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viernes, 10 de junio de 2011

Entre terceros - Capitulo 3 "Los Cullen"



POV CAROLINE.

Bueno familia, ella es Caroline – presento Carlie al tiempo que yo bajaba el último escalón. Mis piernas temblaban ridículamente ante el porvenir, no sabía que esperar, tal vez me odiaran sin modo de reversa por ser una humana que sabía demasiado… sin embargo, casi todos esos pensamientos negativos, se disiparon un poco cuando, todos enfocaron sus ojos color miel en mi, y aunque fue algo intimidante, la amabilidad era notoria en sus semblantes.

Es un placer conocerlos – salude haciendo uso de mis modales, tragando en seco y aclarando mi garganta disimuladamente, mi voz había sonado pastosa.

– Ellos son mis padres – señalo Carlie a una de las parejas, al notar mi nerviosismo.
Hola Caroline – saludó una mujer menuda y de piel anormalmente pálida, pero hermosa, parecida a la porcelana, con el cabello largo hasta los codos de un bonito color castaño rojizo.  Sus ojos eran grandes y me miraban expectantes, parecían menos aterradores cuando estaban en un rostro como el de ella, con facciones tan perfectas como las de un ángel.

–  Un gusto en conocerla, señora Cullen.

Mi nombre es Isabella, puedes decirme Bella – dijo amablemente, con una sonrisa tímida en el rostro, pero aun así se veía perfecta.

¿Isabella? – Repetí sin poder ocultar mi asombro - ¿Es usted hija de Charlie?

Sonrió y asintió ante las conclusiones inmediatas a las que había llegado  – Si. Supongo que me nombro un par de veces.

– Yo diría que muchas – y no mentía Charlie me había contado de su hija, que ahora vivía en otro país. Supuse que él estaba enterado de todo y mentía para seguir la mentira que ellos mantenían ante todos. Me pregunte por un segundo si él era uno de ellos…No, el no poseía esa perfección, ni ese color de ojos, ni de piel que de seguro eran más que una coincidencia entre ellos.

– Edward – se presento el hombre que abrazaba a Isabella por la cintura de manera posesiva pero natural. El era simplemente perfecto, cabello cobrizo casi dorado, de aspecto leonino… igual al de Carlie, solo que ella lo tenía tan largo como su madre. Mi amiga era muy parecida a su padre. Trate de buscar alguna imperfección pero no había ninguna ni en Edward ni en Bella, eran perfectos, encajaban como dos piezas de puzzle.

– Un gusto, Sr. Cullen.

El asintió con una media sonrisa, amable y tranquilizadora – Edward – repitió para que lo llamara de una manera no tan formal.

– Ellos son míos tíos. Alice, Jasper, Rosalie y Emmett – Carlie señalaba a cada persona a medida que iba diciendo su nombre.

– Por fin llegas –  dijo una pequeña mujer de aspecto de duende, con un cabello negro oscuro y corto cuyas puntas apuntaban en todas direcciones, ella era hermosa y la palabra se quedaba corta. Note que la belleza y perfección era una característica entre ellos, o era eso o tenían muy buenos genes.

Su comentario me sorprendió un poco y sin poder evitarlo fruncí en entrecejo confundida, pero no me dio mucho tiempo de pensar cuando ella ya me estaba teniendo la mano. Pequeña, delicada y muy pálida. Extendí mi mano inmediatamente, temblaba solo un poco por el rastro de los nervios que el aturdimiento no había podido desvanecer. Cuando nuestras pieles hicieron contacto, gracias al agarre, su temperatura me sorprendió, de nuevo, era como tocar un hielo. Contuve un salto ante la sensación tan sorpresiva.

– Caroline – dije tratando de que no notara como su temperatura me había afectado, pero mi  voz se quebró al final.

– Somos algo fríos cariño, no temas – dijo ella al tiempo que soltaba mi mano y supe que mis intentos habían sido en vano.
Sonreí avergonzada – Car…Renesmee no me lo dijo. Lo siento.

– No hay problema – sonrió ampliamente, parecía feliz de tenerme allí. Era la que más cómoda se veía.

– El es mi esposo Jasper – presento la pequeña Alice.

El hombre rubio y alto, que estaba parado al lado de la amable vampira, asintió. El era lo que podía ser la envidia de todos los modelos y actores del planeta, sus facciones denotaban una belleza extrema y en especial sus ojos ámbar combinaban con su cabello abundante y rebelde.

– Un gusto, señorita – hablo formalmente y note solo un rastro de acento sureño en su hablar.

Asentí – Igualmente, Jasper.

– Soy Emmett, pero si lo prefieres dime tío Emm – dijo un hombre gigante, musculoso con el aspecto similar al de un oso, lo cual resultaba algo intimidante a simple vista, pero su rostro estaba decorado con una gran sonrisa, parecía ser el único, además de Alice, que no se sentía tenso con mi presencia. Su cabello eran negro y rizado y por supuesto, el también era una pieza de perfección. Un perfecto modelo para Calvin Klein.

Sonreí sin poder evitarlo – Ok, por los momentos serás Emmett, pero supongo que gracias por la confianza.

El rio – Un amigo de mi enana – dijo y espeluco a Renesmee y esta solo se rio y volvió a acomodar su cabello – es un sobrino o en tu caso sobrina para mí – Asentí con una sonrisa escapándose de mis labios. El era muy agradable.

Mire a la siguiente mujer que estaba junto al grandulón, una rubia, alta que tenía un cuerpo y rostro envidiado por cualquier súper modelo o mujer vanidosa que existiera, ella era la perfección y la belleza juntas formando una sola persona, incluso más que todos los miembro anteriores de la familia, ella resultaba un golpe bajo para cualquier autoestima.  Si había pensando que Ashton Kutchner estaba bueno, era porque no había visto a la familia de Renesmee.

– Rosalie – dijo su nombre con una sonrisa amable pero que parecía forzada y  en ese momento sentí como mi autoestima caía en un hoyo sin fondo.

– Hola, Rosalie – salude tímida. Ella intimidaba un poco, su presencia era imponente.

