí. Increíbles ojos color negro observándome. Su cabello negro un poco alborotado y leve sonrisa en el rostro era en todo lo que me podía concentrar en este momento. Intente no sonrojarme pero me fue inevitable. Solo puede sonreírle como tonta. Este era uno de eso chicos inalcanzables que rondan por los pasillos de cada instituto, era un dios griego parado frente a mí. Sin duda alguna la secundaria era un calvario en vida.
- Hola – dijo en un tono tan encantador que podía haberme desmayado ahí mismo.
- Hola – susurre tímidamente,
- Reneesme ¿Te quieres sentar? – Ahhhh…Vaya, sabía como me llamaba. Un punto para él muchacho. Me mordí el labio levemente, acto reflejo heredado por mi madre, no sabía que decir o hacer estaba en mi punto máximo de nervios. Ahora mi mirada recaía sobre su polera que se apegaba a su cuerpo. Su moldeado y musculoso cuerpo. Quería concentrarme en mi actuar pero mi cerebro no estaba ayudando.
- No- fue lo único cuerdo que salió. Frunció el ceño levemente me resistí a sonrojarme más – No… pero me puedes acompañar a la cafetería es que necesito comprar un jugo. – le sonreí coquetamente para que dijera sí. Era lo único que pedía. Me devolvió la sonrisa.
- Sí, por supuesto – caminamos siguiendo el pasillo largo por el cual habíamos salido del ascensor. Nos mirábamos sin decir nada por el lugar. Estaba perdida observándolo. Caí a la tierra cuando no llegamos a ningún lado. – Lo siento pero ¿Sabes donde esta la cafetería verdad?–
- No y ¿tú? – le dije riéndome.
- No tampoco se – nos carcajeamos en medio del pasillo al darnos cuenta que los dos estábamos haciendo lo mismo, solo observarnos. No podíamos parar de sonreír por el hecho de que en un hospital no se podía hacer eso de una manera tan sonora como lo hacíamos nosotros. Una enfermera nos miro con mala cara para advertirnos, sentí como tomo mi mano y me arrastro frente a ella. Yo solo pude dejarme llevar. Le pregunto indicaciones a la misma señora que nos había mirado de mala gana y emprendimos un nuevo camino a la cafetería. Había reaccionado en el momento que sus dedos se entrelazaron con los míos a que este era el chico indicado para lo que pensaba hacer. Olvidar a Jake en todo el sentido de la palabra.
Seguíamos de esa manera caminando por las instalaciones del hospital. Ahora que lo pensaba mejor me gustaba tener su mano entre las mías. No tanto como me gustaría que fuera Jacob, pero se sentía bien. Jacob, Jacob, Jacob… así si que superaras algo Reneesme. Me recrimine internamente mientras llegábamos por fin a la cafetería. 4 jugos y unas galletas fue lo que pedimos, Embry se ofreció a pagar cosa que me sorprendió e impresiono. Los chicos de hoy no hacían eso. Nos quedamos sentados en una de las mesas a hacer tiempo, creíamos que Seth y Claire necesitaban un poco de privacidad con tiempo para conversar.
- ¿Cómo te sientes? – realmente estaba confundida. Me sentía realmente tranquila con solo su compañía pero la maldita sensación de estar siendo infiel me carcomía el cerebro.
- Gracias por preguntar. Pero creo que estoy mejor al saber que Seth esta bien. – dije sinceramente.
- Te entiendo en esa parte. Mi hermana también paso por un período de depresión y fue lo más frustrante que me ha tocado vivir. – al parecer mi situación no era tan diferente a las de otras personas. ¿Había dicho que su hermana tuvo depresión? Uh. Eso si que era algo nuevo. Una barbie teniendo depresión. Todo lo que conocía ahora de las personas estaba cambiando tanto que me aturdía demasiado. No me imaginaba a Claire en ese estado.
- Estás seguro de que tú hermana paso por un cuadro de depresión. – le comente con tono de incredulidad.
- Si ¿Porque lo dices en ese todo?- pregunto un poco extrañado.
- Es solo que no me la imagino en ese estado –
- Lo se. Pero no estamos hablando de ella, estamos hablando de ti. Aunque se que sonara extraño me preocupa como estas – tan notorio era mi sufrimiento que estaba dando lastimas por todos lados. – No se si será adecuado o no. O quizá me rechaces. ¿Pero me gustaría acompañarte? No es bueno que estés pasando por esto sola. Además que me gustaría conocerte un poco más – sí. Definitivamente sí, Embry era mi chico salida. Como amaba esto de poder encontrar a alguien que pudiera hacerme olvidar los besos de Jake, las manos de Jake, las caricias, las sonrisas… rayos otra vez divagando en el Sexy Jacob. Solo esperaba que mi cerebro no me traicionara otra vez más.
- Emm… por supuesto que me encantaría que estuvieras a mi lado – volvimos a sonreír como estúpidos una vez más. Creo que mis mejillas se llegaron a entumecer tanto reír. Instintivamente nos miramos y comenzamos a acercarnos cada vez más. Por fin podría probar sus labios en tan corto tiempo. Se que era algo apresurado pero por lo visto en mi caso todo era Express. Me enamoraba en un día y me desilusionaba en horas. Encontraba a un nuevo prospecto y ya lo iba a besar. A quién le importaba yo estaba feliz ahora. Solo centímetros hacían falta.
