Seguidores

martes, 9 de octubre de 2012

Entre Terceros - Capítulo 28 "Poción de la Verdad"




POV CAROLINE.
No sé cuánto tiempo pasamos tirados en el pasto, solo pasando un cómodo pero extraño momento juntos…

Yo solía ser una completa parlanchina pero por esa vez me quede callada, completamente aturdida por todas las sensaciones que estaba experimentando.
Ansiedad y alivio a la vez, mezclado con alegría y miedo. Ansiosa porque no sabía que venía después y miedo por aquello que venía. Quería saber que era lo que estaba pasándome, a que se debía ese alivio en mi pecho, ese que solo obtenía cuando él estaba cerca y me hacía sentir feliz.
Sabía que Seth era especial desde el principio, pero ¿hasta qué punto lo era para mí? Era completamente irrazonable tener tantos sentimientos por una persona a la que conocía hacia menos de una semana, enteramente tonto y de algún modo peligroso por el hecho de que había logrado afectarme tanto en tan poco tiempo.
Era como si caminara sobre frágiles cristales… si daba un paso en falso se romperían, terminarían hiriéndome y aun sabiendo eso quería seguir caminando aunque mi cordura me dijera que era momento de parar.
Estaba confundida, más bien intrigada por todo. No tenía respuestas, solo tenía sensaciones que no me dejaban pensar con claridad… solo sabía que nunca me había sentido así con nadie, eso me intimidaba, me hacía sentir débil ante él y lo peor de ello era que, esa debilidad me gustaba aunque quisiera negarlo.
Mientras en mi mente seguía vuelta un completo desastre, mi exterior estaba completamente tranquilo, relajado, y aunque eran sentimientos opuestos a los que teñían mis pensamientos, eran ocasionados por la misma persona, Seth Clearwater.
Yo me dedicaba a jugar con su pelaje con fascinación, dejando ver entre mis dedos el bonito color - muy parecido al de la arena de la playa -  como si fuese a derramarse sobre mis manos. Era aturdidor cuan hermoso era, cuan increíble era que existiera un ser como él. La perfecta combinación del mundo real y el que se consideraba imposible de experimentar.
Su cabeza estaba sobre mi regazo, yo misma la había guiado a ese lugar por pura inercia, cuando fui consciente de ello me sonroje un poco pero estaba demasiado encantada con el hecho, que no pude echarme para atrás. El resto de su enorme cuerpo estaba rodeándome, me encontré recostada sobre su costado, sintiéndome extremadamente pequeña en contraste con él y muy abrigada por su temperatura.
Sin darme cuenta empecé a tararear una canción, no fue hasta después de un par de minutos que realmente lo noté, gracias a que Seth empezó a mover su cabeza de lado a lado, con el ritmo de mi tarareo.
Solté una carcajada - Lo siento, suelo tararear cuando estoy muy cómoda y realmente lo estoy – me encogí entre hombros -  Eres mejor que cualquier cama o sofá – me reí por lo bajo – debe ser genial dormir contigo – murmuré espontáneamente, pero me arrepentí al escuchar el eco de mis palabras en mi mente – Uh, creo que sonó mal - cerré los ojos y me abofeteé mentalmente. Yo y mi mala costumbre de elegir mal las palabras - lo que quise decir es que… yo, bueno… nosotros… - bufé sintiéndome un poco aliviada de que no estuviera mirándome  a la cara – da igual, tu entendiste.
Todo a mí alrededor se sacudió, y escuche un extraño chillido y una especie de tos que provenía de Seth, no fue hasta después de un segundo que entendí que se reía. Iba a quejarme pero el sonido que parecía de todo menos una risa, me contagió y termine riéndome con él. Nuestras risas se apagaron poco a poco, pero la sonrisa tonta permaneció en mi cara.
Seth empezó a moverse suavemente, dando señales  de que quería ponerse de pie, inmediatamente – aunque a regañadientes – aparté mis manos de él, dejándolo libre de todo agarre para que pudiese hacerlo. Una vez que lo hizo, me quede mirándolo como si fuera una niña pequeña desde el suelo, se veía muy intimidante desde ese ángulo.
- ¿Pasó algo? – pregunté un poco aturdida por la manera brusca en la que había explotado nuestra burbuja.
Agachó la cabeza de modo que quedo justo frente a mí a unos 30 centímetros de distancia. Como si pudiese leer su mente entendí un “espérame un momento” asentí aún confundida y luego lo vi desaparecer al hundirse en el bosque de nuevo. Parpadeé un par de veces, como si despertara luego de un encantamiento.
¿Qué había pasado los últimos minutos? Me sentía diferente.
Con cuidado, dado a que mis piernas se habían adormecido un poco, me incorporé sobre mis pies y sacudí la parte trasera de mis jeans un par de veces.
¿Qué había cambiado en mí?
Como tonta mire mis manos, mis brazos y luego todo mi cuerpo. Todo parecía estar igual en el exterior, pero yo seguía sintiendo el cambio, que en ese momento me resulto invisible.
Las muy conocidas mariposas hacían estragos por todas partes y mi corazón latía rápidamente, pero no se debía a nada malo, que era lo más desconcertante. Me sentía bien, pero inquieta. Metí mis manos en mis bolsillos, dado a que las sentía demasiado frías. Volví a mirar en la dirección en la que el gran lobo había desaparecido.
¿Por qué se había alejado de repente?
Consideré el hecho de que quizás, muy probablemente, el momento no había sido tan cómodo y grato para él como lo había sido para mí. Tal vez se había cansado y había permanecido en ese estado solo por no hacerle un desplante a la curiosa chica que, como si fuera poco, también lo usó de sillón.
Me avergoncé ante mis suposiciones,  no me había detenido a pensar que podría resultarle molesto ya que no lo había parecido en ningún momento, además, él había sido quien me había abrazado con su cuerpo…
