POV CAROLINE.
- ¿Seth Clearwater? – Repitió – ¿Quién es él? ¿De dónde lo conoces?
- Una pregunta a la vez, Karen. Cálmate. – Puse los ojos en blanco.
- Solo responde – apremió.
- Lo conocí a través del novio de Carlie, Jacob. Son viejos amigos – respondí con un casi invisible encogimiento de hombros y expresión vacía, como si el tema no tuviera importancia.
- ¿A dónde fueron?
- A una reunión por el cumpleaños de su cuñado. – Resumí, limitándome a no detallar lo que había pasado en dicha reunión – La pasé bien, es un buen chico antes que saquen locas conclusiones sobre él.
- ¿Dónde fue la fulana reunión?
- La Push.
Alzó una ceja - ¿La reserva de la playa?
- Sí. - Estaba respondiendo con sinceridad y paciencia, para calmar su ansiedad al menos un poco y escabullirme de la manera más disimulada entre sus preguntas, aquellas que requirieran respuestas que yo por los momentos, no quería ni podía dar. Por otro lado, decir un par de verdades me ayudó a sentirme libre de mentiras por un par de minutos, la carga sobre mis hombros se hizo un poquito más ligera. Nunca habíamos sido de muchos secretos, y ahora yo tenía un montón.
Karen entrecerró los ojos y siguió con la mirada fija en mí, casi pude escuchar los engranajes mentales dentro de su cabeza. Oh, oh…
- ¿Ya ha terminado la ronda de preguntas? – Tomé mi almohada y la abracé apoyándola sobre mis piernas - Si es así, les pido que salgan de mi habitación. Quiero descansar. – pedí como si no notara la tensión que poco a poco teñía el ambiente, fingiendo un bostezo.
- Es uno de los morenos que estaban en la casa de Carlie el día siguiente que fui mordida, ¿verdad? –
Ignoró mi petición olímpicamente. Al menos lo intentaste Roses… Joder. Karen era tan rápida como yo sacando conclusiones, y ya sabía por dónde iban sus pensamientos…
- Si… - murmuré entre dientes, cautelosa.
- Los cuales también esconden algo sobrenatural, ¿cierto? - Lo sabía, sabía que daría con el punto en cuestión de minutos.
Mi sinceridad se desvaneció cuando Karen entró a arenas movedizas. Temas de los cuales yo no estaba dispuesta a hablar, al menos no por el momento.
- No lo sé – mentí con expresión inocente.
- Por supuesto que sí, estaban allí para ayudar a los Cullen a protegernos – agregó Camila, con expresión pensativa, recordando ese día.
No dije nada
. - ¿Qué te traes con ese chico? – Karen atacó por otro punto, seguro buscando la manera de encontrar mi lado débil y entonces hacerme hablar.
Mi armadura estaba puesta, no habría manera de conseguir nada.
- Nada – me encogí entre hombros – absolutamente nada.
- ¿Entonces porque no nos dijiste que saldrías con él? – Insistió Camila.
¿Tercas e insistentes? Ya éramos tres.
- ¿Podrían calmarse un poco? ¿A qué se debe este interrogatorio? – Solté a la defensiva, tenía que buscar la manera de protegerme - ¿Ahora resulta que debo darles explicaciones sobre cada cosa que haga? – Bufé y rodé los ojos – lo siento chicas, pero no sean ridículas. Nunca lo he hecho y no empezaré ahora.
Odiaba mentirles, odiaba ser odiosa con ellas pero tenía que hacerlo. Les había hablado de Seth porque no tenía otra opción, pero el tema de los lobos no era algo que iba a discutir con ellas esa noche, mi día había sido lo suficientemente intenso.
- No utilices ese tono con nosotras ni mucho menos te hagas la odiosa – me reprendió mi hermana mayor, irritada – sabes perfectamente que tenemos todo el derecho de preguntar en qué demonios andas metida.
- Son asuntos míos, Karen. Deberían respetar mi decisión de mantener mis asuntos para mí misma y darme privacidad. – respondí con su mismo tono.
- Lo haríamos si fueras como cualquier otra chica, pero no lo eres.
- Soy una chica común, como cualquiera – repliqué.
- No cuando conoces los seres que conoces. – Dijo Camila soltando un suspiro de pura frustración – Tienes un novio y una mejor amiga vampiro. Sin contar que tratas como una tía a una de ellos.
- Alice es mi tía, nuestra tía.
Volvió a suspirar - ¿Vas a decirnos la verdad sí o no? – se desvió del tema referido a Alice, dado que sabía que empezaría a defender su correspondiente lugar dentro de nuestro árbol genealógico.
- No sé de qué verdad hablas – me limité a responder. Sería la única respuesta que obtendrían de mí.
- ¿Por qué nos ocultaste qué estarías con él?
Me quedé callada. No se me ocurría nada para decir, ninguna mentira instantánea, solo opté por guardar silencio. No les mentiría pero tampoco diría la verdad.
- ¿Entonces esta es tu forma de demostrarnos que podemos seguir confiando en ti? ¿Mintiéndonos por lealtad a ellos? – cuestionó mi hermana, notablemente decepcionada.
Me dolieron sus palabras pero mantuve mi cara de Póker. Tenía que hacer las cosas bien esa vez, pensar la mejor manera de explicarles las cosas. Karen bufó y se levantó de mi cama bruscamente.
- ¿Sabes qué Caroline? Sigue con tu bolsa llena de secretos – escupió cada palabra gracias a la rabia que sentía – estoy harta de esto. Harta de ti siendo una completa desconocida, harta de no saber qué es lo que se supone que rodea a nuestra familia. Porque ten claro algo, todos desde Melanie hasta Fred estamos metidos dentro de este paquete. – y sin decir más abrió la puerta de mi habitación y al salir dio un portazo que me hizo dar un salto.