– Y ellos son mis abuelos – soltó Carlie sonriente mientras llamaba mi atención y fije mi vista en la siguiente pareja que estaban frente a nosotros – Esme – señalo a una mujer de cabello caramelo entre liso y ondulado y qué decir, sus facciones eran más que preciosas. Sus ojos irradiaban ternura y su sonrisa calidez, de repente empecé a sentirme increíblemente cómoda – y el es Carlisle, el que te atendió – señalo a su abuelo, un hombre rubio con un rostro de estrella de cine, el primer abuelo sexy de la historia, de eso estaba segura.

– Es un gusto – saludé con tono cortes.

– Hola cariño – saludo la mujer y para mi sorpresa su mano fue a mi mejilla y la acuno como solía hacer mi madre. La piel se me erizo por su temperatura pero habría jurado que el toque fue cálido y mi corazón empezó a latir desembocado por la sensación y el flashback me que había traído su acción – ¿Cómo te sientes?

Al escuchar su pregunta sentí una punzada en la cabeza y sin poder evitarlo hice una mueca – Bi…bien… Creo.

– ¿Tomaste la pastilla? – pregunto el hombre rubio con una sonrisa amable que respondía al nombre de Carlisle, al tiempo que Esme trasladaba su mano a mi hombro.

Asentí – Si. ¿Qué era?

– Un calmante, el golpe fue algo fuerte. Tuviste suerte de no necesitar unos puntos.

– Sí. Gracias por cuidarme.

El señor Cullen, quien suponía el pilar de esa familia, simplemente asintió – No fue nada.

– Bueno Caroline y aquí viene mi hermano, ya lo conoces – hablo Carl.

El chico que había visto al despertar, apareció en la sala, con un sándwich en la mano y me saludo agitando su mano y hablo cuando trago su comida. Se veía tan humano y… guapo.

¡Basta, Roses! -  me reprendí mentalmente.

– Hola de nuevo Caroline, me alegra que no volvieras a desmayarte o algo por el estilo.

Sonreí incomoda, sonrojándome – Y yo me alegro que no me estés drogando el cerebro.

El rio y el sonido me hipnotizo por unos segundos. ¿Hasta sus risas eran perfectas?  – Esta niña es perspicaz. No sé como Ness puedo engañarla todo este tiempo – y sin decir más se sentó en un gran mueble blanco que estaba frente al gran plasma de la sala. Encendió el televisor y se concentro viendo un juego de futbol.

Demasiado humano. ¿Quién diría que los vampiros ven Fut?

Silencio incomodo. Sabiendo que las cosas no estaban claras del todo, tome aire hasta lo más profundo de mis pulmones, animándome a hablar, conté hasta cinco mentalmente y lo hice – Sobre todo esto… - dudé - se que puede resultarles algo incomodo que yo sea humana…

– Line no es necesario – me interrumpió Carlie.

– Quiero decirlo – corté – se que piensan que puedo traicionarlos e ir a contar su secreto, pero no lo hare. Este será como mi secreto y les aseguro jamás los delatare. Carlie confió en mí y lo guardare – aseguré.

– Te creo – dijo la madre de mi amiga – Se que algunos humanos pueden tener el suficiente sentido de conservación para no gritar a los cuatro vientos que tiene una amiga o un novio vampiro.

Sonreí agradecida por su apoyo – Gracias.

– Bueno la verdad, no tenemos nada en tu contra. No nos incomoda que seas humana, pues estamos acostumbrados a convivir entre ellos. Es solo que como comprenderás, tenemos que estar seguros de a quien se lo decimos – dijo Edward.

– Pueden confiar en mí – solté sin pensar – aunque allá corrido aterrada, ahora que estoy más calmada puedo asimilar todo mejor.

– Tienes espíritu de supervivencia es lo más natural – hablo Jasper.

– Supongo – me encogí entre hombros  – se que acaban de conocerme y no puedo aspirar su entera confianza de inmediato, pero pueden creer en mi palabra. Sé guardar un secreto mas cuando se trata de mi mejor amiga, porque eso es Carlie, no me importa lo que es, sigue siendo ella, como siempre.

Carlie me abrazo con fuerza, y la escuche murmurar un gracias en mi oído antes de separarse de mí y encarar a su familia – Se los dije, les dije que ella me entendería – al parecer habían discutido ese tema con anterioridad.

Espere paciente y nerviosa alguna respuesta y la que recibí me hizo soltar el aire que sin darme cuenta había contenido – Ella es amiga de Ren, así que es amiga de la familia – completo Emmett haciéndome sonreír agradecida.

– Todo está bien, Line – aseguro Carl.

– Bueno cielo, supongo que tienes algo de hambre – me hablo Esme un momento después.

Mi estomago rugió y todos rieron por lo bajo, me avergoncé, ellos podían escucharme. Estúpidas reacciones humanas – Si – no pude mentir – eso creo.
La mujer sonrió – Te preparare algo de comer…

– Oh, no es necesario. Puedo irme a casa…

– Nada de eso, te estoy invitando querida. ¿Me rechazaras un almuerzo? Se cocinar – sonrió.

Le sonreí de vuelta – Gracias, me encantaría quedarme a comer.

Renesmee me tomo de la mano–  Mientras esperamos ven conmigo, te enseñare la casa – dicho aquello me halo para que la siguiera.

Me enseño toda la casa, una misión en toda su extensión. Las habitaciones eran muy espaciosas y todas tenían un ambiente diferente pero cálido y hermoso. Algo que llamo mi atención es que solo la de ella y su hermano Nahuel tenía una cama, yo solo pude asentir aturdida cuando me explico que su familia no las necesitaba. Pues no dormían. Nunca. Ella me contaba todo, sin tapujos, acerca de su familia, de su vida, muy alegremente pero expectante de cada una de mis expresiones, palabras y reacciones.

Yo intentaba moderar todo, controlar mis expresiones, impresiones, elegir las palabras correctas para expresarme y no salir corriendo como la vez anterior. A pesar de todas las sorpresas y verdades que mi amiga sacaba bajo la manga, una a una, sentía solo esa presión llamada incredibilidad y aturdimiento al saber que era cierto todo. Eran cosas algo ridículas de creer, pero eran reales. Cada vez me sorprendía mas, una cosa era más increíble que la otra.

