Mire a mí alrededor, reconociendo el
bosque de Forks a primera vista. Suspiré mientras una sonrisa se dibujaba en mi
rostro y empezaba a caminar por el sendero que conocía de memoria. A medida que
me acercaba a la costa y escuchaba el sonido del mar, sentía la ansiedad que
caracterizaba mis sueños, cuando eso pasaba mis pasos se hacían más largos y
rápidos.
Una vez que deje de estar rodeada de
arboles y estuve en frente del agua sonreí y abrace mi cuerpo al sentir el
ambiente algo frio. Busque con la mirada ese tronco en el que siempre me
sentaba. Tome asiento y me entretuve mirando el agua ir y venir en la
orilla, mientras… esperaba. No tarde en sentir como se sentaba
a mi lado.
De nuevo estaba soñando, tenía un par de
semanas sin tener sueño alguno, pero había vuelto y yo me sentía realmente
feliz por ello. Hasta podía decir que había extrañado esa ilusión de mi poco
normal cerebro.
El calor que transmitía el abrazo de ese
desconocido me lleno por completo haciendo que dejara de sentir frio. Me apretó
contra él y yo deje descansar mi mejilla en su pecho. Permanecimos en silencio,
tanto que sentía que me aturdía – por primera vez en mi vida – el sonido de las
olas.
Nunca había escuchado un silencio tan
fuerte como ese, y ya estaba cansada de que solo fuera un sueño monótono, sin
cambios, ni mejoras.
– ¿Es que nunca vas a hablar? –
dije recordando que mi mente no registraba recuerdo alguno sobre su voz o
su rostro. Solo hubo silencio. Me sentía estúpida pidiéndole a ese producto de
mi imaginación que tuviera una conversación conmigo, sin embargo, me enfade un
poco conmigo misma.
¿Tan poca imaginación tenía como para no
darle aunque sea una voz?
– ¡Caroline! – escuche lejanamente la voz
de Carlie.
Ok, mi imaginación había dado señales de
vida. Era la primera vez que ella aparecía en ese sueño.
Tuve el impulso de levantarme y seguir la
voz, pero él no me dejo, apretó más su abrazo dejándome atrapada entre sus
brazos - Espera – pidió el desconocido. Salte sorprendida y
sentí como mi corazón se detuvo por un segundo, al escuchar su voz irrumpir en
el silencio.
Mierda, esa voz… yo la conocía…me era
demasiado familiar…
– ¿Si? – dije con la voz quebrada.
– ¿Cómo te llamas? – preguntó y mi
garganta se cerró.
No podía ser posible…
– Caroline – dije sin voz al tiempo que
alzaba la mirada y me quedaba petrificada al ver que mi acompañante, – quien
llevaba una camisa blanca sencilla – ese que me abrazaba en mis sueños desde
hacía bastante tiempo tenia la voz y el rostro de…
– Seth Clearwater – sonrió y técnicamente
pude haber sufrido un infarto al escuchar su nombre – es un placer
conocerte.
…
– ¡Dios! – exclame al tiempo que abría los
ojos y me encontraba con el techo dos aguas de madera, de la habitación de
Carlie. Mi cerebro registro rápidamente donde me encontraba y dejando salir un
jadeo cerré los ojos con fuerza al sentir la luz hacerlos picar.
– ¿Caroline? – Escuché a Carlie – Te he
estado llamando hace más de una hora y no has despertado. Que sueño tan pesado…
– No dije nada solo me dedique a regular mi respiración y escuchar los latidos
de mi corazón volver a regularse. – Line ¿Qué ocurre? - preguntó Renesmee
mientras sentía que la colcha cedía ante su peso, cuando ella se sentó a un
lado.
– Estoy loca, eso pasa – murmuré
cubriéndome el rostro con la sabana.
– Dime algo que no sepa – rió – No creo
que lo acabes de notar. ¿Tuviste alguna pesadilla? Podía escuchar los
acelerados latidos de tu corazón desde la cocina…
Analice que debía responder rápidamente.
Carlie no sabía nada de mi sueño con el chico misterioso, que justamente en ese
momento había pasado a tener un rostro. Ni siquiera estaba enterada de mi
obsesión por ese chico que conocí en el baile y la verdad me daba vergüenza
admitirlo, más cuando yo estaba saliendo con su hermano.
– Si – mentí - una pesadilla.