Una gota de agua cayó sobre mi cabeza, cortando en seco el hilo de mis pensamientos y por reflejo alcé la mirada al cielo, ya completamente gris. Un par de gotas más cayeron, esta vez en mi cara.
- Oh genial lloverá – me quejé. Acomodé mi cabello dentro de mi gorro.
- Tienes razón. Deberíamos buscar techo, no quiero que tomes un resfriado o algo así – escuché su voz a mis espaldas, de manera automática rodé sobre mis talones para mirarlo.
Me sonrió cálidamente, parecía tímido. Caminó lentamente hasta que estuvo frente a mí, a unos 15 centímetros.
- ¿Techo? ¿Te refieres a llevarme a casa? – pregunté notablemente desanimada, no quería que el día acabara allí.
Su semblante cambió, la sonrisa desapareció. Sonreí internamente cuando noté cuanto le afectaba el hecho de que yo me fuera.
- ¿Quieres irte?
- No. Pero sabes que no volveré a la casa de tu hermana…
- No estaba pensando llevarte de nuevo allí… iremos a mi casa, ¿está bien? – propuso dudoso, mirándome expectante.
- Si – acepté sonriente y como si fuera la cosa más natural del mundo, tomé su mano cuando me la tendió – andando.
- ¿Quién crees que los trajo?– pregunté al tiempo que tomaba asiento seguidamente, el hizo lo mismo.
Estábamos en el mueble más grande de su sala, con dos tazas de chocolate caliente – que él había insistido en preparar - sobre la mesita de madera que se encontraba al frente y una pequeña cesta llena de los ponqués que Leah había preparado para la reunión de su esposo. Fruncí el ceño al mirarlos y recordar la incómoda escena que me recordaba el solo olerlos. Seth los había encontrado en el microondas, no se había visto sorprendido pues dijo que los había olfateado apenas puso un pie dentro de su casa.
- Sunshine, aún percibo su efluvio en la cocina – observó una hoja blanca de papel, rasgada descuidadamente en un trozo mediano que sostenía en su mano izquierda – además ha dejado una nota justo debajo de la cesta.
- ¿Qué dice? – quise saber.
- “Dáselos a Caroline como muestra de lo mucho que siento lo que pasó, no entendí nada pero solo puedo sentirme apenada por ello, es una chica muy dulce y me ha caído realmente bien, espero que lo sucedido no la aleje de la reserva, sería una pena. Sun.” – leyó fluidamente y casi pude ver a la simpática y parlanchina chica frente a mi disculpándose.
Hice una mueca – Ella es adorable, no debería sentirse apenada en absoluto. Incluso entendí que quiso defenderme, aun sin entender que pasaba – suspiré y me hundí más en el sillón.
- Luego hablaré con Natalie y Alphonse, no debieron tratarte así. – dejó la nota sobre la mesa, justo en medio de la cesta y su taza.
Medio sonreí mirándolo – No te desgastes más por eso, Seth. Ya paso, ahora solo me preocupa Sunshine,  la próxima vez que la vea hablaré con ella para que se quede tranquila.
- ¿La próxima? – soltó más animado.
Asentí – Como ya te dije tengo varios asuntos que resolver aquí – tomó su taza de chocolate y me tendió la mía – Gracias. – Tomé un sorbo – por los momentos pasemos la página con eso, por ahora solo quiero que hablemos sobre ti.
- ¿Sobre mi? Un tema interesante entonces – bromeó sonando engreído.
Rodé los ojos – Si, claro. “Chico dos en uno” – hice las comillas con los dedos de mi mano libre.
– Lo mejor de dos mundos ¿Qué más podrías pedir?
Me reí – Oh nada, claramente. ¿Cómo pedir algo mas cuando tengo al chico paga dos por el precio de uno en frente?
Se carcajeó - ¿Por qué me apodas como si planearas venderme a un precio extremadamente barato?
Sonreí y puse los ojos en blanco – Ya, dejando de lado las tonterías, háblame de ti – insistí esta vez mas seria.
- Vale – aceptó y luego de beber un poco de su chocolate continuó - ¿Alguna pregunta para empezar?
- Tengo tantas que no sé por dónde empezar. Sé varias cosas pero creo que me he perdido el como inició todo esto – medité – así que esa es mi pregunta, ¿de dónde salieron ustedes? ¿Alguien fue mordido por un lobo o algo por el estilo?
- Nada de eso – aclaró amablemente - La historia cuenta que el don que tenemos para transformarnos, nació de la fusión del espíritu de un jefe de la tribu, Taha Aki, con el cuerpo de un lobo en tiempos difíciles para nuestra gente.
- ¿Espíritu? – repetí sorprendida.
- Si, no fuimos mordidos ni tomamos nada extraño, es algo que viene contenido en el alma de los descendientes de ese jefe.
Medité lo que decía por un minuto - Es decir, que solo son lobos quienes tienen ese gen mágico en las venas – empecé a comprender. Deje mi taza sobre la mesa.
- Exactamente… ¿sabes? Creo que tengo algo para ti. Espera un momento – pidió y se levantó del mueble rápidamente, dejando su taza sobre la mesa caminó en dirección a la cocina pero noté que se desvió hacia donde estaba su habitación.
Mientras tanto, la lluvia caía fuertemente afuera, tanto que resonaban sus golpes en el techo por toda la casa. Pasaron apenas dos minutos cuando ya estaba de regreso, me tomó un segundo notar que traía algo con él. Un cuaderno.
- Toma – me ofreció la mediana libretita verde que traía entre sus manos, cuando volvió a sentarse a mi lado.
Alcé una ceja cuando tomé lo que me ofrecía con mi mano derecha. Lo miré extrañada - ¿Qué se supone que es esto? – pregunté mirando el oscuro color verde del cuaderno, sin atreverme a abrirlo aun.
- Es un viejo cuaderno de notas que Emily usó hace un par de años – explicó.
Asentí aún confundida – Ok… pero ¿Qué tengo que ver yo con el cuaderno de Emily? Ni siquiera la conozco a ella…
-      Ábrelo y comprenderás. – pidió muy apegado a sí mismo.
-      Fruncí el ceño antes de abrir la libreta y ver en la primera página, una frase escrita a mano con una letra más o menos legible.
“Leyendas Quileutes”