Camila negó con la cabeza- ¿Has visto lo que nos han hecho tus amigos vampiro? – murmuró mirándome con demasiada calma, y con decepción en su mirada.
- Ellos no nos han hecho nada, no los culpen por cosas que nosotras hacemos - repliqué con voz quebrada.
- Si es así, dime la verdad sobre ese fulano Seth Clearwater. – insistió una vez más.
Fruncí el ceño – No tengo nada que decir – determiné – así que por favor, deja de jugar al detective conmigo y déjame cambiarme, estoy cansada y necesito descansar.
Soltó un suspiro de un fastidio que casi podía palparse en el aire y sin insistir más siguió a Karen. Mi quijada tembló un poco y mis ojos picaron cuando la vi salir de mi habitación. Mi boca se mantenía sellada, era uno de esos secretos que no me pertenecían y eran jodidamente difíciles de guardar bajo presión.
Solo quería un poco de tiempo para familiarizarme con los lobos y poder asegurarme de que el terreno donde pisaba era firme para luego así, exponerlo frente a Karen y Camila, pero ellas no lo entendían porque eran tan poco pacientes como yo.
Posé mi mano en un costado, justo a la altura de mi cadera y pude sentir a través de mi ropa, el cuaderno verde que estaba presionado entre mi pantalón y mi piel, y gracias a mi blusa holgada no se notaba, pero sin embargo, lo sentía como un ancla sobre mí. Me levante y puse seguro a la puerta, cuando volví a la cama tenía el cuaderno, dándole vueltas entre mis manos de manera indecisa.
Las palabras de Karen seguían dando tumbos en mi cabeza, sentía que no era correcto lo que estaba haciendo aun cuando tenía buenas intenciones, ellas sentían que yo estaba haciéndolas de lado, dejándolas en un segundo plano, cuando tal cosa era imposible, porque ¡Por Dios santo! Eran mis hermanas, mi familia, lo que más me importaba en la vida.
Suspiré completamente frustrada y dejé el cuaderno frente a mí. Sentada sobre mis piernas cruzadas lo observé en silencio por unos segundos. Quería leerlo pero a la vez quería mostrárselo a las mellizas… Gran dilema. Sabía que todo lo que tanto ellas como yo querían saber, estaba escrito allí...
“-…Confío en que nunca nos delatarías, por lo que no veo el problema en darte ese cuaderno. Lo único que te pediré es que seas cuidadosa con él. Nadie más puede verlo ni por error.”
La petición/condición de Seth hizo eco en mi cabeza varias veces… El hecho de que yo tenía esa libreta en mis manos eran la muestra de su gran confianza hacia mí, lo cual me causaba una dulce satisfacción pero estaba haciéndose demasiado difícil para mí sobrellevarla.
Seguía firme porque quería cuidar a mis hermanas y sentir que estaba mereciéndome la confianza que Seth había puesto en mí.
¿Cómo podía confiar tanto en mi si a penas me conocía?
En lugar de una respuesta a mi pregunta, mi mente formulo otra: ¿Acaso no te pasa a ti lo mismo con él?
Bostecé, me cubrí la boca con la mano. Estaba cansada a niveles impensables, mental y físicamente no daba para más, me sentía saturada… en ese momento considere si de verdad era conveniente leer el cuaderno entero esa misma noche… llegue a la conclusión de que no sería sano en absoluto para mi salud mental.
Salud mental… sentía que pendía de un fino hilo, la había atacado sin consideración alguna las últimas semanas y mi cabeza había llegado a su punto de ebullición. Colapso total.
Discusión extraña con Carlie. Culpabilidad. Rendición. Mentiras. Extraños desmayándose, gritando, volviéndose locos. Seth. Sentimientos encontrados. Mariposas en el estómago. Secretos confiados. Lealtad. Entre la espada y la pared. Hermanas presionando… Uff, demasiadas cosas para un solo día.
- No voy a leer nada hoy, necesito un descanso. – Susurré para mí misma – Sí, descansa tu cerebro Roses, eso es lo que necesitas – continué aconsejándome a mí misma.
Un minuto después, tenía una de las camisas de papá sobre mi cama, deseosa de ir a tomar una ducha larga y relajante antes de enrollarme en las sabanas, empecé a quitarme la blusa, pero dicha acción se vio interrumpida por el sonido de mi móvil.
Saque el teléfono de mi bolsillo rápidamente, deseosa de obtener alguna buena distracción. El nombre de mi mejor amiga resaltaba en el centro de la pantalla al igual que una antigua foto suya. No pude evitar alegrarme al encontrarme con que se trataba de ella. Pulse el botón verde para responder y me lo lleve al oído.
- ¿Bueno? – respondí y me sorprendió la forma en que mi voz se quebró. Tenía la garganta seca.
- ¿Caroline? – preguntó Renesmee al otro lado de la línea. Sonaba preocupada.
- Emm… supongo que si – puse los ojos en blanco - ¿Qué ocurre? – Un escalofrío abrazo la boca de mi estómago. No más, no por hoy…
Creí escuchar un suspiro de alivio - ¿Puedo ir contigo? Necesito decirte algo importante.
- ¿Qué clase de pregunta estúpida es esa? Obviamente, sabes que esta es tu casa.
- Vale, entonces ábreme la ventana.
- ¿Qué? – repetí y mecánicamente mis ojos recayeron en las cortinas beige añejo que cubrían la ventana.
- Abre. La. Ventana – habló lentamente como si le diera instrucciones a un bebé - Llegaré a tu casa en unos cinco minutos cuando mucho. – y colgó.
Deje mi móvil en la mesita de noche y sin vacilar me levante de la cama e hice lo que Ness me había pedido. Espere paciente frente al marco que ahora permitía el libre acceso de la húmeda brisa de la noche a mi recamara. Mis ojos estaban concentrados en la espesa oscuridad que abrazaba los arboles del patio. Entrecerré los ojos tratando de ver algo, agudicé mi sentido auditivo con intenciones de captar algo que no fuera el sonido de las ramas chocando entre sí, pero no tuve éxito en ninguno de mis dos intentos. Me di por vencida y volví a mi cama, esperando que Carlie apareciera en cualquier momento.