– Mmm – se limitó a responder.
Abrí los ojos extrañada de que no dijera
nada más y la razón era que tenía su mirada clavada en su móvil. No tuve que
preguntar con quien hablaba, la sonrisa tonta que se extendía por todo su
rostro y el sonrojo de sus mejillas tenían nombre y apellido.
Jacob Black.
Me senté y estire mis brazos mientras soltaba
un bostezo – ¿Qué hora es? – quise saber.
– Casi las dos. Has dormido muchísimo, si
no fuera porque respirabas hubiese jurado que estabas en coma o algo así –
respondió aun sin mirarme.
Busqué la almohada a mis espaldas
intentando que no lo notara. Cuando iba a pegarle con el fin de tirarla al
suelo, la detuvo con la mano y me la arranco para al final darme un almohadazo
casi haciéndome caer al suelo.
Alzó la mirada con una ceja alzada – Tengo
reflejos, Line. Demasiado buenos para tu desgracia – me saco la lengua – ahora
termina ya de levantarte, te estoy esperando para almorzar.
Con un gruñido que hizo reír a Carlie, me
levante de la pequeña cama.
– Me encanta tu pijama de gatitos – se
burló de mi pijama rosa con gatitos estampados en blanco, la cual me había
regalado tía Melanie varios meses atrás. Yo le dedique una mirada asesina –
estoy segura que Nahuel se derretiría al verte, eres toda una monada.
Alcé una ceja – Oh, claro – acepté con una
sonrisa hipócrita – A Jacob también le encantaría ver las braguitas de ositos
que te regalaron la navidad pasada – me defendí y ella dejo de reír.
– ¡Me las regalo mi abuela Renee! – se
defendió – ¡Y son lindas! Además... No te atreverías - dijo mirándome con los
ojos entrecerrados.
– Pruébame– reté sacándole la lengua y finalmente
dándole un almohadazo – tengo mucha información vergonzosa de ti, para tu
desgracia – me burlé mientras me hacia un moño en mi muy alborotado cabello.
Tome mi neceser que descansaba en la
mesita de noche y saque una toalla de mi mochila, luego me dispuse a ir al
baño. Me lave los dientes, el rostro y me duche tomándome mi tiempo para
pensar.
Seth Clearwater… Seth Clearwater… Seth Clearwater…
¡Basta! – me regañe a mí
misma.
Si el pobre chico supiera cuantas veces mi
mente había repetido su nombre, me demandaría por acoso mental. Podría
denominar como obsesión, una ilógica, irracional y estúpida obsesión con él.
Suspiré. La escena en mi sueño había sido casi idéntica al momento en que se
había presentado la noche pasada.
Me pregunté detenidamente si aquello me
enviaba algún tipo de mensaje, pero descarte la idea de inmediato, mi chico
desconocido se había convertido en Seth porque había sido mi último pensamiento
antes de dormir. Perfectamente mi mente pudo darle la cara de Nahuel al chico
misterioso ¿No?
Dispuesta a hacer a un lado mis
pensamientos, salí de la ducha. Volví a la habitación y Carlie ya no
estaba allí. Me vestí con una camiseta lila sencilla, un pantalón de mezclilla
y mis muy características converses negras. Me solté el moño que recogía mi
cabello lo cepillé un par de veces, aun conservaba las ondulaciones de la noche
pasada. Baje las escaleras y saludé a Charlie quien estaba pegado frente al
televisor viendo un programa de pesca. Una vez estuve en la cocina, el almuerzo
estaba servido y Ness me esperaba sentada. Almorzamos lasaña, lavamos los
trastes y luego volvimos a su habitación.
– ¿Simplemente llego aquí te dijo que te
amaba y te beso? – pregunté al escuchar a Carlie contarme lo sucedido con Jacob
la noche anterior. Ambas estábamos tiradas en su cama, boca arriba, mirando el
techo mientras conversábamos.
– Sí – respondió ella sonrojándose.
– ¿Y qué ocurrió con Alexander?
– Todo el universo conspiro para que fuera
una noche perfecta – contó animada – Alex me llamo cuando casi a las ocho y me
aviso que no podría ir, pues se sentía enfermo. Así que simplemente le deseé
que se mejorara tratando de no demostrar la felicidad que me hacia el hecho de
que no se sintiera dispuesto para ir y todo está bien.