-      ¿Leyendas? – repetí alzando la mirada hacia Seth, esa palabra había hecho un clic en mi cerebro - ¿Es lo que yo creo? – pregunté como tonta, sintiéndome emocionada como una niña pequeña en la mañana de navidad.
- Si lo que estás pensando es que toda la historia de los lobos está escrita en ese cuaderno, estas en lo correcto – al escuchar su afirmación clave mi mirada de nuevo en el cuaderno, que de repente era la cosa más interesante del mundo - Considéralo un libro, al leerlo comprenderás absolutamente todo lo referente a nuestro origen.
Sonreí ampliamente completamente eufórica ¡Tenia todas las respuestas en mis manos! Empecé a darle breves vistazos al cuaderno, estaba completamente lleno, desde la primera hasta la última hoja. Escuché a Seth reírse, seguro por lo rara que me veía pasando las hojas rápidamente sin ni siquiera detenerme a leerlas. Quise apenarme por ello, pero no pude, solamente pude reírme con él.
-      Lo siento, creo que me he vuelto un poco loca con todo esto – admití cerrando de una vez por todas la libreta y dejándola descansar sobre mis piernas.
-      No te preocupes – dijo divertido – por mi está bien, me alegra que te ponga tan ansiosa nuestra historia, eso me dice que vale la pena estar rompiendo los códigos.
-      ¿Los códigos? ¿a qué te refieres?
-      No está permitido dejar en manos de una cara pálida, que en este caso serias tú por no pertenecer a la reserva, nuestras leyendas. Revelarles nuestro secreto a quien es ajeno a nuestras tierras es el código, como una de nuestras reglas.
-      ¿Por qué me estás dando este cuaderno si está prohibido? – quise saber – No es que no me muera por saber todo, pero necesito saber si esto te traerá problemas de algún modo porque yo no quiero…
-      Tranquila – me interrumpió -  esto tiene una completa justificación.
-      ¿Cuál? – pregunté aun inquieta.
-      Tú conoces el secreto, solo te estoy ayudando a comprenderlo. No hay ningún código que diga que no puedo ayudarte.
-      Pero sigo siendo una cara pálida… por cierto, odio como suena eso.
Soltó una breve risa – Lo sé, no es algo descalificativo, lo juro. Y si, lo eres,  pero ya sabes demasiado, así que al diablo los estúpidos códigos. Confío en que nunca nos delatarías, por lo que no veo el problema en darte ese cuaderno. Lo único que te pediré es que seas cuidadosa con él. Nadie más puede verlo ni por error.
Asentí lentamente, acatando sus instrucciones – Es muy lindo de tu parte que me confíes esto, así que… gracias – me limité a decir con una sonrisa tímida dibujada en mi rostro.
- De nada. Solo quiero que me conozcas y esa libreta es una parte importante de mí. De todo.
Me mantuve en silencio unos segundos, solo mirándolo fijamente como él a mí. Era increíble la forma en como se estaba abriendo conmigo, como si quisiera revelar cada secreto, como si solo quisiera mostrarse enteramente frente a mis ojos. Finalmente sonreí y dejé el viejo cuaderno sobre la mesita de en frente.
- Lo leeré esta misma noche – prometí.
Asintió – Me parece perfecto, por los momentos puedo explicarte lo que quieras. Soy todo oídos – ofreció.
- ¿No te cansas de que siempre este preguntando?
- No, para nada. Me gusta que sientas curiosidad por mí. La verdad me halaga que te intereses por lo que soy, que lo aceptes es muy importante para mi.- su voz fue bajando de volumen hasta quedarse en silencio. Seguía mirándome, como si estuviera diciéndome algo que no podía decir en voz alta con su sola mirada.
- ¿Por qué? ¿Por qué te importa tanto lo que yo piense de ti? – Fruncí un poco el ceño – apenas me conoces…
- Quisiera poder decirlo, pero no creo que sea el momento – sonrió a medias – solo puedo decir que quiero agradarte, porque tú me… agradas demasiado, tanto que temo decir cuánto y asustarte – declaró, y sus palabras salían de sus labios como si le costara expresarse, parecía pensar detenidamente cada silaba pronunciada.
Me quede en silencio por un par de segundos - Me agradas Seth – aseguré con voz firme cuando encontré una manera segura de responderle – más de lo que puedas imaginarte y mucho para lo que considero lógico y correcto - confesé esta vez en un tono más bajo e inseguro, sin poder detenerme, solo queriendo decir lo que sentía, su mirada parecía una poción de la verdad.
– Significa mucho que te sientas de esa manera, porque me pasa exactamente lo mismo contigo, solo que yo si encuentro la lógica y sentido de todo esto.
- ¿Esto? – Pregunté algo ansiosa - ¿Qué se supone que es “esto”?
- Sera lo que tú quieras que sea – prometió con una sonrisa amable – pero me alivia un poco saber que algo pasa, que no soy el único que lo percibe.
Y allí estábamos, mirándonos frente a frente y hablando en claves, diciendo cada cosa con otra más escondiéndose disimuladamente entre líneas, como si tuviéramos miedo a ser demasiado sinceros. Sentados uno frente al otro en su sofá, recostados en cada esquina del mismo, yo sentada con las piernas dobladas como indio y el y su gran tamaño haciendo ver todo lo demás diminuto.
- Yo no tengo idea sobre que es “esto”. Me pone nerviosa el no entenderlo – admití jugando nerviosamente con mis manos.
- No tienes que entenderlo, quizás solo debas… dejarte llevar por ello para ver a donde te lleva – susurró como si me estuviese proponiendo una travesura.
Asentí  trague grueso sin saber que más decir, no queriendo aceptar o negarme ante su propuesta.  Ambos estábamos admitiendo que nos atraía el otro de una manera intensa, acelerada, y extraña al menos para mí, porque el parecía entender más que yo. No me atrevía a preguntar porque no me sentía preparada para una respuesta.
Un fuerte trueno explotó la nueva burbuja que había empezado a formarse entre nosotros, agresivamente. Solo pude pegar un salto y soltar un gritito patético en reacción, haciendo que el riera y se acercara a mí, rodeara mis hombros con su brazo y me abrazara a él.
- ¿Miedo a los truenos? – murmuró cerca de mi oído.
- Los odio – resumí por lo bajo distraída con el resonar su corazón contra su pecho, mi mejilla había quedado apoyada en el mismo. Sus latidos saltaban sobre su camisa como si acabara de correr un maratón, pero se encontraba perfectamente tranquilo. ¿Seria una característica más de los lobos?
- Tranquila – susurró – estoy aquí… siempre lo estaré – susurró aun más bajo como si no quisiera que lo escuchara.
- ¿Siempre? – repetí atontada por la forma en que mi cuerpo reaccionaba con su cercanía. Me sentía como de gelatina.
- Contando desde el día en que nos conocimos, hasta siempre – susurró tan bajo, y su voz temblaba, con un notorio miedo. El temía que sus palabras me asustaran pero necesitaba decirlas, entendía perfectamente la sensación.
Solo suspiré tontamente, atreviéndome a pasar mi brazo hasta su cintura, en un abrazo. ¿Qué demonios pasaba conmigo? No tenia la voluntad para detenerlo, ni siquiera la tenía para detenerme a mi misma.
Permanecimos en esa cómoda posición por un rato que no pude deducir, gracias a que su calor corporal, su respiración en mi coronilla y la forma en como su mano hacia fricción con mi brazo terminaron relajándome por completo, haciendo que cayera en un sutil sueño antes de que pudiera darme cuenta.