- Así que, aquí estas hermanita a punto de recibir un “Beso lenguado” frente a mí – en estos momentos como odiaba su voz. Esta interrumpiendo mi momento romántico con alguien más. Las ganas de estrangularlo no se iban cuando lo mire. Estaba sentado en una silla a lado de nosotros, de brazos cruzados escoltado por Valerius y Raymond. Los tres tenían la misma cara. Cara de “Te matare niño rico si te atreves a tocarla”. Volví a observar a Embry que se levanto saludándolos. Mis primos extendieron la mano mientras Jacob lo miro con odio dejándolo con la mano estirada.
- Hola chicos ¿Qué hacen aquí? – pregunte inocentemente poniendo rostro de niña buena.
- Tío Ed nos llamo dijo que pasáramos a buscarte al hospital – dijo Raymond tocando el hombro de Jake.
- Estas lista, nos iremos ahora – comentó mi “Querido Hermano” enojado.
- No, no lo estoy. Tengo que volver con Seth – tome los jugo y mire a Embry – Me acompañas – tomo su chaqueta y comenzamos a caminar. Esto de ser indiferente con Jakii me gustaba. Estaba tan alterado de que comparta con alguien más que no podía dejar de observarnos. Estábamos llegando a la puerta cuando escuche su voz nuevamente.
- Hermanita. Reneesme. Me haces el favor de hablar conmigo un momento – hasta cuando me dejaría en paz. Se lo había dejado bien en claro de que no quería volver a verlo pero el insistía en esto. Y a mi me gustaba que lo hiciera.
- Vuelvo enseguida – le susurre a Embry para luego darle un beso en la mejilla. Le entregue lo que llevaba en las manos y decidí acompañarlo. Sonreí abiertamente caminando al lado de Jake, salimos de la cafetería y doblamos por el pasillo.
- Ahora me dirás ¿Quién era ese con él que te besarías? - exigió. Tenía cara de asesinarlo.
- Y a ti que te importa. Es mi vida. Haré lo que se me pegue la gana, escuchaste – intente amenazarlo pero no resulto. Me tomo del brazo fuertemente atrayéndome a su lado.
- Me importa demasiado. Así que respóndeme – oh sí. Yo le diría que Embry era el chico que me haría olvidarlo. Seguro.
- Ahora te importa, cuando me dejaste en la miseria. No pienses que tienes derechos sobre mí. Soy libre y puedo andar con quien yo quiera – no eso era mentira yo quería estar con él, pero si no me daba otra alternativa, seguiría buscando al indicado.
- Eso quiere decir que ¿Estas con él? No te creo no eres capaz de estar con alguien más. Yo se que tu me amas.- engreído. Estaba tan confiado de que yo sentía cosas por él. Bueno si estaba en lo correcto pero no confesaría nada.
- Eso es lo que tú crees. Yo no te amo – me dolió hasta los huesos decirle eso - Ahora suéltame que tengo que besar a un chico-
- Yo te amo y no dejare que beses a nadie más. Me escuchaste. – casi me gritaba. Estaba fuera de control – Si es necesario te llevare arrastras a casa pero con él no te iras. Ni mucho menos lo tocaras – no, no quería tocar a nadie más que a Jake ahora que se encontraba tan cerca mió.
Bla…bla…bla…- No me importa lo que tú pienses. Te aseguro que él besa mejor que tú- si me importaba demasiado lo que le pensara sobre mí. Sobre si me amaba tanto como lo decía.
- Como sabes eso. Ni siquiera lo conoces no puedes besarte así nada más-
- Estás seguro. Ponme a prueba – dije desafiante. Sonrió.
- Bueno, ya que estamos en eso. Adelante bésalo pero no sin antes de esto – me tomo fuertemente de la cintura y me beso con rabia, ira, con pasión. Era un beso agresivo que casi me deja sin fuerzas. Pero era lo más excitante que había experimentado. Me dejaba sin aliento. Estrello mi espalda contra el muro y siguió moviendo sus labios con la misma pasión de antes. No hacía otra cosa más que tratar de respirar pero me robaba todo lo que tenía. Mi lengua actuaba con vida propia intentando extraer la última gota de sabor de su boca. Y otra vez estábamos besándonos para hacernos entender a la fuerza que nos amábamos pero que debíamos alejarnos. Queríamos torturarnos con este "te amo y te odio" y lo hago por que "Es lo mejor para todos", que no mediamos las consecuencias .Termino dejando que sus labios tuvieran un último roce dulce con los míos. Me miro con ojos de adoración mientras yo recuperaba un poco la compostura. – Ahora ve y comprueba quien es mejor. – dijo con la respiración entrecortada. Trague en seco pero no me moví. ¿Quién quería comparar algo si esto había sido increíble? – Vez pequeña. No encontraras algo mejor que esto. – con la misma cara de engreído que ponía cuando ganaba algo, otra vez volví a la realidad. Y no hice otra cosa más que insistir en mi intento de olvidar. Lo aparte de mi lado. Hacía todo esto para comprobar sus teorías de que yo podría amarlo. No era más que eso.
