Entre terceros - Capitulo 17 "¿Ángel?"

POV Caroline.

– Vampiros – respondió como si se lo estuviera confirmando a sí misma.

Asentí – Eso es lo que son, eso es lo que ataco a Karen y uno de ellos, formo parte de nuestro árbol genealógico.

Abrió tanto los ojos que creí que iban a salirse de sus cuencas al mismo tiempo su rostro palideció a niveles preocupantes, tomando en cuenta su piel morena.

 – ¿Qué…qué demonios quieres decir con eso? – preguntó atropelladamente, completamente aturdida.

– Es una larga historia, esperare a que Karen despierte y se lo explicare a ambas – prometí – solo quise que terminaras de darle un nombre a lo que viste.

– Es que… no tiene sentido… – abrió la boca varias veces como si fuera a decir algo y al final no salió nada más que un balbuceo inentendible.

– Sé que muchas cosas no lo tienen. No todo necesita tener demasiado sentido para ser real.

– ¿Me estás diciendo que estamos en una casa repleta de vampiros? – pareció caer en cuenta de aquello en ese momento, sin salir de su aturdimiento.

– Sí – confirmé firmemente sin una nota de alteración en mi tono.

Quería hacerle ver que no había peligro. No tenía nada por lo cual preocuparse en ese lugar, nadie se atrevería a lastimarnos. Aunque entendía perfectamente su temor, después de lo vivido esa noche, la impresión de toda esa verdad que se abría ante sus ojos… era difícil, yo lo sabía perfectamente.

Jadeó – ¡Estás loca! ¡Esto es una locura! – soltó con elevando la voz.

– Lo sé – coloqué mis manos sobre las suyas, que tomaban su rodillas con fuerza, tanta era la presión que sus nudillos estaban blancos, logre que dejara de tratar detener la circulación en sus dedos y tome sus temblosas manos entre las mías, para así infundirle de alguna manera algo de mi tranquilidad – Es una locura con la que podemos vivir, solo tienes que calmarte y escucharme…

– ¡¿Calmarme?! – Gritó sobresaltándome, haciendo así que soltara sus manos y diera un pequeño salto – ¿Estás demente? ¡Tenemos que salir de aquí! ¡Ahora!

Sus palabras, su actitud, todo lo que rodeaba el hecho de que ella se negaba a escuchar mis explicaciones, complicando así, aun más la situación, me hicieron enfadar.

 –  ¡Ellos son… son unos monstruos! – continuó y esa frase, fue la gota que derramo a mares mi ira.

– ¡Cállate y escúchame, Kammy! – Le grité haciendo que ella cerrara la boca de golpe – ¡si no fuera por estas personas tú y Karen estarían muertas en este momento! ¡¿Cómo te atreves a llamarlos de esa manera?! – Solté furiosa, sabiendo que sus palabras habían lastimado a Alice y posiblemente ofendido al resto de la familia – ¡Ellos las han salvado! – Le recordé mirándola fijamente con los ojos entrecerrados, mi hermana estaba atónita, yo nunca le había gritado de esa manera, pero la situación me superaba – ¿aun así les tienes miedo? ¿Aun con eso les llamas monstruos? ¡Después de que además de salvarte la vida a ti estar ayudando a que Karen se recupere! ¿Qué mierdas tienes en la cabeza, Camila Marie? – terminé de sacar todo lo que tenía por dentro, quede jadeando levemente por la alteración.

 Mi hermana se quedo callada ante mi descarga. Sabía lo confuso que era todo al principio pero si ella entraba en histeria y no confiaba en mí, las cosas serian un desastre y yo tendría que controlarla para que eso no pasara. No se había enterado de la mejor manera, pero quizás si de la más conveniente, ella no creería lo que le decía si no lo hubiese visto con sus propios ojos, sabía lo incrédula que era.

– Caroline… - me llamó Alice con tono conciliador.

– No, Alice. Ella tiene que entender que es una falta de respeto lo que ha dicho, tiene que disculparse por ello – dije, aun mirando a mi hermana.