Era casi media noche, mis hermanas estaban dormidas en su habitación y yo estaba intentando imitarlas en la mía, sin éxito. Tenía muchas cosas en la cabeza como para poder concentrarme en mi descanso. Una vez que me rendí, me senté sobre mi colcha, encendí la luz de mi lamparita nocturna y clave la vista sobre el corcho que había adornado esa misma tarde, con fotos de mi familia.
Abracé mis piernas contra mi pecho y llore en silencio por unos minutos al ver el rostro de mis padres sonriéndome desde una foto, de esa forma irreal, estática, congelada en el tiempo. Habían pasado tres años desde que se habían ido, y me había acostumbrado a vivir con Melanie, era lo más feliz que era posible para una chica de doce años que había sufrido la ruptura obligatoria de su familia. 
Me consolaba el hecho de que tenía a Karen y Camila, a Melanie y al resto de mi familia en Seattle y Mississippi. Pero aun así, no era suficiente. Tenía la sensación de vació aplastándome la boca del estómago, haciéndome llorar como un bebé por enésima vez en silencio. 
No me gustaba que el resto de los que me rodearan sintieran mi tristeza, siempre me había gustado contagiar cosas positivas, ser graciosa o cariñosa era más mi estilo, era la Caroline que yo quería ser. Quería que la sensación de vacío se fuera a como diera lugar, me desesperaba y me hacía sentir como si fuera una persona diferente a la que yo estaba acostumbrada a ser. 
Miré una antigua foto de mi abuela Josephine y yo cuando era niña. Sonreí un poco, recordando lo que había dicho una vez la psicóloga a la que Melanie nos llevaba a las chicas y a mí desde que mis padres habían muerto… Aún quedaban seres a los que amaba y debía aprovecharlos.
Entonces, en ese momento, recordé algo que había quedado enterrado en mi mente, entre tantas cosas, cambios y sentimientos que había experimentado los últimos años. Mi familia materna. 
¿Dónde estarían ellos? ¿Estaría la madre de mi mamá viva? ¿Me parecería a mi abuelo materno? ¿Tenía tías, tíos? ¿Primas? ¿Por qué nunca los había conocido? ¿Por qué ellos nunca llamaban? ¿Sabían que mama había muerto?
Pase alrededor de media hora, dándole vueltas al asunto, terminando bastante obstinada por no dar con ninguna respuesta. La poca información suministrada por mi madre años atrás, no servía de nada.
Viven en California. No hablamos hace mucho tiempo, no hay mucho que decir
Suspiré y me levante de mi cama, me acerque a la puerta caminando de puntitas y la abrí con cuidado, con la intención de ir abajo y comer algo para distraerme, planes que se fueron a la basura cuando miré a la habitación frente a la mía, la puerta estaba entreabierta y la luz de Melanie seguía encendida.
Sabía que Fred estaba de viaje, así que sin dudar deje mi cuarto y fui al de mi tía, quien era a quien recurría cuando no quería dormir sola, o en ese caso, no podía dormir. Empujé la puerta con cuidado y vi que Melanie leía un libro recostada al espaldar de su cama, con su pijama y sus lentes de leer puestos.
— Tía Melanie… – murmuré desde la puerta de su habitación, parada justo en el marco.
Ella levantó la vista al escucharme, viéndome algo sorprendida por un momento – Caroline, cielo, creí que estabas dormida…
— No puedo dormir – admití encogiéndome entre hombros, caminando hacia su cama.
— ¿Pasa algo? – preguntó preocupada cuando me senté frente a ella, hizo su libro a un lado y dejo sus lentes sobre su cabeza — ¿te sientes enferma? – tocó mi frente inmediatamente.
Negué con la cabeza – Pasa algo, pero no tiene que ver con mi salud.
— ¿Entonces?
— Extraño a papá y a mamá – admití con los ojos picándome – no puedo dormir.
— Oh, mi niña, ven aquí – me abrió sus brazos y gustosa fui a ellos.
Me abrazó por un rato y me prohibí terminantemente llorar. Fueron varios minutos en silencio y llenos de mimos que hicieron que me sintiera un poquito mejor. Ella me recordaba muchísimo a los abrazos de mi madre.
— ¿Puedo preguntarte algo, tía? – pregunté un rato después, rompiendo el cómodo silencio.
— Claro — aseguró soltándome para que pudiese alejarme y mirarla a la cara, quede sentada justo a su lado, mirándola de frente.
— ¿Dónde está la familia de mamá? – pregunté sin titubear.
Su expresión serena se crispó, como si fuese dicho alguna mala palabra o una maldición.
— ¿Por qué preguntas eso? – soltó rápidamente, a la defensiva.
— ¿Por qué no los conozco? – Insistí ignorando su pregunta tal como ella había ignorado la mía. – Recuerdo que mi madre dijo que vivían en California y que mi madre no hablaba nunca con ellos, pero ¿Por qué? ¿Pasó algo malo? ¿Saben que mamá murió? 
— Line, detente por favor – pidió ella ansiosa, deteniendo mi ataque de preguntas – si haces mil preguntas a la vez no voy a poder saber cómo responderte.
— Solo quiero saber de ellos – expliqué – dime lo que sea, pero necesito saber algo, que me digan porque son un fantasma en vez de personas palpables. Se supone que son mi familia, ¿no?
Suspiró y nerviosamente acomodó su cabello castaño tras sus orejas, apartó los lentes de su cabeza, y los dejó descansando sobre su libro. Vi como bajaba la mirada y parecía analizar su respuesta, esperé impaciente pero tranquila, deseando obtener alguna pista que me explicara todo aquello que no entendía.
— ¿Qué es exactamente lo que sabes? – preguntó unos minutos después, fijando sus orbes café claro en los míos, de repente parecían demasiado cristalinos. 
— Viven en California. Eso es todo. Mamá nunca explicó nada más, ni siquiera recuerdo si alguna vez nos dijo sus nombres cuando las chicas y yo le preguntábamos por ellos, solo repetía que no había mucho que contar ¿Sabes el nombre de los padres de mamá? Sería una buena manera de empezar a saber sobre ellos…
Asintió pero dudo un poco antes de responder – Si mal no recuerdo, sus nombres eran John y Melissa.
Fue mi turno de asentir, guardando ese dato a fuego en mi mente.
— Viven en California, como dijo tu madre – prosiguió — No sé exactamente la dirección, apenas puedo deducir su apellido porque era el de Karina. Solo puedo contarte un poco de lo que recuerdo de cuando conocí a tu mamá y lo que llevo al hecho actual de que ellos son unos desconocidos para ti y tus hermanas. ¿Te sirve?
— Escucho – aseguré, emocionada ante el hecho de lo que sea que ella me diría.
— Tus padres se conocieron cuando tu madre tenía 17 años, para esa época tu padre tenía unos 20 años… se enamoraron, así de sencillo y rápido. Es como si desde el primer momento hubiesen sabido que eran el uno para el otro – sonrió con nostalgia y miró a un punto ciego – pero lamentablemente a algunas personas no les agradaba esa conexión que había entre ellos. Tus abuelos maternos, no sentían simpatía alguna por Carlos, por lo que hicieron lo posible por acabar con el romance de él y Karina, cosa que a pesar de todo no lograron. 
"Con el pasar de dos años, tu madre acaba de cumplir los 19 años cuando se cansó de luchar contra su propia familia y eso le llevo a tomar una decisión muy difícil para ella, pero la que su corazón le decía que era la correcta. Fuera cual fuera la opinión de su familia sobre Carlos, ella lo amaba y quería estar con él por el resto de su vida, podría jurar que estuvo segura de eso desde el primer día.