Asentí – Te dije que lo de los celos
funcionaria – le recordé con una sonrisa de autosuficiencia.
– Si, finalmente tenias razón... – suspiró
– me siento tan feliz ahora…
– Si tienes cara de idiota, se nota a
metros que estas enamorada.
– Gracias. Por tus ideas de locas de cupido
frustrada ahora estoy con Jake.
– Ok, obviare eso de Cupido frustrada –
dije fingiendo estar molesta y ella rió – de nada, siempre que lo necesite mi
algo retorcido cerebro inventara algo para ayudar, y papa decía que no era
bueno ver tantas telenovelas ¡JA! ¡Acabo de unir a dos almas gemelas con lo que
aprendí en ellas! – dramaticé.
Ness se carcajeó – Creo que tu padre
quería evitar que te volvieras loca, y que por lo que veo no lo logro.
Me reí brevemente – Si…no tuvo tiempo de
evitarlo – murmure dejando de reír pero manteniendo una sonrisa triste.
– Oh, mierda. Perdona – se disculpó Ness
de inmediato, al ver mi rostro – no era mi intención arruinar este momento…
– Tranquila – atajé – Yo
fui la que lo menciono primero…además, estoy acostumbrada a hablar de ellos.
Karen y yo los mencionamos todo el tiempo, aunque eso aun incomoda un poco a
Kammy.
– Los extrañas mucho ¿No? – susurró unos
segundos después.
– Mucho es quedarse corto – admití – pero
al final he aprendido a acostumbrarme a su ausencia. Pero aun así, sigo
preguntándome porque tuvieron que morir. Eran jóvenes, buenas personas, se
amaban, tenían una familia… no lo sé, es injusto todo lo que paso.
– Lo sé, odio la idea de que la
gente…muera.
– Cuando yo muera tú seguirás aparentando
17 y yo estaré arrugada como una pasa.
– No me gusta pensar en eso – murmuró –
quiero pensar en que nos quedaremos jóvenes para siempre. Aunque sé que no es
así… - su voz se fue apagando hasta quedarse en completo silencio.
– Oh vamos, este tema es muy triste
cambiémoslo.
– Tienes razón – sonrió y me miro – ¿Qué
tal se porto Nahuel ayer? – preguntó con una ceja alzada y una sonrisa picara
en el rostro.
Sonreí y rodé los ojos.
– ¡Habla! Yo te conté todo lo que paso con
Jake, ahora es tu turno.
– Ok, Ok – me reí y ella me miro
expectante – Bueno, tu hermano es…
– ¿Es…?
– Es increíble – resumí – es un idiota que
adora pelear todo lo que digo pero es muy dulce cuando se lo propone – conté
encogiéndome entre hombros.
– Oh – murmuró – la señorita cupido acaba
de fecharse a sí misma – se burló.
Sonreí y rodé los ojos de nuevo – No lo
sé. Me gusta estar con él, me gusta e incluso creo que le he cogido cariño.
– El te quiere, Caroline. Puedo verlo cada
vez que te mira…
– Creo que yo también a él – admití
analizando ese hecho detenidamente – Anoche me hablo sobre…Naia – le conté.
– ¿Naia? – repitió Ness y supe que era la
primera vez que escuchaba ese nombre.
– ¿No te ha hablado de su pasado? ¿De su...hija? –
pregunté dudosa de si estaba hablando de más o no.
– Sí, claro – respondió para mi gran alivio – Sé sobre Canela, me lo conto hace un tiempo. Pero no dio muchos detalles solo dijo que tenía una hija nómada.
– Sí, claro – respondió para mi gran alivio – Sé sobre Canela, me lo conto hace un tiempo. Pero no dio muchos detalles solo dijo que tenía una hija nómada.
– ¿La conoces?
-– No. Ella se mantiene lejos de él la mayoría del
tiempo, nunca ha venido a Forks. El viaja cada cuantos meses a cualquier parte
donde ella este y se ven. Pasa una semana y el vuelve.
– ¿O sea que no son muy cercanos?
– Ella tiene un carácter difícil, según el mismo
Nahuel.
– Pobre – fruncí el ceño – ella es lo único que él tiene.
Deberían ser más unidos.
– Lo sé. Pero al menos tiene a Hiulen, su tía.
– Sí, también me hablo sobre ella.