- No lo entiendes.- negué con la cabeza. - Espero que esto te guste – le dije despechada. ¿Por qué teníamos que llegar a esto?
Volví por donde había venido y lo único que ví fue a Embry en conjunto con mi necesidad de olvidar. No se como había llegado a su lado pero lo tome de la mano. Se volteo. 1…2…3… y nuestros labios estaban conectados.
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Me removí un poco mientras sentía que unos brazos me rodeaban. Escuchaba como alguien tarareaba una melodía. Mi melodía. Sonreí al recordar las muchas veces que la había escuchado. Me acomodé más cerca de la persona que cantaba.
- Abuela… - dije interrumpiéndola en su canto – Te quiero – sentí que su abrazo se tornaba más apretado.
- Yo también te quiero mi princesita. ¿Cómo te sientes? – comentó acariciando mi cabello.
- Feliz de que esté aquí. ¿Dónde esta mi abuelo? – pregunte sin abrir mis ojos.
- Carlisle esta abajo con tu papá. Creo que le hacía falta tener a tu abuelo junto a él. ¿Quieres desayunar conmigo? – se incorporo en la cama y me miro con una de sus caras que no puedes decir que no. A la edad que tenía mi abuelita era muy hermosa. La miré con una sonrisa.
- Por su puesto que te diré que si Abue. Además si pones esa cara yo no resisto – comenzamos a reírnos mientras tomabas mis cosas y me disponía para ducharme.
- Te espero abajo. – sin más salio de la puerta.
Hoy tenía nervios de que llegará la hora de ir al hospital pero pondría mi mejor cara junto con todas mis fuerzas para ver a mi hermano. Me demoré lo más que se puede para relajarme y dejar que el agua hiciera su trabajo. Salí de ahí en busca de mi ropa, pasé a observar el reloj que marcaba las 8 a.m. intente apresurarme. Una cepillada de cabello a la rápida, aros y mi pulsera preferida fue todo lo que hice. Baje las escaleras apresurada para llegar a la cocina.
Carlisle, Esme, Alice, Jasper, el pequeño Esteban, Bella y papá estaba desayunando. Abrazos iban y venían de mis tíos y mi abuelo. Esteban esta un poco enojado por que sus papás lo habían despertado muy temprano. Me ríe de mi pequeño primo por que siempre tenía una razón para todas sus rabietas.
- Y dime ¿Cuántos años tienes? – me miró poniendo en su cara un puchero. Levanto su pequeña manita y me mostró sus dedos. Contamos juntos y se río al saber que ya tenía 4 años. Comimos cereales mientras Esme preparaba un sándwich para mí. Mamá abrazaba a papá cada vez que Ed comentaba lo de Seth. Después de unos minutos ví como Jacob entro en la cocina. Intenté no prestar atención a lo que estaba haciendo. Saludo a los recién llegados para luego darle un beso a Esme, se adueño del sándwich que mi abuela preparaba. Sentí como se Jacob sentó a mi lado sin decir nada. Esteban comenzó a cantar una canción de un tal “Gusanito que se mataba así, así, así”. Mi abuela y yo nos comenzamos a carcajear del pequeño niño de cabellos castaño.
El desayuno paso sin más novedades de las que ya sabía. Todos decidieron desparramarse por la casa. Procuré distraerme lo más que puede para no recordar nada de lo que había pasado en estos días. Me senté en la sala para esperar que la hora pase rápido. Sonó el timbre Con toda la lata del mundo fui a abrir la puerta.
- Valerius - hice una reverencia.
- Renesmee - también me reverencio. Nos quedamos mirando.
- Te había extrañado - dijimos al mismo tiempo. Salte a sus brazos y comenzamos a reír. Mi primo si que estaba un poco loco pero me encantaban sus modales de príncipe de castillo. Se parecía mucho a Tío Jasper pero tenía el cabello de Alice. Entramos a la casa, no habíamos avanzado hacía la cocina cuando se escucho que alguien venía a paso apresurado del segundo piso. Jake venía bajando de la escalera nos quedo mirando muy serio. Ya una vez abajo se paro frente a Valerius.
- Valerius - dijo en tono elegante y haciendo una reverencia. Intente que mis risas no se escaparan al darme cuenta que no solo yo saludaba así a mi primo.
- Jacob - hizo la misma reverencia que antes. Se quedaron mirando y no aguantaron más las risas. Se abrazaron como si fueran hermanos y se fueron hacía la cocina. Quise acompañarlos pero el timbre volvió a sonar. Retrocedí y abrí la puerta. Con un largo cabello rubio junto a unos excelentes ojos grises apareció frente a mi puerta la pequeña April.
- Hola Nessie - dijo felizmente. La cargue en mis brazos dándole un beso en su mejilla.
- Hola pequeña. ¿Donde esta tu mamá? - observe para todos lados pero no se veía nadie. Apunto con su manita mientras el resto de su familia terminaba de bajar del coche. Tía Rosalie, Emmett y mi primo Raymond. No tardaron en llegar diciendo que April se les había escapado en el momento que estacionaron el auto.
Me estaba impacientado mientras la hora se estaba acercando. Estábamos todos en la sala discutiendo sobre cosas vanas y riéndonos. Vi como papá se levanta viniendo hacía mi lado.