Que dramática ¿Por qué simplemente no tocaba el timbre?
Cuando pasaron un poco más de cinco minutos, escuché un golpe sordo pero ni siquiera me inmute, me lo esperaba. En un parpadeo más, Carlie estaba de pie en mi habitación, inclinada hacia delante en posición de ataque o en ese caso “aterrizaje”.
Se vio malditamente elegante cuando su cuerpo se enderezó, dejando a un lado el aire felino de un microsegundo atrás.
- Hola – saludé simplemente, sin saber que más decir.
- Hola – respondió con una sonrisa tímida cuando sus ojos me notaron. Se acercó a mi cama y tomo asiento, justo frente a mí. Sentía cierta incomodidad en el ambiente, así que me removí inquieta.
- ¿Cómo estás? Fruncí el ceño.
– Cansada, fue un día largo. ¿Qué hay de ti?
Sus mejillas se tiñeron de rojo pero de sus labios solo salió – Fue un día bastante largo para mí también.
- Nunca llegaste a la reunión… - comenté tontamente – bueno, tampoco fue que estuve mucho rato allí. - solté una risita apagada al tiempo que hacia una mueca.
- Si, lo sé. Hace alrededor de una hora me enteré de lo que pasó hoy en la tarde, con la familia del esposo de Leah – su ceño se frunció al punto de que casi hace quedar juntas sus cejas – me lo contó Sunshine… - explicó cuando yo estaba a punto de preguntar quién se lo había dicho.
- Sunshine… - sonreí de lado, recordando a la simpática sobrina de Seth – es una chica muy agradable.
Carlie sonrió levemente – Lo sé. Le tengo muchísimo cariño.
Asentí - Entiendo por qué – concedí. – Es un completo encanto, de quien no puedo decir lo mismo es de su prima, Natalie – rodé los ojos – esa chica está loca, con L de psicópata, Renesmee.
- Caroline, psicópata no lleva L… - corrigió con los labios fruncidos, intentando no reírse.
- Tú has entendido mi punto – bufé – está loca como una cabra.
Soltó un par de carcajadas bajas, seguramente cuidando de no hacer notar su repentina presencia en mi habitación.
- Es muy extraña, ella y toda su familia. Jodida familia demente. – refunfuñe al verla reír.
Me cruce de brazos, ¡el asunto era serio!
- ¿Podrías contarme lo que pasó? Quisiera escuchar tu versión. – pidió dejando de reírse, dándose cuenta de mi humor oscuro.
- Actuaron como un par de locos, Ness. No término de comprender lo que sea que paso, solo sé que me siento incomoda cada que lo recuerdo. Es como si me odiaran sin conocerme siquiera… es extraño, me sentí rara, humillada, fuera de lugar… - suspiré – todo iba perfectamente, hasta que Natalie apareció, cuando la vi fue… la cosa más extraña que me ha pasado hasta ahora.
- ¿Qué ocurrió cuando la viste? – pregunto más curiosa de lo que había sonado antes.
- Me quede paralizada en mi lugar. Esa chica ¡es el retrato andante de mi madre! Y además, ella palideció cuando le dije mi apellido, fue extraño, sin embargo, casi jura no haberlo escuchando nunca. Ambas fruncimos el ceño a la vez. Ella también noto lo que no encajaba desde el principio.
- ¿Tienes alguna teoría de a que se debió eso?
- No lo sé, tal vez su compañero de manicomio se apellidaba Roses, o una mierda de esas…
- ¡Caroline! – murmuró sonriendo y rodando los ojos a la vez – Esto es serio, concéntrate.
Respiré profundamente y medio sonreí, sentía que no tenía fuerzas para sentir alguna emoción más por ese día.
– Vale, tienes razón. Hablando enserio, no tengo teorías coherentes al respecto, solo sé que se parece a mi madre, le afectó mi apellido y a su abuela le causo un desmayo verme… - hice una mueca - Toda la gente se amontonó y me miraban y hablaban como si yo hubiese cometido un crimen, como si sobrara, técnicamente me echaron del lugar – concluí.
– Sun me conto que Seth te saco de allí y no volvió a aparecerse por allá, supongo que está molesto.
– Le pedí que no se molestara – siseé incómoda - Igualmente, estuvimos juntos hasta hace un rato, así que supongo que se aparecerá por allá ahora que dejó a la arruinadora-de-fiestas profesional en casa.
- Tú no has arruinado nada, no has querido hacerlo.
- Oh, claro que sí. Soy tan experta que lo hago sin intensión alguna – bufé.
- Siento que hayas tenido que pasar por algo tan incómodo – dijo sincera.
- Tranquila, últimamente todo es demasiado extraño e incómodo a mí alrededor. Estoy casi acostumbrada.
Ella soltó una breve risita, que se apagó antes de que pudiese notarla por completo.
- ¿Qué tal te ha ido con Seth? – pregunto un minuto después, mirándome fijamente esperando paciente una respuesta. Parecía estar analizándome.
- Ha estado bien – me encogí entre hombros. Me mordí la lengua para no mencionar nada más. Sabia de su desagrado por mi extraña relación – si podía llamarse de esa manera – con Seth.
Alzo una ceja - ¿Ha estado bien? ¿Es todo lo que dirás? – inquirió sorprendida.
Asentí lentamente – No sé qué otra cosa puedo decir, la he pasado bien excluyendo la escenita en casa de su hermana, a pesar de eso pasé una gran tarde con él. Es muy buena compañía.
Y allí estaba yo, frente a mi mejor amiga, la persona a la que le confiaba todo sobre mí, censurando, analizando, escogiendo con precisión cada palabra de la manera que creía correcta, con el fin de que no notara que estaba echa un entero lío en lo que respetaba a Seth y Nahuel.