– Hiulen ha venido a Forks contadas veces,
es agradable. Aunque no suele visitarnos mucho, por la diferencia de nuestras
“dietas”.
Asentí y me dispuse a conectar la información que me
había dicho Nahuel la noche anterior con la que Carlie acaba de darme.
– Ness... – Murmuré un momento después.
– ¿Si?
– ¿Sabías que Nahuel me conoce desde hace dos años?
– Sí.
– ¿Por qué no me lo dijiste? – pregunte volviéndome a
mirarla.
– Por si no recuerdas, era un secreto que
mi familia existía, por ende no podía hablarte de él – explicó mirándome con
una disculpa en su mirada.
– Tienes razón – acepté – Pero luego cuando lo conocí.
– El me pidió que lo dejara contártelo y eso hice, por
lo visto no lo ha hecho.
– No. Aunque me muero por saberlo, ayer me
conto que cuando estuve con Tyler el ya me conocía, incluso espiaba en mi patio
trasero por las noches.
– Sí...- certifico ella sorprendiéndome – Eso trajo
varios problemas en casa – frunció el ceño y volvió su mirada al techo, lo
mismo hice un par de segundos después.
– ¿Problemas?
– Sí. Papa se quejaba todo el tiempo y la verdad creo
que exageraba, solo le decía que no era bueno que se acercara a ti.
– Supongo que porque soy humana.
– Eso creo, pero papa no es nadie para decirle a
Nahuel que no se relacione con una humana. Pareciera que hubiera algo más y por
más que intento nunca logro que me digan.
– Aun sigue dándome vueltas en la cabeza eso que dijo
tu padre, la culpabilidad de la que hablo...
– ¿Se lo has preguntado a Nahuel?
– La verdad no. Estoy haciendo que me cuente todo poco
a poco. Su pasado parece algo duro para él.
– Sí, eso lo sé. Hay algo oculto en el que brilla con
luces intermitentes llamándote a que lo descubras. Es muy misterioso, se pocas
cosas sobre su vida y le incomoda cuando pregunto demasiado.
– También me pasa eso, pero creo que si me contó su
historia con Naia es porque está dispuesto a contármelo todo ¿no crees?
– Supongo. Te preguntaría que paso con Naia pero si ha
sido su decisión no contármelo directamente, prefiero no saberlo.
– Claro, además no podría contártelo sabiendo que él
no ha querido hacerlo.
La vibración de mi móvil en mi bolsillo derecho me
hizo dar un salto.
– Hola Nahuel – salude al ver en el identificador su
nombre.
– ¿Como estas hermosa? – Su voz se
escuchaba, cálida. Como siempre.
– Bien ¿tú qué tal?
– Bien. Te llamaba para ver si podríamos vernos.
Puse los ojos en blanco –Nahuel nos vemos a diario,
sabes que sí.
Se rió - Lo sé, pero quizás hoy no puedas...
– ¿A qué hora?
– Dentro de unas dos horas ¿te parece? Saldré de
caza, la tengo algo descuidada.
Fruncí el ceño sin poder evitarlo – Suena genial.
– Bueno adiós... – se quedo callado unos segundos pero
escuchaba su respiración, lo que me aseguraba que aun seguía en la línea – te
quiero – dijo en un murmullo finalmente y colgó sin dejarme responder.
– Aww, son una ternura ustedes dos - dijo Carlie
mientras se reía brevemente y me miraba sonriente – adoro la pareja que hacen,
enserio.
Solo sonreí, sin quejarme ni contradecirla. Decidí
dejar de negar lo obvio, Nahuel y yo estábamos saliendo.
Una par de horas más tarde, casi cuando llegaba la
hora del atardecer, Nahuel estaba en la puerta de la casa Swan. Carlie le abrió
y él saludo besando su frente, luego me miro y sin decir más un hola en un
susurro me estrecho entre sus brazos, gesto que corresponde inmediatamente,
luego beso mi mejilla y me quito la mochila que traía colgando en mi hombro,
para cargarla al suyo.
– Te la robaré un par de horas.
– Por mí no hay problema – respondió mi amiga quien
estaba recostada al umbral de la puerta de brazos cruzados y nos miraba a ambos
con una sonrisa - Solo llévala para la cena.
– Lo haré. Ya sabes que Alice me pateara si no la
llevo.