— ¿Fue amor a primera vista? – pregunté inocentemente, sumergida de lleno en la historia.
Melanie sonrió y asintió – Podría llamársele de esa manera.
— ¿Qué paso después? – insistí ansiosa.
— Karina y Carlos se casaron en secreto, en contra de la voluntad de los Curilem. Tuvieron que huir para formar la hermosa familia que querían. Tu mamá dejo de comunicarse con su familia con el pasar del tiempo, ya que ellos no estaban interesados en aceptar las decisiones que había tomado para su vida, ella estaba completamente segura de que tu padre, tú y tus hermanas eran lo que necesitaba para ser feliz. La historia es corta, problemas familiares en los que tú no tienes culpa ni relación alguna, cariño.
Asentí varias veces, asimilando sus palabras — ¿Qué hay de ustedes? La familia de papá, ¿les agradaba mamá?
— Sí. Karina se ganó el cariño de todos, tanto que se convirtió en mi mejor amiga – tragó grueso y limpió una lagrima que había resbalado por su mejilla para luego reírse – Recuerdo el día en que la conocí, fue una locura. Tu padre simplemente llegó con ella de la mano y un par de maletas diciendo que acababa de casarse con la chica de la que tanto nos había hablado, que por fin la había traído para que la conociéramos y que se mudaría con ella a un apartamento cerca de la casa esa misma tarde – se carcajeó.
“Tu papá era impulsivo y un terco de primera, para él era correcto lo que él consideraba que lo era, nunca escuchaba a nadie más diciéndole lo contrario – negó con la cabeza y con ese aire maternal que la caracterizaba acarició mi mejilla – ustedes tres heredaron esa terca parte de su personalidad – rodó los ojos – así que puedo estar segura que las mellizas empezaran a dar problemas ahora que cumplieron quince y tú serás una completa pesadilla cuando seas adolescente.
Medio sonreí – Cuando sea grande quiero enamorarme a primera vista como mamá y papá.
— ¡Dios! Tienes doce años, ¿ya empezaras a pensar en enamorarte? ¿No crees que sería mejor que te comprara una Barbie nueva? – me rodeó son sus brazos en un posesivo abrazo – mi pequeña bebe – besó mi frente al susurrar – no crezcas jamás, para que nadie nunca te lastime. Los adultos somos unos completos idiotas algunas veces…”
Escuchaba a lo lejos, una de mis canciones favoritas sonar, poco a poco el sonido se escuchaba cada vez más fuerte sacándome de la inconciencia en cuestión de segundos. Gemí quejosamente y acomodé mi cabeza sobre la superficie cálida en la que se apoyaba. A lo lejos, aun sobre el ruido molesto de la música escuché uno familiarmente agradable, una risa baja y ligera.
- No puedo culparte si estas cómoda, porque yo también lo estoy. Pero tu teléfono está sonando desde hace un rato y deberías responder – aconsejó una voz baja.
Abrí los ojos lentamente, y alcé el rostro lentamente para encontrarme con la vista de Seth fijamente sobre mí, en ese momento recordé todo lo pasado anteriormente y entendí que me había quedado dormida abrazada a él, mi brazo seguía sosteniéndolo hasta su cintura posesivamente y mi mejilla estaba apoyada sobre su pecho.
Mi móvil dejó de sonar. No le di importancia alguna, al contrario, lo agradecí.
- Creo que se han cansado de insistir.
- Da igual, en realidad solo quería que dejara de sonar – admití con voz perezosa – creo que me dormí… emm… lo siento – dije apenada alejándome un poco de él, tratando disimular mi comodidad.
El frunció el ceño,  sin embargo, me soltó sin problema - ¿Te disculpas por dormir? Aun no es ilegal, Caroline – respondió divertido.
Puse los ojos en blanco - Sabes a lo que me refiero – bostecé y él me miró fijamente, tornándose serio.
- Te ves preciosa, incluso cuando acabas de despertar.
Estuve a punto de tomarme demasiado a pecho su comentario, pero para evitar un sonrojo vergonzoso elegí la vía que mejor parada me dejaba siempre, decidí bromear al respecto.
Bufé – Debes verme por la mañana, mi cabello parece un nido de pájaros y mi cara esta tan demacrada como la de un vampiro.
Alzó una ceja y una sonrisa extraña se dibujo en sus labios - Espero poder verlo algún día… - murmuró con complicidad.
Entonces, me di cuenta de como había sonado. Como si lo invitara a dormir conmigo. Genial Roses, primero le dices que seria genial dormir con él y luego sales con que quieres que duerma contigo, vas bien, sigue así y pronto le propondrás que te vea en calzones o algo por el estilo.
Volví a rodar los ojos por milésima vez en el día pero esta vez con un aire completamente sarcástico - Oh, no. Alto ahí – puse mis palmas abiertas frente a el – no voy a caer en el juego de palabras extrañas de nuevo, soy pésima escogiendo que decir. No quiero decir algo que suene mal.
Soltó una risa – No has dicho nada que suene mal, no que yo haya escuchado.
- Si, si lo que digas. Sé que has captado todo, así que me limitare a irme por un camino más seguro… ni siquiera noté cuando caí dormida ¿Lo estuve mucho tiempo?
- Alrededor de dos horas – contestó aun con una chispa de diversión en sus ojos.
- ¿Dos horas? – Solté sorprendida - ¿Por qué no me despertaste?
- Estaba cómodo y tú parecías estarlo. No lo consideré necesario – se encogió entre hombros.
Suspiré – Siento haberme quedado dormida, si me has invitado no era para que terminara durmiéndome.
-  Tranquila, no hay problema. Fueron un par de horas bastante agradables – aseguró con una tímida sonrisa, su parte socarrona se había ido.
Le sonreí de vuelta - ¿Qué hora es?
- Casi las ocho, ¿quieres cenar?
- Me encantaría.
- Puedo pedir comida china o una pizza…
- Pizza me parece bien, odio la comida china – arrugué la nariz en señal de desagrado.
Luego de una tranquila cena, en la que solo nos dedicamos a ver tv y reírnos de un estúpido programa que pasaban, optamos por acabar con los ponqués que Sunshine nos había dejado. Él apagó el televisor una vez que no encontramos nada interesante para mirar, pero sin embargo, nuestro parloteo no se detuvo. Ambos nos sentíamos muy cómodos con el otro, era ese tipo de persona con la que yo congeniaban con rapidez y fluidez.
Nuestras conversaciones eran triviales, nada que ver con nada sobrenatural. Simplemente dos chicos hablando sobre cosas banales, como mi poco agrado por la comida china, su amor por el sushi, mi miedo a los truenos y su gusto por la lluvia... en menos de lo que pude darme cuenta faltaban solo minutos para que fuera la hora de mi tope de llegada, tenia exactamente una hora para estar en casa o Melanie terminaría matándome. Había dicho claramente que antes de las once quería verme en casa. Últimamente nunca paraba, me la pasaba de un lado a otro con mis nuevos muy poco comunes amigos.
El retorno a casa fue en un cómodo silencio, en esa ocasión el viaje en moto fue tranquilo, no me sentía nerviosa en absoluto. A mi mente solo le angustiaba la idea de despedirme de Seth, no quería hacerlo, quería seguir pasando tiempo con él, su compañía acababa de crearme un estilo de adicción.