Escuche atentamente cada una de las historias, de cada uno de los miembros de la familia, como habían llegado a ser lo que eran, absolutamente todos habían sido llevados a eso, ninguno lo había pedido, excepto su madre. Admire a esa mujer que dio todo solo para pasar toda la eternidad al lado del amor de su vida.

Sobre su abuelo…Su padre lideró numerosas revueltas en contra de las brujas, los licántropos y los vampiros, colocándolo al frente de los grupos de búsqueda. Aunque su padre era más bien un fanático, cuando tenía 23 años logró localizar un aquelarre auténtico de vampiros que vivían ocultos en las cloacas de la ciudad. Uno de ellos lo ataco, dejándolo herido y bueno el resto era obvio... años después, conoció a Edward, quien estaba muriendo de fiebre española, Carlisle lo salvo al verlo como un hijo y por la petición misteriosa de la abuela biológica de Renesmee, una tal Elizabeth Masen.

Carlisle, había evitado que Esme muriera. Sentí un escalofrió al imaginarme a tal cielo de persona, sufriendo al borde la muerte, ella había intentado suicidare por la muerte de su bebe. El se había enamorado de ella y la salvo para hacerla su compañera por siempre…Rosalie había sido encontrada agonizante en medio de la calle. Carlisle la salvo. Ella encontró a Emmett, en medio del bosque, cuando estaba al borde de la muerte por el ataque de un oso, le pidió a Carlisle que lo transformara, para evitar que muriera… imaginar muriendo a ese hombre tan gigante, no cabía en mi mente. Me sentí profundamente feliz de que lo hubiesen salvado y que fuese feliz con su ahora esposa.

Alice y Jasper… eran una historia aparte. Ambos habían sido transformados por otros vampiros, a excepción del resto cuyo creador era Carlisle. Jasper había estado en un ejército dirigido por unas vampiras, luego se canso de la vida llena de muerte y violencia y el destino lo guio hasta Alice. Ella era la más particular de todos, no recordaba nada de su vida humana y aceptaba esa condición con felicidad. Su vida humana fue triste la consideraron una loca por ver el futuro.  

Finalmente vino la historia de los padres de Renesmee, algo particular un vampiro y una humana enamorados, lucharon contra muchas cosas pero al final las cosas terminaron bien y para sorpresa de todos, con Renesmee de resultado.

Renesmee me guio a una habitación, que identifico como el despacho de su abuelo. Sin tocar siquiera, sabiendo que no había nadie en el, entramos una sala de techos altos y grandes ventanales orientados hacia el oeste, Carlie encendió las luces y todo se ilumino frente a mí. Las paredes estaban revestidas con madera oscura, el piso cubierto por una alfombra roja y habían varias estanterías que llegaban por encima de mi cabeza, las mismas contenían infinidad de libros en tamaños y colores, era una autentica biblioteca.  Al fondo un escritorio caoba con un gran sillón de cuero negro detrás. Varios libros y papeles, ordenados sobre la superficie de madera y una lámpara apagada.

– Aquí esta toda la historia de mi abuelo, recreada en libros y cuadros  – me comento – ven – me invito a pasar, pues no había dado un paso desde la puerta. 

Entre de lleno a la sala y cerré la puerta a mis espaldas. Seguí a Carlie, parándome junto a ella, justo frente a una pared que a diferencia de todas las demás, estaba repleta de cuadros, de todos los tamaños, uno diferente al otro. Mientras escrutaba cada uno de ellos, Renesmee me contaba el increíble hecho del nado de su abuelo, hasta Francia. Un momento después me encontré con un hombre de cabellos dorados entre tres más, que se encontraban en un balcón, mientras el caos estaba a sus pies.

– ¿Es tu abuelo? – señale al reconocerlo.

Asintió – Si y quienes lo acompañan son, Aro, Cayo y Marco – señaló a cada uno al nombrarlos.

– ¿Son vampiros verdad?

– Si, de los antiguos y liberales. Asesinos por naturaleza. Son los Vulturis.

– ¿Los Vulturi? – repetí.

Ella asintió e hizo una mueca – Son la realeza, o algo parecido, entre los nuestros. Mi abuelo paso unos años en su aquelarre.

– ¿Carlisle fue uno de esos…vampiros… liberales?

– No. El siempre ha respetado la vida humana, su historial, al igual que el de Rosalie y mi madre, esta impecable. Lo cual es digno de admirar, cuando eres un neófito, según papa, eres la criatura más peligrosa y sedienta los primeros tres años, es imposible resistirse, muy pocos lo hacen.

Asentí al escucharla –  ¿Por qué los llamas realeza?

– Son como decir… los reyes, los que imponen las reglas.

– O sea que ellos mandan sobre ustedes. Su gobierno.

– Si lo vez de esa manera…supongo que es la mejor manera de definirlos – frunció el ceño – nosotros intentamos mantener la mayor distancia con ellos, no romper las reglas. Pero de igual forma estuve yendo a Italia hasta hace un año, teníamos que ir a visitarlos anualmente.

– ¿Por qué?

– Cuando era pequeña, ellos quisieron matarme. Me consideraban algo peligroso para la especie, por ser hija de un humano y un vampiro, además, había antecedentes con unos bebes vampiros, ellos si eran peligrosos hubo muchas muertes. Eran incontrolables, sin conciencia, solo guiados por su sed – yo solo la miraba mientras trataba de hacerme esa imagen, unos tiernos y dulces bebes locos por sangre, asesinando personas, adultos. Bebes que mataban adultos. Parecía una versión modificada de Ckucky y sus hijos…

– ¿Caroline? ¿Estás bien? –  los dedos de Carlie chasqueando frente a mis ojos, me saco de mis estúpidas imágenes mentales.

–  Sí, lo siento. Es que…olvídalo.

–  Dime.

–  Imaginar a bebes sedientos de sangre cuando en lo que deberían pensar en biberones…parece algo como “la invasión de los hijos de Chuky” en una versión modificada –  confesé lo que pensaba, sintiéndome ridícula.