Seguía extrañándome ese lazo tan afectivo que se había
forjado Alice conmigo. Ella era agradable y le tenía cariño a pesar del poco
tiempo, a decir verdad, esa familia se hacía querer en cuestión de días. Pero
su la fijación de la duende Cullen conmigo era muy extraña.
– Nos vemos – le dije a Ness cuando Nahuel empezó a
halarme junto a él para ir a la Chevy.
Me abrió la puerta como de costumbre, entré sin
quejarme por ese hecho. Cuando estuvo en su asiento, cerró la puerta y se
volvió a mirarme – Quiero mostrarte algo – me contó con una sonrisa que se veía
algo nerviosa.
– ¿Qué cosa?
– Ya verás - dijo al tiempo que llevaba la llave al
contacto.
Una vez la camioneta estuvo en marcha, mi móvil volvió
a vibrar haciendo que cerrara la boca en seco y me dedicara a atender mi
llamada – ¿Caroline Roses, que no piensas dar señales de vida? – retó mi
tía a penas descolgué la llamada.
– Melanie, estoy bien gracias por preguntar – saludé
con sarcasmo.
– Sé que estas bien, ya te he llamado hace unas
horas. Carlie atendió diciendo que estabas dormida.
– Lo cual era cierto, tía – acepté
mientras asentía por inercia y miraba la mini y solitaria carretera rodeada de
árboles, en la que se abría paso la Chevy.
– Lo sé, solo me desespera no saber de ti. Sabes cómo soy.
Oh claro, que lo sé – pensé sonriendo
medianamente y rodando los ojos.
– ¿Ahora qué haces? ¿Ya has almorzado? ¿Cómo te fue
anoche? ¿Ya vienes a casa?
– Respira vamos por partes, Melanie - dije
riéndome - estoy en medio de una salida con Nahuel. Si ya he comido. Me fue
genial y como siempre los tacones me dieron problemas. Y no, no iré a casa
hasta más tarde... Iba a llamarte exactamente para eso... – empecé a decir
mordiéndome el labio esperando que entrara en histeria, ella odiaba cuando
alguna de mis hermanas o yo nos separábamos de ella los fines de semana, eran
nuestros días familiares según ella. Y adicionalmente había olvidado avisarle.
– Allison – dijo mi segundo nombre cosa que solo hacia cuando estaba molesta así que instintivamente me encogí entre hombros – ¿Crees que te mandas sola? ¡No te he dado permiso!
Suspire – Oh vamos tía, por favor. Charlie me invito a
cenar... – mentí.
– Ya le has causando muchas molestias al señor Swan
señorita, así que te quiero en casa en menos de una hora.
– Pero tía...- empecé a quejarme pero en menos de un
parpadeo, Nahuel me quito el teléfono dejándome con la mano alzada en mi oído y
mirándolo atónita.
– ¿Melanie? ¿Cómo has estado? – Saludó amablemente
mientras una sonrisa ladina se formaba en su perfecto rostro – Si, soy
Nahuel...Si, es exactamente para eso - rió - solo se las quitare prestada por
hoy. Prometo llevarla antes de las nueve... Charlie esta encantando de tenerla
en casa, no causa molestias...Si, Melanie...Vale, saludos a Karen y Camila,
adiós - colgó el teléfono y me lo entregó aun sin dejar de mirar el frente
sonriente – Tienes permiso hasta las nueve – me informó dedicándome una mirada
rápida.
– ¿Eres mago o qué? – pregunte como tonta mirando mi
móvil.
– Le caigo bien a tu tía, así que no ha sido difícil.
Ella confía en que te cuidaré – respondió encogiéndose entre hombros – además,
necesito tiempo contigo. Lo que voy a mostrarte y decirte no es algo que pueda
decir en 5 minutos – extendió una de sus manos y la dedo descansando abierta
sobre mi pierna, gesto que hacía cada vez que conducía. Guarde mi móvil y sin
vacilar coloque mi palma sobre la suya.
– ¿Lo que me dirás? – solté curiosa mientras nuestros
dedos se entrelazaban.
– Sí, he decidido contártelo todo. Estoy cansado de
las barreras.
– ¿Enserio? – pregunté incrédula.
El asintió. Me quede prácticamente con la boca
abierta. ¿Ya se había decidido? ¿Sabría de una vez por todas todo ese rollo
misterioso que él se traía? Una gran sonrisa se dibujo en mi rostro, tan amplia
que Nahuel lo noto y se volvió a mirarme, se echo a reír y negó con la cabeza
mientras volvía su vista al frente.