– No es necesario…

– ¡Claro que lo es! – Insistí ahora mirando a la pequeña vampiro de cabellos negros como el carbón – tu y Jasper han evitado que… – me estremecí – ni siquiera quiero pensarlo, pero gracias a ustedes ella está bien, Carlisle está atendiendo a Karen… – volví a mirar a Camila – ¿Se te había olvidado eso? Si quieres irte, vete, pero Karen se queda aquí hasta que se recupere.

Ella permaneció callada, con la mirada baja, mirando fijamente sus manos, entrelazadas sobre su regazo. Suspire y cerré los ojos con fuerza, apreté mi tabique con ambas manos y finalmente volví a concentrar mi vista en mi hermana.

– Lo siento, Kammy… estoy bastante nerviosa con todo esto y tú con tu actitud no ayudas – me disculpé en voz baja, una vez que me di cuenta lo dura que había sido con mi hermana. Las cosas eran difíciles para ella, Alice me había pedido paciencia y era lo último que había tenido hasta el momento – ¿Vas a escucharme o damos esta conversación por terminada?

Tardo un par de segundos en responder – Te escucharé – murmuró alzando la mirada.

Iba a hablar cuando Alice me interrumpió –Karen despertó – nos aviso.

Me puse de pie de forma automática. Camila por su parte, la miro frunciendo el ceño, seguro haciéndose un millón de preguntas, seguidamente alzo el rostro en mi dirección y me miro esta vez con un gesto más calmado, imitándome, se puso de pie a mi lado.

– ¿Podemos verla?

Alice asintió – Deberían subir, Karen esta llamándolas.

– ¿En qué parte de la casa esta?

–  Habitación de Renesmee – dijo simplemente y tomando a mi hermana de la mano, la guíe a las escaleras.

Corrí hacía las escaleras, cuidando de no tropezar en el camino. Para mi sorpresa mis dos pies izquierdos fueron agiles. Arrastre a mi hermana quien si tropezó un par de veces a mis espaldas, al llegar a las escaleras la solté y empecé a subir dos escalones por paso, estaba muy ansiosa.

En un momento sentí a alguien pasar por mi lado, con esa típica velocidad que hacia cualquier cosa invisible para los ojos humanos, dejando a su paso solo un rastro de aire. Me detuve en seco y mire tras de mí, vi a Nahuel sosteniendo a Camila, ella había tropezado e iba a clavar el rostro en algún escalón, pero él la sostuvo a tiempo.

Ella miró sorprendida el agarre de Nahuel en su brazo izquierdo y un momento después se sacudió para que la soltara. Aun estaba asustada. Seguidamente me miro con la confusión pintada en sus ojos y sin decir nada, siguió subiendo las escaleras.

–  Gracias por evitar que se callera – agradecí por mi hermana viendo como llegaba al final de las escaleras.

–  No es nada, cariño – dijo mi novio llamando mi atención, haciendo que girara a verlo, ahora estaba a mi lado – No es conveniente que sangre, eso la asustaría aun mas… ahora veo que los pies izquierdos son algo de familia – bromeó.

 Yo reí y golpeé su brazo juguetonamente –  Tonto.

El  me sonrió – Mejor sube, Camila no sabe dónde está la habitación y Karen quiere verlas.

Asentí y aprovechando que estaba un escalón arriba, me incline y bese sus labios brevemente antes de continuar corriendo. Cuando estuve arriba, vi a mi hermana recostada en la pared de uno de los pasillos.

–  La habitación es al fondo – indiqué.

– ¿Cómo puedes estar tan tranquila? – me preguntó cruzándose de brazos.

– Cuando te cuente todo lo estarás…

–  No creo que alguna vez este tan tranquila como para besar a un vampiro.

Ignoré su comentario – Camina, Karen nos espera.

Toque la puerta que sabía era de la habitación de mi mejor amiga. Carlisle nos abrió, su camisa beige tenía varias manchas de sangre que supe pertenecía a mi hermana. Fruncí el ceño ante ese pensamiento.

– ¿Podemos pasar? – pregunté concentrándome en mirar su rostro.