- Siento que no estas siendo sincera.
- Te equivocas, estoy siéndolo. Me agrada pasar tiempo con Seth, es genial.
- ¿Se han besado?
- ¡¿Qué?!
- Escuchaste perfectamente.
- ¡Claro que no! ¿Por qué preguntas eso?
- Sunny me contó lo lindos que se veían juntos y como casi se besan frente a ella.
Sunny, a veces deberías cerrar la boca cariño.
- Las cosas no fueron así – susurré mirando mis manos, que jugaban nerviosamente entre sí. Sentí el rubor en mis mejillas cuando recordé la escena, y me sonrojé aun más cuando me sentí decepcionada por el hecho de que lo que pensaba Carlie no era cierto, al mismo tiempo lo agradecí, todo estaba lo suficientemente complicado para mí.
- ¿Entonces como fueron? – presionó, con sus grandes ojos café fijándose en los míos cuando levanté el rostro para mirarla.
- ¿Por qué quieres hablar de esto? Es tan incómodo.
- ¿Por qué?
Porque sabes perfectamente que me gusta Seth. Y solo me haces sentir más culpable mirándome de esa manera.
Solté un suspiro profundo, de rendición y suplica. – Me siento demasiado atareada como para hablar de ello ahora, ¿podemos dejarlo para después?
Poco a poco su mirada se suavizó, seguramente al ver la batalla interior que tenía conmigo misma. Ella me conocía perfectamente.
- Por supuesto, solo quiero que sepas que lamento la forma en que me fui hoy.
- No te disculpes, tienes razón. Voy a lastimar a alguien y me odiaré por ello – solté molesta, más conmigo misma que con cualquier cosa - Son demasiadas cosas revoloteando en mi mente, demasiada información, demasiadas sensaciones. Ni siquiera puedo ordenarlas, están esparcidas por todas partes… No sé qué hacer, Ness. No quiero lastimar a nadie.
Renesmee se quedó callada, sin hacer movimiento alguno. Mientras yo me hundía en mis pensamientos, sintiéndome cada vez más agotada.
- Pase lo que pase, nada cambiara entre nosotras – prometió después de lo que pareció una eternidad.
Medio sonreí al ver su expresión sincera – Ese es nuestro código, Carlie Swan – le recordé con complicidad.
Sonrió sutilmente y me abrazó. Me aferré a sus hombros mientras disfrutaba de la sensación de calidez que me transmitía. Esto era lo que necesitaba, una charla con mi mejor amiga.
- ¿Qué era eso importante que mencionaste por teléfono? – pregunté sintiéndome un poquito más animada cuando rompimos nuestro cursi abrazo.
Negó con la cabeza de inmediato, en clara desaprobación – Hablaremos de eso luego, no quiero abrumarte más.
¿Abrumarme? Mierda, era malo…
- ¿Qué pasa? – exigí saber.
- No creo que sea un buen momento para hablar de ello, estas muy atareada, tu misma lo has dicho.
- ¿Qué demonios pasa, Renesmee? – insistí más seria esta vez. No dijo nada. Su expresión no denotaba ninguna emoción.
- ¿Son ellas, verdad? ¿Las vampiro han vuelto? – solté al azar, sabiendo que ese era el único tema que podría abrumarme más.
Sus ojos se abrieron solo un poco, para luego volver a ponerse la máscara de frialdad, pero yo note la fractura en ella.
- Si son ellas – concluí victoriosa.
Luego de unos segundos, soltó un suspiro exagerado, dejando de lado su cara de póker. - ¿Cómo carajos haces para deducir las cosas tan rápido? – se quejó.
- Tengo razón – susurré sintiendo como si un balde de agua fría fuese derramado sobre mí - ¿Qué ha pasado? ¿Qué han hecho?
- Intentaron volver a Forks y hubo un enfrentamiento. Alice vio que volvían así que estaban preparados…
- ¿Enfrentamiento? – repetí con la garganta seca.
Asintió – Esta vez trajeron cuatro compañeros más.
- Joder… - trague grueso - ¿y qué paso finalmente? ¿Las atraparon?
Negó con la cabeza – Escaparon. Son bastante rápidos y se mueven sistemáticamente, es como si planearan una coreografía de escape, confunden, actúan por separado pero a la vez juntos, son un grupo muy ordenado… La mayoría de los lobos estaban divididos entre rodear esta casa y rodear la casa de Seth.
- ¿Por qué rodearían la casa de Seth? – pregunte confundida.
- Porque tú estabas allí – respondió simplemente.
- ¡¿Qué?! – Repetí un poco más alto de lo conveniente – pero si yo… el… - empecé a balbucear confundida - ¿El sabia de todo lo que estaba pasando?
- Sí.
- Entonces… si él sabía lo que estaba pasando… - empecé a hacer conexiones – ¡me llevo a su casa con la excusa de que llovería! – Concluí – por eso desapareció tan de repente, por esa razón me dejó dormir tanto ¡porque mientras más distraída estuviera mejor! – me cubrí la boca con la mano entendiendo que era lo que había estado pasando realmente.
- Seth consideró que si estabas con él, sería más seguro para ti. Jacob envió a unos cuantos de la manada a encargarse de tus hermanas. Estuvieron bajo protección todo el tiempo.
- ¿Y tú familia? – pregunté angustiada.
- Estuvo en las fronteras con Canadá, junto con Jacob, Embry, Quil y Paul, ellos son parte de la manada también.
Asentí lentamente - ¿Algún detalle que estés obviando? Creo que he sido lo suficiente engañada por hoy.
Clearwater tu y yo tendremos una seria conversación.
Sus labios se juntaron, formando una línea recta. Claro, había algo más.
- Suéltalo.
- ¿Segura?
- He dicho que lo sueltes.
- No te vuelvas loca, todo está bajo control…
- Carlie, he dicho que me lo digas.