Su carcajada me hizo dar un brinco. Creo que escuche más risas, pero no estuve segura. Mierda, eso había sido tan estúpido y todos en ese lugar me habían escuchado. Aprende a moderar lo que dices, Caroline.

– ¿Tú fuiste uno de esos bebes locos? – quise cambiar de tema.

Ella paro su risa en seco –  Yo siempre tuve conciencia.

–  ¿Entonces…?

–  El trato fue ir cada año para que ellos consideraran si  no era peligrosa o no, hasta que ascendiera y fuera una vampiro adulto. Lo cual paso cuando cumplí los siete años.

– ¿Siete años?

Sonrió tímida y recordé a su madre, cuando hacia eso tenía un aire parecido a ella – Me falto ese detalle… tengo ocho años.

– ¡Por Dios! ¡Pero cómo es posible! – exclame mirándola, era impensable lo que decía.

Se encogió entre hombros –  Mi crecimiento fue anormalmente rápido, gracias a mi parte vampiro. Ahora aparento unos diecisiete, así será para siempre. El crecimiento de Nahuel igual pero él tiene un par de años mas – rio por lo bajo –  ¿con esto te has asustado?

Volví a tomar el aire que habían expulsado mis pulmones –  No. Solo me sorprendió – admití –  ¿Charlie sabe todo esto?

– Por supuesto. Trata de ignorar la realidad, pero sabe mi edad y sabe lo que somos. Pero en verdad, trata de hacer que no sabe. Es algo nervioso, lo hace por el bien de su salud mental.

– Entonces él es un humano.

– Sí y es mi abuelo no mi tío… A veces me gustaría que no fuera humano o no del todo – hizo una mueca y luego suspiro con resignación –  Los vampiros son fuertes, lo único que puede lastimarlos son sus iguales. Me gustaría que Charlie fuera así de fuerte...

– Porque así tendría vida eterna, ¿cierto? – quise asegurarme, ya me había dicho las edades de sus familiares, y obviamente tenían toda una eternidad para vivir, pues pasaban los años a su alrededor mas no en ellos.

Sí. Lo cual tiene su lado desventajoso, si no miras la juventud eterna. Todo lo que conozcas, morirá algún día. Y tú seguirás aquí – murmuro con tristeza mirando al suelo.

Hey Ren, aun nadie muere – ella me miro y sonrió a penas – así que por ahora solo se feliz por tu eterna juventud ¡Joder, el sueño de toda mujer!

Ella se rio – Nunca he tenido ese sueño, nunca he tenido que preocuparme por envejecer.

Tendré que inyectarme botox en unos años, no quiero verme anciana a tu lado – bromee.

Su semblante se entristeció de nuevo. Y allí lo supe, la había cagado. De nuevo.Bueno, sígueme contando – cambie de tema otra vez – hablas de las reglas de los vampiros. Solo me has dicho una.

Solo hay una: No descubrirnos ante un humano. De allí sales miles de consecuencias.

¿Y el no matar humanos?

Eso es electivo. Como nosotros somos vegetarianos, pero algunos si viven de la sangre humana.

– Eso es lo que llamas vampiros liberales – recordé.

– Exactamente, o más bien monstruos. No sienten compasión por lo que alguna vez fueron, simplemente sacian su sed.

Me estremecí por completo – Mierda – murmure.

Tranquila, con nosotros no pasara nada. Mi familia sabe controlar su sed, y para mí no es difícil. Nada va a pasarte.

Asentí convenciéndome de ello a mí misma, era humana, era normal asustarme un poco, pero le recordaba a mi fuero interno con quien estaba hablando, y se disipaba – Ahora que la has roto ¿Qué va a pasar? ¿Vendrán los Vulturi?

–  Puede que nos maten – confeso y abrí mucho los ojos – o puede que quieran matarte o transformarte – hablaba de eso como si nuestra muerte fuese un tema tan típico como el clima.

- ¡Santo cielo! – exclame asustada.

Tranquila  ¿Cómo podía pedirme eso? - Ellos no tienen porque enterarse. No dejare que te conozcan, nadie te hará daño. Me encargare de eso. Yo te metí en mi mundo yo te saco de él.

No – me negué  No quiero que me saques de él, no podría hacer como si nada después de todo. Quiero acostumbrarme, solo dame tiempo.

Sonrió –  Tienes tiempo para acostumbrarte... note que trataste a mi familia de una manera muy natural. Como si fuese una familia humana. Gracias.

–  Son tu familia y no me lastimarían. No iba portarme como si fueran unos monstruos porque no lo son. No tienes nada que agradecer.

Salimos del despacho de su abuelo y bajamos las escaleras cuando su abuela nos llamo para ir a comer. Un hecho muy humano en casa de vampiros, si me preguntan.

Lo que paso en el bosque… ¿ese es tu don? – pregunte en voz baja cuando nos dejaron solas en la cocina mientras comíamos hamburguesas.

Sí. Transmito recuerdos o pensamientos por el tacto.

Wow ¿Alguien más tiene dones en tu familia?

Asintió – Mis padres, Alice y Jasper. Mmm… también Nahuel.

¿Puedo saber cuáles son?

Mi padre es lector de mentes. Mi madre crea un escudo mental que no permite que tu mente sea legible o sea afectada por algún otro don. Ya te hablé sobre el de Alice, ve el futuro y Jasper controla las emociones.

Eso quiere decir que tu padre ha estado escuchándome todo el tiempo ¿no? – pregunté nerviosa. Mis pensamientos no eran algo que quería que escucharan.

No – sonrió – Mi madre ha estado protegiendo tu mente.

– ¿Cómo? Ni siquiera lo sentí.

– No se siente, solo lo tienes. Es raro, pero cómodo.

Suspire tranquila – Supongo que debo agradecerle por darme privacidad.

– Su don es una obra de arte, es muy útil cuando eres adolescente y piensas cosas que a un padre le molestarían – murmuro riendo.

Sonreí – Por ejemplo en… Jacob.

Empezó a toser, pues le hable cuando estaba comiendo, tomo su vaso de gaseosa y bebió ¿Qué dices? – volvió a toser.

–  Que en esos pensamientos indebidos los crea Jacob - dije sin inmutarme dándole un trago a mi vaso también.