– Ella espera por ustedes – dijo haciéndose a un lado.

Entre a la habitación rápidamente y de inmediato busque a mi hermana, la localicé en el instante. Karen estaba recostada al espaldar de la cama de Renesmee, casi sin moverse, solo podía ver su pecho subir y bajar por el ritmo lento y acompasado de su respiración. Una delgada manguera –  que suponía una intravenosa perforando la vena de su antebrazo –  se asomaba sobre la piel de su mano izquierda, dejando ver el líquido rojo y espeso que por ella circulaba a través del transparente material, estaba conectada a una pequeña bolsa de sangre, la cual sabía que iba suministrando en el cuerpo de mi hermana. Llevaba puesto un top verde agua, que reconocí pertenecía a Renesmee, su hombro estaba vendado, las gasas tenían un par de manchas de sangre. Su negro cabello estaba recogido en una coleta.

Como si no hubiera notado nuestra presencia, se mantenía completamente inmóvil, con la vista fija en la aguja que perforaba su piel. Hundida en sus propios pensamientos, dudas y recuerdos acerca de lo que había pasado.

–  Karen – solté entre aliviada y preocupada a la vez. Ella, por fin alzo la vista y sonrió al verme.

–  Caroline – dijo con voz pastosa.

–  Ha perdido mucha sangre – explicó el doctor a mis espaldas – su cuerpo necesita un promedio de 5 litros para volver a los niveles normales necesarios para su sistema circulatorio. Este es el último que se le suministra.

 Hice una mueca mientras me acercaba a mi hermana. A medida que acortaba distancia, me sentía más tranquila. Se veía bastante sana, es decir, que luego de la mordedura de un vampiro tus mejillas estén sonrojadas era una buena señal.

–  ¿Cómo esta su hombro?

– Sanando – me aseguró para mi gran alivio – la mordida no ha perforado ningún hueso, se recuperara pronto.

Con extremo cuidado, me senté a su lado en la colcha, ella se mantenía mirándome expectante.

– ¿Dónde está Camila? – preguntó.

Fruncí el ceño ante su pregunta – Ella está justo aquí…- me gire para cerciorarme de lo que decía, y me encontré solo con que Carlisle seguía de pie en la puerta y mi otra hermana no estaba en la habitación. – ¿Camila? – la llame extrañada.

Pasaron un par de segundos en los que mi hermana, sin apartar la vista del abuelo de Carlie, camino lo más alejada de él posible, para entrar con paso vacilante a la habitación. El vampiro nos dejo solas, cerrando la puerta al salir.

– ¿Estás bien, Kam? – Preguntó Karen a Camila de inmediato.

– Sí, estoy bien – respondió acercándose a nosotras – Solo me lleve un par de golpes por el desmayo que sufrí debido al exceso de presión – le explicó – por quien hay que preocuparse ahora, eres tú. ¿Tu como te sientes? – preguntó esta vez ella, interesada mientras se sentaba en el lado contrario al que yo estaba.

– Me duele el hombro – frunció el ceño y miro el vendaje que cubría su herida – y tengo la ligera sospecha de que tuve una pesadilla anormalmente real… – dijo por lo bajo y miro a Camila – todo lo que recuerdo… ¿enserio paso? – su tono fue cauteloso.

– Si – respondió Kammy.

– Esa mujer… el dolor… - insistió y nosotras asentimos.

– Así que esta herida es una…

– Mordida – completé.

– El dolor fue real… - dijo más para sí misma.

– Todo fue y es real – aseguré – con respecto a dolor no tengo nada que aportar, solo que lamento que hayas pasado por eso…

– Creí que iba a morir – susurró al tiempo que volvía a mirar la aguja injertada en su piel – y en el momento lo deseaba con todas mis fuerzas…

“Según mi madre describe el cambio, es como si tus venas ardieran en llamas y tu único deseo fuera morir en ese momento”

Hice una mueca al recordar las palabras de Ness, me dolió pensar que mi hermana había pasado por eso.

– Era preferible morir a seguir viva con fuego quemándote por dentro… ¿Le has contado todo, Camila?