Cerró los ojos y con un encogimiento de hombros dijo – Alguien salió herido.
Y en ese momento, sentí como si toda la sangre me bajara a los pies. - ¿Quién? – pregunte tratando de mantener la calma, dotándome de valor.
- Embry, ¿lo recuerdas? – Abrió los ojos - Estaba en casa el día siguiente al que fue mordida Karen.
- Claro que lo recuerdo – respondí volviendo a sentir el agua fría sobre mi cabeza, alguien había salido herido por nuestra causa. Me sentí egoísta al sentir alivio de no oír el nombre de ninguno de los Cullen, Jacob o Seth. - ¿Cómo se encuentra?
- Estable, solo le han roto un par de costillas. Mi abuelo dice que se recuperara rápido una vez que haya sanado lo suficiente para volver a su fase humana. Su situación de mitad lobo hará todo más fácil una vez que pase la parte difícil.
- ¿Qué tiene que ver el hecho de que sea lobo?
- Los lobos se recuperan rápido, el triple de rápido que una persona normal.
Anoté el detalle en mi mente.
- ¿Dónde está?
- En la Push.
- ¿Podemos ir a verlo? – aun me sorprendía cuan fríamente me estaba tomando el asunto, aun cuando estaba muerta de preocupación.
La sorpresa pintó su cara - ¿Quieres ir a verlo? ¿Para qué?
Me levante de mi cama decidida – Vamos – esta vez ordené – tengo la suficiente decencia como para visitar a quien se ha partido las costillas protegiendo a mi familia. - Sin rechistar en absoluto Ness se incorporó de mi cama y caminó hacia la ventana.
- ¿Por qué no tocaste el timbre como una persona normal?
- Porque vine con Jacob, y Alice predijo que irías a la Push, no sabía muy bien para que pero irías.
- Como siempre revisando mi futuro.
- Te equivocas, lo hizo por deducción pura, supongo que te conoce lo suficiente. Ella no puede ver tu futuro cuando se relaciona con lobos.
- Oh, ahora lo recuerdo… Cuando ambas estuvimos junto a la ventana, miré mi patio trasero y vi una enorme silueta entre salir de los árboles. Jacob.
- ¿Simplemente te irás? ¿No les avisaras a las chicas para que te cubran al menos?
- No, mis hermanas están hartas de mí y no hay tiempo para idear alguna mentira para Melanie, así que simplemente me escaparé tentando mi suerte.
- ¿Estas consiente de que tendrás que saltar por la ventana? – preguntó Carlie con una chispa de diversión en sus orbes, al ver como evaluaba la distancia cuesta abajo.
- Lo hare, siempre y cuando me esperes abajo. No quiero terminar vuelta una tortilla en mi patio
. - Creí que le temías a las alturas… - comentó confundida, recordando uno de mis antiguos temores humanos. Esos que le conté cuando recién nos conocíamos, me agrado saber que aun recordaba ese.
- Hace un largo rato le he dejado de tener miedo a ciertas cosas – respondí con una sonrisa/mueca - ¿tienes la suficiente fuerza como para atraparme?
- Obviamente – presumió haciéndose la ofendida.
- Entonces vamos, confió en ti. Dame unos diez minutos para hacer creer a todos que voy a dormir. Será rápido. - prometí - Salta primero y espérame abajo, espero que seas buena atrapando.
Hizo lo que le pedí con esa característica elegancia que envolvía sus acciones, casi sentí envidia por lo ágil que se vio al saltar. Aterrizó de nuevo, perfectamente en el suelo, con otro golpe sordo. Rápidamente me dediqué a montar mi fachada, me puse la pijama rápidamente, y alboroté mi cabello como si acabara de levantarme de la cama, salí de mi habitación para dirigirme a la sala donde Melanie y Fred se encontraban sentados en el sofá más grande, ella tejía y él veía televisión, mantenían una conversación que no capté del todo.
Fingí dirigirme a la cocina y solté un sobreactuado y ruidoso bostezo en el camino. Esperé que funcionara. Melanie me habló.
- ¿Vas a dormir ya, cariño? – pregunto mirándome a través de sus lentes de lectura.
Asentí adoptado una expresión soñolienta – Solo bajé por un poco de agua, estoy frita. La salida con mis amigos me dejó muy cansada.
Noté como Fred se giraba a verme con aire desconfiado. Mierda, lo había olvidado por completo. Mantuvo la vista sobre mí un par de segundos, que se me hicieron eternos, pero en vez de delatarme como creí que haría, volvió su atención a la Tv.
Gracias Fred, por primera vez en la vida siento que te adoro.
Llegué a la cocina y serví un poco de agua en una de las tazas grandes de porcelana y retorné el camino hacia mi habitación.
- Buenas noches, Melanie, Fred.
- Buenas noches – respondieron ambos al unísono.
Aliviada de que todo hubiese salido bien, subí las escaleras lo más rápido y disimuladamente que pude. Volví a entrar en mi recamara, feliz de no haberme tropezado con las mellizas. Volví a vestirme con la misma ropa de la tarde y peiné mi cabello en una coleta improvisada. No me preocupe demasiado por mi aspecto, pero igualmente me di un vistazo en el espero y aprobé como me veía. De todas formas, me daba igual.
Cerré la puerta con seguro de nuevo, prepare el famoso “bulto” en mi cama, con la finalidad de que si les daba por abrir mi habitación creyeran que yo estaba en el quinto sueño.
¡Cuántas películas tuve que ver para entrenarme para un momento como este!
Solté una risita tonta cuando evalué el bulto hecho a base de ropa y un par de peluches viejos. Sentía la adrenalina pura corriendo por mis venas, yo jamás había hecho algo así y era porque no lo había encontrado necesario, en ese momento lo era.