- Ya es hora de que vayas a ver a Seth - asentí con la cabeza mientras buscaba mi bolso. Levanté la vista, todos me estaban mirando con diferentes expresiones en sus rostros. Uno por uno me fueron entregando distintos obsequios para Seth. Un libro, una almohada, Esteban me dio su chupete, April entrego los dulces que traía en el bolsillo, cartas de Valerius con Raymond y la pequeña maleta que había preparado mamá. Guarde todos los presentes en mi bolso que ahora había crecido de tamaño. Tome la mano de papá y nos subimos a su carro.
Espere que Edward me dijera algo en el camino pero no hizo otra cosa que ver hacía el frente. Solo silencio venía de parte de papá. Intente no presionarlo con preguntas por que sabía que esto le incomodaba. Llegamos en corto tiempo, me sentía aterrada por el solo hecho de volver a este lugar a revivir aquellos momentos aterradores. Me aferré más a papá y avanzamos. Se detuvo en informaciones para preguntar donde tenían a Seth. En el 3er piso sala 405. Subimos por el ascensor.
Ya una vez en el lugar mis manos temblaban. El dorado número frente a la puerta me producía pánico. Miré nuevamente a papá que estaba a mi lado. Sonrío levemente indicándome que debía entrar. Respire profundamente, agarre mi bolso, la maleta y entre en la sala. Mi vista por inercia fue a parar en él. Estaba sentado sobre la cama con las piernas cruzadas jugando con una parte de su bata de enfermo. Deje caer lo que llevaba en la mano y me apresuré a abrazarlo.
- No sabes cuanto me alegra verte.- dije rodeándolo con mis brazos. Toda la preocupación de antes se había convertido en tranquilidad. Poder ver que estaba bien, sano dentro de lo que se puede.
- A mí también – nos alejamos. Acaricie su cabello.
- Y ¿Cómo te sientes? – dije después de dejar de sonreír.
- Un poco mareado todavía. Creo que me han desintoxicado mucho. – Levanto su mano donde tenía una intravenosa que se conectada a la bolsa de suero. También me di cuenta que tenía una sonda que rodeaba su nariz. - Pero mejor por verte nuevamente – hacía un día había pensado que mi hermano había muerto, hoy sabía que estaba bien dentro de lo posible.
- También estoy mejor de saber que estas bien. No sabes cuanto te había extrañado y eso han sido dos días solamente –
- Este lugar me esta volviendo loco. Todo es tan blanco y limpio, me desespera. – dijo mientras su cuerpo se estremecía por escalofríos fingidos.
- Para eso hay remedio. Me han enviado como mensajera, los tíos están en casa así que te han mandado regalos para que pases mejor este tiempo. – fui en busca de mi bolso. Me senté frente a él y comencé a entregarle todo lo que le habían enviado.
- Esto si que era lo que más necesitaba – dijo poniéndose el chupete de Esteban en la boca. Comenzó a hacer igual que un bebé. Nos carcajeamos con antes. Fuimos por el siguiente y eran los dulces de April, nos los comimos mientras le entregaba las cartas que le habían enviado. Cuando llego a la de mamá me miro aterrado como si ella lo fuera a reprenderlo con sus palabras. Él temor se reflejo en sus ojos, no sabía que era lo que pasaba por su mente en estos momentos, pero de seguro no era algo bueno. Tomé su mano.
- ¿Qué ocurre? – pregunte intrigada. -¿Todo esta bien? -
- Supongo – dijo subiendo los hombros – No sé. En realidad siento que no tengo ningún derecho a que Bella y Edward se preocupen por mí. Que tus tíos me envíen regalos. Creo que no merezco nada que provenga de ellos. No soy su hijo –
- ¿Qué estas diciendo? Somos tu familia. Mereces tanto amor como Jake y yo. No porque mamá no te haya llevado en su vientre no seas su hijo. –
- Tengo miedo de que ellos no me amen. Me asusta no pertenecer a ningún lado. Solo esta mi hermano y no se muy bien si después de esto el quiera seguir siéndolo. Me siento inservible, una basura. ¿Cómo no fui capaz de sobreponerme y enfrentar la realidad? Tome el camino fácil- más que nunca sus palabras me causaron dolor. Saber que él se sentía así, me lanzaba más al vacío. No me explicaba que estuviera pensando de esa manera. Yo no lo juzgaría por querer matarse. No le reprocharía su actuar. Él estaba en todo el derecho a hacer con su vida lo que quisiera, aunque eso me dejara sin fuerzas. Era mi hermano.
Se cubrió el rostro con su brazo recostándose en la camilla sin decir nada más. Me moví para quedar tendida a su lado y tomar su mano. Solo cerró los ojos en una postura rígida. ¿Cómo le hacía entender que él era mucho más importante de lo que pensaba? Que de alguna manera moriríamos en vida si Seth nos faltaba. Ver a mamá llorar era confirmación sobre esta situación. Había una sola palabra para el comportamiento de Bella, “Amor”, tan simple como eso. Éramos su vida, lo mismo que papá, aunque él no quisiera reconocerlo pero Edward se encontraba tan roto como todos.
- Seth, hermano. Confías en mí. –
- Sí – susurro.