– Ya lo sabe, incluso esta más informada que nosotras – respondió ella con tono irónico, el cual ignore.

– Cuéntame lo que recuerdas – pedí interesada – luego de que acompañaras a la mujer a la cocina ¿Qué paso?

– Le ofrecí el teléfono y fui al refrigerador a buscar un par de refrescos para Kam y yo. Cuando voltee, la chica estaba parada frente a mí, salte asustada ni siquiera la escuche moverse. Ella sonreía, no entendía por qué, los lentes que llevaba puestos antes no estaban cubriendo sus ojos, eran rojos como la sangre... Luego empezó a decir “¿Por qué los humanos son tan inocentes? Tengo años esperando una presa difícil” yo no entendía a que rayos se refería, pero sentí miedo por su tono burlón, era como escuchar el ronroneo de un león – contó mirándome, en sus ojos veía como aún sentía nervios al recordar aquello, solo que a diferencia de Camila, ella siempre había sabido nivelar sus emociones – en un parpadeo me tomo por el cuello haciéndome soltar las latas…

– El ruido que escuche – concluyó mi otra hermana.

– Me ahorco contra la pared. Yo estaba pasmada y apenas podía respirar, un momento después apareció Camila…

– Y el resto es exactamente lo que yo te conté.

Asentí uniendo las versiones, encajaban perfectamente.

– Cuando me mordió el hombro, sentí como succionaba mi sangre y me sentía cada vez más débil y mi corazón empezaba a fallar… – sonrió a medias – Luego apareció un hombre, tan perfecto como solo a un ángel se le puede describir, así que pensé que ya había muerto.

– ¿Ángel? – repetí sorprendida.

– Sí, era rubio de ojos miel, lo acompañaba un mujer bajita tan hermosa como él, se veían perfectos juntos – su rostro tenía un expresión serena pero de concentración a la vez, mientras recordaba todo – La acompañante del rubio agarro a la mujer que me mordió y desaparecieron… luego solo recuerdo que un dolor infernal estaba recorriendo mi cuerpo entero, gritaba pero sentía que no emitía sonido alguno, era desesperante. El ángel me miraba concentrado, sin inmutarse ante mi condición… – soltó una risita tonta, desganada – me pregunté ¿Qué era eso tan malo que había hecho para ir al infiero? Porque el fuego que describen solo puedo imaginarlo de la manera en la que lo sentí, y sobre todo ¿los demonios eran tan parecidos a los ángeles? – Bufó y negó con la cabeza lentamente – pensé tantas cosas, tan estúpidas que no quiero ni mencionar…

Finalmente se acercó a mi hombro y yo cerré los ojos preparada para recibir aun más dolor. Creí que iba a atacarme, pero él se llevo el dolor…no entiendo cómo pero cuando caí inconsciente el fuego se había ido – su rostro estaba completamente serio mientras me miraba fijamente a los ojos – Ahora es tu turno de hablar. No pareces nada sorprendida con todo esto, es entendible que Camila no lo esté porque estuvo allí cuando todo paso, pero tú te vez demasiado serena para como seguramente reaccionarias si acabaras de enterarte ¿Qué ha querido decir con que sabes más qué nosotras? ¿Qué es lo que sabes qué nosotras no?

Yo trague grueso. Karen siempre había tenido algo más de autoridad sobre mí. Además, sentía miedo de su reacción, no sabía que esperar.

– ¿Dónde estoy? – Presionó y quiso moverse – ¡Auch! – se quejó.

– No te muevas – la reprendió su melliza.

Suspiré – Lanza tus preguntas y yo respondo, te lo explicaré todo luego de eso.

– ¿Quién era el hombre rubio que salió? – empezó.

– Su nombre es Carlisle.

– ¿Dónde estoy?

– En la casa de los Cullen.

– ¿Los Cullen?

– La familia de Renesmee.

– ¿Renesmee? – repitieron ambas y recordé que no había dicho nada eso a Kammy.

– Carlie, su verdadero nombre es Renesmee. Esta es su familia, pero nadie más puede saberlo ¿entendido?