Apagué la luz y me acerqué a la ventana, me asomé por la misma con cuidado y con mi débil y patética vista, visualice a Renesmee abajo, mirándome y extendiendo las manos a los lados como diciendo “por fin”. Rodé los ojos y antes de que mi mente pensara demasiado en el hecho de que iba a dejarme en caída libre hacia la oscuridad, con la posibilidad mas no la seguridad de que Carlie me atraparía, empecé por extender una de mis piernas fuera de la ventana, quedando sentada justo en el marco, sosteniéndome con fuerza del mismo.
- ¿Lista? – susurré sabiendo que ella me escucharía.
- Solo lánzate – escuche una casi inentendible respuesta que al mezclarse con el viento me hizo dudar si había sido mi imaginación.
Cerré los ojos con fuerza y aunque mi cordura me decía que era una locura, mi corazón me avisaba que era peligroso y mi cuerpo entero se estremecía, me dejé caer, sin pensar en nada más.
En lo que conté como un tiempo tan corto como el de un latido, el aire envolviendo mi cuerpo desapareció y sentí el choque contra algo en un golpe silencioso, por suerte no fue el suelo.
- ¡Te atrapé! – celebró Carlie escuchándose sorprendida. Ni ella misma pensó que lo haría. Éramos un par de locas.
Se me escapó una risa nerviosa cuando abrí los ojos y ella me dejó en el suelo. Miré mis extremidades, aún divertida y como si fuera la cosa más graciosa del mundo dije: - La mercancía está completa. ¡La operación fue un éxito!
Ambas nos reímos al tiempo que corríamos hacia la verde oscuridad del bosque. Un gran lobo de pelaje rojizo nos esperaba, fue extraño decir un “Hola Jake” y solo recibir en respuesta un asentimiento lobuno de cabeza.
- Bueno, si nos vamos a paso humano llegaremos al amanecer – empezó a explicar Carlie – por lo que de camino aquí, prediciendo esto, pensé una manera rápida de llegar a la Push.
- ¿Y bien…? – quise saber.
La mirada de mi amiga, recayó sobre Jake – Mi amor ¿podrías…? – un segundo después de sus palabras, el lobo estaba inclinado frente a ella. Mi cara era un completo poema, no entendía nada, hasta que la escuche decir: - Jacob nos llevara. Ven, sube – me tendió la mano y me guio hacia el lomo de la enorme cosa peluda que ella había llamado “amor”.
Estaba a punto de empezar oficialmente un nuevo deporte, la verdad no creía que existieran jinetes de hombres lobo.
No supe calcular cuánto tiempo nos tomó el trayecto a la Push, ya que solo me concentre en aferrarme como una sanguijuela a Carlie para no terminar estrellándome contra un árbol. Volví a abrir los ojos y a tener conciencia de lo que me rodeaba cuando nos detuvimos. Jake volvió a inclinarse, dejándonos bajar de su lomo cómoda y fácilmente. Me sorprendió darme cuenta de cuán rápido había corrido aun cuando nos tenía a nosotras encima. Fuerza sobrehumana, Roses.
- Gracias, Jacob – murmuré distraídamente cuando vi la casa de madera rojo ladrillo que estaba frente a mí, la luz del patio era tenue y gracias a las ventanas notaba que el interior estaba mejor iluminado.
- Es la casa de Jacob – me informó Ness – aquí vive, junto con Embry, su hermano.
Me giré bruscamente a mirarla - ¿Hermano? Nunca lo mencionaste antes, solo me hablaste de sus hermanas…
- No se había presentado la oportunidad. Además, aún estoy acostumbrándome a la idea, es reciente.
- ¿Reciente? No entiendo… - Una historia familiar complicada – resumió para luego tomarme de la mano y guiarme hacia la casa. Volteé para ver si el lobo nos seguía, pero ya no estaba, solo me encontré con más árboles y un par de casas solitarias y apagadas.
Cuando entramos a la casa, me encontré con varias caras desconocidas pero más que todo, con una que si reconocí y resalto a primera vista. Allí se encontraba Alphonse, ni siquiera alzo la vista cuando salude amable pero incómodamente a los presentes. Todos eran morenos, igual de enormes que Jacob y Seth, recordé un par de rostros que había visto a lo lejos en la tarde, y seguían con esa mirada que tenía un trasfondo que no terminaba de captar. Me crucé de brazos, incómoda ante ese montón de hombres sin camisa y descalzos. Lobos.
- ¿Cómo está Embry? – preguntó Carlie luego de un breve silencio incómodo.
Escuché un grito que sonó más a rugido, seguido de muchos quejidos que parecían más de un animal que de cualquier otra cosa. Todos los presentes se encogieron, entonces comprendí que se trataba de Embry. La respuesta que Renesmee quería, se había presentado físicamente.
- Al parecer por fin logrará pasar a su fase humana de nuevo - respondió el chico que recordaba con el nombre de Quil, en tono desconfiado y mirándome a través de su ceño fruncido.
Le fruncí el ceño en respuesta ¿Por qué carajos todos me miraban mal? Bueno, no todos, el resto de los chicos que eran unos cuatro, tenían una expresión muda, sin emoción alguna y bueno el esposo de Leah estaba hundido en su mundo, lo agradecí internamente.
Más quejidos.
Santo cielo, enserio estaba malherido.
Empecé a desesperarme. - Él estará bien, ¿verdad? – pregunté con nerviosismo en un susurro a Carlie.
Ella me miró e intentó sonreír – Lo estará, mi abuelo está a cargo. Es el mejor.
Asentí y tragué grueso a la vez.
- Creo que será mejor que vayamos a cubrir el perímetro – comentó uno de los morenos que no supe identificar. El resto de los hombres altos se puso de pie para seguirlo y nos dejaron solas en medio de la sala. Solté aire sonoramente, aliviada.
… “— ¿Qué es exactamente lo que sabes? – preguntó unos minutos después, fijando sus orbes café claro en los míos, de repente parecían demasiado cristalinos.