Sin embargo, estaba algo desubicada. Sentía como si había sido una Caroline al irme y ahora, otra al volver y no entendía el porqué, no encontraba el detalle que estaba pasando por alto.
La ignorancia y la confusión eran las sensaciones que más odiaba en el mundo y ambas estaban haciendo estragos en mí.
Cuando estuvimos en la esquina de mi cuadra, al bajar de la moto y entregarle el casco, me comporte algo distante, mantuve distancia, como si fuera mi manera de protegerme. Sentía que debía hacerlo, sentía que debía poner límites a mis acciones y era lo que menos había hecho en todo el día. No sabía como comportarme. Quería abrazarlo con fuerza como si fuese a irse demasiado lejos y quisiera evitarlo, pero a la vez no quería que él se diera cuenta de cuanto me afectaba.
- Buenas noches – se despidió mirándome extrañado al ver que unos 5 pasos de distancia me separaban de él, en un claro mensaje de “lejanía intencional”.
- Buenas noches, Seth. La pasé muy bien, gracias – hablé con tono frio pero amable.
Frunció el ceño - ¿Nos vemos luego?
Asentí – Seguro – contesté dudosa.
Sonreí amablemente una vez mas antes de torpemente dar una vuelta sobre mis talones y caminar ansiosamente hasta mi casa, creyendo que ya había terminado ese momento extraño en el que mis emociones me dejaban completamente dislocada y torpe… pero estaba equivocada, por alguna razón que desconocía sabia que él no me dejaría ir así…
Sentí su agarre en mi brazo, haciendo que me detuviera cuando estaba por cruzar en dirección a mi hogar. Cerré los ojos y gemí internamente en protesta.
¿No podía simplemente dejarme ir y dejar que yo aclarara mi mente para comportarme como una persona normal?
- ¿Qué ocurre? – preguntó una vez que me giré y estuvimos frente a frente.
Trate de sonreír – Nada ¿Por qué lo dices? – me sentía hipócrita.
Aflojó su agarre en mi brazo hasta que lo liberó - De repente cambiaste…  - volvió a fruncir el ceño - ¿algo que hice o dije te molestó?
Negué con la cabeza – No sé porque piensas eso, Seth. Pero todo está bien, tranquilo.
Su mirada me decía que no creía ninguna de mis palabras, era obvio, me estaba comportando completamente bipolar.
- Si es así, quiero que te despidas como se debe – me retó.
- ¿Cómo se debe?
- Un abrazo estaría bien – propuso como quien no quiere la cosa.
Suspiré profundamente, clavando mis ojos en los suyos por un momento. Él era completamente inocente de todo lo que estaba pasándome, podría ser el culpable de mi colapso pero no por ello debía notarlo. No podía alejarlo cuando no había hecho más que permitirle estar cerca de mí. Rindiéndome por completo, termine abrazándolo con fuerza por un largo rato.
- Buenas noches – repetí contra su pecho, logrando con ello que sus brazos me sostuvieran con mas fuerza.
Cuando por fin estuve frente a mi casa, abrí  y cerré la puerta lo más rápido que pude  y me recosté a la misma, luego miré el techo de mi casa y solté un profundo suspiro al tiempo que cerraba los ojos. Había sido un día largo… más bien, extraño, emocionalmente.
-      ­ ¿Suspiros de alivio, pequeña mentirosa?reconocí la voz de Camila.
Su tono era exactamente como cuando me descubría haciendo alguna travesura cuando éramos niñas, igual de irónico, sarcástico y descarado. Se me formó un nudo en el estomago y un frío embargó mi pecho, sabiendo que eso no podía significar algo bueno.
-      Tenemos que hablar, Caroline. Y no queremos mentiras, basta de ellas.
Abrí los ojos lentamente cuando escuche a Karen dar un ultimátum. Vi a mis hermanas, ambas de brazos cruzados frente a mi. Camila alzaba una ceja y Karen estaba completamente seria.
Fruncí el ceño al no comprender nada, pero sabiendo que si el rio sonaba era porque piedras traía – Emm… ¿Hola? Tuve un buen día gracias por preguntar – solté rodando los ojos y caminando en medio de ellas, con dirección hacia cualquier rincón de mi casa donde pudiese refugiarme, me ponían nerviosa aun cuando no sabia de que demonios hablaban, pero últimamente tenia demasiados secretos.
Susurré una palabrota cuando sentí el agarre de cada una en cada brazo… Mis hermanas lanzarían una bomba en tres, dos, uno…
-      Sabemos que no saliste con tus amigos, Michael y Yeleh vinieron a buscarte hace un rato y Ginna esta fuera de Forks– dijo Karen.
-      ¿Qué carajos has estado haciendo las últimas horas? Y sobre todo, ¿con quién has estado y porque nos has mentido?  - completo Kammy.
Oh, mierda…
Karen y Camila, solo dejaron que le avisara a Melanie que estaba en casa e intercambiara un par de palabras con ella, luego me arrastraron a mi habitación sin disimulo alguno.
- Bien, aquí estamos – dijo Karen pasándole el seguro a la puerta – y no saldremos hasta que nos cuentes que es lo que traes ahora entre manos.
Me senté en mi cama y las mire a ambas, paradas justo frente a mí, empezando a intimidarme con sus miradas fijas. Tragué grueso e hice un último intento…
- ¿Se han vuelto locas? ¿Qué se supone que tengo que decirles?  - Solté tratando de sonar despreocupada.
- No quieras vernos la cara de estúpidas, Line. Hay algo sospechoso aquí y todo señala que tienes uno de esos secretitos que la última vez nos dieron problemas, ya sabes – señaló su hombro, resaltando sus palabras.
- No tengo secretos. Y… esperen un momento, ¿todo? ¿Qué se supone que es todo?
- Punto número uno – intervino Camila – dijiste que saldrías con tus amigos, lo cual fue mentira dado a que ellos vinieron a buscarte y aseguraron que no habían hablado contigo en todo el día y ni siquiera sabían del paradero de Carlie desde hacía ya varios días…
- Salí con Carlie – invente automáticamente una nueva historia – no se los dije porque no quería que se preocuparan por mí, pase toda la tarde con ella y su familia. Sabía que eso las estresaría de algún modo por lo que te paso Kar, así que preferí decir que iría con los chicos, mis amigos humanos que sé que les agradan más – me encogí entre hombros, dando mi mentira por creída.
Ambas entrecerraron los ojos al mismo tiempo, a veces me daban algo de miedo…
- Si eso es verdad ¿Cómo explicarías el punto número dos? – preguntó Karen.
- ¿Punto número dos? – repetí confundida y nerviosa.
Asintió - Fred vino en la tarde a buscar unos documentos y al llegar nos preguntó por ti. Le dijimos que habías ido con tus amigos, y el extrañado, dudando de lo que le decíamos nos contó que te había visto subir a una motocicleta con un chico alto cuando venía cruzando la esquina. Le aseguramos que era Michael solo para cubrirte en ese momento, el pareció creernos aunque hizo un par de comentarios sobre que el chico se veía moreno y no pálido como tu amigo.  Nos sorprende que no se lo contara a Melanie.
- ¡¿Qué Fred me vio?! Demonios – murmuré.
- O sea que es verdad, y obviamente ese chico no era Michael ¿no? – presionó Camila.
- ¿Con quién saliste y porque nos lo ocultaste? ¿Por qué últimamente tienes tantos secretos con nosotras? – preguntó Karen.
Volví a mirarlas a ambas y supe que era inútil mentir. Ellas eran exactamente como yo, insistentes y tercas.
Suspiré rindiéndome – Su nombre es Seth Clearwater – confesé. 
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~'