– ¿Por qué? – pregunto solo Karen, Camila conocía la razón.

– Porque… – me mordí el labio inferior con nerviosismo – Karen, hermana, abre tu mente todo lo que puedas y por favor no entres en histeria ¿sí? – pedí.

– Suéltalo – exigió.

– Porque son vampiros. Por eso te han mordido. Por eso el dolor, por eso los ojos rojos, la belleza y la rapidez… - empecé a soltar todo rapidamente.

– ¿Vampiros? – repitió abriendo mucho los ojos.

– Sí – confirmé temerosa, esperando su reacción.

– ¿Cómo podemos estar seguros de que no nos atacan? – preguntó Camila en ese momento, distrayendo mi atención de Karen.

– Puedes confiar en ellos, Kar te conto como Jasper le salvo la vida – le recordé.

– ¿Jasper?

– Si, Kar. Su nombre es Jasper y su acompañante es Alice, ambos son tíos de Renesmee y vampiros, pero no hay porque asustarse son vegetarianos, solo se alimentan de sangre de animales.

– ¿Vegetarianos? ¡Uno de ellos ataco a Karen!

– ¡Camila no todos son iguales!

– ¡Ya cállense! – Ordenó la única de las tres que mantenía demasiada calma, para la esperada – ¿Vampiros vegetarianos? Explícame, no entiendo nada...

– Sé que es confuso, pero necesito que me escuchen – miré a Camila – y que no entren en histeria, al menos hasta que termine. ¿De acuerdo?

Karen fue la primera en asentir y miro a nuestra hermana quien finalmente también lo hizo. Una vez les conté toda la historia, cada una de las cosas sobre vampiros que sabía fue explicada con la mayor precisión que había podido hacerlo. Agradecí que Camila se calmara y Karen también lo estuviese aparentemente, me asustaba un poco tanta calma por su parte.

Paso alrededor de una para que yo pudiera responder todas sus preguntas, al menos las de Camila quien era la que mas preguntaba, Karen por su lado se mantenía atenta a todo lo que yo contaba.

– ¿Y bien…? – dije finalmente.

– Esto no me parece una buena idea – insistió Camila.

– ¿Karen…?

Ella me miró y se encogió entre hombros con cuidado – Sabia que no podíamos ser los únicos en el mundo – respondió simplemente.

– ¿Eso es todo? – dijimos Kammy yo al mismo tiempo.

– No sé qué decir, estoy asimilándolo… pero simplemente, ahora estoy en blanco – explicó aun mirándose muy tranquila.

– ¿Tienes miedo? – pregunté.

– No lo sé. Una parte de mi dice que tengo un poco de miedo, pero la otra dice que si uno de ellos me salvo, no pueden ser malos.

–¡Tu si tienes sentido común! – la felicite.

– Esta loca al igual que tu que es diferente... no se como pueden estar tan tranquilas esto es....esto es difícil para mi.

– Lo sé Camila, a mi me tomo algo de tiempo asimilarlo, pero no puedes entrar en histeria, aun tengo el presentimiento de que no lo hemos visto todo…

– ¿Qué sigue? ¿Hadas madrinas? – preguntó sarcástica.

– No me sorprendería – respondí.

Bufó – Me duele la cabeza, no puedo con tanto. Ha sido un día realmente pesado, necesito descansar… vámonos a casa.

En ese momento tocaron la puerta, seguidamente el rostro níveo y perfecto de Alice se asomo por el umbral.

– ¿Puedo pasar? – preguntó tímidamente.

– Claro – respondimos solo Karen y yo.

Ella entro con paso danzante y ágil – ¿Cómo te sientes Karen?

Mi hermana la miraba fijamente, seguro recordando y esta vez detallando mejor la perfección de sus facciones – Gracias – respondió ella – a ti y el rubio.

Alice sonrió – No es nada, tranquila. Mi nombre es Alice y el rubio es Jasper.

– Dale las gracias de mi parte.

– Con gusto.

– Alice ¿crees que sea conveniente que vayamos a casa? – quise asegurarme.

– No. Estamos seguros que la mujer tenía algún acompañante, estamos rastreando, mientras tanto se quedaran aquí.