Se sonrojo y se mantuvo en silencio.

–  Supongo que él no es tu primo - insistí en el tema.

Negó con la cabeza – Gracias al cielo no lo es - admitió en un murmullo.

Sabe que eres hibrida pero no es un vampiro ¿o me equivoco? – cada vez relacionaba y entendía más las cosas, me sentía orgullosa de mi perspicacia.

Negó con la cabeza de nuevo – Estas en lo correcto – estiro su mano sobre la mesa y toco mi brazo – Hablamos de esto luego, por favor – me sobresalte un poco, al escucharla en mi mente, pero menos que la última vez.

Asentí - ¿Y Nahuel? – pregunte cambiando de tema por milésima vez.

Sonrió mientras terminaba de comer  Su don es el debilitar la mente. Ya te lo había dicho.

 Es como una droga mental – concluí mientras terminaba mi gaseosa.

Ella rio – Algo así.

Mi don no es poseer a los demás con el espíritu de la marihuana – se quejo una voz a mi lado.

¡Joder! – exclame y salte sobre mi silla, la cual se tambaleó hacia los lados, y cuando esta perdió por completo su equilibrio y me enviaba directo al suelo, Nahuel volvió a tomarme entre sus brazos, impidiendo mi caída. Había aparecido repentinamente a mi lado. Tenía que acostumbrarme a ese estilo de cosas.

Oye, no tenemos ni veinticuatro horas de conocernos y vivo salvándote del suelo. ¿Cómo has sobrevivido sin mí todos estos años? – bromeo mientras me acomodaba de nuevo en la silla, su agarre en mis brazos me hizo notar que su temperatura no era tan gélida, pero si algo fría, como la de Renesmee. Relacione ese hecho como algo de híbridos.

Lo fulmine con la mirada ante su engreído comentario – Gracias. Ahora suéltame.
Él aparto sus manos de mis brazos, aun sonriendo – Entonces, chica humana. ¿Aun no vas a salir corriendo?

–  No. Y si eso es lo que esperas, siéntate chico vampiro, porque de pie te va a cansar la espera.

El rio – Me caes bien – se acerco a la nevera y sirvió agua en un vaso que apareció en su mano, seguro se había movido muy rápido – podríamos llevarnos bastante bien.

Me sonroje sin saber bien porque – Si tu lo dices...

El sonrió y tomo un poco de agua, sin dejar de mirarme.

–  Caro, creo que es hora de que vayas a casa –dijo Carlie mientras recogía los platos - tus hermanas deben estar algo preocupadas. Creo que escucho que tu teléfono está sonando en mi habitación. Iré por él, espera.

Y antes de que abriera la boca desapareció dejándome aturdida ¿Quieres que te lleve a tu casa? – pregunto Nahuel sentándose frente a mí, donde antes había estado Carlie, unos segundos después de un silencio incomodo.

Alce una ceja ante lo que me decía, y con una sonrisa burlona me puse de pie y fui a lavar los platos que Renesmee había dejado en el lavabo. Sabía lo que intentaba hacer, poner nerviosa a la chica humana, ¡JA! Buen intento.

 No sabes donde vivo – respondí.

Si se, he llevado a Renesmee por allí –  insistió – Otra cosa es que tú no me has visto.

–  O sea que me conoces hace tiempo – dije sorprendida mientras enjabonaba los platos.

–  Hace un año cuando me quede viviendo con los Cullen. Entonces… ¿te llevo? – volvió a preguntar.

–  Mmm…  fingí pensarlo. Deje los trastes limpios y me volví a mirarlo, mientras me secaba las manos con un pañuelo vinotinto que había sobre el mesón de granito.

–  No muerdo – rió – bueno si, pero no a ti.

Su comentario me hizo sonreír – ¿Por qué tanta insistencia?

– Trato de ser amable – se encogió entre hombros.

Lo mire fijamente a los ojos y le creí, tal vez no estaba tratando de molestarme  Vale. Eso sería genial, gracias – acepte dejando el pañuelo en el lavabo.

– Bastante valiente, Caroline. Has aceptado a un vampiro como tu chofer.

– Carlie irá, solo por eso he aceptado – aclaré asegurándome de bajar su ego…por alguna razón no sentía miedo alguno. Estaba volviéndome loca.

He hablado con Karen, le dije que estábamos en casa de Charlie – apareció mi amiga de la nada, esta vez no me sobresalte. Me entrego mi móvil en mi mano derecha, en la pantalla marcaban un par de mensajes y unas llamadas sin contestar.

Ok, tengo que irme entonces murmure preocupada mientras revisaba mis mensajes, de mis hermanas y de mi tía, preguntando por mi paradero.

Vamos – dijo Nahuel.

–  De acuerdo, va… – su palabra se corto en seco como si acaba de recordar algo.

¿Qué ocurre? – pregunte extrañada.

¡Nessie! – escuche la voz de Jacob a lo lejos. Entonces entendí.

¿Nessie? – repetí.

–  Sí, es el diminutivo tonto que le tiene – respondió Nahuel cerca de mi odio muy bajo.

Ella se sonrojo – El acaba de llegar… vamos a salir a caminar un rato…bueno…supongo que le diré que nos acompañe.

Me reí al comprender su dilema. Me cruce de brazos y pensé rápido una solución  Ve con tu Romeo, Julieta… Yo me quedo con el señor debilita cerebros, si a él no le molesta – bromee riéndome mientras miraba que entrecerraba los ojos. Para mi sorpresa, sentía confianza para con Nahuel.

–  Deja a la chica desmayos en mis manos. Prometo no dejar que salga volada por la ventana del auto –  Lo fulmine con la mirada y el solo rio.

El color de las mejillas de mi amiga, se intensifico. Pareció pensar lo que le proponíamos por unos segundos y luego me abrazo – Gracias por todo. Nos vemos mañana.

Asentí  sonriendo – Vale. De nada. Gracias por confiar en mí.