– Cariño se te van a encalambrar las mejillas.
Ignoré su comentario y solo dije – Acelera lleguemos a
donde quiera que vayamos rápido, me has puesto ansiosa ahora.
– ¿Caroline Roses pidiendo velocidad? ¡Pero si por ti
es que manejo como tortuga! – dramatizó y volvió a reírse. Yo solo lo mire con
los ojos entrecerrados.
– Si no fuera porque estoy de un humor genial ahora
mismo, respondería a eso pero lo ignorare – volví a sonreír – así que tu solo
llévame y muéstrame lo que sea que quieras mostrarme.
– Paciencia pequeña, paciencia.
– Sabes que dentro de mis muy numerosas cualidades esa
no entra en la lista.
– ¡Dímelo a mí! – exclamó dramatizando de nuevo.
Luego de quince minutos exactamente, la camioneta se
abrió paso en un sendero que se ebria entre los árboles. Unos cinco minutos
después la Chevy se detuvo entre la maleza. Miré a Nahuel confundida, el solo
soltó mi mano para bajar del auto y rápidamente abrir mi puerta antes de que al
menos mi mente procesara llevar mi mano a la manilla.
– Llegamos – dijo una vez que nuestras miradas se
encontraron. Me tendió la mano, la tome para luego bajar del auto. Él cerró la
puerta por mí e inmediatamente emprendimos marcha en línea recta.
– ¿A dónde vamos? – pregunté un par de minutos después
de caminar en silencio.
– Míralo tú misma – dijo cuando me guió entre unos
cuantos árboles más y estuvimos frente a lo que reconocí era un estilo de
acantilado. Escuchaba el agua chocar con las rocas y a lo lejos visualice el
sol esconderse en el horizonte. El lugar estaba cubierto por un pasto corto
increíblemente verde y un par de rocas enormes en diversos lados, también
habían escasas flores de colores pálidos que apenas podían notarse entre la
grama.
– Es hermoso - susurré mientras caminaba unos cuantos
pasos más.
– Sí, pensé que te gustaría verlo – Me volví a mirarlo
– Tiene una linda vista, al menos cuando no llueve – me contó encogiéndose
entre hombros, llevaba sus manos metidas en los bolsillos de sus jeans.
– ¿Has venido antes a ver el atardecer?
– Sí, un par de veces. Encontré este lugar hace unos
meses y tengo varios días queriendo traerte.
– Gracias - volví mi vista al horizonte – Y tienes
razón es una bonita vista.
– Vengo aquí solo para estar solo un rato y pensar,
algunas veces he visto el amanecer aquí sentado, es aun mejor – dijo mientras
caminaba y se detenía algo cerca de la orilla – Siéntate - pidió y eso hice
seguía de él, ambos quedamos mirando al frente.
– Yo también tengo mi lugar especial para pensar...-
empecé a contarle, pero como siempre…
– La playa – completó mi frase, él sabía demasiado
sobre mí.
– Carlie te lo dijo – dije sin inmutarme. Ya no me
sorprendía que me conociera de pies a cabeza.
– Técnicamente para serte sincero te vi allí... –
Aclaró y en esa ocasión si le di importancia al hecho.
– ¿Me viste? – pregunté mirándolo y sus ojos cafés se
enfocaron en mi mientras asentía.
– Se que vas allí en días como tu cumpleaños, te
mantienes en completo silencio, lloras, ríes y a veces ambas cosas a la vez.
Mientras no dejas de mirar esa cadena – señalo la cadena de oro que colgaba de
mi cuello - por lo que tiene grabado.
– Me has seguido hasta la playa... – susurré tratando
de imaginármelo cerca mientras yo creía que estaba sola. Sentí una mínima
molestia en mi pecho. El había irrespetado la obvia privacidad que yo pedía a
gritos ese día, iba a protestar pero dijo algo que me detuvo y desvió mi
concentración a otro tema.
– En realidad allí te conocí – confesó por fin.
– Estoy confundida – admití frunciendo el ceño – Creo
que llego el momento en que tú dices todo y dejas de lado ese secreto que está
entre nosotros.