– Nos obligaran a quedarnos, genial – soltó Camila con fastidio, por lo bajo creyendo que Alice no la escucharía.

– No es obligación, es protección – corrigió la pequeña vampiro haciendo a mi hermana dar un respingo – En esta casa tenemos buen oído, Camila. Así que si vas a hacer comentarios que no quieras que escuchemos, mantenlos en tu mente, cielo.

– ¿Saben de dónde venía la mujer? – trate de distraer y evitar que el ambiente se pusiera aún mas tenso.

– Es común la visita de los nuestros por aquí. Los nómadas suelen visitar Forks cada unos cuantos años.

– ¿Por qué nos atacó exactamente a nosotras? – preguntó Karen.

– Supongo que tu sangre le ha llamado la atención – frunció el ceño – pero les prometo que no volverá a pasar…

– No tienes por qué cuidarnos tanto – musitó Camila.

– Quiero hacerlo – remarcó – y sé que ahora no me soportas, porque estas asustada y crees que somos unos monstruos, pero sé que más adelante seremos buenas amigas… incluso tendremos una buena relación sobrina-tía…

Tía…Mierda, eso me recordaba...

– ¡¿Qué paso con tía Melanie?! – solté poniéndome de pie como resorte.

– Ella ha salido con Fred a Seattle, el llego hace un par de horas y le propuso salir de Forks unos días, nos dejo a cargo – me tranquilizo Karen.

Suspiré aliviada – Nos quedaremos, Alice. Gracias.

Ella sonrió – No es nada, ahora las dejare solas un rato… – y sin decir más salió de la habitación con su característico andar grácil.

– Caro… Alice ha dicho ¿Tia-sobrina? – Karen me miro con ojos entrecerrados.

Ups.

Me encogí entre hombros y hice una mueca avergonzada – Olvide ese detalle. Según unas investigaciones que Alice hizo, es nuestra tía. Hermana de nuestra bisabuela, Cynthia.

– Joder – soltó Camila poniéndose de pie y empezando a caminar nerviosa por toda la habición.

– ¿Cómo dices? Explícame eso ahora – exigió mi hermana vendada.

Luego de un suspiro les narré, cada detalle faltante en mi explicación, todo lo que había sido mi relación con Alice hasta la actualidad.

– Así que… ¿ella tuvo una visión donde estábamos todas felices abrazándola?

Asentí a la pregunta de Karen – ¿Recuerdas que te describí los dones? – fue su turno de asentir –  El suyo es la visión al futuro.

– Esto es ridículo – soltó incrédula Kammy – no sé que ganan con tenernos aquí…

– ¡No ganan nada! ¡Solo son buenas personas! – Exploté – He estado intentando tener paciencia pero simplemente no puedo cuando te comportas de esa manera tan grosera, Camila. ¿Sabes qué? Si ellos quisieran matarte lo abrían hecho ya. ¡Son una familia como cualquier otra! ¡solo que con una forma de vida diferente! ¡Pueden amar y sentir como tu y como el resto de los demás, carajo! – me puse de pie y resople con mis manos vueltas puños – Lo mejor es que me vaya por un rato. Karen, si logras que esa cabeza dura abra su mente, te haré una estatua de oro – luego de terminar mi estalle, me dirigí a la puerta y salí de la habitación queriendo dejar atrás la presión.

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Decir lo siento se queda corto chicas, tenía dos semanas sin actualizar Entre Terceros y me sentía horrible, enserio, no he dejado de marear a mi mejor amiga diciéndole "quiero publicar cap t.t" pero la verdad es que no he tenido tiempo, estoy a full con mis estudios u.ú En fin, espero lo entiendan ^^' prometo traer otro capitulo pronto! ya empece el 18 :D así que tendrán noticias mías pronto!

Gracias por sus comentarios chicas! Hoy el blog cumple dos años y estoy muy feliz, después de todo ese tiempo ustedes siguen allí al otro lado de la computadora, pero dándome animos con sus hermosas palabras!

Las quiero un mooontooon!

~Caro*