¡Hey Nessie! – apareció Jacob en la cocina. Sus ojos se fijaron en mi – Hola Caroline – su tono fue animado …Nahuel – saludo con tono neutro. Al cual Nahuel respondió de la misma manera

Iba a responder el saludo pero había algo que me estaba distrayendo. El estaba tan solo en unas bermudas, descalzo y sin camisa exhibiendo su muy bien trabajado pecho. Por Dios, es que si fuera mi primo no me importaría…

Hola – respondí saliendo de mi trance. Estaba bueno, pero era Jacob, así que me abofeteé mentalmente y reaccione.

Entonces… ¿ya sabes el pequeño gran secreto?

En absoluto. Estuve a punto de sufrir un infarto, pero creo que  puedo llevar esto – dramatice.

Sonrió – Lo has tomado bastante bien. Ahora Nessie estara más tranquila – dijo mirándola.

Y mi amiga tenía una sonrisa de película. Como esa que ponen las protagonistas cuando ven al amor de su vida bajar de un avión y corren a abrazarlos. Ok, algo exagerado. Pero parecía estar a punto de romperle las mejillas.

–  Sí, ambas lo estaremos. Ahora… ¡Vayan! Ha hacer lo que sea que van a hacer – les guiñe el ojo y Renesmee me dedico esa mirada de “Te voy a matar” y Jacob “Que demonios dijo”. Lo típico. Mis hermanas solían mirarme así cuando hacia un comentario idiota con sus novios presentes.

–  Nahuel, ya sabes… – dijo Renesmee seria.

Si, lo sé, lo sé. Tendré cuidado. Me lo han dicho millones de veces. Ahora vayan, descuida ya dije que no dejare que sufra ningún daño aunque eso es algo que está en su ADN.

¡Hey! – me queje haciendo reír a todos los presentes.

Jacob y Renesmee salieron de la cocina, tomados de la mano. Ellos dos, eran algo de lo que tenía que hablar con Carlie.

Cuando nos quedamos solos pedí a Nahuel que buscara al resto de la familia para despedirme de ellos, el solo dijo que habían salido. Todos. ¿Les molestaba mi presencia después de todo? Me sentí algo incomoda ante esa idea. Ellos habían sido realmente geniales conmigo, no quería incomodarlos. Tal vez no volvería mas a esa casa, tendría que dejar los puntos claro con Carlie.

Nahuel se disculpo para hacer una llamada y me quede un rato explorando la planta baja de la casa en silencio. La casa era de tres pisos, la pared del fondo era de cristal y daba hacia un rio, las paredes eran altas y blancas, el piso de madera y las alfombras al igual que las paredes y muebles eran completamente blancas solo que en diferentes tonalidades. Justo detrás de la puerta que conducía a la cocina y comedor, se encontraba un hermoso piano negro de cola. Me acerque y vi algunas hojas sobre el mismo. Visualice la perfecta letra de Carlie y otra aun más perfecta que no  identifique. Parecían ser partituras.

– ¿Tocas?– escuche la voz de Nahuel a mis espaldas.

– Para nada – me giré para mirarlo – ¿De quién es?

– Es de Edward.

Asentí imaginado al elegante hombre de cabellos cobrizos, tocando hermosas melodías en ese piano –  Supongo que Carlie también toca – dije mirando de nuevo las hojas garabateadas.

Como los mismísimos ángeles.

– No me sorprende – susurre mas para mí misma que para él.

Apareció a mi lado, y en esa ocasión no me inmute – Señorita, debo llevarla a su casa.

Sonreí y me volví a mirarlo, mantenía una distancia prudente de mí  ¿Tú crees que este loca?

En absoluto – respondió con una sonrisa.

Hablo enserio – me queje – no sé, pero acabo de enterarme de la existencia de los vampiros y ahora me encuentro sola con uno. Y no siento miedo.

Tal vez porque confías en mi porque Carlie lo hace.

Puede ser – admití  

Si es así, haces bien. Ninguno de nosotros te lastimara.

Gracias  - murmure sin saber muy bien porque.

¿Por qué?

Por no morderme – bromee a lo que el sonrió.

Vamos Caroline, el auto está por llegar. Lo escucho. Sentido auditivo desarrollado.

El chico vampiro me guio hacia el exterior. Fuera de la casa Cullen todo era vegetación. Estaba escondida en lo más profundo del bosque. Oculta bajo grandes árboles. Percibí una llovizna casi inexistente, típica de Forks. Nahuel caminaba a mi lado, en silencio. Me preguntaba mentalmente dónde estaba el auto en el que me llevaría cuando, un gran Jeep se estaciono frente a nosotros. El corazón me subió al cuello, gracias al susto y por reflejo me oculte tras Nahuel. Escrute el vehículo. Ese auto debía valer más que mi casa y todo lo que tenía dentro. Ostentoso.  El tío de Renesmee salió del jeep con esa sonrisa con la que yo ya lo había caracterizado.

Bueno, te prestare mi auto. Solo trata de no hacer nada demasiado idiota – le dijo Emmett lazando las llaves a Nahuel.

Este las atrapo en el aire y se rio – No prometo nada.

Pues tendrás que, lleva a la chica, no vayas a una velocidad excesiva, asegúrate que nadie te vea cuando vengas de regreso, ya sabes el protocolo.

De memoria – admitió.

Caroline fue genial tenerte por aquí las últimas horas… bueno contando desde el momento en que estuviste consiente.

Sonreí algo apenada – Gracias Emmett. Fue genial conocerlos a todos. ¿Dónde están?

Han salido de caza, yo los alcanzare.

¿Caza?

Mmm… Ness no te explico… es nuestra manera de alimentarnos – dijo cuidadoso esperando mi reacción.

Solo asentí – Anotare ese dato – dije con una sonrisa amable – despídeme por favor de toda la familia, han sido muy amables.

Claro. Ahora los alcanzare, nos vemos – y desapareció en un borrón entre los árboles.

Quede parpadeando varias veces, aturdida – Ok, debo acostumbrarme a esto y pronto – murmure saliendo de mi escondite, la espalda de Nahuel. El por su lado, se rio y empezó a caminar al auto. Abrió la puerta del copiloto y me señalo para que entrara. Murmure un gracias por lo bajo y subí al vehículo. Sin pensarlo busque el cinturón de seguridad.

¿Tanto miedo me tienes? – molesto el chico que ya se había puesto frente al volante, al ver el cinturón.