- Viven en California. Eso es todo. Mamá nunca explicó nada más, ni siquiera recuerdo si alguna vez nos dijo sus nombres cuando las chicas y yo le preguntábamos por ellos, solo repetía que no había mucho que contar ¿Sabes el nombre de los padres de mamá? Sería una buena manera de empezar a saber sobre ellos…
Asintió pero dudo un poco antes de responder – Si mal no recuerdo, sus nombres eran John y Melissa.
Fue mi turno de asentir, guardando ese dato a fuego en mi mente…”
- Caroline, despierta… vamos, arriba.
Hice una mueca y cubrí mis ojos con mi antebrazo.
- Vamos, es hora…
No, no quiero despertar, déjame.
- Roses, tienes que volver a tu casa antes de que amanezca…
Y esa oración me sacudió de golpe contra la realidad. Abrí los ojos de sopetón e inmediatamente me apoyé sobre mis codos y empecé a visualizar el lugar. Obviamente no estaba en mi casa.
- Por fin despiertas – resopló Carlie, quien se encontraba arrodillada junto a mí – creí que iba a ser necesario buscar un balde de agua fría.
Poco a poco mi resolución volvía y con el pasar de cada segundo tenía todo más claro. Seguía en la casa de Jacob, había pasado toda la noche allí dado a que quería estar al pendiente de las mejoras del chico herido. Me había dormido en el amplio mueble rojizo de la sala en medio de la espera y por tal razón mi espalda y mi cuello dolían en ese momento. Hice una mueca ante la punzada que recorrió desde mi cuello hasta la base de mi columna cuando me incorporé para sentarme.
- ¿Qué hora es? – pregunte en medio de un bostezo con voz soñolienta.
- Las 3 am. Has dormido solo una hora.
Desde que cesaron los quejidos.
- ¿Cómo sigue Embry? – y me sorprendió lo informal que me refería a él cuándo ni siquiera nos habían presentado correctamente.
- Finalmente volvió a ser humano, ahora será más fácil tratarlo – me tranquilizó.
Sonreí a medias – Genial, el pobre ha pasado demasiado dolor ya. Me habías dicho un par de costillas, no mencionaste las mordidas de sus brazos – la acusé, recordando el diagnostico que Carlisle me había dado un par de horas atrás.
“Estará bien, tranquila. Sanara rápido, solo necesitamos que vuelva a su fase humana para que acepte mejor la morfina, sus costillas sanaran y hemos sacado el veneno inyectado en sus brazos a tiempo.”
- No quería que te preocuparas más. Sé que todo esto es más que suficiente – se encogió entre hombros.
- Entiendo, pero no más cortinas de inocencia para mí, ¿vale?
Asintió con una sonrisa tímida – Vamos, creo que es hora de que vayas a tu casa. Has sido muy atenta con la situación, pero necesitas descansar y no creo que convenga tentar más tiempo a tu suerte.
- Melanie no despertara sino hasta las 5 am.
- Faltan dos horas para eso. Hablaré con Jacob para que nos acompañe hasta tu casa, ya vuelvo – me informó poniéndose de pie y caminando en dirección hacia el pasillo donde se encontraban los cuartos.
Cuando iba a ponerme de pie para estirar mis piernas, un recuerdo golpeó mi mente agresivamente e hizo que me quedara sentada.
“– Si mal no recuerdo, sus nombres eran John y Melissa.”
El mismo sueño de nuevo... recordé extrañada. Más que un sueño había sido un recuerdo, que se encontraba nítido en mi memoria, dado a que era todo lo que en mi vida había sabido sobre la familia de mamá. Recordé perfectamente que a los doce años presioné a Melanie para que me hablara de la historia de los Curilem y que al día siguiente ella se los contó a las mellizas.
Las tres nos lo tomamos del mismo modo, lo habíamos aceptado, no los habíamos extrañado y sobre todo nunca hablábamos de ello. Incluso, dudaba que ellas recordaran todo con tanta claridad como lo hacía yo.
Lo que sabía de ellos se resumía a que habían sido soberbios, orgullosos y fríos, y los nombres de los padres de mi madre: John y Melissa.
¿Melissa? ¿Por qué ese nombre me sonaba tan familiar?... ¿Dónde lo había escuchado?
Flashback.
“… Justo en el marco de la puerta, apareció una mujer morena, de edad avanzada, con algunos cabellos blancos haciendo contraste contra el negro azabache del resto, tropecé con ella al no notar su presencia, pero inmediatamente la tomé de un hombro para evitar que llegara a tropezar y cayera por mi culpa.
- Lo siento señora, discúlpeme, no estaba mirando hacia donde iba – dije rápidamente, apenada.
- No es nada, muchacha. Todo está bien – aceptó ella, mientras alzaba la mirada con una sonrisa amable en su rostro.
La correspondí al instante ante la calidez que dicha abuela me transmitía, sin embargo, ese momento de amabilidad duró muy poco, cuando la anciana dejó de sonreír y me miró como si acabara de ver a un fantasma, sus ojos se abrieron tanto que llegó a intimidarme, su rostro palideció y lo siguiente que vi fue como Seth me hacía a un lado para atraparla antes de que su cuerpo se batiera contra el suelo. Se había desmayado.
- ¡Melissa! – exclamó cuando logró tenerla en brazos.
Escuché como una voz femenina gritaba “¡Abuela!” a lo lejos, pero apenas fui consciente de ello…”
Fin del Flashback.
Abrí los ojos ampliamente, y mi vista quedó estática sobre la pared por unos segundos. ¿Ese había sido el nombre que había exclamado Seth por la tarde? - Apreté mis cienes con mis dedos - Sí. Estoy segura, lo recuerdo perfectamente. Melissa era el nombre de la anciana que se desmayó al verme.
- Solo es una casualidad, no te armes tanto drama… – murmuré tratando de enfriar mis pensamientos y dejar la paranoica de lado, pero obviamente no funcionó dado a que mi mente siguió conectando todo con una rapidez casi perturbante.