¡Hello Everybody! ¿Cómo han estado?

Aquí aparezco, con nuevo capítulo. ¿Qué tal les pareció? Espero que les haya gustado, es un capitulo transitorio, tranquilo y sutil, pero ya saben como soy, luego suelto una bomba cuando menos lo esperan jajajajaja.

Sus opiniones aquí abajito *señaló hacia abajo con mi dedo índice* miles de veces les he dicho cuan importantes son para mi ¿no? Pues se los recuerdo, sus comentarios son la forma en la que me dicen que esta valiendo la pena escribir esta historia, porque representan el apoyo hacia el fic, lo cual, debo admitirlo, me da muchísimos ánimos.

Por otro lado, en el capítulo anterior, note varios nombres nuevos en los comentarios ¡lo cual me hace muy feliz! Se están animando a comentar ¡no dejen de hacerlo*---*! Espero seguir viendo esos nombres, y otros nuevos en este capítulo.

Ahora, me preguntaron: ¿Quién es Natalie realmente?

Es NatalieMars invadiendo mi fic, auxilio(?) – SOS – Okno! jajajaja, es un personaje muy especial en los próximos capítulos se darán cuenta de que es una pieza clave para armar todo el rompecabezas de la historia, al menos uno de ellos.

En fin, solo quiero dar las gracias a todas las que comentarios en el capitulo anterior, sus palabras me han dado muchos ánimos, me alegra saber que hay varias del otro lado *---* se les quiere mucho girls lml.

Espero otros 20 comentarios – si quieren más no me molesto jajaja – en este capitulo, es largo pero creo que explica y muestra varias cosas…

Por cierto, tengo una idea… no se si la quieran o no, pero de todos modos les dejare mi propuesta acá:

 TODAS las personas que comenten este capitulo tendrán la posibilidad – en caso de que estén interesadas -  de tener un adelanto del siguiente justo antes de ser publicado. Solo envíenme un correo a mklr2307@hotmail.com dejando en el, su nombre – el que han dejado en el cometario - y número de comentario (dado a que obviamente los revisaré) y a penas este listo el adelanto estará en sus correos.

Que más puedo decir… ¡Adiós!

¡Hasta luego amores!

¡Se les quiere montones!
CaroRamírez.

16 Palabritas que me inspiran :):

Unknown dijo...

Porrr finnn un cap...... pensé que no publicarías mas... bueno en fin el cap estuvo muy muy bueno y ps ya quiero que Caroline descubra su imprimación con Seth.. *-* espero que publiques pronto ya que esta historia me encanta y ando muy pendiente de ella....
¡¡saludos...!!