Ustedes están acostumbrados a hacer todo muy rápido, con los autos deben ser una pesadilla.

Se rio – Tienes razón, pero somos excelentes conductores.

Parecen ser buenos para todo. Solo te pido que por favor, no vayas muy rápido. Los autos no me gustan del todo y menos a exceso de velocidad   confesé.

¿No te gustan los autos? – pregunto mientras ponía la llave en el contacto y encendía el jeep.

No – respondí por lo bajo fijando mi vista en la gran mansión. Poseía dos pisos y varios ventanales, una simetría algo extraña también.

¿Puedo saber por qué? – Pregunto haciendo que me volviera a mirarlo -  ¿te paso algún incidente en antes en un auto?

No. A mí no…a mis padres.

–  Oh – no dijo nada más.

Supongo que sabes que murieron cuando yo era pequeña, porque no has preguntado más.

Sí. Carlie me conto. Lo siento mucho.

Gracias… Así que… ¿hablaban de mí? Al menos tenían un tema interesante de conversación  - dije y me reí ante mi propio comentario, tratando de volver al ambiente cómodo.

Sonrió por primera vez con timidez y me encontré fascinada con ese hecho – Si, hablábamos mucho de ti.

¿Por qué?

Me pareces…interesante.

–  Ahora soy tu rata de laboratorio – bufe.

Se carcajeo – Eres la mejor amiga de Ness, ella te mencionaba y me daba curiosidad saber de ti.

Ambos nos quedamos en silencio durante un rato, varias preguntas vagaban por mi mente, y sentía confianza con él, pero no sabía si estaba sobrepasando los limites, no quería ser demasiado entrometida así que me mordí la lengua.

¿No vas a acosarme con preguntas? – dijo sorprendiéndome como si pudiera leerme la mente.

No – murmure.

Suelta – insistió.

¿Te crees muy interesante? – solté despreocupada.

–  Para una humana…si, absolutamente – respondió con una sonrisa arrogante.

Alce una ceja – Pues para esta humana, no lo eres.

Sonrió – Vale.

Nos quedamos en silencio alrededor de un minuto, entonces recordé lo que le había dicho Carlie… Me mordí el labio y mi curiosidad gano –  Oye – empecé como quien no quiere la cosa - ¿Que fue eso de “Nahuel, ya sabes”?

¿No que no tenias preguntas? – ahora el alzo una ceja.

Solo dímelo, a que se refería – tenia curiosidad así que deje crecer su ego al notar que si sentía curiosidad hacia él.

Ha tener cuidado contigo, no perder el control.

Oh… -busque la manera indicada de expresar lo que pensaba - ¿eso sería que terminaras dejándome sin sangre? ¿No? – espere su reacción para ver si me había expresado bien.

¿Cómo hablas tan tranquila de todo esto? Eres una chica extraña.

Sí, me lo han dicho. Pero creo que trato de hablar con tranquilidad para asimilar la idea.

¿Entonces qué haces aquí?

¿Disculpa? – solté sin comprender.

–  Soy un desconocido y agregándole soy un vampiro. ¿Cómo puedes estar tan tranquila?

Mi corazón dio un brinco y supe que él lo había escuchado –  No voy a lastimarte – aseguro de inmediato.

Sé que Carlie no me dejaría estar a solas contigo si no pudieses contenerte. Además eres vegetariano y para los híbridos no es tan difícil la sed.

Oh, veo que prestaste atención – alago.

Lo hago de vez en cuando, eso fue gracias a que no estabas cerca debilitando mi cerebro.

Se rio – te gusta molestar con mi don, pequeña.

Algo – me encogí entre hombros.

Me gustas.

Lo mire con los ojos abiertos. ¿Había sido producto de mi imaginación? ¿Qué? – solté.

Me gustas, podríamos ser buenos amigos – explico.

Note el vergonzoso latido desembocado de mi corazón –  Si, supongo. Tú también me gustas – respondí - Eso había sonado mal, mierda  - Es decir me caes bien, me inspiras confianza – me explique de inmediato.

Me alegro – admitió con una sonrisa.

¿Eso es por tu don?

No. No he vuelto a usar mi don en ti – respondió mirándome a los ojos.

Vista hacia adelante – pedí de inmediato y el sonriendo asintió, haciéndome caso  ¿Cómo funciona tu don?

Con la mirada, es como un hipnotismo.

Genial… – me mordí la lengua, controlando las tantas preguntas que luchaban por salir de mis labios.

– Puedes preguntar lo que quieras – me ofreció.

– ¿Cómo es que confías tanto en mi? – pregunte confundida, al notar que era tan abierto conmigo.

– No pareces ser una persona que rompa una promesa, y has prometido guardar el secreto. Además, tú también me inspiras confianza. Pregunta.

¿Por qué te dejaron de niñero? – solté rindiéndome ante mi curiosidad.

Para calmarte cuando despertaras y poder hacer que te sintieras algo débil para escuchar a Renesmee.

Eso es astuto.

Lo sé, fue mi idea.

Eso fue arrogante – Señale sonriendo con una ceja alzada.

Lo sé.

Bufe.

Bueno… ¿no hay más preguntas?

¿Qué edad tienes? – dije la primera que me llego a la mente.

Diecinueve – respondió con una sonrisa que ocultaba algo - ¿Y tú?

–  Dieciséis. Ahora dime la verdad.

¿Perdón?

Nada de perdones, tu edad.

Ya respondí – replico confundido.

Sí, eso es lo que le dices a los humanos que no saben nada de tu situación de hibrido, pero yo sé todo, ahora dime la verdad.

Perspicaz – murmuro.

–  Para tu mala suerte – presumí.

– Ciento cincuenta y siete. Pronto cumplo los ciento cincuenta y ocho.

¡¿Qué?!  - exclame demasiado sorprendida y aturdida para ocultarlo. Habían edades más sorprendentes dentro de la familia Cullen y me había sorprendido un poco al escucharlas, pero no me lo esperaba de él, así que me sorprendí el doble.

Debí decirlo con mas tacto, lo siento – se disculpo con una mueca incomoda.