- Listo, Caroline. En marcha – declaró Renesmee cuando volvió a aparecer en la sala de la mano de Jacob. Yo solo pude mirarla con los ojos como platos, toda una película estaba pasando frente a mis ojos.
Melissa… ¿Curilem?
...
[Hola preciosas! - y preciosos en el caso de tener alguna visita masculina por aqui :P - ¿Como están? Espero que de maravilla, yo por mi parte estoy bastante bien, no me quejo, y ahora mucho mas tranquila que he tenido tiempo para sentarme a escribir este capitulo y iniciar el próximo... en fin, no les voy a decir lo mismo de siempre, solo les digo que estoy cociente de que me tarde y agradezco su paciencia siempre. Ojala este capitulo compense la espera y si no es así, prometo hacerlo mejor para la próxima vez.
Por otro lado, ¿sabes que me encantaría? que dejaran sus opiniones aquí abajito o en Cbox - cajita rosa con violeta que se encuentra en la columna - para saber si les gusta el rumbo que esta tomando la historia, si tienen preguntas y expectativas para el próximo capitulo... Sus comentarios son la manera en que podemos comunicarnos, y la manera en como me responden por mi escritura, no les pido 20 paginas como las que conforma el capitulo anterior, solo les pido unas palabras para mejorar o para hacerme saber que están allí y que están conformes con el fic... así que si leíste el capitulo C-O-M-E-N-T-A y me agradaras el doble, por leerme y por comentar jaja.
Ahora, ¿ Podrá llegar este capitulo a los 20 comentarios? Espero que si!
Igual que la vez pasada, si alguien quiere un adelanto, escríbame a mi correo {mklr2307@hotmail.com} diciendo como asunto "ADELANTO" su nombre y numero de comentario, por que si, una de las condiciones es comentar, me parece justo...
A quienes le envié el adelanto, espero haya sido de su agrado y se anoten para la próxima vez...
Sin alargarme mas, les mando un abrazo desde la distancia. Gracias por tomarse su tiempo y visitarme. Espero sigan allí a pesar de mis desapariciones.
CaroR :) x. ]
12 Palabritas que me inspiran :):
ME ENCANTO!
Me muero por leer el siguiente cap.
Pero que ha pasado con Nahuel?
Y seth? D:
Y tambien espero ansiosa el siguiente cap de ''incandescencia glacial'' por que la ultima vez me dejaste muy picada.
besos y abrazos, chao.
Isis Black.
Guauuuuu hermoso, hiper ame el cap, demasiado geniaaaaal :D espero con ansias el prox; por el bien de mi salud mental no pediré adelanto porque me volveré mucho más ansiosa, así que prefiero leerlo cuando este completo :) cuidate, ten una linda tarde y sigue escribiendo así de maravilloso bye xoxo
mee encantoooooo aaaa que emocionante el cap. porfa porfa porfa no nos deje con la intriga mucho tiempo espero tu prox cap...cuidate
juliet
aaaaa!!! no necesitas que te lo diga... Me encantooo!!! aunque no me gusto la idea de que Seth se lo haya ocultado... se que es por su bien pero a mi me gustaria mas que me lo dijeran jeje.... besoss!! espero el sig. capi!!!
Yadira Oroz
amiga! el capi esta increible, me gusto demasiado, tranquila que valió la pena la espera, espero que el próximo no tarde tanto :p como te dije anteriormente ya se ataron los cabos sueltos...
Espero el capi 30 con ansias! te dejo un abrazoteee!
Maria Jose P.
Waaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhh^-^!!! Esto se pone cada vez mas interesante!!! Cuando le van a decir de la imprimacion??? Dedujiste que Embry era hermano de Jake o es de verdad???:S Sacame de la duda!:D LO AMÉ!!! MUCHAS GRACIAS!!! Saludos desde Colombia!!!
Hola Carito como siempre un super capitulo,,,,me encanto pero ademas me dejo super intrigada con lo de la abuela Melissa que se desmayo, ahi existe algo sobre ella que la vincula con Caroline, y sabiendo como es ella se que terminara por descubrirlo,,,,, me alegra que lo de Embry no sea nada delicado y que se recupere pronto,,, adore cuando Renesmme le dice amor a Jacob amo esta parejita..........cada dia esta historia se pone mucho mejor ya me imagino cuando regrese Nahuel..........Gracias Carito por el capitulo y porsupuesto que quiero mi adelanto...........BEsos
caro, realmente bueno el capitulo cada vez me sorprende la historia y los sucesos q estan pasando, sigue asi no dejes de escribir!!! :)
Hola Caro!!! ya sabes que me alegre muchsimo por face al saber que ya posteabas un nuevo cap!!! no hay duda de que la anciana es la abuela de Caroline y las mellizas ahora que pasara??? y cuando regrese Nahuel??? por que Seth esta cada vez mas cerca y ellos estan destinados a estar juntos♥♥♥ besitos Caro sigue asi!!!
caro!!! lo siento por tardarme en comentarteeee la verdad esque no sabia que habias publicadooo y bueno no habia tenido tiempo jajaja pero bueno sobre el cap.....estuvoo increible me encantoo y mas esa reconciliacion entre las amigas jajaja ya quieor ver cuando caroline le aclare un par de cositas a seth jajaj espero el proximo con ansiasss jajajja te quierooo muchisiimoo adioisn
Hola Caro, me encanto el capi, me encanta como llevas la historia porque todo tiene su lugar y va poco a poco así no nos enredamos y entendemos todo, y lo disfrutamos mas, me fascina la historia, creo que ya podre estar un poco mas al corriente con ella, me encanta como escribes Caro, felicidades por eso.
Saludos y besos.
Omg, muero... que sorpresa en como trabaja de rapido la mente de Line, pobre Embry espero que se recupero pronto. No sabia que el y Jacob eran hermanos.....oh oh, creo que Caroline se enojo y bien feo con Seth
Publicar un comentario