- Si confías en mí también en mi palabra. – Respire para tomar fuerzas – Tet… Te Amamos. Somos tu familia, eres demasiado importante para nosotros. Si en tu corazón nos amas, cree en eso entonces. Siempre estaremos ahí para ti – sentía como su mano hacía presión sobre la mía. Estaba sumergida en una especie de inconciencia pero mis ojos estaban abiertos.
- No se en que estaba pensando cuando entre al cuarto de Jake en busca de esas pastillas. Una sola palabra rondaba mi cabeza “Muerte”. No razone en ningún momento. Solo quería morir para escapar del apremiante dolor en mi pecho. Cuando las ingerí me sentí tan bien que pensé que ya todo estaba resuelto, pero comencé a marearme y mi cuarto daba vueltas. El sueño se hizo más presente y ya no quería morir. Presentía que algo me estaba sujetando a la vida. Intentaba no dormir pero no tuve fuerzas para abrir por última vez los ojos. Sabía que no estaba vivo pero luego escuche tu voz gritándome para que volviera mezclada con la de Jake pidiéndome que debiera respirar. Comprendí en la oscuridad que debía vivir. – intente por todos los medios posibles no llorar y que ganara mi autocontrol. No era necesario que viera mi sufrimiento en estos minutos, ya podría llorar más tarde. Ahora quedaba ser valiente para asimilar todas sus frases.
- Reneesme perdóname. Por favor, Perdóname – suplico sin mirarme.
- ¿Por qué? Seth no haz echo nada malo. Yo no te juzgare por lo que hiciste.-
- No lo entiendes, Quiero que me perdones por querer abandonarte, por querer dejar de luchar – comenzó a llorar como lo habíamos estado haciendo durante estos días.
- No es necesarios pero Te perdono si eso hará que te sientas mejor – lo abrace y me quede pegada a él. No se si lo acompañe en su llanto o solo estuve en un estado de inconciencia otra vez.
- Nievecita – me incorpore cuando escuche su voz. Me miro con cara de sufrido - me podrías traer jugo de naranja. Es que tengo sed - definitivamente había vuelto a ser el de antes
- Esta bien, esta bien - me levante en busca de mi billetera y salí por la puerta. Me alegraba mucho de que mi hermano estuviera entrando al reino de la felicidad paso a paso, pero lo que no me hacía tan feliz era que tenía que comprar un jugo sin saber donde quedaba la cafetería del hospital. Alce la mirada y quede en estado de parálisis. Si se puede estar sorprendida por lo que se ve, yo lo estaba. Justo ahí, en los asientos de enfrente uno al lado del otro con expresión de nervios. Solo dos nombres tenía para esto, "Claire y Embry". Hermanos populares del instituto sentados en el hospital mirando en mi dirección. Voltee para ver si era a mí a quien buscaban o era a alguien más. Cuando volví a mirarlos seguían pendiente de lo que estaba haciendo. Caí en cuenta de que esta situación era demasiado extraña, que debía esquivarlos pero ya se habían puesto de pie y caminaban en mi dirección.
- Hola - dije para no ser mal educada. Pero no es que quisiera ser mal educada, es que estaba nerviosa. No tanto por que fueran los populares, era porque no podía dejar de ver a Embry mientras sus ojos hacían contacto con los míos. Esto era algo a voluntad.
- Hola. ¿Puedo hablar contigo un momento? - se veía nerviosa igual que yo. Pero quien diría que un simple hospital pudiera poner en este estado a la reina de las "Barbies". Sinceramente Claire no me caí mal pero era una chica indiferente para mí. Todo lo contrario a su hermano en conjunto con sus amigos que no pasaban desapercibidos a mis ojos. Todos altos, morenos, musculosos y por sobre todo era que siempre les gustaba quitarse la camiseta para que pudiéramos verlos. Admirar sus abdominales, sus brazos, sus perfectos bronceados que no sabía de donde lo obtenían. “Reneesme concéntrate y déjate de babosear por Embry”
- Si, claro - le dije mientras ella veía a su sexy hermano para luego alejarnos. Espere a que dijera algo pero no comento nada. - Entonces, ¿Que es lo que quieres hablar? -
- Emm... yo... esto es difícil. ¿No se si tu hermano te habrá contado sobre una carta de una admiradora secreta? - su pregunta fue media extraña pero ahora que lo pensaba mejor. Mañana sería la fiesta de Claire y supuestamente tendríamos que encontrar a la chica secreta en la fiesta. Me quede viéndola fijamente. ¿Como sabía ella de la carta? ¿Por qué Claire estaba aquí? ¿Por qué estaba tan nerviosa? Oh por Dios.
- Tú eres la admiradora secreta de Seth - casi le grite en la cara.
- Si lo sé es patético pero no sabía como acercarme a tu hermano- ¿Como que no sabía? Se supone que ella era la chica irresistible de todo el Inst. La mujer con más personalidad que el resto de inmaduros de la secundaria.
- No. No es que sea algo vergonzante. Es solo que ¿Te gusta mi hermano?-
- Si- no es que tuviera celos de ella, pero todavía no creía que estuviera parada frente a mí confesando sus sentimientos. – He venido aquí por que los rumores corren rápido y quería verlo – al escucharla pude sentir que esto era verdad. Que realmente le importaba mi hermano. Cuando Seth se enterara de esto creo que saltaría de alegría al estilo “Tía Alice”. Ahora que Claire quería verlo ¿Dónde estaba mi papá? Me voltee para ver por el pasillo haber si seguí en este lugar.