Anónimo dijo...

wow! Caro esta fantastico este capi, vale la pena la espera, me encanta Seth :p
Espero con ansias el proximo, te dejo un abrazooote, te quiero :)

consu!! dijo...

holaaa carooo!! bueno primeroo que todoo como stas ? hace dias que he querido habalrte peor bueno ya nos encontraremos en face jaja ...buenoo ahora si el cap? trancicion??... yo lo ameee me encatoo de trancicion o no lo ameee... uno aveces nesesitoo leer capitulo mas tranquilos mas emocionales por decirlo asi ... amee toda la parte de seth y caroline fue precisaa jajaja bueno te felicito una vez mas no cualquier puede escribir asi jajaja ...gracia spor publicar cuidatee te quiroo adiosin

Anónimo dijo...

hola hace un tiempo empece a leer tus historias, me encantan!!! adoro a seth es muy tierno :3 espero que sigas la historia me muero de intriga.
Me gusta tu forma de escribir especificas los detalles pero sin pasarte no puedo dejar de leer! espero que subas el siguiente cap pronto besos :D maqui

Anónimo dijo...

guauuuu hiper ame el cap. demasiado geniaaaaal :D espero con muchisisimas ansías el prox.
cuidate

Paola dijo...

Gracias por el capi Caro!!! me encanta esta historia, y espero ansiosa el siguiente para saber como acaba.

Animo y sigue escribiendo!!!

Anónimo dijo...

Amiga Caro!!!

Eres MARAVILLOSA!!! Definitivamente!!

Que Emoción!! Esa idea tuya de compartir un adelanto del próximo capi con tus seguidoras.... Wonderful!!!

Es magnífica IDEA!!! GENIAL!!!

Como no vamos a seguirte si eres muy INTERACTIVA y CONSIDERADA con tus Fans....

Este capítulo me ha parecido ESPECTACULAR!! Me Fascinó!! AMO A SETH!!! LO AMO CON LOCURA.... No veo el momento que en la Historia ya Caroline admita de una buena vez que lo ADORA!!!... wao y como no hacerlo..... Tu has logrado describir este personaje de SETH mejor que ninguna otra persona hasta ahora (incluyo a Stephanie.... JAJAJAJAJAJA!!!)....

Y ahora para completar la pillan completamente .... Y quien sería el que la llamó cuando estaba con SETH en su casa???.... Ya no lo puede ocultar más!! Que va ha pasar????... definitivamente me anoto para que me envies el adelanto del próximo capítulo... Ya te escribiré al correo dandote mi dirección y datos...

MUCHAS GRACIAS AMIGA!!! ERES FANTASTICA!!!

Un Abrazo!!

Anita

Bell.mary dijo...

Hola Carito que gusto verte nuevamente por aqui,,,,,,,, que te puedo decir del capitulo simplemente que me gusto mucho aunque digas que solo es transitorio a mi en lo general me encanto, porque pude ver mas esa conexion entre Seth y Caroline que sin duda cada dia es mas, solo que aun le falta darse cuenta de ello bueno a Caroline porque Seth lo tiene muy claro, me encanto la forma tan tierna de tratarla de el, ese momento en que estan juntos cuando el esta convertido el lobo fue algo fabuloso, y Caroline que sin querer deja salir unos comentarios que aunque ella trata de remediarlos es su subconsiente el que habla y dice lo que quisiera
que sucediera, ahora solo espero que no tenga problemas con sus hermanas por haberles mentido,,,,,,, y sin duda sigo intrigada con esa Natalie que sin duda se que traera cosas nuevas a la historia como ya mencionaste gracias a ella se pobra armar el rompecabezas........Gracias CArito por el capitulo y claro que me apunto para el adelanto.......Besos

Anónimo dijo...

Caro!!!

Eres Genial!!

Que Historia tan Fantástica!!!

La relación entre Seth y CAroline cada vez se fortalece.... y ella que necia es!!! porque se resiste a querer plenamente a Seth... Yo no me resistiría de ninguna manera... JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA...

En fin... el capi ESTUPENDO!!! FANTASTICO!!! INCREIBLE!!!

Me muero por leer el próximo...

Un Abrazo!

Karen

Anónimo dijo...

Saludos!!

Pues Yo encantada de esta historia que cautiva a cada capítulo que nos das Caro, Que sucederá ahora? Caroline Ama a Seth... mucho se nota, la cosa es, que hará Nahuel??

Eso me intriga mucho..

Bueno espero pronto lo sepamos, que ya se defina esa situación.. que prevalesca el Amor de Caroline por Seth

Espero con mucho interés ...

Tere

CaroMuserTwilighter:3 dijo...

Al fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin! Todos los días pasaba a ver si ya había un capitulo nuevo! xd creo que esto muy obsesionada con esto... pero es que siempre que subes otro... se me hace corto y QUIERO QUE CAROLINE SEPA LO DE NAHUEL!!!!!! Jajaja soy muy "apurona" por decirlo así.. Estuvo genial y siempre me dejas metida en todo el cuento! Con ganas de saber cada vez más.
Bueno, espero que no demores tanto (no exijo nada, solo es la desesperación) y tengamos capitulo luego jajaja estoy taaaan interesada._. llego a soñar esto (estaré loca?) Bueno, besos, cuidate*-*

CaroMuserTwilighter:3 dijo...

Ups... quiero decir QUIERO QUE CAROLINE SEPA LO DE SETH!!!!!!*

Anónimo dijo...

Seth es MARAVILLOSO!!!

La relación que se está fortaleciendo entre él y Caroline... waaaaoooo!!!

La verdad ella es distraida! como no se quiere enterar de que Seth muere por ella....

Que ya se decida por él.... a el es a quien ella Ama....

Espero el próximo capítulo con ganas...

Un abrazo

Leny

Yadira Oroz dijo...

simplemente wow!! es una de las historias mas fascinantes que he leido y dejame decirte que he leido bastantes.... tienes un gran talento con la escritura ademas de que amo a Seth!!! sigue adelante con todo esto y con las demas historias que salgan de tu inquieta y maravillosa cabeza!.......... saludos


Yadira Oroz

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con Yadira... Eres increiblemente talentosa Caro.... Escribes muy pero que muy bien...tienes genio, eres brillante... la forma como desarrollas a los personajes de esta historia...:)

Muy bien! Excelente trabajo!

No dejes de escribirla... Es muy emocionante!!
FELICIDADES!!

Christina

melissa dijo...

Hola Caro, mil disculpas por no haber leído antes, solo que he estado como loca con tantas cosas, del capi, me encanto como siempre, muy muy lindo, me fascina la historia.
Saludos.