¡Oh por Dios! ¡Esto es loco! ¡Conozco a personas con más de un siglo de vida!  – exclame riendo nerviosa.

– Estas loca – se rio mientras negaba con la cabeza, con incredibilidad.

Creí que tendrías unos diez años, Renesmee tiene ocho. Santo cielo, no dejan de sorprenderme.

Naci un siglo y medio antes que ella – explico mirándome por el rabillo del ojo  no vas a desmayarte, ¿verdad?

Aun no – lo fulmine con la mirada.

–  Bueno, llegamos –  No había dado cuenta que estábamos en la esquina de mi cuadra, estaba muy entretenida con nuestra conversación Te dejare aquí, porque tus hermanas podrían ver el auto.

El cual no pasa para nada desapercibido.

Exacto.

Bueno… Gracias – murmure.

Nada de gracias, me debes una. Una salida, mañana después de la escuela. La playa.

Lo mire con los ojos entrecerrados esperando que desmintiera sus palabras pero no paso ¿Me estas invitando a salir? – pregunte cautelosa.

Creo que hablo tu mismo idioma – sonrió.  ¿Por qué su sonrisa era tan perfecta?

¿Qué te hace pensar que aceptare? – rete.

Me la debes – se encogió entre hombros.

Lo mire fijamente – Quizás… nos veamos mañana.

Eso será algo seguro, no un hecho supuesto.

No he aceptado.

Técnicamente son tus intenciones.

 Eres insufrible ¿sabías?

Asintió  Y tu algo terca.

Adiós – me despedí sonriendo mientras baja del  auto, nos la pasábamos en contra batalla.

Adiós. Y ten cuidado procura no caerte de la cama mientras duermes – cuando dijo eso lo mire mal y él se rio de mí. Di un portazo y me dispuse a caminar a casa. Note como el Jeep no se movió de su lugar hasta que estuve frente a mi hogar, cuando eso paso, escuche el chirrido de las ruedas en el asfalto.

Vampiro demente – murmure con una sonrisa tonta en los labios. No tenía idea de que acaba de pasar, había quedado en salir con un vampiro y me emocionada esa idea, el pensar en volver a verlo me hacia sonreír como idiota.

Al llegar a la puerta, no tenía llaves. Me percate que había dejado mis cosas – entre ellas mis llaves  en la casa de Car… Renesmee. Debía acostumbrarme a ese nombre, tener cuidado de cuál de los dos nombres decir y delante de quienes. Carlie para los humanos, Renesmee para los vampiros, había varias cosas a las que tenía que acostumbrarme y mi cerebro debía asimilar del todo… Vi el monovolumen de mi hermana, en el estacionamiento. Toque el timbre y aguarde a que alguna de mis hermanas abriera la puerta. Kammy apareció tras la puerta.

¿Tus llaves? – pregunto con el ceño fruncido.

Están en mi mochila.

¿Dónde está?       

En casa de Carlie – bueno, no mentía del todo -  en su habitación. Acabo de recordarlo.

¿Quién te trajo? – pregunto asomándose, mirando alrededor de la cuadra.

 El abuelo de Carlie, me dejo en la esquina, tenía prisa – mentir se me daba bastante bien.

Entre a la casa, directo a la cocina, donde Karen estaba en la mesa del comedor, almorzando. Camila se sentó a su lado. Ambas siguieron concentradas en su comida.

¿Por qué traes otra ropa? – pregunto Karen mientras me observaba.

Mierda. Lo había olvidado.

¿Otra ropa? – repetí inocente, haciéndome la desentendida.

Sí, esta mañana no ibas de verde – señalo segura.

Ella siempre tenía que ser tan detallista –  Estás loca, claro que sí.

Recuerdo perfectamente que ibas de…

Basta – corte nerviosa  seguro estas confundida… voy a mi habitación, tengo que estudiar para mañana.

¿No vas a comer? – pregunto Camila.

No, almorcé en casa del señor Swan – respondí mientras subía las escaleras a toda prisa, ansiosa por alejarme y no exponerme más. Tal vez, estaba siendo exageradamente paranoica, pero llevar en los hombros semejante bomba era algo a lo que aun no me acostumbraba.

 Parecía que llevaba tatuado en la frente: Hey, tengo un secreto demasiado fuerte, existen los vampiros ¿no es loco?

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Hola chicas, como andan? espero que bien ^^" aqui nuevo capitulo de Entre terceros, espero les guste c: pronto colgare una entrada con fotos de los personajes C: espero sus comentarios ^^" gracias por hacer un tiempo y pasarse por mi blog :D un beso!
Las quiero
CaroR.

5 Palabritas que me inspiran :):

Nikol R. dijo...

Hermosa¡¡¡¡ esta genial¡¡¡¡ hehehhe Nahuel es genial¡¡¡ LO AMO¡¡¡¡¡¡ hahaha ya lo sabias ¬¬ hehehe pero enserio lo adoro¡¡¡¡¡¡¡ un cita eh??? hahahahha ya acepto la salida heheheh me encanta sigue asi Caro, sabes que me encanta¡¡¡¡¡¡¡¡

Macarena'Alejandra. dijo...

Genial!!!!!
Nahuel es unicoo xD
ya quiero ver cuando sale a la luz Seth xDD
espero con ANCIAS a qe puliques de nuevo...cualquie entrada xD
Un beso te cuidas
Bye Bye!!

Noel Arias dijo...

Adoro esta historia y me encanta Nahuel. Haces que ya nos traiga loquitas con tan buenos modales.
Esperemos como va esa cita en la playa. Supongo que abra muchas sorpresas y entre ellas, Seth...

Que pasara con este trio??

Con quien se quedara Caroline??

Dificil desicion!!!

Besos y ya empiezo la cuenta regresiva para los otros capitulos!!!

Anónimo dijo...

guauuu, eso nomás puedo decir estos 3 cap han estado genialll, ahora voy a por los demás :)

Bell.mary dijo...

Excelente capitulo y sin duda Nahuel me cae muy bien es muy amable, vamos a ver que sucede en esa cita en la playa a ver cuando entra en escena Seth, que barbara con solo tres capitulos y ya estamos bien intrigadas con lo que sucedera.
Besos