- Claire has visto a mi padre. Al hombre de cabellos cobrizos que…. – cuando me la volvía a observarla. Disimuladamente intento secarse unas cuantas lágrimas. Mi dolido corazón se termino de romper al verla en ese estado. Se sorbió la nariz, aunque quiso disimular el dolor su mirada todavía estaba vidriosa por sus ganas de contener las lágrimas.
- Tú papá dijo que no te preocupes por él que vendrá a buscarte en cuanto lo llames. Creo que fue al instituto por la cara que puso cuando reviso su teléfono –
- ¿Cuál es esa? – dije intrigada
- No se pero mi papá pone la misma cara. Creo que es por que les asusta que el director los llame – ciertamente tenía un concepto errado de Claire se veía más amigable que de costumbre. Esbozamos unas sonrisas y una idea paso por mi cabeza.
- Espérame aquí un momento. – me apresure para entrar al cuarto de mi hermano. Me observo esperanzado.
- ¿Y donde esta mi jugo? – puso cara triste cuando no le di nada.
- No traje tu jugo. – Se amurro en la cama- Pero tengo algo mejor- volvió a sonreír – Te acuerdas de la chica misteriosa –
- La chica de la carta – abrió de par en par sus ojos.
- Si-
- ¿Qué paso con ella? –
- Esta afuera y vino a verte. Pero solo si tú quieres –
- Y por que no me avisas antes – se comenzó a oler – ¿Huelo mal verdad? Tengo que bañarme – me reí en silencio por su actitud
- Seth- dije para que se calmara.
- ¿Cómo esta mi cabello? ¿Luzco bien o me veo horrible? Me tengo que lavar los dientes – estaba peor que mujer, Seguía intentando arreglar su cabellos mientras yo no paraba de reír.
- Cálmate muchacho. Pero quiero decirte que te vez…-
- Me veo… solo se sincera por favor –
- Te vez decente- intente ocultar mis risas pero su cara de enojo no me dejaba.
- Como te amo pequeña – dijo – Creo que estoy listo. No me dirás ¿Quién es? – negué con la cabeza. Me observó resignado, le di la espalda y me dirigía a la entrada. Abrí la puerta para ver como Embry abrazaba a su hermana. No quise interrumpir pero se dieron cuenta.
- Claire ven conmigo – se acerco a mi lado. La tome de la mano y la atraje hacía la puerta. Entro después de mí. La cara de Seth era de película. Yo sabía que él no se esperaba esto, yo tampoco, pero estaba segura de que ella le subiría el animo y la autoestima. Solo pude dejarlos solos y guiñarle el ojo a mi hermano antes de retirarme.
Definitivamente hoy era un día raro.
Me quede de espaldas a la puerta como esperando que me tragara la tierra. Solo podía ver sus ojos en mí. Increíbles ojos color negro observándome. Su cabello negro un poco alborotado y leve sonrisa en el rostro era en todo lo que me podía concentrar en este momento. Intente no sonrojarme pero me fue inevitable. Solo puede sonreírle como tonta. Este era uno de eso chicos inalcanzables que rondan por los pasillos de cada instituto, era un dios griego parado frente a mí. Sin duda alguna la secundaria era un calvario en vida.
- Hola – dijo en un tono tan encantador que podía haberme desmayado ahí mismo.
- Hola – susurre tímidamente,
- Reneesme ¿Te quieres sentar? – Ahhhh…Vaya, sabía como me llamaba. Un punto para él muchacho. Me mordí el labio levemente, acto reflejo heredado por mi madre, no sabía que decir o hacer estaba en mi punto máximo de nervios. Ahora mi mirada recaía sobre su polera que se apegaba a su cuerpo. Su moldeado y musculoso cuerpo. Quería concentrarme en mi actuar pero mi cerebro no estaba ayudando.
- No- fue lo único cuerdo que salió. Frunció el ceño levemente me resistí a sonrojarme más – No… pero me puedes acompañar a la cafetería es que necesito comprar un jugo. – le sonreí coquetamente para que dijera sí. Era lo único que pedía. Me devolvió la sonrisa.
- Sí, por supuesto – caminamos siguiendo el pasillo largo por el cual habíamos salido del ascensor. Nos mirábamos sin decir nada por el lugar. Estaba perdida observándolo. Caí a la tierra cuando no llegamos a ningún lado. – Lo siento pero ¿Sabes donde esta la cafetería verdad?–
- No y ¿tú? – le dije riéndome.
- No tampoco se – nos carcajeamos en medio del pasillo al darnos cuenta que los dos estábamos haciendo lo mismo, solo observarnos. No podíamos parar de sonreír por el hecho de que en un hospital no se podía hacer eso de una manera tan sonora como lo hacíamos nosotros. Una enfermera nos miro con mala cara para advertirnos, sentí como tomo mi mano y me arrastro frente a ella. Yo solo pude dejarme llevar. Le pregunto indicaciones a la misma señora que nos había mirado de mala gana y emprendimos un nuevo camino a la cafetería. Había reaccionado en el momento que sus dedos se entrelazaron con los míos a que este era el chico indicado para lo que pensaba hacer. Olvidar a Jake en todo el sentido de la palabra.