Asintió y empezó a contarme – El día en que llegue a
Forks, hace dos años era tu cumpleaños. Ness estaba preocupada por ti pero sus
padres no la dejaban salir sola al bosque, entonces, me pidió que la acompañara
y así lo hice. Llegamos y fácilmente te encontramos, tu olor es muy llamativo.
Te observamos hasta que decidiste irte. Ella solo quería asegurarse de que no
hicieras nada tonto en un ataque depresivo o algo por estilo. Ese día te vi por
primera vez – soltó todo rápidamente, me dio la impresión de que lo tenía
previamente ensayado.
– ¿Y desde ese día me sigues? – pregunté mirándolo con
interés.
– No exactamente – negó con la cabeza y miró hacia
arriba, gesto que sabía que hacia cuando intentaba recordar algo – Fue un par
de días después, para ser exactos.
– ¿Por qué? - y en esa simple pregunta se recargaban
todas mis incógnitas.
¿Por qué me seguía? ¿Por qué había captado su interés?
¿Por qué yo y no alguna de mis otras amigas o cualquier chica de Forks?
– Tu olor me resulto llamativo y me pareció
interesante que no se pareciera a nada que hubiese olido antes. Le pedí a
Carlie que me dijera donde vivías, después de mucho insistir me indico tu
dirección, tuve que asegurarle que lo que me hacías sentir no era sed, unas mil
veces.
– La razón fue la esencia de mi sangre – musité para
mí misma frunciendo el ceño de nuevo.
Suspiró profundamente – ¿Te estoy asustando?
Esperé unos segundos para estar segura de mi respuesta
– No – dije firme – pero no entiendo cómo puedes decir que no soy, esa cosa que
se tiene un aroma irresistible para ti.
– Solo es diferente, pero créeme cuando te digo que no
hace arder mi garganta. Es atrayente, por una razón que desconozco. Es
complicado – admitió y yo asentí dándole la razón – pero no quiero que tengas miedo,
no te haría daño – aseguró ansioso porque yo creyera lo que me decía.
– Vale, te creo – lo tranquilicé – No te tengo miedo,
puedes escuchar los latidos de mi corazón ¿late como si quisiera salir
corriendo?
– No – frunció el ceño y bajo la mirada – La verdad es
su ritmo normal.
– Exactamente – sonreí a medias cuando volvió a
mirarlo con el fin de tranquilizarlo – estoy escuchando atenta lo que tienes
para decir y tratando de comprender todo. Así que, sigue contándome – pedí.
Tomo una bocanada de aire y volvió su vista al frente –
Durante un par de semanas, solo te observaba salir en las mañanas, se hizo
rutina. Hasta tal punto de seguirte a todos lados – me miro nervioso– Puede que
lo veas enfermizo, tu olor me llamaba pero eso no era todo…Te vi tan indefensa
en esa playa – sus labios se frunció en una línea recta – y me inspiraste
protección y sin poder controlarlo, empecé a cuidarte a distancia, claro...con
el tiempo fui tomándote cariño.
– ¿Entonces, porqué me mentiste al decir que llevabas
un año con los Cullen? – repliqué.
– No te mentí, es la verdad.
– Explícame.
– Edward estuvo en desacuerdo conmigo, se molesto por
el hecho de que te siguiera. Él lo ve como algo enfermizo y desde cierto punto
lo es...viví vagando por el bosque alrededor de un año y luego volví por
petición de Ness. Edward al final termino aceptándolo, después de todo veía en
mi mente que no tenía ningún pensamiento sucio o indebido hacia a ti, solo era
protección – concluyó colocando su mano sobre la mía, que estaba sobre el
pasto.
La culpabilidad era el hecho de espiarme y cuidarme
eso lo hacía tener algún tipo de compromiso conmigo, a lo que padre de Carlie
se había referido esa tarde en que se descubrió todo, era al instinto protector
que Nahuel sentía sobre mí.
– ¿Y cómo terminamos en esto? – Pregunté mirando
nuestras manos – Si solo te inspiraba eso...
– Tenias apenas catorce años cuando te conocí – sonrió
y alzo su mano libre para acariciar mi mejilla – Eras una niña... Pero fuiste
creciendo y empecé a verte más hermosa con el pasar del tiempo…y termine en un
estilo de enamoramiento contigo.
– ¿Enamoramiento? – repetí.