Seguíamos de esa manera caminando por las instalaciones del hospital. Ahora que lo pensaba mejor me gustaba tener su mano entre las mías. No tanto como me gustaría que fuera Jacob, pero se sentía bien. Jacob, Jacob, Jacob… así si que superaras algo Reneesme. Me recrimine internamente mientras llegábamos por fin a la cafetería. 4 jugos y unas galletas fue lo que pedimos, Embry se ofreció a pagar cosa que me sorprendió e impresiono. Los chicos de hoy no hacían eso. Nos quedamos sentados en una de las mesas a hacer tiempo, creíamos que Seth y Claire necesitaban un poco de privacidad con tiempo para conversar.
- ¿Cómo te sientes? – realmente estaba confundida. Me sentía realmente tranquila con solo su compañía pero la maldita sensación de estar siendo infiel me carcomía el cerebro.
- Gracias por preguntar. Pero creo que estoy mejor al saber que Seth esta bien. – dije sinceramente.
- Te entiendo en esa parte. Mi hermana también paso por un período de depresión y fue lo más frustrante que me ha tocado vivir. – al parecer mi situación no era tan diferente a las de otras personas. ¿Había dicho que su hermana tuvo depresión? Uh. Eso si que era algo nuevo. Una barbie teniendo depresión. Todo lo que conocía ahora de las personas estaba cambiando tanto que me aturdía demasiado. No me imaginaba a Claire en ese estado.
- Estás seguro de que tú hermana paso por un cuadro de depresión. – le comente con tono de incredulidad.
- Si ¿Porque lo dices en ese todo?- pregunto un poco extrañado.
- Es solo que no me la imagino en ese estado –
- Lo se. Pero no estamos hablando de ella, estamos hablando de ti. Aunque se que sonara extraño me preocupa como estas – tan notorio era mi sufrimiento que estaba dando lastimas por todos lados. – No se si será adecuado o no. O quizá me rechaces. ¿Pero me gustaría acompañarte? No es bueno que estés pasando por esto sola. Además que me gustaría conocerte un poco más – sí. Definitivamente sí, Embry era mi chico salida. Como amaba esto de poder encontrar a alguien que pudiera hacerme olvidar los besos de Jake, las manos de Jake, las caricias, las sonrisas… rayos otra vez divagando en el Sexy Jacob. Solo esperaba que mi cerebro no me traicionara otra vez más.
- Emm… por supuesto que me encantaría que estuvieras a mi lado – volvimos a sonreír como estúpidos una vez más. Creo que mis mejillas se llegaron a entumecer tanto reír. Instintivamente nos miramos y comenzamos a acercarnos cada vez más. Por fin podría probar sus labios en tan corto tiempo. Se que era algo apresurado pero por lo visto en mi caso todo era Express. Me enamoraba en un día y me desilusionaba en horas. Encontraba a un nuevo prospecto y ya lo iba a besar. A quién le importaba yo estaba feliz ahora. Solo centímetros hacían falta.
- Así que, aquí estas hermanita a punto de recibir un “Beso lenguado” frente a mí – en estos momentos como odiaba su voz. Esta interrumpiendo mi momento romántico con alguien más. Las ganas de estrangularlo no se iban cuando lo mire. Estaba sentado en una silla a lado de nosotros, de brazos cruzados escoltado por Valerius y Raymond. Los tres tenían la misma cara. Cara de “Te matare niño rico si te atreves a tocarla”. Volví a observar a Embry que se levanto saludándolos. Mis primos extendieron la mano mientras Jacob lo miro con odio dejándolo con la mano estirada.
- Hola chicos ¿Qué hacen aquí? – pregunte inocentemente poniendo rostro de niña buena.
- Tío Ed nos llamo dijo que pasáramos a buscarte al hospital – dijo Raymond tocando el hombro de Jake.
- Estas lista, nos iremos ahora – comentó mi “Querido Hermano” enojado.
- No, no lo estoy. Tengo que volver con Seth – tome los jugo y mire a Embry – Me acompañas – tomo su chaqueta y comenzamos a caminar. Esto de ser indiferente con Jakii me gustaba. Estaba tan alterado de que comparta con alguien más que no podía dejar de observarnos. Estábamos llegando a la puerta cuando escuche su voz nuevamente.
- Hermanita. Reneesme. Me haces el favor de hablar conmigo un momento – hasta cuando me dejaría en paz. Se lo había dejado bien en claro de que no quería volver a verlo pero el insistía en esto. Y a mi me gustaba que lo hiciera.
- Vuelvo enseguida – le susurre a Embry para luego darle un beso en la mejilla. Le entregue lo que llevaba en las manos y decidí acompañarlo. Sonreí abiertamente caminando al lado de Jake, salimos de la cafetería y doblamos por el pasillo.
- Ahora me dirás ¿Quién era ese con él que te besarías? - exigió. Tenía cara de asesinarlo.
- Y a ti que te importa. Es mi vida. Haré lo que se me pegue la gana, escuchaste – intente amenazarlo pero no resulto. Me tomo del brazo fuertemente atrayéndome a su lado.
- Me importa demasiado. Así que respóndeme – oh sí. Yo le diría que Embry era el chico que me haría olvidarlo. Seguro.
- Ahora te importa, cuando me dejaste en la miseria. No pienses que tienes derechos sobre mí. Soy libre y puedo andar con quien yo quiera – no eso era mentira yo quería estar con él, pero si no me daba otra alternativa, seguiría buscando al indicado.
- Eso quiere decir que ¿Estas con él? No te creo no eres capaz de estar con alguien más. Yo se que tu me amas.- engreído. Estaba tan confiado de que yo sentía cosas por él. Bueno si estaba en lo correcto pero no confesaría nada.
- Eso es lo que tú crees. Yo no te amo – me dolió hasta los huesos decirle eso - Ahora suéltame que tengo que besar a un chico-
- Yo te amo y no dejare que beses a nadie más. Me escuchaste. – casi me gritaba. Estaba fuera de control – Si es necesario te llevare arrastras a casa pero con él no te iras. Ni mucho menos lo tocaras – no, no quería tocar a nadie más que a Jake ahora que se encontraba tan cerca mió.
Bla…bla…bla…- No me importa lo que tú pienses. Te aseguro que él besa mejor que tú- si me importaba demasiado lo que le pensara sobre mí. Sobre si me amaba tanto como lo decía.
- Como sabes eso. Ni siquiera lo conoces no puedes besarte así nada más-
- Estás seguro. Ponme a prueba – dije desafiante. Sonrió.
- Bueno, ya que estamos en eso. Adelante bésalo pero no sin antes de esto – me tomo fuertemente de la cintura y me beso con rabia, ira, con pasión. Era un beso agresivo que casi me deja sin fuerzas. Pero era lo más excitante que había experimentado. Me dejaba sin aliento. Estrello mi espalda contra el muro y siguió moviendo sus labios con la misma pasión de antes. No hacía otra cosa más que tratar de respirar pero me robaba todo lo que tenía. Mi lengua actuaba con vida propia intentando extraer la última gota de sabor de su boca. Y otra vez estábamos besándonos para hacernos entender a la fuerza que nos amábamos pero que debíamos alejarnos. Queríamos torturarnos con este "te amo y te odio" y lo hago por que "Es lo mejor para todos", que no mediamos las consecuencias .Termino dejando que sus labios tuvieran un último roce dulce con los míos. Me miro con ojos de adoración mientras yo recuperaba un poco la compostura. – Ahora ve y comprueba quien es mejor. – dijo con la respiración entrecortada. Trague en seco pero no me moví. ¿Quién quería comparar algo si esto había sido increíble? – Vez pequeña. No encontraras algo mejor que esto. – con la misma cara de engreído que ponía cuando ganaba algo, otra vez volví a la realidad. Y no hice otra cosa más que insistir en mi intento de olvidar. Lo aparte de mi lado. Hacía todo esto para comprobar sus teorías de que yo podría amarlo. No era más que eso.
- No lo entiendes.- negué con la cabeza. - Espero que esto te guste – le dije despechada. ¿Por qué teníamos que llegar a esto?
Volví por donde había venido y lo único que ví fue a Embry en conjunto con mi necesidad de olvidar. No se como había llegado a su lado pero lo tome de la mano. Se volteo. 1…2…3… y nuestros labios estaban conectados.
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COMO AMO KE LOS PERSONAJES SUFRAN....JAJAJA.... PERO WENO ESTOY AKI HACIENDOME PRESENTE CON UNA NUEVA ENTREGA DE ESTE FICS....JAJAJJA... NO PENSE QUE PODRÍA LLEGAR HASTA AKI LA HISTORIA.... JAJAJA... ESPERO KE EL CAPI LES HAYA GUSTADO...TANTO COMO A MI ESCRIBIRLO.... ME GUSTARIA KE DEJEN SUS COMENTARIOS SOBRE KE PARTES LES HA LLAMADO LA ATENCION DEL CAPI... KE FUE LO KE NO LES GUSTO... SI LES GUSTA ESTE JAKE... O NO... KE OPINAN SOBRE LAS NUEVAS PAREJAS... EN FIN ALGO KE ME ALIENTE A SEGUIR ESCRIBIENDO MAS CAPISSSSSS...JAJAJAJJA... ME DESPIDO DICIENDO UNA FRASE KE LE ENCANTA A MI HERMANA.... "ES LO KE HAY NO MAS"...JAJAJJA...
BESOS
kAMMY
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Hola Chicass :D espero anden genial, como siempre luego de las palabras de mi hermanita vienen las mias xD espero les guste este fic tanto como a mi, yo lo amo es mi delirio *-*
Dejenle sus comentarios a mi hermana :D
PD: Si, esa frase la amo jaja Es tan a lo Kammy
PD2: Te extraño Kammy u.u
Besitos!
CaroR.
2 Palabritas que me inspiran :):
Me encanta la historia, son tan apacionados.Algo para aporatar es que me gsutaria que las relaciones no se dieran tan apresuradas, pero bueno es tu historia y sabes por que lo haces asi.
ya espero el proximo capitulo pronto!!!
gracias por escribir!!
Me fascina!!! Ya quiero saber que pasara ahora con Nessie & Jacob!
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