– Sabes que te quiero – confesó sin ningún
rastro de vacilación en sus palabras – Sabes que eres importante para mí. Ese
día en que Ness llego a casa y tu venias desmayada en brazos de Jacob, supe que
no podría mantenerme alejado de ti por más tiempo – suspiró y aparto detrás de
mi oreja unos mechones que la brisa había dejado en mi rostro – No después de
tenerte tan cerca – murmuró y note como su rostro se acercaba lenta y dudosamente
al mío sin dejar de mirarme – aspirar tu aroma directamente y sentir la calidez
de tu piel – su mano capturo mi mejilla, haciendo que sintiera su calidez
colarse en el sonrojo que estaba apareciendo – Luego, despertaste y olvide
hasta para que estaba allí, hablaste y parecía hasta irreal que estuvieras
dirigiéndote a mí. Allí tome la decisión que intentaría hacer que me quisieras
- cuando termino su monologo nuestras narices se rozaban y mis ojos se cerraron
automáticamente.
En ese momento podía aspirar su delicioso aliento. Sus cálidos labios rozaron los míos como la noche anterior, pero esa vez no sentí impulso alguno de girar mi rostro, al contrario, al verlo dudar me acerque un poco mas haciendo que nuestras bocas estuvieran en completo contacto. Solo fue un roce, cálido y dulce que me hizo sentir como los vellos de mí nunca se erizaban. Unos cinco segundos después sus labios capturaron mi labio inferior y lo besaron tiernamente. Lentamente él se separo de mí y apoyo su frente en la mía. Abrí los ojos y los suyos aun estaban cerrados, el sonreía.
– Pensé que no volvería a sentirme así nunca. Es…increíble – murmuró por lo bajo al tiempo que abría los ojos.
Yo solo sonreí mientras sentía como mis
mejillas ardían.
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Holaaaaaa :DDD carito aparece puntualmente como siempre - bueno, bueno a veces xD - aquí son las 12:04 am hace 4 minutos es viernes así que mas puntual no pude ser :B en fin, espero les guste este capi :3 y merezca unos comentarios - esos cositos abajo de la entrada que me hacen tan feliz xD' y me despiertan a veces a las 3 am e_e -es que me llegan al cel hahaha- bueno, aquí Nahuel trato de explicar de manera extraña lo que Caroline quería saber...mmm... solo les diré algo... no se confíen hahahaha :B para que entiendan mejor a que me refiero entre este finde haré un capi Pov Nahuel :3' lo publicaria el lunes o el martes, la verdad no les prometo nada fijo porque mañana me voy de viaje - la playa lml ya me sale estoy blanca como vampiro ._. - But well, ya dejo de hablar que terminara siendo esto mas largo que el cap -ok exagere el capi se llevo 14 paginas de word así que creo que las recompense un poco por la semana que no publique- Buenas noches, días, tardes o cual sea la hora en la que lean esto xD'
Hasta la proxima entrada ^^'
Las adoro sabian? c:
CaroR.
PD: Para leer el pov nahuel entra a "Muralla"
4 Palabritas que me inspiran :):
Me encanto el cap, madre mia me encanta Nahuel y Caroline la pareja que hacen que tiernos.
Un beso
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH*-*
Ame el caaaaap Carito:BB
como siempre, divertido, dulce y genial! es sin duda perfecto*_*
Espero el proximo capi ansiooooosa:F
Jajaj cuidadito en la playa:O no te vayan a descubrir vampirita e__e ajaja
P.D: Mmm si ya veo que has cumplido¬¬ ok, te salvaste vv' ajaj me qede con ganas lml ok no e_e' xd
BESITOS ENOOOOORMES:D
Laura*
caro me facino el capi esta increible me encanta esta parejita prefiero que caroline se quede con nahuel y no con seth, nahuel es perfecto me encanta aunque odavia no conocemos bien como es seth pero prefiero a nahuel jaja!!
me facina entre terceros caro eres grandiosa escribiendola sigue asi
espero estes muy bien te mando saludos y besos.
P.D: encuentra a kammy!!!!
te hiperrrrrr lucisteeeeeeeeeee ame el cap. y ya espero con ansiasssssssssssssss el nuevo :) :) :) estoy demasiado felizzzzz fue tannnnnnnn romantico, como q te hace querer estar con alguien que sea = a él :)
aaa y ojala no te despierte, porque yo tengo las 23:19 y puede q alla ya sean las 3 o máss tardeee....
sigue así, cuidate, cariños...
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